Una cita sin igual
Vistiendo ropa
deportiva, una gorra y una mochila en su espalda, Yunho presiono el timbre de
la casa de Jaejoong. No tardo ni dos minutos cuando la gran puerta negra se
abrió revelando a un hombre con una vestimenta del mismo estilo.
—¡Otro día
mamá, llevamos prisa! —Sin escuchar una réplica, Jaejoong cerró las puertas y
se acercó a su auto estacionado a unos cuantos pasos—. ¿A dónde iremos?
—Es una
sorpresa —Yunho contestó sonriendo—. ¿Discutías con tu mamá?
—Quería que
entraras.
—Puedo hacer….
—No, si pones
un pie en mi casa, ella no nos dejara ir en menos de una hora, además de que
hará un sin fin de preguntas.
—Oh, entonces
otro día —Sonrió de nuevo ajustándose uno de los tirantes de su backpack—. No iremos
en tu coche —mencionó cuando Jaejoong apagó la alarma de este.
—¿Cómo? ¿Te
prestaron uno? ¿Quién?
—No, tan solo
usaremos otro transporte.
—¿Cuál?
—Ya verás —Yunho
sujeto su mano guiándolo hacia el final de la calle donde doblaron en una de
las esquinas.
Caminaron cerca
de cinco cuadras hasta llegar a una de las avenidas, Jaejoong tuvo un ligero
presentimiento cuando observo a un par de personas sentadas en una banca con
techo, la parada del autobús.
—Tomaremos un
taxi ¿cierto? —Jaejoong se detuvo mirándolo fijamente.
—Es mas
practico ir en autobús.
—Oh no, no
subiré —Sus pies se clavaron en la acera negándose rotundamente a caminar—.
Regresemos por mi auto o vayámonos en taxi, pero no en eso —Señaló con su dedo
tembloroso al transporte público que circulaba por la calle.
—¿Qué hay de
malo en utilizarlo? Yo lo hago con frecuencia.
—Pero yo no
acostumbro, me es incomodo.
—Vamos, ayer
acordaste algo, así que debes cumplirlo.
«Tengamos una cita como yo quiera y sin
negaciones de tu parte» el rostro de Jaejoong palideció aun mas al recordarlo, de
un fuerte tirón Yunho consiguió moverlo cuando el autobús se detuvo y Kim no
supo cómo pero ahora se encontraba de pie y sujetándose de una de las barras
dentro de este.
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Changmin mordió
el sándwich antes de beber de su vaso con jugo de zanahoria mientras veía a
Minho leer la sección de deportes del periódico.
—¿A que vino
Yunho tan temprano?
—Me pidió que
le prepara comida para una especie de picnic —Minho contestó sin despegar la
vista de las paginas.
—¿A su edad
todavía hace esas cosas? —Rió de medio lado—. Me sorprende que no pidiera que
lo acompañáramos.
—Hoy saldrá con
Jaejoong-ssi.
—Ah ya veo,
está tratando de impresionarlo utilizando el esfuerzo de otros.
—Como si tú
nunca lo hubieras hecho, además al menos eso le debes por dejarte quedar con él
por tanto tiempo.
—Compartíamos
gastos, en realidad yo era el que por lo regular pagaba todo.
—Y también el
que consumía todo —añadió dejando su periódico de lado—. Changmin-ah ¿la que
era tu vecina tiene el número de tu celular?
—¿Cuál vecina?
—La chica que
vive un piso antes que el de Yunho hyung.
—No sé de quién
hablas —Sin mostrarle importancia, Changmin dio otro bocado de su emparedado.
—La chica con
la que frecuentemente te encontrabas, no finjas.
—Juro que no sé
de quién hablas.
—Yunho hyung me
dijo que tenían una vecina….
—Pues solamente
la conoce él, porque yo no tengo ni idea de quien se trate —Abandono el pedazo
de sandia que tenía ahora en sus manos cuando un pensamiento llego a su cabeza—.
A todo esto ¿cuál es la insistencia? ¿para qué quieres saber de ella? ¿te
interesa o qué?
—¿A mí por qué
debería de interesarme? Más bien esa pregunta es para ti.
—¡Pero si no sé
quién demonios es ¿cómo puedo estar interesado?!
—Hyung dijo que
ella te miraba de cierto modo —Minho habló bajo al captar la innegable molestia
en el tono de voz del otro.
—Pues
seguramente estaba jugándote una broma o ve tú a saber qué diablos quería
cuando te dijo eso, pero yo no conozco a ninguna mujer de ese edificio y de
ningún otro cercano, nunca pase más de tres minutos en los pasillos y en el
elevador jamás me encontré con nadie, si no me crees puedo hablarle a Yunho para
que él diga cuál era su plan con todo esto —Changmin rápidamente levanto su
celular de la mesa comenzando a marcar en el.
—Yo… si tú lo
dices no tienes que llamarle a nadie, te creo.
—¿Estás seguro?
Porque me niego a seguir discutiendo por algo tan ridículo —Alzó el aparato en
su mano aguardando por la respuesta.
—Seguramente él
estaba tratando de que volvieras a casa, lo siento, no quise….
