Enredos de amor: Capítulo 22

Afrontando la realidad

Hacía más de treinta minutos que Yunho había mencionado que era hora de irse, Jaejoong como siempre lo acompaño hasta la puerta de su casa, y un ligero beso fue el culpable de que ambos aun se encontraran recargados en una de las paredes, con las manos de Yunho sujetas en la cintura y cuello de Jaejoong y las de este en el hombro y espalda de él. El tiempo parecía ser lo menos importante cuando sus emociones los gobernaban y la solitaria casa de Jaejoong era el espacio perfecto para ello.

—Yunho… subamos a mi cuarto —Con sus ojos entrecerrados, Jaejoong propuso al recordar el lugar donde se hallaban y al cual su madre podría llegar en cualquier momento.
La ligera risa que Yunho soltó sobre su cuello hizo que Jaejoong se separara empujándolo de los hombros, su ceño fruncido mostraba su gran descontento. Aliso su pelo y ropa mientras bufaba reprochándose el haber siquiera mencionado aquello.
—No te enojes —Yunho murmuró cerca de su oído por detrás de él—. Me reí porque no esperaba escucharlo, fue tan repentino que me agarraste en curva —Volvió a hundir su rostro en el cuello de Jaejoong mientras envolvía su cuerpo con los brazos—. Solo espero que la propuesta siga en pie.
—No lo creo, mataste mi humor —habló mientras rechazaba con su manos el contacto de Yunho—. De todos modos ya te ibas.
—Pero….
—¡Yunho! No pensé encontrarte aquí —Mihwa aventó sus llaves en la mesa cercana yendo velozmente a darle un abrazo—. ¿Cenaste? ¿Jaejoong le diste de cenar? —Le preguntó a su hijo mientras entrelazaba su brazo con el de su yerno.
—No había nada, además solo me acompaño a casa no vino en plan de visita.
—En ese caso debiste preparar algo o pedir comida a domicilio. ¿Debes estar hambriento? —La señora Kim acaricio suavemente el brazo de Yunho—. Aun es temprano, si me doy prisa puedo….
—Mamá, pasan de las nueve de la noche, más que hambre debe tener sueño —Jaejoong se colocó sus zapatos y abrió la puerta—. Ahora regreso, voy a acompañarlo —dicho eso, salió sin mirar atrás.
—Gracias señora, otro día yo invitare a ambos a cenar fuera.
Yunho se dio prisa al amarrar las agujetas de sus zapatos y después de darle una inclinación, también se dirigió a la salida bajando los cuatro escalones en un solo brinco. Encontró a Jaejoong apoyado en el marco del portón con sus brazos y pies cruzados mirando hacia la calle.
—Joong, ¿sigues molesto?
—Ve con cuidado, te veo mañana —Jaejoong enderezó su cuerpo haciendo el intento de volver a entrar en su casa solo para ser detenido por el agarre de su camisa.
—Si te vas así, no te comprare café mañana.
—Como si un mugre café me importara tanto —Rodó sus ojos antes de intentar de nueva cuenta alejarse no pudiendo avanzar ni un solo paso.
—Entonces mañana yo invito la comida, dejaré que tú elijas el lugar.
—Sabes, no todo lo puedes arreglar con comida —Se volteó para hacerle frente—. No soy un maldito troglodita para que supongas eso.
—Bien —Yunho bajo un tanto más el tono de su voz—. Entonces dime qué hacer para que ya no estés enojado.
—No estoy enojado, solo… solo un poco sentido, te burlaste de mi —Jaejoong suspiro dejando caer sus hombros.
—Pero ya te explique porque me reí, generalmente luzco seguro pero tengo mis momentos de nerviosismo y tú lograste darme uno de ellos, eso fue todo —Con sus manos, Yunho froto sus brazos hasta que logro que Jaejoong le devolviera la mirada—. ¿Por qué diablos me burlaría de algo así? Por casi y brinco de felicidad.
—La comida está bien —Jaejoong habló casi en un susurro.
Sin decir nada, Yunho se inclino dándole un corto beso en su mejilla y después pellizcó suavemente la punta de su nariz mientras sonreía.
—Ahora si me voy, nos vemos —Agitó su mano caminando de espaldas—. Si tienes sueños sucios, procura que sean conmigo —Se echo a correr sin dejar de sonreír.
—¡Yah! ¡Tú! —Jaejoong paso sus brazos por su cabeza para luego dejarlos caer pesadamente—. Dios, debe pensar que estoy urgido ¿por qué tuve que decirle eso? —Agacho su cabeza entrando a su casa, subió los pequeños escalones y cuando cerró la puerta, su madre emergió de la cocina—. Me voy a dormir, y mamá —Giró al tocar el barandal de la escalera—. Me alegra que tengas un buen trato con Yunho, pero recuerda que tu hijo soy yo y no me molestaría si muestras más preocupación por mí que por él.
