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Enredos de amor: Capítulo 25

El fin del principio

Con pasos apresurados, Jaejoong irrumpió en la oficina de Yoochun ignorando a la secretaria de este quien lo seguía desde atrás. Park alejo la vista del monitor de su computadora observando el rostro afligido de la mujer y el enfurecido de su amigo.
—Está bien Jisook-ssi, te puedes retirar —habló con voz calmada asintiendo cuando ella salió—. ¿Qué sucede? —Le preguntó al hombre ahora frente a él.

Enredos de amor: Capítulo 24

Por caminos separados

Mientras escurría la pasta en el colador, Jaejoong alcanzo a ver por el rabillo de su ojo a la mano de Junsu tratando de tomar uno de los camarones que acaba de colocar en un plato junto a él. Con un rápido movimiento le dio un manotazo fuera de ellos.
—¿Cuándo te volviste tan envidioso? —Junsu le preguntó haciendo puchero mientras se sobaba la parte afectada —No eres más mi primo preferido.

Enredos de amor: Capítulo 23

Conociéndote más

—¿Vas a decir algo o no? no estoy dispuesto a esperar toda la noche porque te decidas a hablar.
Junsu se mostró impaciente sentado en una de las sillas del comedor. Creía haberle dado el tiempo suficiente ya que espero hasta que Yoochun llegara a su lugar teniendo en cuenta que el pesado traje que vestía no le dejaba esa tarea nada fácil. Pero el hombre ahora solo se dedicaba a observar sus rodillas como si ahí fuera a encontrar la solución a sus problemas.

Enredos de amor: Capítulo 22

Afrontando la realidad

Hacía más de treinta minutos que Yunho había mencionado que era hora de irse, Jaejoong como siempre lo acompaño hasta la puerta de su casa, y un ligero beso fue el culpable de que ambos aun se encontraran recargados en una de las paredes, con las manos de Yunho sujetas en la cintura y cuello de Jaejoong y las de este en el hombro y espalda de él. El tiempo parecía ser lo menos importante cuando sus emociones los gobernaban y la solitaria casa de Jaejoong era el espacio perfecto para ello.

Enredos de amor: Capítulo 21

Una cita sin igual

Vistiendo ropa deportiva, una gorra y una mochila en su espalda, Yunho presiono el timbre de la casa de Jaejoong. No tardo ni dos minutos cuando la gran puerta negra se abrió revelando a un hombre con una vestimenta del mismo estilo.
—¡Otro día mamá, llevamos prisa! —Sin escuchar una réplica, Jaejoong cerró las puertas y se acercó a su auto estacionado a unos cuantos pasos—. ¿A dónde iremos?

Enredos de amor: Capítulo 20

Aclarando sentimientos

Llevaba un poco más de quince minutos esperando en la oficina de Junsu, a pesar de no tener mucho tiempo ahí, la impaciencia le hacía pensar en distintas teorías y deseaba que el retraso de su primo fuera por una buena.
La voz de Junsu lo saco de sus pensamientos atrayendo su atención hacia la puerta, una sonrisa tímida se dibujo en el rostro de Jaejoong al verlo entrar.

Enredos de amor: Capítulo 19

Encuentros inesperados

¿Y a que se debe esta reunión tan repentina? —Mihwa preguntó con una taza de café en su mano.
—Bueno es una pre-celebración por la propuesta de Junsu —contestó Yehee estrechando a su hijo en sus brazos.

Enredos de amor: Capítulo 18

Seamos amantes

—Escríbalo con chocolate blanco.
—¿Para esto me hiciste despertar temprano? —Changmin se quejó mientras recorría con su mirada los refrigeradores a su alrededor—. Pudiste venir tú solo.

Enredos de amor: Capítulo 17

Los besos no se piden, se roban

Yunho tomó uno de los hot cakes apilados en un plato en medio del comedor para colocarlo en el suyo bañándolo con un poco de miel.
—¿A qué hora se fue Minho ayer? —Pasó un cuchillo sobre el esponjoso pan y con ayuda de un tenedor lo corto en pedazos.

Enredos de amor: Capítulo 16

Un toque de celos

La sala de juntas en el área de gerencia quedo en completo silencio cuando Junsu termino la presentación de su propuesta para la expansión de la compañía, fue la cuarta y última persona que la expuso, solo dos de ellos pasarían a la tercera y última etapa del concurso en el que llevaban un poco más de un mes.

Enredos de amor: Capítulo 15

Un fin de semana patas pa’ arriba

El viernes por la mañana Yunho despertó descubriendo que se quedo dormido más de la cuenta, se levanto a la hora que supuestamente debía estar en el trabajo, probablemente su celular sonó pero Changmin lo apagó, costumbre que desde siempre tenía, comprobándolo cuando encontró su teléfono aun en la mano de su hermano.

Enredos de amor: Capítulo 14

Las decisiones rápidas son decisiones inseguras

Después de regresar al edificio donde vivían Yunho y Junsu, Yoochun recogió su auto y se fue con Jaejoong rumbo a su casa.
El viaje había estado casi por completo en silencio a no ser por los cortos comentarios que daba Yunho o Jaejoong, a los que los otros dos solo se limitaban a dar un simple si o negar con la cabeza.

Enredos de amor: Capítulo 13

Diferentes reacciones al amor

La semana había pasado rápido y ya era viernes, esa tarde la gerencia de A&D Kim estaba vuelta loca porque en veinte minutos tenían una junta sorpresa organizada por Kim Yoonhak, el presidente y padre de Junsu. Esta era una de sus tan acostumbradas revisiones sorpresas, un habito que aprendió de su padre y que seguramente se lo heredaría a su propio hijo. Según él, el factor sorpresa mostraba la verdadera cara de sus empleados, y el tomarlos desprevenidos hacia ver con claridad sus virtudes o carencias profesionales. Estas juntas habían sido las culpables de varios reacomodos en el organigrama de la empresa, casi nunca terminaban con un despido a menos que se descubrieran movimientos truculentos por parte de alguien, por lo regular lo peor que pasaba era una llamada de atención, que si bien no era ruda aun así a nadie le agradaba que su trabajo fuera cuestionado y puesto en evidencia delante de todos, pero también había cosas buenas, como los ascensos o aumentos de sueldo, porque al señor Kim le gustaba incentivar a sus empleados y reconocer su buen desempeño laboral.

Enredos de amor: Capítulo 12

Un viejo amigo


Caminando rumbo al área de desarrollo con una bolsa llena de contenedores de plástico con comida, Jaejoong se seguía preguntando por qué era un hijo tan obediente, por qué simplemente no podía fingir que lo que su madre le había pedido se le había olvidado, por qué no podía mentir diciéndole que lo hizo, precisamente por eso, porque él no sabía mentir e intuía que exactamente en el momento en que ella le preguntara si le había dado a Yunho la comida, él terminaría soltando la verdad y su madre se molestaría… y le daría un sermón… y le retiraría la palabra por unos días, Jaejoong podía soportar cualquier castigo menos la indiferencia de alguien a quien quería.