—Bien, dejemos
esto así, después hablare con él —Regresó su teléfono a la superficie del
mueble y bebió el resto de su jugo—. ¿Quieres que salgamos hoy? —Optó por
cambiar el tema.
—Preferiría
quedarme en casa —contestó Minho mirando hacia sus manos—. Podemos pasar el día
juntos, sin salir.
—Ok, al fin y
al cabo me debes mucho tiempo.
—¿Eh?
—¿Debería darle
el fin de semana libre al personal?
—¿Pa…Para qué?
—Para poder
disfrutar de la casa a nuestras anchas —Changmin levanto y bajo una de sus
cejas con picardía.
—No me está
gustando tu mirada.
—Siempre dices
eso y terminas cediendo —Con la servilleta limpió su boca antes de levantarse
de su asiento—. Ahora mismo iré a decirles.
—¡Changmin!
Minho miró con
frustración como su novio se perdía al salir del área del comedor, era oficial,
dos días muy ajetreados le esperaban.
---
El viaje en el
autobús tan solo fue de diez minutos pero parecieron eternos para Jaejoong con
su frente cubriéndosele de sudor frio, lo primero que hizo al bajar fue dar una
aspiración profunda del aire y después cerrar sus ojos agradeciendo el haber
desayunado muy ligero esa mañana.
—El que te
marees es porque no estás acostumbrado a usarlo, tal vez es el olor de la
gasolina o las constantes paradas, pero solo es las primeras veces —Le dijo
Yunho mientras circulaba una mano sobre su espalda.
—A mí siempre
me pasa, no puedo ir cerca de las llantas traseras porque me siento mal —Volteó
a verlo achicando sus ojos—. Pero claro, ni siquiera quisiste escucharme.
—Ok entiendo,
la próxima nos sentamos cerca del chofer —Le guiño un ojo antes de mirar al
frente—. Ahora entremos ahí —dijo haciendo una seña con su cabeza y caminando
hacia el lugar.
—¿Tomaremos el
subterráneo?
—Sí, anda que
se hace tarde —Al ver las nulas intenciones de caminar por parte de Jaejoong,
regreso a él para tomarlo de la mano llevándolo consigo.
Esta vez el
trayecto fue un poco más del doble, pero Jaejoong estaba agradablemente
sorprendido de que al menos resultara inmune al tren eléctrico puesto que no
sufrió de ningún malestar. Salieron de la estación y después de que Yunho se
guio mentalmente de acuerdo a las indicaciones de Minho, siguieron su camino
hasta llegar al lugar deseado.
—¿No tuviste
infancia? —preguntó Jaejoong levantando una ceja mientras prestaba atención al
gran letrero con la palabra ‘Zoológico’ en el.
—De hecho tuve
una muy buena y es por eso que me gusta repetir constantemente las cosas que me
hacían feliz —Yunho se adelanto caminando hacia una ventanilla—. Compraré las
entradas.
Jaejoong
suspiro acomodando su cachucha, ahora entendía el porqué del mensaje matutino
diciéndole que usara ropa cómoda, sus pantalones ajustados y botas preferidas
fueron reemplazados por un jean holgado y un par de tenis. Yunho agitó dos
boletos en el aire acercándose a donde estaba, le entregado uno y el otro lo
utilizo para que el encargado lo sellara y así le permitiera el acceso.
Casi al
instante Jaejoong hizo lo mismo, una vez dentro giro su cabeza a su alrededor,
el viento ligeramente fresco golpeo su rostro, parecía que el clima estaba a su
favor para el paseo, lo primero que encontraron sus ojos fue a los flamingos,
animales bellos pero que en realidad nunca había considerado muy interesantes
por lo que desvió su vista hacia Yunho quien ya se encontraba bastante alejado
mirando con detenimiento uno de los mapas del lugar. Jaejoong apuro sus pasos
hasta alcanzarlo, llegando a su lado estiró su mano hasta tomar la de él
haciendo que virara consigo.
—¿Listo? —Yunho
preguntó sonriendo—. Te prometo que nos divertiremos Joongie.
Ambos se
miraron antes de avanzar por uno de los caminos y perderse entre los demás
visitantes.
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Cuando Yoochun
le dijo al mesero que solamente querían ordenar dos pie de manzana para llevar,
él se les quedo viendo con una expresión rara para después asentir e ir hacia
la cocina. Por experiencia propia, tanto Junsu como Yoochun acordaron comer en
otro lugar antes de ir a este restaurante vegetariano, ahí la comida realmente
era desabrida, pero por el contrario, los postres eran demasiado buenos. Aun
así este era un establecimiento de gran prestigio y por lo regular ninguno de
sus clientes compraba comida para llevar, por ello no fue nada extraño que el
chef principal asomara su cabeza mientras el camarero señalaba discretamente
hacia la mesa donde ambos hombres se encontraban sentados.
—Olvide
preguntarte antes sobre la cena con tus padres.
—Ah, fue algo
sencillo, afortunadamente logre convencerlos de que solo nosotros tres fuéramos
a cenar a un restaurante.
—Creí que por
lo menos tu padre me invitaría —Yoochun dijo sujetando la mano de Junsu por
encima de la mesa.