—No seas celoso Jaejoong, me comporto así porque él es un buen chico y quiero que tenga una buena apreciación de mí.
—Está bien, buenas noches —Achico sus ojos volviéndose a las escaleras comenzando a subirlas.
La relación entre su madre y novio era sumamente buena, Jaejoong no tenia queja de ello, pero a veces no podía evitar querer que su mamá le brindara más atención a él porque por derecho de sangre, lo merecía más. Aunque sabía que solamente estaba siendo envidioso, y que si se comportaba así era precisamente por el amor que le tenía como madre, porque si Yunho no fuera algo de él, seguramente para su mamá este le sería indiferente, además ella quería ahorrarles problemas, porque una suegra difícil le acarrearía muchos a su relación. Aun recordaba el día en que ambos se presentaron en la sala de su casa y cuan feliz ella se mostró al enterarse de su noviazgo, tanto que casi llego al borde de las lágrimas y que incluso la palabra ‘boda’ fue mencionada en su arduo discurso.
Ahora que tenía casi dos meses con Yunho, aun la palabra le seguía pareciendo lejana mas no la descartaba para un futuro. Tan solo la idea le hizo sonrojarse. Continuó su camino hasta llegar a su cama donde se dejo caer boca abajo, hizo un pequeño puchero antes de levantarse y dirigirse al baño.
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Se había vuelto casi una rutina el que uno de los dos recogería al otro para llevarlo al trabajo y lo regresara al salir de este a su casa, esta semana era el turno de Yoochun. El pretexto había sido la gasolina y los beneficios que obtendría el medio ambiente al hacer esto, la realidad era que ambos amaban pasar tiempo juntos pero ninguno era capaz de admitirlo abiertamente.
Yoochun apagó el motor de su vehículo una vez que estuvo frente al edificio donde vivía Junsu, este soltó el cinturón de seguridad y volteó hacia él.
—¿Quieres subir? Podemos cenar juntos.
—La verdad es que estos últimos días han estado algo mas sobrecargados de trabajo, me siento muy cansado y preferiría dormir lo antes posible.
—Oh está bien —Junsu le sonrió antes de inclinarse hasta juntar sus labios—. Te veo mañana —Bajó del auto volviendo a sonreír.
—Hasta mañana —Yoochun se despidió antes de conducir fuera de ahí.
En el primer semáforo con luz roja que se topo, se colocó el manos libres sobre su oreja y marco un número en su celular, después del tercer repique su llamada fue contestada.
—¿Dónde se reunirán esta noche? —preguntó volviendo a conducir—. Ah, sí sé donde es, voy para allá —Con un click termino la llamada antes de mirar por el espejo retrovisor de su lado, cuando comprobó que tenía el camino libre para dar vuelta, cambio el sentido de su trayecto ahora dirigiéndose hacia un bar.
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Jaejoong hizo sonar el claxon de su automóvil frente al condominio Bongchul y no mucho después Yunho salió gritando las últimas indicaciones hacia los trabajadores, dio la orden final desde la ventanilla del copiloto colocándose al mismo tiempo el cinturón de seguridad.
—Podía esperar a que terminaras tu trabajo, no era necesario que hicieras tanto escándalo —Con una sonrisa de diversión, Jaejoong le dijo al poner en marcha su carro.
—Solo fueron unos cuantos detalles, ellos están acostumbrados a mi forma de trabajar —Como era ya costumbre para Yunho, comenzó a escudriñar en cada uno de los compartimentos sin buscar nada en particular—. Te esperaba en media hora más.
—Necesito pasar a un lugar antes de ir a comer, no te importa ¿cierto?
—No, aunque ¿será algo rápido? tengo que regresar pronto, el Ingeniero Wan me asigno mucho trabajo.
—Estamos cerca —Suspiró profundo llevando su mano libre al hombro de Yunho dándole un par de palmadas—. Yah, cada día te vuelves más responsable, estoy comenzando a sentirme orgulloso de ti —habló sonriendo antes de aumentar la velocidad.
—Siempre he sido así, solo que nunca me ha gustado alardear de ello —mencionó con arrogancia mientras no intentaba siquiera ocultar su sonrisa maliciosa por ver la fotografía de la licencia de conducir—. Saliste muy mono aquí.
—¡Yah deja ahí, metiche! —Bufó indignado—. El fotógrafo me tomó desprevenido ¿ok?, muéstrame la tuya, ah —Aprovecho que se encontraban detenidos en un alto para aplaudir y tronar sus dedos—. Es verdad, ni siquiera tienes auto —Rió.
Yunho mordió su lengua cuando estuvo a punto de decirle que si tenía, pero entonces Jaejoong pediría verla, y eso era algo que no podía hacer. Rasco su nuca disimuladamente volteando hacia su ventana y acepto la mano de Jaejoong cuando esta llego a la suya, probablemente pensó que su broma había sido un tanto pesada para él, fue lo que Yunho concluyo.