Enredos de amor: Capítulo 11

Demasiado bueno para ser realidad

A las 9:30am en punto Junsu rodó en la cama y cayó al suelo haciendo que soltara un fuerte quejido por el dolor que provoco el golpe. Yoochun escucho el grito y rápidamente abrió los ojos sentándose al mismo tiempo.
—¿Qué paso?
—¿Q…Que haces aquí? —Junsu desde el suelo volteó a su alrededor comprobando que se encontraba en su habitación —¿Por qué estas en mi cama?
—Oh —Yoochun retiró la manta de sus piernas y se levanto—, desperté en la madrugada y me di cuenta de que nos habíamos quedado dormidos en la sala, te traje hasta la cama y yo tenía demasiado sueño, solo quise dormir unos minutos antes de ir a mi casa, pero supongo que termine durmiendo más de la cuenta.
—¿Y Yunho y Jaejoong?
—Cuando me desperté ya no estaban.
—Iré a hacer el desayuno —Junsu se puso de pie y camino fuera del cuarto porque se sintió un poco a disgusto al estar ahí.
Yoochun se quedo por unos segundos observando hacia el lugar por donde salió el otro, pensó en que aunque el ambiente entre ellos era incomodo por lo menos no lo corrió, soltó un largo suspiro para después caminar hacia el baño.
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Ese día Yunho se había despertado temprano, a pesar de que después de regresar a su departamento la noche anterior había permanecido cuatro horas frente a su computadora terminando el trabajo que dejo pendiente, pero ese día tenía muchos planes, iría al supermercado a comprar la despensa para llenar su alacena y refrigerador que se encontraban prácticamente vacios, después iría a comprarse ese par de tennis que vio en uno de los aparadores del centro comercial en una de sus tantas idas a comer con Junsu. Pasearía por alguna galería de arte cercana y le compraría cualquier cuadro a Jaejoong para que lo dejara tranquilo y no estuviera echándoselo en cara cada que lo viera, al regresar pediría el no. de cuenta al administrador del edificio para depositar lo de la renta del departamento y por la noche le llamaría a Changmin para quedarse de ver con él y regresarle el dinero que le debía.
Salió de bañarse con una sonrisa en su rostro y la mantuvo así mientras se cambiaba y salía de su departamento, hasta que fuera del edificio se encontró con Minho quien estaba a punto de entrar.
—Hyung.
—¿Eh, hola? ¿Qué haces aquí?
—Vine a visitarte.
—Pelearon de nuevo —Yunho lo vio fijamente pero Minho evadió su mirada—. Voy de salida, tengo muchas cosas que hacer hoy.
—Yo voy contigo, traje el coche de Changmin.
—¿Te lo presto? —Su expresión de asombro provoco la primera sonrisa de ese día en Choi.
—No, aproveche que él salió a correr para tomar las llaves.
—Se enojara cuando se dé cuenta.
—Él prometió comprarme un auto y hasta ahora no ha cumplido —Ambos comenzaron a caminar hacia el vehículo estacionado en la esquina.
—Según recuerdo, él dijo que te lo daría en tu próximo cumpleaños.
—Lo que pasa es que él no quiere arriesgarse a que lo siga y así descubra que sale con alguien más —Oprimió el botón en el llavero para apagar la alarma del carro.
—¿Ahora se te metió en la cabeza que te es infiel? —Yunho dio una pequeña sonrisa entrando en el auto.
—Tengo una ligera sospecha de ello —Minho también entró y después de colocarse el cinturón de seguridad, colocó la llave y le dio vuelta para arrancar.
—No creo que te haga algo como eso, no niego que él ha salido con más de una persona a la vez pero eso era porque no tenía una relación seria con ninguna de ellas, cuando el salía con alguien formalmente jamás mostró interés en nadie más.
—Siempre hay una primera vez para todo —Mantuvo su vista fija en el camino sin expresar ningún tipo de emoción en su rostro.
—No llegues a ninguna conclusión sin antes estar seguro.
Yunho trato de persuadirlo sabiendo lo impulsivo que su cuñado era, esa fue una de sus preocupaciones cuando se entero de que él y su hermano comenzaron a salir, Changmin era muy intolerante a los actos de arranque y él temió que eso en un futuro fuera a lastimarlos.
Minho conoció en persona a Changmin cuando regreso a Seúl para estudiar en la universidad, ya antes Yunho le había hablado mucho de él, pero como este se encontraba en Londres estudiando no había tenido la oportunidad de tratarlo antes.
La primera impresión que tuvo Minho respecto a él fue de egocéntrico, su actitud fría hacia todo hizo que él pensara que si Yunho no le hubiera contado que ellos dos no eran hermanos de sangre habría creído que alguno de los dos era adoptado, y seguramente ese seria Changmin, porque los padres de ellos tampoco eran así, seguramente lo heredo de su madre, había llegado a esa conclusión.
Pero después de tratarlo por más tiempo empezó a sentir una atracción hacia él, aunque Shim nunca le mostrara ningún indicio de corresponderle, hasta que inesperadamente un sábado por la tarde se presento en su departamento y lo invito a salir. Esa fue la primera cita de muchas otras, después se hicieron novios para finalmente vivir juntos.
Changmin desde un principio había sido muy franco con él al decirle que no creía en el matrimonio, que incluso una antigua novia lo había dejado por ese motivo, pero a Minho eso no le importo, él solo quería que ambos se comprometieran en una relación seria, y entonces cuando menos lo espero ya llevaban casi año y medio de noviazgo.
Un lunes cualquiera, Shim le mando un mensaje de texto diciéndole que tenia la casa perfecta para ambos, cuando Minho leyó aquello contestó bromeando en forma de pregunta si eso era una propuesta de vivir juntos, el siguiente mensaje que recibió hizo que tirara su cuaderno de la butaca donde se encontraba sentado y llamara la atención de toda la clase de ‘Arquitectura moderna’, nunca antes dos sencillas letras lo habían hecho sentir tan feliz y nervioso al mismo tiempo, un sí que sabe a gloria, fue lo único que pudo pensar en ese momento.
Y ahora que tenían siete meses de vivir juntos sentía inseguridad, porque entre mas lo conocía mas se enamoraba de él y entre mas lo hacía, sabía que sería peor el sufrimiento si ellos se separaban, era cierto que el que no arriesga no gana, pero si perdía, ¿alguna vez volvería a ser él mismo de antes? ¿el Minho de antes de conocer a Changmin?, sin duda eso jamás pasaría.
—Hyung ¿A dónde vamos? —Minho detuvo el auto en un alto que marco el semáforo y volteó hacia el lado del copiloto.
—Tenia curiosidad de hasta cuando me ibas a preguntar, van cinco veces que pasamos por esta cuadra —Yunho rió y Minho contestó con una tímida sonrisa—. Vamos a un supermercado pero antes necesito pasar a un cajero automático.
—Ah, ya sé a dónde ir entonces —La luz verde se mostró y Minho aprovecho que estaba pegado a la orilla para dar vuelta a la izquierda e ir al lugar en su mente.
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Yoochun salió de la recamara recién cambiado con el cabello mojado dando señal de que había tomado una ducha, al escuchar los pasos, Junsu volteó a verlo.
—Tome prestado esto, espero no te moleste —dijo mientras se señalaba a sí mismo en la ropas que traía puestas.
—No —Junsu negó con su cabeza—, ya casi esta esto.
Yoochun asintió y camino hacia el comedor pero la foto donde él junto con Junsu y Jaejoong estaban sonriendo llamo su atención, entonces camino hasta ella para tomarla entre sus manos, la sonrisa que se había dibujado en su rostro desapareció por completo cuando noto la pequeña fotografía colocada en una de las esquinas, aquella que Junsu y Yunho se habían tomado en una cabina.
Park bajo una de sus manos y la apretó en puño cuando vio los brazos de Yunho encerrados posesivamente en la cintura de Junsu mientras ambos reían.