—A mis papás
les pareció extraño que ni tú ni Jae estuvieran, pero les dije que hacia tanto
tiempo que no pasábamos tiempo familiar que los extrañaba, mi mamá se conmovió
y no dijo nada más —Sonrió al recordarlo.
—Después de
todo no se puede negar de quien eres hijo, el chantajismo emocional lo llevas
en la sangre.
—¡Chun! —Junsu
le pego suavemente con su puño en el brazo—. Yo no soy un chantajista.
—No muy a
menudo, pero lo eres —Yoochun habló chasqueado su lengua pretendiendo sentirse
lastimado por el casi imperceptible golpe.
—Iba a pagar
por la cuenta pero ahora me quitaste las ganas —Fingiendo sentirse enojado,
Junsu cruzo los brazos sobre su pecho.
—No pensaba
dejarte pagar de todos modos, porque tengo algo que pedirte a cambio de ello.
—¿Y que si me
niego?
—Me sentiré
triste —Yoochun hizo un ligero puchero y bajo su mirada.
—Patético
hombre, ¿ahora quien es el chantajista? —Se descruzo de brazos para tomar las
otras manos entre las suyas.
—Yo, pero es
por una buena causa.
—¿Qué cosa es?
—Vayamos a
tomarnos una foto juntos —Su rostro lucio mas iluminado al pronunciar esto.
—¿Y cuál es la
buena causa de ello?
—Mi salud
mental, no puedo quitarme de la cabeza esa foto tuya con Yunho, la forma en que
te abraza y… —Yoochun movió su cuerpo simulando escalofríos—. Quiero
reemplazarla con una imagen nuestra.
Una sonrisa
vacilante sobresalió en el semblante de Junsu al escuchar ‘nuestra’. Sonaba
casi irreal viniendo de Yoochun. Junsu entendió que el acostumbrarse a ellos
como pareja, todavía le costaba mucho.
—Está bien,
iremos.
Un apretón en
sus manos fue lo que obtuvo además de un visiblemente muy alegre Yoochun. Poco
tiempo después el mesero regreso con un plato de unicel envuelto en plástico
resguardando dos pies. Contentos, ambos se dirigieron en busca de alguna cabina
donde poder fotografiarse.
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Yunho había
instado a Jaejoong en sentarse en una de las mesas de cemento bajo un frondoso
árbol, un área reservada para que los paseantes tomaran un descanso o
refrigerio. La expresión de Jaejoong se había mantenido estable aun cuando se
encontraba atónito al haber visto al otro sacar varios contenedores de plástico
de su mochila. Recipientes con sandia y naranja picada, racimos de uvas verdes
y sándwiches cortados en triángulos fueron desplegados frente a él. Sus dos
botellas de agua estaban a un lado de cada uno. Todo esto había sido preparado
por Yunho, al menos eso era lo que él le había respondido al cuestionarlo sobre
ello.
Excursionistas,
familias, amigos y enamorados pasaban por doquier. Todo era risas y rostros de
alegría por donde se mirara y Jaejoong se preguntó cuando había sido la última
vez en que se sintió tan relajado. De todos los lugares que cruzaron por su
mente al imaginar a dónde irían el día de hoy, este en particular jamás estuvo
ni a millares de ser uno de ellos. Pero al ser una elección de Yunho, un hombre
que a decir verdad le parecía un tanto infantil e imprevisible, no era para
nada anormal.
—¿En qué
piensas? —Yunho cuestionó mientras se quitaba sus lentes de sol doblando la
varilla dejándola sujeta en el cuello de su playera.
—Ayer Junsu me
llamo para decirme que él y Yoochun oficialmente están juntos —Jaejoong habló
sobre el otro asunto que rondaba en su mente.
—Vaya, me
alegra escuchar eso —Suspiró decidiendo que mas comer.
—También ayer
me dijo Yoochun que hablaste con él.
—Alguien tenía
que hacer el trabajo sucio —Masticó un par de uvas cerrando los ojos ante el
sabor ligeramente acido, inmejorable para él.
—Menciono que
en gran parte su decisión se debía a lo que le dijiste.
—Por fin
alguien reconoce mis meritos.
—¿Qué fue lo
que le dijiste?
—No recuerdo
exactamente las palabras pero fue lo que todos sabemos, que se quieren
mutuamente —Movió sus hombros con desinterés ofreciéndole una manzana a
Jaejoong.
—¿Así de
sencillo? Si claro —Acepto la fruta sin apartar su vista de él.
—No hay nada de
sencillo en hablar con él, aunque inexplicablemente se comporto civilizadamente.
—Chun no es un
neandertal para que sea de otra manera.
—¿Tenemos que
seguir con este tema? porque honestamente prefiero hablar de cosas más
interesantes, por ejemplo de mi.
—¿Y qué tiene
de interesante eso? —preguntó al tiempo que mordía su manzana.
—¿Ya te
enamoraste de mi?
—¿Cómo? —Por un
momento Jaejoong pensó que escupiría el pedazo de fruta en su boca,
afortunadamente pudo pasarlo antes de que esto sucediera.
—Si yo fuera tú,
definitivamente me enamoraría de mí.
—Ja, que
comentario tan más ególatra.
—Por supuesto,
para querer a alguien hay que empezar por uno mismo.
—Perfecto, de
gigoló a psicoterapeuta —Jaejoong murmuró rodando los ojos y dedicándose a
seguir comiendo.
—¿Terminaste de
quejarte? —Como respuesta, Yunho obtuvo una mirada afilada—. Genial porque
necesitamos continuar el recorrido, quiero ver los osos polares —Comió el
último trozo de sandia y comenzó a guardar todo.
Después de
rascar su parpado izquierdo y dar una sonrisa de lado, Jaejoong se puso de pie
acomodando su ropa mientras esperaba por Yunho. Una vez que este se colgó su
mochila en su espalda y se puso los lentes de nuevo, ambos avanzaron hacia el
sendero de piedra que los regresaría al camino original.
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Entre las pocas
citas que Yoochun había tenido a lo largo de su vida, la minoría eran las que
no fueron en un club nocturno, de esta microscópica cantidad, absolutamente
todas habían sido en el cine, es por eso que no contando con ninguna mejor idea
de a dónde ir, se atrevió a sugerir esta opción. Pero de alguna manera Junsu
termino proponiéndole que en lugar de eso fueran a su departamento y vieran una
película allí. Algo tan inocente y común que ambos habían hecho en innumerables
ocasiones, no presento ningún inconveniente, así que los dos decidieron que
estaba bien. En cuanto llegaron, Junsu le indicó que se acomodara en el sillón
o si lo prefería podía buscar algo en la cocina para beber, Yoochun hizo lo
segundo.
Entre su
colección de dvd’s, Junsu no encontró alguno que en realidad quisiera ver, así
que encendió su televisor poniendo el canal de pago por evento y examino las
películas que ahí ofrecían. Desplazándose en el menú, dio con una película que
nunca tuvo oportunidad de ver cuando estuvo en exhibición. Rasco su mejilla
antes de mencionar el titulo para preguntarle a Yoochun su opinión, un simple
‘la que tú elijas está bien por mi’ fue lo que consiguió. Con ayuda del control
remoto, oprimió una combinación de botones y reservo la película.
Sonriendo se
acomodo en el sofá aguardando los diez minutos restantes para que empezara,
Yoochun llego con dos latas de refresco en sus manos sentándose junto a él, le
entrego una a Junsu antes de abrir la otra para sí mismo.
Pasado un
cuarto del filme, supieron que aunque la trama era de lo más simple no llegaba
a ser aburrida ya que la pésima suerte de su protagonista era tan graciosa que
tristemente no podían controlar sus risas. Las carcajadas que Junsu soltaba
sacudían su cuerpo haciendo que este tuviera constantes roces inconscientes con
Yoochun, quien había pasado mas saliva de lo comúnmente.
La película
siguió su curso pero paso a segundo plano cuando la mano de Junsu golpeo el
muslo de Yoochun en un momento, aunque había sido un movimiento puramente natural
de esos que usualmente ocurrían cuando una escena graciosa lo hacía reír y
aunque Yoochun estaba sumamente familiarizado con ellos, ninguno de los dos
pudo evitar sentir cierto grado de timidez cuando el contacto se dio.
Junsu mordió el
interior de su mejilla y una temerosa sonrisa se formo en la boca de Yoochun,
doblando una de sus piernas bajo él, Junsu se impulso hacia a un lado quedando
a tan solo centímetros del otro inclino su cuerpo y alzo su barbilla hasta
besarlo mientras sus manos permanecían quietas sobre sus rodillas.
Yoochun quien
aun no reaccionaba del todo, comenzó a corresponderle incrementando la
intensidad, sus manos alcanzaron los costados de Junsu en donde subían y
bajaban, en uno de esos movimientos se adentraron por debajo de su playera, el
contacto de sus dedos provoco escalofríos en el cuerpo de Junsu haciendo que
este rompiera el beso y fijara sus ojos en los de él.
—Lo siento —Yoochun
murmuró.
Junsu pareció
pensarlo por un instante, pero al siguiente tomó el rostro del otro volviendo a
unir sus labios, esta vez con más entusiasmo mientras Yoochun lo apegaba mas a
él. Kim pasó uno de sus brazos detrás del cuello de él cuando de nueva cuenta
sintió las manos de Yoochun tocando su piel sin ninguna tela de por medio. Y
luego tuvo la gran necesidad de imitar dicha acción por lo que empezó a
desabotonarle la camisa, liberando botón por botón sin prisa alguna, se
permitió disfrutar del momento y así mantenerse en calma. Sin barreras, deslizo
las palmas de sus manos desde el abdomen hasta los hombros de Yoochun.
Para Yoochun,
la experiencia adquirida a través de las diversas situaciones similares a esta,
era algo que no le ayudaba a controlar la mezcla de nerviosismo y deseo que
estaba acumulada en su estomago, misma que le detenía cuando quería apresurar
el avance, y porque él no estaba acostumbrado en pensar en si su acompañante
estaba seguro de hacer eso, detuvo su propia camisa cuando esta descendía por
sus antebrazos.
—Esto… ¿está
bien? —preguntó con la respiración agitada poniendo atención en cualquier
reacción que Junsu tuviera—. Me refiero a, ¿quieres hacerlo? —agregó al no
recibir respuesta.