—¿Cuándo se tomaron esta fotografía?
—¿Cuál? —Junsu vacio un poco de arroz en dos platos y volteó a ver a su amigo—, oh, hace como un mes —Regresó a su tarea de servir el desayuno.
Yoochun dejo ambas imágenes en su lugar y fue a sentarse en una de las sillas del comedor.
—¿Ustedes están ya…?
—Listo, ¿me ayudas a llevar las cosas a la mesa en lo que yo me baño rápido? —Junsu le preguntó mientras caminaba hacia su habitación.
—Claro —Yoochun se levanto rápidamente e hizo lo que se le pidió.
—Gracias —Ambos se sonrieron entre sí.
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Oh la vida era cruel, muy cruel, no había más tonos rosados en ella, eso fue lo que pensó Yunho al revisar su cuenta bancaria, si bien el sueldo era bueno pero no lo suficientemente alto para pagar renta, comida y deudas, llego a la conclusión que solo podría cubrir la renta y con lo restante seguir con su pobre menú, agua y ramen, pensó en que ese maldito departamento consumiría todo su dinero, incluso llego a pasar por su cabeza el mudarse a la calle, al menos se ahorraría el alquiler.
—Hyung ¿Qué pasa?
—Que desperté a la realidad.
—¿Eh?
—Vamos a comprar rápido antes de que Changmin llame histérico preguntando por su auto.
Ambos entraron sonriendo al enorme supermercado y fueron a tomar uno de los carritos para poner en el los productos que fueran escogiendo.
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Jaejoong caminaba por uno de los amplios pasillos buscando la marca del atún que a su mamá le gustaba, su madre era quisquillosa solamente por algunas cosas y esta era una de esas, él sabía que si no llevaba de esa entonces no comería y se enojaría con él, y no era bueno vivir con una madre enojada.
Llego hasta el anaquel donde se encontraba el atún pero cuando estaba a punto de tomar las únicas cuatro latas otra mano fue más rápida que la de él llevándose todas. Jaejoong volteó hacia su izquierda para ver a la persona que lo hundiría en el martirio al volver a casa, se trataba del amigo de Yunho, tenía que ser amigo de él, pensó.
—Hola, no sé si me recuerdes… nos conocimos en el depar….
—Si te recuerdo, hola —Minho habló con una pequeña sonrisa.
—Yo… no suelo pedir este tipo de cosas pero… ¿me dejarías comprar a mí esas latas? —Jaejoong trato de poner una expresión de desesperación para convencer al chico.
—Pero estas son las favoritas de Yunho hyung —Minho se aferró a los cuatro objetos dando un paso atrás.
—Por favor, realmente las necesito.
—No se las des Minho —Yunho apareció en el corredor empujando el carro del supermercado.
Jaejoong frunció el ceño al escuchar la voz y dio media vuelta pasándolo de largo mientras pisoteaba. Cuando desapareció, ambos siguieron su camino en busca de más cosas.
—¿Hyung este té está bien?
—No voy a llevar té.
—¿Por qué? ¿Ya compraste?
—Mi presupuesto es limitado.
—Ah es por eso, yo lo comprare por ti —Minho le sonrió y después de poner la caja en el carro comenzó a empujarlo—, vamos por el cereal.
—Eso también está fuera de mi presupuesto.
—Entonces también lo comprare para ti, yo pagare todo lo que este fuera de tu presupuesto, además Changmin es quien paga mi tarjeta —La pequeña sonrisa que tenia se convirtió en una malévola.
Yunho supo que era inútil discutir, Minho era terco y no lograría convencerlo, así que solo encogió sus hombros y siguió desde atrás al otro.
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Después de terminar su desayuno ambos comenzaron a limpiar todo, cuando Junsu lavaba un plato se lo pasaba a Yoochun para que lo secara hasta que terminaron con ellos.
Los momentos incómodos desaparecían cuando encontraban algún tema del cual hablar, pero cuando se les terminaban los argumentos, el silencio caía sobre ellos haciéndoles sentir con ganas de teletransportase a otro lugar lejos.
—Lamento la forma en que te hablé la ultima vez —Junsu fue el primero en traer aquella conversación de varios días atrás—, no tengo ningún derecho para cuestionar tu forma de actuar.
—¿En verdad piensas de mí de esa manera?
—Lo que dije salió porque estaba enojado pero mentiría si digo que en el fondo no lo pensaba —Se recargó en la encimera cerca del fregadero y fijo su vista en el adorno frutal a un costado de su amigo—, tal vez no exactamente como lo solté, creo que las palabras que pronuncie no fueron las apropiadas, pero….
—Pero la idea es la misma ¿no es cierto?
—Si —Junsu observó la cara de decepción de Yoochun y sintió que su pecho se contrajo—, pero nunca te he visto enamorado, solo he visto tu etapa de conquistador… así que supongo que solo critique ese lado tuyo —Trató de mostrar una sonrisa pero solo resulto un intento de ella—. Cuando vea ese otro lado tuyo, entonces estoy seguro que me harás tragar mis propias palabras y yo… espero que eso sea pronto porque quiero verte feliz y esa vida de libertinaje que llevas no logra eso.
—No estoy listo.
—¿Mmm?
—No estoy listo para entregar mi corazón —Yoochun clavó su mirada en los ojos de Junsu—, no quiero quedarme sin el.
—Jae me dijo una vez que el corazón no desaparece cuando se lo das a alguien que amas, sino por el contrario conseguirás dos, el tuyo y el de la otra persona y luego lentamente se fundirán en uno más fuerte y más sólido, él dijo que eso es el amor.
—Eso no sonó muy propio de Jaejoong —Arqueó una de sus cejas al pensar en Jaejoong diciendo eso.
—Es que lo leyó en algún manga, pero de cualquier forma creo que es cierto, cuando amas y eres correspondido no solo tú eres el que arriesga su corazón tal vez el que salga perjudicado podrías no ser tú.
—¿Y si no soy correspondido?
—Estamos hablando de ‘Park Yoochun’ ¿quién no le correspondería a él? ¿Alguno de tus objetivos te ha dicho no? —Junsu caminó hasta la ventana del lado derecho de la sala, abrió la cortina y saco su cabeza observando a los autos pasar.
—¿Entonces crees que debería buscar alguien con quien sentar cabeza? —Yoochun se acercó a él y con un leve empujón en su cadera se hizo espacio para ver también por la ventana.
—Definitivamente si —Junsu pensó en la alegría que sentiría si ‘ese alguien’ fuera él—. Mantén tus ojos bien abiertos, no sabes cuando ese alguien puede aparecer.
Permanecieron en silencio en la misma posición esta vez sin importar que el silencio volviera a rodearlos, ahora era diferente, ahora se sentía confortable.
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Jaejoong no era de los hombres que se rendían después del primer fracaso por eso se mantuvo escondido mientras esperaba la oportunidad de un descuido por parte de aquellos dos y así él poder sacar del carrito aquellas latas de atún tan anheladas, y ese momento llego, Minho desapareció al parecer yendo en busca de algo y Yunho se distrajo analizando empaques de sal, ¿qué rayos se le analiza a un empaque de sal? en su opinión podría ser el que tuviera más contenido, ya que Yunho traía un paquete en cada mano y parecía que utilizaba sus brazos como balanzas, Jaejoong rodó los ojos al pensar en que era obvio que ambos contenían lo mismo, ¿acaso no sabía que por eso tenían el peso especifico grabado en el plástico? Dejando de lado eso, Kim camino sigilosamente hasta él y metió uno de sus brazos en el carro de autoservicio y sujeto las latas que por suerte estaban apiladas facilitando el agarre, a punto de sacarlas una mano tomó su muñeca haciendo que diera un pequeño salto por la impresión.
—Ssh… ¿asaltando el carro de alguien más? —Yunho dijo mientras agitaba su cabeza en negación.
—No son tuyas, todavía no las pagas.
—Bueno pero están apartadas.
—Aish bien, quédatelas, no me importa.
Jaejoong soltó las latas y sacudió su mano para zafarse del agarre y camino para alejarse, Yunho no pudo evitar sonreír, algo en su interior disfrutaba el hacerlo enojar, colocó una de las bolsas de sal en el carro las cuales en realidad no estaba examinando sino mas bien simulando hacerlo, tenia rato ya de que se había dado cuenta que Jaejoong los estaba siguiendo así que aprovecho el momento en que Minho fue por la leche para actuar como si fuera ajeno a toda la situación.
Kim iba maldiciendo por lo bajo mientras zigzagueaba entre los pasillos, ahora debería ir a otro lugar a conseguir el dichoso atún.
—Ojala que le duela el estomago cuando se lo coma.
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Changmin regreso de correr y como era costumbre lo primero que hizo fue darse una ducha, el hecho de que Minho ya no se encontrara durmiendo no le pareció del todo raro, porque Choi en ocasiones se levantaba temprano para hacer sus proyectos de la universidad, y así encontrarse libre por si acaso planeaban salir por la tarde.
Pero cuando Changmin termino de vestirse y fue directamente al estudio personal de Minho y no lo encontró allí supo que algo extraño estaba sucediendo, fue a la cocina y le preguntó por su novio a una de las mujeres del personal de la casa, ella se limito a contestar que desde la noche anterior no lo habían visto y lo mismo contestaron los otros empleados.
Un ligero temor lo recorrió desde los pies hasta la cabeza, camino lentamente hasta fuera de su casa y una vez ahí observo el espacio vacío. Efectivamente su auto fue llevado lejos de él y estaba en algún punto desconocido, entró de nuevo subiendo corriendo las escaleras para llegar hasta su habitación, abrió la puerta azotándola en el proceso y tomó rápidamente su celular, a punto de marcar una de las sirvientas apareció con el teléfono en mano diciéndole que tenía una llamada del señor Jung, aventó suavemente su celular a la cama, sujeto el que le ofrecía la mujer haciendo que esta se retirara inmediatamente, por ahora la llamada a su novio quedaría pendiente.
—¡Si le pasa algo a mi bebé estas tan muerto Choi Minho! —habló antes de acercar el aparato a su oído—. ¿Abuelo?
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Para mala suerte de Jaejoong la fila de la caja rápida estaba fuera de servicio, solo llevaba tres cosas y las demás filas eran enormes, miró a su reloj lamentando el haberse quedado viendo los productos electrónicos ya que al final termino por no comprar ninguno, deseaba una nueva notebook pero no se decidió por ninguna, después pensó en comprar una cámara de video pero se dio cuenta que en realidad le gustaba más tomar fotos, vio las cámaras digitales pero ninguna le gusto, fue casi una hora perdida en eso.
Volteo a su alrededor y vio a dos hombres altos ya muy avanzados en una de las hileras, mordió su labio inferior antes de suspirar cansadamente, avanzo hasta ellos para tocar el hombro de Yunho.
—Déjame adelante de ti.
—¿Perdón? ¿Quieres que te deje colar en la fila?
—Solo tengo tres cosas y todos tienen miles, no quiero salir de aquí hasta en la noche.
—No puedo hacer eso, los demás se molestaran conmigo.
—Entonces paga esto por mí, yo te daré el dinero.
—¿Por qué? —Yunho se recargó en el carro y arqueó una de sus cejas, Jaejoong solo volteó a un costado murmurando algo—. ¿Qué dijiste? —Colocó una mano en su oreja para indicarle que no escucho.
—Por favor —Kim habló mientras lo miraba con sus ojos entre cerrados.
—Si lo pides tan amablemente no puedo negarme, pon las cosas aquí.
Después de pagar las cosas con la tarjeta de crédito de Minho, los tres caminaron fuera de la tienda de autoservicio hasta el estacionamiento y se detuvieron al llegar a un auto deportivo último modelo. Choi presiono un botón y la cajuela se abrió.
—Aquí está el dinero —Jaejoong extendió su mano con unos cuantos billetes hacia Yunho.
—¿Aun quieres las latas de atún?
—¿Me las vas a vender?
—Depende.
—Olvídalo, no me interesa hacer tratos contigo, solo toma el maldito dinero y dame mis cosas.
—Está bien —Yunho sacó dos bolsas que contenían shampoo, jabón y cátsup, y les agrego las cuatro latas de atún—, ahí está —Se las entregó aceptando el dinero a cambio.
—Gracias, lo que te di también cubre lo del atún —Había notado que Yunho metió las latas en una de sus bolsas, y ya que no tenía ganas de ir a otro lado a conseguirlas, prefirió no decir nada y solo aceptarlas.
—Ok —Le sonrió amablemente—. ¿Dónde dejaste tu auto?
—Vine en autobús, no iba a comprar muchas cosas y a veces los fines de semana el estacionamiento está muy lleno así que… bueno me voy —Jaejoong se cortó así mismo cuando noto que estaba contándole mucho a alguien que no tenia porque saber nada de él.
—Nosotros te llevamos —Yunho ofreció amablemente.
—No gracias.
—No es molestia el llevarte —Minho había terminado de guardar él mismo todas las cosas y se incluyo en la plática—, hace mucho calor y llegaras más rápido en el auto.
—Te debo un aventón, vamos —Yunho tomó su mano para jalarlo hasta la puerta, la abrió e hizo el asiento hacia delante para que entrara.
—Espera… —Rodó sus ojos y se agacho para entrar—, gracias entonces.
—No es nada —Minho entró sentándose y encendió el auto en cuanto Yunho cerró la puerta—, tú me dices por dónde ir.
—Oh… cuando salgas das vuelta a la derecha y sigue por la misma hasta llegar a la segunda intersección, ahí das vuelta y más adelante te digo donde dar otra.
—Ok... oh —El celular de Minho comenzó a sonar desde el bolsillo de su pantalón—, ya se había tardado en llamar —Sonrió cuando leyó el nombre en pantalla, oprimió el botón para contestar y lo acercó a su oído—. Hey.
¡¿Dónde estás?! —Se escuchó la voz de Changmin un tono más alto de lo normal.
—En un supermercado.
¿Qué haces ahí?
Vine a comprar unas cosas.
¡¿Y porque te llevaste mi auto?!
Porque eran muchas, además tenía ganas de conducir.
¡Quiero que regreses en este mismo instante!
En una hora estoy allá.
¿Qué quieres decir con una hora? ¡Llevas casi dos horas fuera!
Me tengo que ir, voy a colgar.
¡Yah! Regresa, no quiero encontrar un solo rayón en mi auto.
Sí, sí, ya lo sé, nos vemos~ —Colgó y regreso su teléfono a su pantalón—. Ni siquiera preguntó con quien estaba ni que compre, con que su auto se encuentre bien es más que suficiente.
—Te espera un largo sermón cuando regreses.
—Nah, si me dice algo le ponchare las llantas a esta maldita cosa.
—Si tienes prisa, de verdad puedo irme en autobús —Jaejoong desde el asiento trasero habló mientras hizo el intento empujar el asiento delantero para que Yunho se levantara y así pudiera bajar.
—No, solo es que mi novio está en crisis, el que haga berrinche por un rato no lo va a matar —Minho volteó su cabeza hacia él y le mostró una pequeña sonrisa—. Bueno, ahora si vámonos.
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—¿Recuerdas esta?
—Oh si, fue cuando nos saltamos las clases para ir a comer sushi.
—Sip y esta es de cuando jugamos futbol dentro de la asociación de alumnos, ¿te acuerdas de la cara que puso Jae cuando la lámpara se despego del techo?
—Como olvidarla, quisiera haber tomado una foto de ella.
Yoochun y Junsu llevaban casi una hora platicando sobre sus días como estudiantes universitarios incluso Kim había ido por su laptop para ver las fotos de aquellos días, tenían cientos de imágenes donde salían con varios de sus compañeros, todas reflejaban bellos recuerdos que traían añoranza a sus vidas.
—El otro día mientras caminaba por una calle vi al profesor Hwan, sentí la necesidad de esconderme.
—Afortunadamente yo no me lo he topado, pero si lo hago fingiré no conocerlo.
—¡Yah! ¿Cómo puedes ser tan descarado respecto a eso?
—No fuimos los primeros ni lo últimos en hacer trampa en uno de sus exámenes —Yoochun mencionó aquello muy quitado de la pena.