—Si —Junsu se
aseguro de sonar lo más convincente posible, este era el momento que por
bastante tiempo imagino y ninguna duda lo detendría ahora.
Entonces sin
esperar más, Yoochun se puso de pie dejando caer su camisa y extendiendo sus
brazos hacia Junsu, quien de inmediato le sujeto las manos entrelazando sus
dedos para después volver a besarse. Park se prendió de su cintura caminando
hacia atrás, y sin necesidad de ver el camino, fue guiándolo hasta llegar a la
habitación donde de un ligero codazo, la puerta se abrió por completo.
Ambos
ingresaron en el dormitorio soltándose del agarre para así ocuparse en algo
más, Junsu jaló hacia arriba su playera mientras Yoochun le desabrochaba y
quitaba el cinturón, Kim mordió su labio inferior cuando el botón y cierre de
su pantalón fueron sueltos logrando que la prenda cayera hasta sus tobillos.
Esto es real, de verdad está sucediendo, grito en su mente antes de que un par
de labios se pegaran a su cuello dándole suaves caricias, sus rodillas de
inmediato tambalearon.
Las manos de
Junsu se sujetaron de la cintura de Yoochun y este abandono su cuello para
reiniciar los besos caminando lentamente a la cama donde cayó sobre él cuando
sus piernas toparon contra el colchón. Sin abandonar sus bocas, Park dio un
tirón de la pretina de su jean consiguiendo que los tres botones de la bragueta
se abrieran al mismo tiempo. Con habilidad retiro la mezclilla de su cuerpo
quedando tirada en el suelo.
Junsu se
arrastro con la ayuda de sus manos y pies hasta la cabecera de su cama siendo
seguido por Yoochun quien gateando quedo hincado frente a él. Una sonrisa
tímida vacilo en sus labios al notar la mirada sobre si, pero se desvaneció
totalmente cuando sus piernas fueron separadas. La forma de Yoochun encima suyo
descendió dando besos sobre su torso hasta llegar por debajo de su ombligo
donde aflojo el resorte de su boxer para recorrerlo hacia abajo pasándolo hasta
quedar fuera de él. El calor baño su rostro al saberse completamente desnudo
pero su vergüenza fue olvidada al recibir delicadas atenciones sobre su piel
hipersensible al contacto.
Enfrascado en
sus emociones, Junsu no hizo caso del extraño objeto húmedo que hurgaba en su
interior hasta que uno más se adentro causándole un malestar que se reflejo en
su expresión y por lo cual Yoochun le recompenso con más caricias.
Yoochun se
tenso exactamente en el momento en que supo que Junsu estaba listo, retiro su
mano del interior y rápidamente abandono la cama yendo a buscar algo entre sus
ropas. Kim lo miró extrañado y su corazón palpito más fuerte cuando entendió el
motivo. Regresando a su posición anterior, Yoochun abrió el pequeño empaque en
sus manos con sumo cuidado sacando y colocándose la funda de látex ante los
curiosos ojos de Junsu, nunca antes hacer esto le había hecho sonrojar pero no
era el momento de intimidarse por ello, así que se acercó aun mas a él y le
sostuvo por el muslo una de sus piernas antes de ponerse sobre sus rodillas y
utilizar la otra mano para dirigir su virilidad en el otro. Sin prisas, se
hundió solo un poco, ahora teniendo sus brazos disponibles, los utilizo para
apoyarse en ellos cuando se inclino hacia delante quedando su cara frente a la
de Junsu, espero alguna señal de su parte para pedirle que se detuviera, mas no
encontró ninguna, por lo que pacientemente fue avanzando permitiendo que el
otro cuerpo se amoldara al suyo.
Sus ojos
nublados se fijaron en los de Yoochun. Para Junsu, esta era la primera vez que
avanzaba hasta ese nivel, y no es que estuviera “guardándose” para alguien o
que estuviera esperando a la persona “correcta” sino que sus anteriores
relaciones simplemente no llegaron a ser lo suficientemente serias para
siquiera pensar en esta clase de intimación. Y aunque este noviazgo llevaba
escazas horas de duración, estar así con él parecía lo más maravilloso que
había hecho en toda su vida.
La intensidad
de la mirada que Yoochun recibía casi lo hacía cohibirse, así que bajo su cabeza
hasta ajustar su boca en la curva entre el cuello y hombro de Junsu. Con su
lengua viajando por la zona y sus manos explorando todo lo que quedaba a su
alcance, olvido sus inseguridades y se perdió en las múltiples sensaciones que
lo invadían. El vaivén de su cadera se incrementaba para luego volver a un
ritmo apacible cada vez que los dedos de Junsu se aferraban con más fuerza a su
espalda, extasiándose en el deleite de darle placer.
La mano de
Yoochun que se dirigió hacia el sur y que ahora se encontraba friccionándolo
con vigor, le hizo sentir como si millones de partículas dulces lo recorrieran
de arriba abajo y justo cuando pensó que había llegado a su límite, experimento
una enorme emoción cuando un punto especial fue tocado, sin poder evitarlo sus
extremidades se afianzaron aun mas a Yoochun, quien continuo repitiendo la
acción sin cesar.