—Eso no importa, todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer, incluso puedo aun oír sus silbidos mientras nos quitaba nuestros acordeones.
—¿No le has contado a nadie de esto verdad?
—Claro que no, ¿crees que es algo de lo que estaría orgulloso de hablar?
—No debes hacerlo, es nuestro secreto, mis padres piensan que yo jamás hice algo indebido y no quiero que esa imagen que tienen de mi se derrumbe —Park le guiño un ojo.
—Ni yo —Junsu soltó una pequeña risa.
Así de fácil las paces entre ellos estaban hechas, Junsu no se sentía así de a gusto con alguien como con Yoochun y este no se mostraba tan abierto como con él, era como si sus defectos y virtudes encajaran perfecto como dos piezas de un rompecabezas.
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Minho estaciono el auto enfrente de la casa de Jaejoong, Yunho se quito del asiento y lo inclino hacia delante para que Jaejoong pudiera salir, una vez afuera se inclino leventemente agradeciendo por el ride, dio media vuelta para avanzar hacia su casa pero una voz femenina detuvo su camino.
—Joongie, ya llegaste —La madre de Jaejoong salió de su casa al ver que su hijo llego acompañado, se acercó al vehículo y se asomo para ver de quien se trataba—. Oh… Yunho.
—Buenas tardes señora —Yunho salió e hizo una ligera reverencia.
—Me alegra volver a verte ¿Cómo has estado?
—Bien ¿y usted?
—Muy bien, ¿por qué no pasas un rato a la casa?
—Mamá, lleva prisa —Jaejoong jaló del brazo de su madre.
—Pero unos minutos no harán mucha diferencia —La señora Kim insistió mientras trataba de acercarse más a Yunho pero el agarre de su hijo no se lo permitió.
—Gracias pero si tengo algo de prisa, aunque espero que la invitación quede abierta para otra ocasión.
—Por supuesto, ¿tal vez mañana?
—¿Cena?
—Si.
—Perfecto.
Jaejoong solo volteaba hacia cada uno de los lados, era posible que eso estuviera sucediendo frente a sus ojos, ¿una de las personas que más detestaba y su propia madre estaban poniéndose de acuerdo para una cena? ¿en su casa? Deseaba que alguien saliera de la nada diciendo ‘sorpresa estas en una cámara escondida’, pero no sucedió.
—Bien, me tengo que ir, hasta mañana —Yunho agitó su mano e ingreso en el auto partiendo inmediatamente.
—¡Mamá! ¿Por qué lo invitaste?
—¿Qué tiene? ¿Es un amigo tuyo no?
—¡No! ¡No es mi amigo! —Jaejoong entró pisoteando en su casa y llevo las bolsas a la cocina —No quiero que venga —Metió bruscamente las latas en la alacena y salió dirigiéndose a su habitación.
—¡Jae! ¿Me trajiste lo que te pedí? —Su madre gritó desde la sala pero no recibió respuesta, movió sus hombros con desinterés y fue por uno de sus libros de cocina para buscar la receta perfecta para la próxima cena.
---
—¡Ya llegue!
Minho entró en su casa mirando a su alrededor en busca de alguna señal de Changmin, hubiera jurado que lo encontraría en la cochera esperando por él, pero no fue así, tal vez esta vez Shim realmente se había molestado con él. Vio hacia la sala y lo encontró sentado en uno de los sillones, camino hacia él inmediatamente.
—Antes de que me grites quiero decirte que estaba con… —Cuando Minho se dio cuenta de la presencia de su suegra, corto su discurso.
—¿Con quién? —Changmin arqueó una de sus cejas aguardando por la respuesta.
—Con… Jonghyun —Avanzó hasta la madrastra de Changmin y se inclino ante ella —hola.
—Nunca van a visitarnos —La señora Shim le sonrió cálidamente y con la mano le indicó que tomara asiento a un lado de ella.
—Hemos estado ocupados, pero trataremos de ir pronto —Changmin habló mientras levantaba su taza con té para dar un sorbo de ella.
—Minho… ¿aun no se comunica Yunho contigo?
—No.
Minho tuvo que morderse la lengua para no decir la verdad, sus padres siempre le habían inculcado que tratara a los padres de los demás como los propios, y Minho nunca le mentía a sus padres, además de que la señora Shim fue una de las primeras en apoyar su relación y la que intercedió con su familia para que aceptaran el hecho de que él junto con su hijo vivirían juntos. Minho la quería casi como a una segunda madre.
—Mamá, te dije que Yunho llamo a mi oficina y….
—Lo sé, pero estoy segura que sabes dónde está y no vas decírmelo, siempre ha sido así con ustedes dos, se guardan la información para sí mismos.
No es que Shim Hyoyeon se quejara de la relación de complicidad que tenían Yunho y Changmin, al contrario era feliz por ello pues aunque no eran hermanos de verdad el lazo entre ellos era tan estrecho que a vista de los demás no existía ninguna diferencia.
Desde pequeños ellos constantemente preferían recibir ambos el castigo por la travesura que alguno de los dos cometía en lugar de delatar al culpable, siendo casi siempre Yunho. La actitud de Changmin siempre había sido centrada a diferencia de Yunho, quien siempre se mostró soñador, y aunque la mayoría de las veces parecía que los papeles de hyung y dongsaeng se invertían, ambos estaban ahí para cuando se necesitaran, como la vez en que Yunho se involucro en una riña con algunos de sus compañeros en la escuela porque estos se burlaron del hecho de no tener padre y Changmin habló con la directora pidiéndole que no lo expulsara, esa vez Shim casi lloro para convencerla, o la vez en que los brabucones de la escuela molestaban diariamente a Changmin y Yunho fue a amenazarlos aprovechando que les doblaba la estatura; cosas como esas pasaron a lo largo de los quince años que llevaban siendo parte de la misma familia. Y Hyoyeon se sentía sumamente agradecida con la vida por darle la oportunidad de tener no solo uno sino dos hijos maravillosos, pero una madre nunca deja de preocuparse por sus hijos no importa la edad que tengan, porque aunque Changmin le repetía incansablemente que Yunho tenía la edad suficiente para cuidarse eso no le quitaba el dejo de inquietud que llevaba dentro de sí.
—Bien, solo espero que si tiene alguna dificultad lo ayudes por mi y dile que una llamada no es mucho pedir —La señora Shim dio una palmada en la mano de Minho y se levanto—, y ustedes vayan a casa pronto.
Ambos hombres se levantaron para acompañarla hasta la puerta, ahí la despidieron y regresaron al mismo espacio donde se encontraban antes.
—Me siento mal ocultándole lo de hyung.
—Hablare con él y si él no se lo dice yo lo hare —Changmin tomó la mano del otro guiándolo al garaje —¿donde está lo que compraste? —mencionó mientras examinaba minuciosamente su automóvil.
—Uhm… yo.
—¿Qué hiciste?...
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Yoochun llego a su departamento después del atardecer, se encontraba contento después de haber arreglado las cosas con Junsu pero aun así sentía inseguridad, esa que desde el día en que conoció a ‘Shim Yunho’ se aferro a su ser y solo traía complicaciones a su vida.
Llevaba un mes trabajando en la empresa y desafortunadamente no había recibido quejas de su trabajo, resultaba irónico que hasta el Ingeniero Wan adulo su profesionalismo, se suponía que lo había puesto a su cargo para que lo ahogara en trabajo y por ende desertara, pero nada de eso ocurrió es mas ni siquiera se quejaba, que se supone que era ese tipo, ¿alguien perfecto? un perfecto idiota, eso es lo que era a su parecer.
Sea como fuera Yoochun tenía que conseguir sacar de su camino a ese hombre, porque tal vez si este desaparecía sus emociones no volverían a jugarle malas pasadas, el no volvería a sentir ese ímpetu de abrazar a su mejor amigo y mucho menos sentir la necesidad de besarlo como esa tarde, porque obviamente su mente solo estaba viéndose afectada por Yunho, no es que en realidad sintiera algo más que amistad por Junsu ¿o sí?