El fin estaba
cerca por lo que Yoochun aumentó el movimiento tanto de su mano como de su
pelvis. Sujetando la cintura de Junsu lo inmovilizo al tiempo que un estremecimiento
avanzaba rápidamente dentro de él haciéndole cerrar los ojos entregándose al
orgasmo. No mucho después Junsu también alcanzo la satisfacción abrazándose al
hombre con respiración acelerada.
Divagando en
sus pensamientos, Junsu no halló las palabras precisas para describir su sentir
o tal vez sencillamente no existían las que en realidad pudieran hacerlo.
Extendió sus piernas en las sabanas al ver a Yoochun despegarse de su pecho.
Con delicadeza sintió como se retiraba de él para recostarse a un lado suyo,
tan cerca que sus brazos se rozaban.
Yoochun dio
vuelta sobre su costado deslizando su brazo derecho bajo una almohada para
después dejar descansar su cabeza en ella, estiró su otro brazo para capturar
la mano de Junsu, entrelazo sus dedos antes de soltarlo y apegarlo hasta
girarlo quedando frente a él. Acerco su boca a su barbilla donde dio un suave
beso y después paso a sus labios donde permaneció por más rato disfrutándose
uno del otro.
---
Pasadas de las
5pm Yunho y Jaejoong abordaron el subterráneo de regreso, los quince minutos
del viaje transcurrieron sin contratiempos. A Jaejoong le pareció más corto el
trayecto cuando Yunho le dijo ‘aquí nos bajamos’ y en efecto, al estar en el
exterior pudo comprobar que aquella calle no era cercana a donde suponía
tomarían el autobús ni a ningún lugar conocido para él.
—Todavía es
temprano y hace mucho que no lo hago ¿quieres jugar?
—¿Jugar qué? —Yunho
levanto su mano hacia al frente apuntando el establecimiento justo del otro
lado de la avenida. Jaejoong regreso su vista a él—. Nunca lo he hecho.
—Yo te
enseñare, no es tan difícil créeme, solo es cuestión de practica ¿qué dices?
—Que puedo
decir de todos modos, aun si me negara no aceptaras mi respuesta.
—Pero me
gustaría más que aceptaras por voluntad propia —Jaejoong solo bajo los hombros
en completa resignación—. Bien —Yunho sonrió.
Esta era la
primera ocasión en que Yunho entraba en ese boliche, él con frecuencia visitaba
uno cercano a su antigua casa, la mansión Jung. El boliche entre sus hobbies,
era su preferido. Algunas veces se reunía para jugarlo con Changmin y Minho y
otras no tantas con Heechul y Siwon. Conocía a bastantes clientes frecuentes de
aquel lugar pero aquí ninguno era familiar.
Después de
conseguir sus zapatos especiales, Yunho rento una de las pistas por dos horas.
Lo primero que hizo fue enseñarle a Jaejoong como tomar la bola, después como
colocarse y por ultimo como lanzarla.
Jaejoong en su
vida siempre se había considerado torpe en cuanto a este tipo de cosas, la vez
que intento aprender a jugar billar, golpeo la bola con tanta fuerza que esta
reboto en una de las mesas contrarias donde se celebraba un mini torneo, todo
el mundo lo abucheo y él junto con sus amigos tuvieron que salir casi huyendo
del sitio. O la vez que jugó tiro al blanco, termino dándole a todo menos al
tablero. Situaciones como esas se debían básicamente a que no le tenían la
suficiente paciencia, siempre le daban una lección rápida porque todos tenían
demasiadas ganas de divertirse y pocas de ser el tutor de alguien.
Pero Yunho era
todo lo contrario, no lo apresuraba, no le gritaba ni le hacía comentarios de
burla por los innumerables tropiezos, resbalones o falta de puntería que tuvo
en sus turnos. Por el contrario siempre se mantuvo dándole consejos de cómo
hacerlo mejor.
Tal vez
definitivamente el boliche no era lo suyo y jamás llegaría a ser un profesional
en ello, pero en algún momento llego a pensar que le estaba agarrando gusto a
deslizar una bola contra doce pinos, de los cuales en su mejor tiro alcanzo a
tirar tres, pero al menos estaba pasando un rato bastante agradable. También
sintió celos de Yunho en cada una de su chuzas, once exactamente.
El tiempo voló
para cuando se les preguntó si deseaban permanecer una hora más, rápidamente
Yunho observo su reloj y rechazo la oferta. Caminaron para regresar los zapatos
y recuperar los suyos. Al salir lo primero que le preguntó a Jaejoong fue si
tenía hambre, a lo que respondió con un leve asentimiento. Es entonces que
volvieron a travesar la calle para entrar a un local de comida rápida. Tras
ordenar, ambos se mantuvieron conversando mientras esperaban por su pedido.
---
—¿Estas cansado?
—¿Tú no? —Jaejoong
lo cuestionó con una expresión de incredulidad.
—Un poco, pero
todavía existe un lugar más al que quiero ir —Sujetó su mano insistiéndole a
que caminara con él—. Ven, prometo después llevarte hasta tu casa.
—Puedo irme yo
solo.