Enredos de amor: Capítulo 10

Una noche de película

Salir a comer ese día no había parecido ser una buena opción para Yoochun por lo que decidió pedir algo por teléfono para él y Jaejoong, los últimos días Junsu había estado saliendo diariamente a comer con Yunho dejando a los dos abandonados, y precisamente ambos fueron testigos de ello el día anterior cuando entraron en un restaurante y los vieron sentados en una de las mesas mientras conversaban amenamente, en ese momento Yoochun había perdido el apetito y Jaejoong había fruncido el entrecejo, sin decir palabra entre ellos dieron vuelta caminando a otro lugar, comieron pero solo por la necesidad mas no con ganas. Es por eso que el estar en los comedores con los demás empleados resulto ser mejor, al menos les ahorraba malos encuentros.

Enredos de amor: Capítulo 9

Nada ocurre tal como se planea

Ese sábado por la mañana Jaejoong arrastraba de mala gana una bolsa grande llena de latas aplastadas, estaba casi repleta.
—No sabía que necesitaras dinero que ya hasta recolectas latas para venderlas —Yunho se encontraba de pie frente a él bebiendo de su botella con agua luciendo como si viniera de correr.

Enredos de amor: Capítulo 8

Los reencuentros te llenan de felicidad

—Si dicen algo extraño no les hagas caso.
—Estas exagerando, él que debería estar nervioso soy yo y no tú —Yunho sonrió cálidamente mientras era guiado por Junsu hacia el interior de la casa de los padres de este.

Enredos de amor: Capítulo 7

Si quieres hacer las paces con tu enemigo, debes trabajar con él

Eran las 9 de la noche y el ruido de la puerta siendo abierta cuidadosamente alerto a Minho quien se encontraba sentado a un lado del gran ventanal del espacioso lugar.
—¿Dónde estabas Shim Changmin?
—¿Eh? —Changmin rápidamente encendió las luces de su casa—. ¿Qué haces ahí sentado en medio de la oscuridad?
—Contesta mi pregunta.
—En la oficina, la junta se extendió más de lo esperado —Camino hacia uno de los blancos sillones de la sala—. ¿Recuerdas que ayer te dije que hoy tendría una agenda muy apretada? —Se dejo caer y después de estirar sus largas piernas se aflojo su corbata.
—¿Es por eso que saliste desde muy temprano esta mañana?
—Tenía cosas que preparar.
—¿A sí? ¿Y a qué hora llegaste a tu oficina? —Minho se levanto y fue hacia el pequeño mini bar colocado en una de las esquinas, saco de el una botella con jugo de mango.
—No sé exactamente qué hora era.
—¿Supongo que fue como a las 9:30am? —Agarro dos vasos del estante frente a él y sirvió en ellos algo del contenido de la botella.
—Tal vez.
—Entonces por qué tu asistente llamo a las 10:00 para avisarte que la reunión de las 11:30 se había retrasado —Avanzo hacia Changmin extendiendo su mano para ofrecerle uno de los vasos que llevaba—. Si para esa hora tú ya estabas ahí —Tomo asiento en el sillón en frente de Changmin.
—Porque no llegue directamente a mi oficina, estaba en el área de finanzas —Ahora se explicaba porque su empleada no le había mencionado del asunto, él se había enterado por uno de los ejecutivos con él que se había topado al llegar a su trabajo—. Ella debió pensar que seguía aquí.
—¿Y por qué apagaste tu celular?
—Porque estaba hablando de asuntos importantes y no quería ser interrumpido —Bebió un poco del jugo e hizo su cabeza hacia atrás—. Ya basta de tantas preguntas, vengo muy cansado y lo único que quiero es cenar y dormir.
—¿Estas ocultándome algo?
—De verdad tengo hambre ¿tú ya cenaste? —Se levanto y camino algunos pasos para hacer sonar un timbre para llamar al personal de la casa.
—No tengo hambre —Tomo todo el liquido de su vaso para después levantarse y dirigirse hacia las escaleras que daban al segundo piso—. Me iré a dormir.
—Yo… —Changmin no tuvo tiempo de terminar ya que Minho desapareció de su vista—. Agh maldito Yunho —maldijo por lo bajo.
En cuanto la mujer del servicio llego hasta él, Changmin le pidió que preparara una cena ligera.
Durante todo el día había tenido la esperanza de que su novio no le preguntara por su escabullida matutina, lamentablemente si lo hizo y ahora tenía que buscar la manera de desvanecer el notable enojo por parte de Minho.
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—¡Esto ya no sirve! —Jaejoong grito haciendo que las pocas personas que transitaban en la calle voltearan a verlos.
—Podemos cambiarle el marco.
—Ah sí, y dime ¿eso arreglara las manchas en el?
—¿Cuáles manchas? No tiene ninguna —Lo dijo mientras examinaba cuidadosamente al cuadro sostenido en sus manos.
—¡Las que tendrá una vez que se seque!
—Oh.
Cuando el auto de Jaejoong pasó por un tope, el vehículo reboto un poco lo que ocasiono que el cuadro resbalara y cayera en un charco, exactamente del lado de la pintura, el marco también se había desprendido y despostillado de dos orillas.
Yunho corrió inmediatamente hasta la desastrosa escena, levanto el objeto y trato de utilizarlo como escudo del hombre con mirada de fuego delante de él.
—¿Tienes idea de cuánto era el valor de este cuadro? No, tú qué vas a saber —Se recargo en la cajuela de su coche y llevo ambas manos a su rostro para cubrirlo—. Todo por hacerte caso ¡agh no se quien es mas idiota aquí, supongo que yo por aceptar la ayuda de un hombre como tú!
—¿Un hombre como yo? ¿Qué quieres decir con eso? —Yunho quito su atención del cuadro y la puso en Jaejoong.
—¡Así como eres, un inútil que no puede siquiera limpiar su casa!
—¿Y tú qué diablos sabes sobre mi? No llevas mucho tiempo conociéndome.
—No es necesario eso, con lo poco que llevo tratándote puedo darme cuenta que tú solo funcionas cuando te dan las cosas en bandeja de plata, tú no puedes valerte por ti mismo.
—Tú no sabes nada de mí —Empujo el cuadro hacia delante volviendo a caer este en el agua sucia —no tienes derecho de opinar sobre mi vida—. Dio la vuelta y comenzó a alejarse.
—¡Yah! —Rápidamente Jaejoong levanto la pintura del asfalto—. ¡Eres un maldito! ¡Hablare con mis abogados y te demandare por daño a propiedad ajena! ¡Te pudrirás en la cárcel! —grito a la espalda de Yunho quien en ningún momento volteo hacia él, cuando estuvo más lejos de su vista regreso sus ojos al objeto en sus manos para mirarlo con detenimiento—. Ahora si ya no tiene arreglo —Lo soltó y luego lo pateo tratando de librarse de su ira contenida.
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Yunho entro en su departamento azotando la puerta, camino hasta su cuarto y se dejo caer sentado sobre su cama, coloco sus manos en el borde del colchón oprimiéndolo con fuerza, cerró sus ojos y apretó sus dientes.
«Tú no puedes valerte por ti mismo» Precisamente esa frase había provocado que saliera de su casa, sencillas palabras que habían calado más de lo debido en su orgullo.
Se dejo caer sobre su espalda y fijo su vista en el techo, mientras imágenes de una escena similar se reproducían en su cabeza.
—Te dije desde un principio que aunque estudiaras arquitectura, no la ejercerías.
—Pero es lo que realmente me gusta, no puedo estar encerrado más de ocho horas en una oficina haciendo algo que me aburre —Coloco su manos en puños sobre el escritorio del hombre frente a él.
—No me interesa que es lo que te gusta o no, tu deber es reemplazarme y encargarte de la empresa.
—Pero no quiero, ¿es tan difícil entender eso?
—Sí, y mientras lleves el apellido Jung, harás lo que te digo —El hombre se levanto de su asiento, imitando la posición de Yunho.
—¡Entonces renuncio a el!
—¡Piensa bien lo que estás diciendo, si renuncias a el, tendrás que dejar la casa y no recibirás ni un solo centavo mío!
—Eso no me importa, puedo trabajar y ganar mi propio dinero.
—¿Estás seguro? —El mayor volvió a sentarse en su silla detrás del escritorio—. A mi parecer tú no puedes valerte por ti mismo.
—Veras que si puedo, algún día te demostrare que no necesito de tu nombre o tu fortuna para abrirme camino —Yunho retiro sus manos del mueble y las puso a sus costados apretándolas más fuerte.
—Solo te advierto que en cuanto pongas un pie fuera de la casa, no podrás regresar a ella hasta que me hagas ver que yo estaba equivocado.
—Ten por seguro que así lo hare —Camino hasta la puerta para salir de la oficina—. A partir de esta noche no dormiré más en la casa.
—Quiero que solo tomes tu ropa, no puedes llevarte nada más, no tarjetas de crédito, no auto, así como ninguna joya que se haya comprado con dinero de la familia.
Después de eso, camino fuera y fue directamente a la mansión Jung para recoger sus pertenecías y así poder iniciar una nueva vida como simplemente Yunho.
Dio un suspiro largo antes de levantarse, tal vez si había una cosa en la que debería hacerle caso a Jaejoong y esa era en la limpieza del lugar, se movió fuera de la habitación y luego de que mirara a su alrededor, junto ambas manos para tronarse los dedos.
—Manos a la obra.
Esa noche no importaría a qué hora terminara, no dormiría hasta que el departamento luciera igual que cuando llego ahí.
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—Estos son los candidatos más aptos para el puesto —Yoochun dejo sobre la mesa una pila de carpetas con los datos de las personas que había pre-seleccionado—. Revísenlos y entre todos escojan al más conveniente para la empresa.
Después de hora y media debatiendo, se llego a la decisión unánime de contratar a un tal Kang Seungho, un arquitecto de 35 años con casi 10 de experiencia, para Yoochun desde un principio estuvo claro que Yunho no tendría ninguna esperanza, porque aunque tuviera el talento y la disposición necesaria, estaban primero los intereses de la empresa, la mayoría de los clientes se rehusaban a trabajar con principiantes, pero las ideas frescas que él podría aportar beneficiarían a la compañía, por lo que Park después de pensarlo decidió darle una oportunidad.
—Tengo a un candidato para asistente —hablo claramente para llamar la atención de todos.
—Pero no solicitamos a otro asistente —Uno de los hombres hablo mirando a los demás como buscando a alguien que hubiera pedido a una persona más.
—Es una persona que creo favorecerá a los nuevos proyectos.
—¿De quién se trata?
—Solicitante número 18. Shim Yunho.
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—Adelante —Junsu desde su escritorio hablo mientras volteaba hacia el frente.
—Te tengo buenas noticias —Yoochun entro rápidamente y fue a sentarse sobre una de las esquinas del mueble.
—¿Buenas? Dime —Junsu inmediatamente volcó toda su atención sobre su amigo.
—Puedes llamar a Yunho y decirle que ya tiene trabajo —Park le dijo mientras sonreía.
—¿De verdad?
—No será como arquitecto, sino como asistente en el departamento, pero… —Junsu interrumpió su explicación cuando se lanzo sobre él para darle un fuerte abrazo.
—Gracias Chunnie —Kim hundió su cabeza en el cuello del otro mientras sonreía.
—Bueno, no sé si él esté interesado de todos modos, tal vez….
—Claro que aceptara, necesita mucho el trabajo —Junsu despego su cuerpo del otro y lo miro todavía con la sonrisa en sus facciones.
—Bien, entonces dejare que tú le llames y le digas que se presente mañana con el jefe de personal ¿de acuerdo?