—Pero yo quiero
acompañarte —Jaló de su brazo para apurarlo—. Además si te sucede algo, ¿qué le
responderé a tu madre?
—Yah, no soy un
niño ni una chica para que digas eso.
—Solo bromeaba —Dio
vuelta en la esquina de la banqueta—. Ya llegamos.
—¿Un parque?
¿Querías venir a un parque? —Jaejoong alzo sus manos con desesperación al
reconocer el lugar, Yunho asintió solemnemente.
—Sí, vamos a
sentarnos en aquellos columpios.
—Por si no lo
sabías, no fueron hechos para que los utilizaran los adultos —protesto, más sin
embargo hizo lo que Yunho le pidió.
—Solo será por
un momento.
—Realmente
tienes gustos extraños —pronuncio mientras se acomodaba en uno de los dos
columpios.
—Este era el
parque al que solía traerme mi abuelo, asistía a una escuela a unas cuadras de
aquí, así que siempre cuando salía de clases venia a este lugar junto con él,
solo podía quedarme por una hora porque él tenía que regresar al trabajo pero
sin importar como, él siempre me traía —habló con una sonrisa y balanceándose
muy tenuemente con la ayuda de sus pies—. Cuando tenía diez años conocí a un
niño al que también su papá solía traer aquí, el hombre era un empleado de mi
abuelo así que cuando supo que él tenía un hijo que estudiaba en mi misma
escuela adapto su horario para que también él pudiera venir a la misma hora. El
niño y yo nos hicimos amigos y después nuestros padres también, al final mi
madre se caso con su padre y él termino convirtiéndose en mi hermano.
—¿Y tu papá?
—El murió antes
de que yo naciera, una extraña bacteria afecto su cerebro. Mi abuelo en
realidad es a quien considero como mi padre, la relación entre el esposo de mi
madre y yo siempre ha sido de respeto pero nunca lo he considerado algo mas
allá, quizá porque crecí a lado de mi abuelo o porque para cuando él llego, yo
ya tenía una imagen paterna establecida —Volteó su vista al cielo casi por
completo nublado antes de mirar a Jaejoong—. A lo que iba con esta historia era
algo distinto a hablar de mi niñez —Pego las plantas de sus pies en la tierra
para detener sus movimientos—. Este lugar se hizo simbólico en mi vida porque
conocí a mi hermano aquí y es aquí donde quiero pedirte algo.
—¿Algo?
—Ayer te dije
que después te daría mi tercera condición, pensé en utilizarla ahora mismo pero
decidí que no quiero que parezca una obligación así que lo diré de otra manera.
La última vez te pedí algo similar solo que en ese entonces no podía ofrecerte
algo formal, pero ahora que soy libre —Ladeo su cuerpo hacia el lado derecho
para verlo directamente—. ¿Quieres ser mi novio?
Jaejoong paso
hondo por su garganta, escuchar esto estaba totalmente fuera de lo imaginado,
incluso había creído que el hacer esa pregunta ya no se acostumbraba, mucho
menos entre hombres, ocupo segundos para que simplemente la frase fuera
digerida por su cerebro y otros cuantos más para analizar el cómo contestar,
era obvia la respuesta, por más que le hubiera gustado rehusarse seria hacerse
el tonto, pero no quería sonar demasiado eufórico pero tampoco fingido ni mucho
menos frívolo.
—¿Entonces,
aceptas?
—Si —Al final
su voz sonó carraspeada y precipitada, lo cual hizo a Yunho sonreír más de la
cuenta, una sonrisa que se prolongo hasta sonar como una ligera risa.
—Estabas
desesperado por decir que si ¿cierto?
—¿Quieres que
me retracte? —Jaejoong lo reto con la mirada endureciendo su tono.
—Nunca.
Yunho llevo su
mano hasta la oreja derecha de Jaejoong con lo cual consiguió que este volteara
para con él, con la mano libre junto una de las cadenas de su columpio con una
del otro, no fue tan difícil cuando el peso de Jaejoong se inclino hacia él.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro al notar los ojos cerrados de este,
soltó un corto suspiro antes de besar la mejilla de Jaejoong arrastrando sus
labios hasta llegar a los otros, los cuales prontamente le respondieron
entreabriéndose, sin vacilar, el beso se profundizo. Yunho sintió una mano
sobre la que sujetaba los agarres de los columpios y otra sobre su cuello lo
que le hizo esforzarse por permanecer así un poco más.
Separándose se
miraron por un instante para después volver a besarse esta vez más lentamente.
Y así entre besos cortos y largos, permanecieron tranquilamente en aquel lugar
donde el enorme farol de una de las esquinas proyectaba su luz la cual era
bloqueada por los árboles y tupidos arbustos repartidos por todo el área,
mismos que se encargaban de ocultar a la pareja de la vista curiosa de las
personas que transitaban por ahí.
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Yoochun abrió
los ojos encontrándose con la obscuridad, llevo ambas manos hacia sus ojos
frotándolas sobre ellos y después ahogo un bostezo con su antebrazo. El
movimiento a un lado suyo interrumpió el ahora estiramiento de sus músculos,
volteando, vio como Junsu suspiraba y se acomodaba mejor en su lugar.