—¡Sí! Ahora mismo le marco para decirle —Saco su celular y comenzó a buscar su nombre entre sus contactos.
—Yo me voy, tengo aun mucho trabajo —Se levanto del escritorio para caminar a la salida.
—De nuevo gracias.
—Te veo luego Su.
Cuando Yoochun salió por completo de la oficina, Junsu oprimió la tecla para llamar a Yunho y contarle la nueva buena.
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—¿Ha recibido una llamada extraña?
—No.
—¿Segura?
—Si, Minho tengo muchas cosas que hacer, por favor déjame trabajar —La secretaria de Changmin empujo ligeramente al hombre.
—Yah, yo te ayude a conseguir este trabajo, por lo menos deberías de mostrar algo de solidaridad hacia mí.
—Si ya sé que me metiste aquí para que pudiera mantener un ojo en Changmin-ssi, pero necesito el dinero y como el que me paga no eres tú….
—¿Estas insinuando que como él te paga, vas a solaparle todas sus movidas chuecas? —Minho la miro frunciendo el ceño.
—Yo no dije eso, simplemente, aish yo no he visto nada extraño en su comportamiento, no sale con nadie, no tiene visitas raras y la mayoría del tiempo se la pasa rodeado de hombres que le llevan por lo menos 20 años.
—Espero que no me estés mintiendo Jieun.
—Ahora entra antes de que se dé cuenta que estamos hablando de él.
Minho entrecerró sus ojos para darle una mirada resplandeciente y se coloco frente a la puerta de la oficina de su novio, toco dos veces y enseguida escucho que el hombre le daba permiso de pasar.
—¿Estas muy ocupado? —Minho entro y cerró la puerta suavemente.
—Algo… ¿vienes para que vayamos a comer?
—Sí, pero si no tienes tiempo, puedo….
—No —Changmin se levanto y camino hacia él—. Vamos a comer, el trabajo todavía estará aquí para cuando regrese.
—Ok —Minho sonrió y tomo la mano de Changmin.
Ambos hombres salieron y caminaron al restaurante de una plaza comercial cercana. Comieron mientras conversaban y después de cuarenta y cinco minutos se despidieron frente a la empresa. Changmin regresaría a trabajar y Minho asistiría a dos clases en la universidad.
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—Yoochun-ah, necesito que me des algo ya, me aburro sin hacer nada.
—Jae… eres el único que conozco que viene a pedirme que le dé algo de trabajo —Le dijo mientras sonreía aun con su vista en la pantalla de su computadora.
—Es porque yo si soy responsable.
—¿Por qué no sigues con lo del hotel?
—¿Para qué? ¿Para qué me digan que eso no es lo que quieren? Tampoco me gusta trabajar en vano —Se dejo caer en el diván en la esquina de la oficina de Yoochun—. ¿Durante tus horas de trabajo te duermes aquí verdad? —Arqueo una de sus cejas esperando la respuesta.
—A veces —Yoochun sonrió de lado.
—Te voy a acusar con Junsu.
—¿Y por que con él? ¿Acaso es mi mamá?
—Es tu próximo jefe —Jaejoong levanto el dedo índice de su mano derecha para recalcar lo dicho.
—Dile, hoy lo hice muy feliz, me dará permiso de dormirme las veces que quiera —Park se recargo en el respaldo de su silla y cruzo sus manos detrás de su cabeza.
—¿Y se puede saber que fue lo que hiciste?
—Le di trabajo a su vecino.
—Genial, el enemigo en casa —Kim murmuro de lado.
—¿Qué dijiste?
—Que creí que te caía mal —Jaejoong decidió redefinir su frase.
—Pero decidí seguir el consejo de tu mamá, si trabaja aquí, entre los dos podremos estar al tanto de lo que hace y saber qué clase de persona es.
—¿Estás seguro de que eso es lo correcto?
—¿Por qué? ¿Sabes algo que yo no?
—No —Jaejoong se enderezo para marcharse—. En cuanto tengas algo nuevo, asígnamelo a mí Chun.
—Está bien, en cuanto se confirme el proyecto de la renovación del condominio Bongchul te lo daré a ti.
—Gracias —Le dio una pequeña sonrisa—. Me voy, hasta mañana.
—Adiós —Jaejoong cerró la puerta y Yoochun conservo su mirada en ella—. Así es Jaejoong, no puedo estar más seguro de esto, tengo que saber cuáles son las intenciones de ese sujeto —hablo para sí mismo.
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Para cuando el departamento de Yunho estuvo completamente limpio, fueron casi las siete de la mañana, él se fue a dar una rápida ducha y después comió un poco del paquete de comida que había obtenido de Jaejoong, el agua fría que utilizo para bañarse le quito el sueño así que se fue su recamara a ver televisión, no paso mucho tiempo viendo las noticias cuando le regreso la pesadez a sus ojos. Con un click, el aparato se apago y él se acomodo para dormir.
Era por la tarde y estaba aun adormilado cuando recibió la llamada de Junsu, por lo que fue hasta después de que colgó que se dio cuenta de lo que el otro le dijo. Pero no lo recordaba del todo, solo «serás el nuevo asistente» «mañana tienes que venir» «estoy muy contento por ti».
De un brinco salió de su cama y corrió hasta el baño para mojarse la cara, observo su rostro en el espejo arriba del lavabo y reflejo una brillante sonrisa. La felicidad se expandió por todo su ser. Ahora podría probar a todos e incluso a sí mismo, que si él quería, podía lograr lo que se propusiera.
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A la mañana siguiente Junsu fue temprano al departamento 903 para decirle a su vecino que si lo deseaba, él podría llevarlo a la empresa, obviamente Yunho acepto la oferta pero le pido unos minutos para alistarse y después podrían marcharse.
Cuarenta minutos después, ambos se encontraban dentro de A&D Kim. Junsu coloco un gafete de visitante en Yunho. Le indico el camino hacia la oficina de recursos humanos y le deseo suerte.
Junsu hizo su camino hasta su oficina y empezó a revisar el trabajo de ese día.
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Jaejoong caminaba por uno de los pasillos de las enormes instalaciones rumbo a su oficina para realizar un par de anotaciones de su proyecto del Lotte Hotel Seoul, porque de pronto le había llegado un golpe de inspiración, de esos que pocas veces conseguía durante el día, ya que generalmente esto solo sucedía en la noche cuando se acostaba pensando en nuevas ideas para su trabajo, eso era algo a lo que él había bautizado como ‘su hora feliz’, porque de hecho de ahí había sacado sus mejores diseños, gracias a que en el buro junto a su cama tenia siempre una libreta y un lápiz, con los cuales muchas veces plasmaba todas sus locas ideas que inundaban su mente mientras intentaba dormir. Pero esta vez, había llegado de imprevisto y necesitaba urgentemente apuntarla, porque así como venían se iban con facilidad.
Hundido en sus pensamientos dio vuelta en la esquina chocando con otro cuerpo, su frente golpeo en el hombro del otro, coloco una mano en la parte para tratar de aminorar el dolor y alzo su vista para ver con quien se había estrellado.
—¡Tú! —Ambos hombres dijeron al mismo tiempo.
—¿Por qué siempre tengo que toparme contigo? —Jaejoong se hizo un poco para atrás frunciendo el ceño.
—Lamentablemente para ti, ahora eso será más seguido.
—Ya lo sé —Kim desvió su mirada—. Te sacaste el premio gordo con Junsu ¿verdad?, casa y ahora trabajo gracias a él.
—¿Y que si fuera así? Finalmente tu vida no se verá afectada con eso.
—Por supuesto que lo será, cuando te metes con alguien de mi familia, te metes conmigo.
—Yo no planeo hacerle nada a Junsu, y por supuesto a ninguno de tu familia —Se movió, pasando a Jaejoong—. Te veo mañana.
—¡Y más vale que eso que acabas de decir sea cierto! ¡No creas que lo de los abogados era broma! —Jaejoong siguió gritando mientras el otro se retiraba.
Hizo su camino hasta su oficina y cuando se sentó en su silla y abrió en su notebook un archivo de texto, descubrió que no tenía nada que escribir, dicho y hecho, las ideas que había tenido hasta hace unos momentos desaparecieron como por arte de magia.
—En verdad no entiendo que fue lo que hice para merecer esto.
Hablo suavemente mientras veía parpadear el cursor en la hoja virtual en blanco.
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Yoochun y Junsu habían tomado un descanso de su trabajo para encontrarse en la azotea del edificio. Esta vez era el turno de Park para llevar el café, esta era una rutina que hacían frecuentemente, siempre se alternaban el comprar la bebida que tomaban mientras respiraban un poco de aire “fresco”.
—Junsu recuerda que mañana nos vamos de aquí, debes traer todas tus cosas contigo cuando vengas para la empresa.
—¿Chun?
—¿Si?
—¿Crees que si Yunho se esfuerza en su cargo, pronto pueda ascender de puesto?
—No lo sé —Yoochun volteo su cara con molestia, se supone que estaban hablando de su próximo viaje juntos ¿y él solo podía pensar en otro tipo?
—Yo pienso que si, esta mañana cuando veníamos para acá, lucía muy emocionado, se que pondrá todo su esfuerzo en su trabajo.
—¿Le dijiste a tus papás que irías conmigo este fin de semana? —Park trato de cambiar el tema, no tenía ni el más mínimo interés por conocer más detalles de su amistad o lo que fuera que Junsu tuviera con el hombre.
—Le mencione algo así a mi papá… oh hablando de eso tengo que decirle a Yunho que esta noche es la cena en mi casa —Kim se levanto apresuradamente de su silla.
—¿Cena?
—Sí, mi mamá insistió en que quería conocer más a Yunho, y mi papá me dijo que nos esperaban a ambos en casa a las 8pm. Debo irme Yoochun-ah, nos vemos mañana —Agito su mano y se alejo sonriendo—. Gracias por el café.
Yoochun le sonrió en respuesta y cuando estuvo seguro de que su amigo se había ido, apachurro con su mano el vaso de unicel ahora vacio. Comenzaba a sentirse ignorado y la opresión en su pecho era cada vez mayor. Tenía que idear un plan para estos próximos días, algo que le permitirá sentirse de nuevo seguro de que lo que tenía con Junsu era algo importante para ambos.
—Estos dos días me asegurare de marcar mi territorio.