Sin hacer
ruido, salió de entre las sabanas bajando de la cama, el clima esta refrescando
por lo que camino hacia la ventana para entrecerrarla pero una tenue luz
proveniente de la sala lo distrajo por lo que con pasos cansados se desplazo
hacia allá, sonrió al ver el televisor aun prendido, las previas actividades
hicieron que olvidaran que se encontraban viendo una película, simplemente
oprimió para apagarlo.
Asegurándose de
no dejar nada mas encendido, regreso a la habitación recorriendo las cortinas
antes de averiguar dónde se encontraba su ropa interior, nunca le había gustado
dormir desnudo y esta no iba a ser la excepción. No muy lejos de él la encontró
junto con sus pantalones, tomó su boxer colocándoselo ágilmente.
Nuevamente
levanto las sabanas metiéndose bajo ellas, acomodo la almohada y justo cuando
se disponía a dormir, Junsu dio media vuelta quedado frente a él, sus ojos
cerrados daban muestra de lo profundo de sus sueños. La mano de Yoochun llego
hasta rozar con sus nudillos el lado derecho del rostro. El toque le provoco
una vibración en su pecho que le atrajo dudas, mismas que le hicieron
cuestionarse si estaba avanzado muy rápido o si esto al final podría causarle
algún daño, o peor aún, un daño a Junsu.
Tembló tan solo
ante la idea de lastimarlo y se reprocho por el poco control que estaba
teniendo consigo mismo. Sin experiencia en ninguna relación larga y sin alguien
que pudiera asegurarle solo felicidad, dejo a sus pensamientos vagar antes de
dejarse vencer por el sueño.
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Ya con su
pijama puesta, Jaejoong removía el edredón de su cama preparándose para dormir,
el dolor de sus pies casi le hacían querer acostarse y no volver a levantarse
hasta la tarde del domingo, estaba completamente seguro que el cansancio se
prologaría por lo menos 24horas.
Y aunque su
cuerpo estaba exhausto, el aspecto de su rostro decía todo lo contrario, la
pequeña sonrisa que tenía parecía ser incontrolable, apretaba sus dientes y
mordía su lengua pero nada podía detener el que se plasmara en sus labios.
Incluso varias veces se dijo ‘basta’ a sí mismo mientras se palmeaba sus
mejillas, pero solo funcionaba por unos segundos.
Se recostó
debajo de las sabanas recapitulando su día, nada similar a lo que experimento
hoy aparecía en su memoria, el paseo por el zoológico, las clases de boliche y
la declaración en el parque, le habían hecho creer que acababa de tener la cita
perfecta, el broche de oro vino justo al dirigirse a su casa cuando tomaron un
taxi, Jaejoong le había dicho a Yunho que estaba bien si cada uno se iba por su
parte, pero Yunho moviendo su cabeza se negó a ello, así que ambos subieron al
mismo vehículo. Sabiendo que necesitaría aire fresco, Jaejoong bajo la
ventanilla en cuanto se sentó, Yunho lo observo y después de darle la dirección
al chofer, se acercó a Jaejoong y pego la cabeza de este a su hombro antes de
pasar su brazo hasta sujetarle su antebrazo después de susurrarle ‘cierra los
ojos para que no te sientas mal’. Jaejoong simplemente acató, la tenue
fragancia del perfume de Yunho le ayudo a opacar el olor de la gasolina y
entonces él mismo deslizo su brazo por detrás hasta colocar su mano en la otra
cintura. Yunho ni se inmuto, tan solo le pidió al conductor que tratara de
manejar lo más tranquilo posible. Ahí fue cuando las bobas sonrisas de Jaejoong
iniciaron.
Las
comparaciones jamás le parecieron apropiadas, pero esta noche era imposible no
hacerlas. En ninguno de sus anteriores dos noviazgos las citas pasaron de ser
típicas, incluso podría llegar a describirlas como tediosas en algunas
ocasiones. En la universidad salió por cinco meses con un compañero el cual
veía todo desde el punto de estudiante, así que siempre iban a exposiciones,
muestras de libros, museos o conferencias. Luego, ya estando trabajando en
A&D Kim, mantuvo por casi tres meses una relación con un modelo de
publicidad del que termino desencantándose cuando comprendió que para este,
Jaejoong solo significaba un ornamento a la hora de salir y que en la fiestas
de negocios era su peldaño a nuevos trabajos con empresas importantes. Así que
teniendo en cuenta que Yunho no era presuntuoso ni mucho menos aburrido, era
fácil declararlo como su ‘ideal’.
Con todos esos
pensamientos rió por lo bajo tomando su mullida almohada para hundir su cara en
ella. Sus parpados pesaban casia auto-bajándose por lo que suspiro por última
vez antes de relajarse en la comodidad de su cama.
♥♥♥ ternuritas!!! ♥♥♥
ResponderBorrarHermoso,nunca lei un lemon tan dulce,no por ello explicito,me encanto . Gracias
ResponderBorrarHermosa declaración y cita de Yunho y Jae, muy lindos y tiernos.
ResponderBorrarEl YooSu muy bien en su super avance amoroso, lastima que Yoochun todavia tenga dudas cuando Junsu se ha entregado todo.
Gracias!!!