El resto del camino Yunho permaneció con los ojos cerrados, creía necesitar solo cinco minutos para descansar. Esa mañana como todas las de esa semana, él había despertado muy temprano puesto que su día no le ajustaba para cumplir con todas sus obligaciones. Desde hacía más de un mes, repartía su tiempo entre A&D Kim y los negocios de su familia. Las negociaciones con los inversionistas de Jeju habían sido un éxito y en breve comenzaría la reconstrucción de un gran centro turístico en la isla. Ese proyecto llevaba casi año y medio estancando, prácticamente desde un principio se conto con todo, pero siempre surgían problemas ya fuera respecto a los permisos, los demás socios o él mismo Yunho quien decidió abandonarlo para trabajar en otro lugar.
Cuando su abuelo se entero de que estaba trabajando como asistente para una constructora, le ordenó que renunciara a lo que él se rehusó, entonces el señor Jung movió sus conexiones logrando que fuera despedido. Yunho lo descubrió y de inmediato dimito a su puesto en la corporación. Su madre y Changmin intercedieron entre ellos, el convenio había sido que además de liderar el proyecto de Jeju, Yunho también participara como uno de los arquitectos a cargo, viéndose forzado, el señor Jung acepto. Conforme avanzaban, Yunho se vio limitado a ser un simple espectador cuando todas sus propuestas fueron desechadas sin siquiera ser analizadas, los demás arquitectos e ingenieros siempre le restaron importancia puesto que lo vieron como una persona que estaba ahí solo por ser Jung. Y entonces de nuevo habló con su abuelo, esta vez buscando algún tipo de apoyo en él, pero solo consiguió que este le dijera que volviera a dedicar su tiempo solo al trabajo de oficina. Fue ahí cuando inicio todo esto que ahora vivía.
Jaejoong abrió la puerta del copiloto y movió suavemente un brazo de Yunho quien calmadamente abrió los ojos liberándose del cinturón antes de salir del vehículo.
—Tienes una facilidad increíble para quedarte dormido.
—Solo estaba meditando —Estiró su cuerpo después de cerrar la puerta congelándose al voltear hacia el frente —¿Qué hacemos aquí?
—Oh —Un semblante sonrojado se instalo en Jaejoong, si Yunho tenía una idea equivocada él moriría de vergüenza—. Voy a entregar los presupuestos para la remodelación —Mordió una esquina de su labio inferior mientras le mostraba la carpeta en sus manos, el encabezado ‘Lotte Hotel Seoul’ salto a la vista de Yunho—. Tengo entendido que al dueño del hotel solo lo puedo encontrar a estas horas.
—Yo te esperare aquí.
—¿Eh? ¿Por qué no quieres entrar? —Le dio una mirada dudosa para después fruncir el ceño—. Estuviste de acuerdo en acompañarme y realmente no veo el motivo para que no quieras hacerlo.
—Yo….
—Bien, perfecto, no lo hagas —Jaejoong camino deprisa hacia las puertas giratorias.
—Jae —Yunho miró hacia el cielo y de nuevo al frente—. ¡Rayos! —Corrió hasta alcanzarlo rogando porque nadie mencionara su nombre, mucho menos su abuelo.
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Junsu y Yoochun salieron apurados del restaurante donde acaban de comer, desafortunadamente era hora de regresar al trabajo y si no se daban prisa llegarían tarde.
Estando cerca del lugar donde se encontraba estacionado el coche de Yoochun, ambos se detuvieron cuando un hombre se acercó para saludar.
—Yoochun-ah, qué bueno verte de nuevo.
—Oh, sí —Yoochun lo miró con nerviosismo.
—Escucha, llevo prisa pero ojala nos volvamos a ver pronto, espero que se vuelva a repetir lo de ayer, todos te echábamos de menos.
—Ah.
—Nos vemos —El sujeto agitó su mano entrando rápidamente al restaurante.
—¿Que fue eso de ayer? —Aunque Junsu se había mantenido alejado de ellos porque ese tipo de amistades de Yoochun no le simpatizaban, alcanzo a escuchar lo que el hombre dijo, por lo que no tardo en preguntar.
—No sé, debió confundirme con otro —Yoochun le sonrió comenzando a retomar su camino hacia su auto—. Acostumbra a beber hasta perder la conciencia así que no es de extrañar que se equivocara.
—Deberías de buscar otros amigos.
—De cualquier modo ya no los veo —Disimuladamente, Park mordió su labio inferior al abrirle la puerta—. Será mejor que nos marchemos antes de que se haga más tarde.
Junsu abordo el vehículo sin decir más, acepto la respuesta pero un dejo de preocupación quedo asentado en él, al pensar en que Yoochun retomara su antiguo estilo de vida.
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—Buenas tardes, quisiera ver al señor Jung —Jaejoong le dijo a la mujer fuera de la oficina del presidente del hotel.
—Buenas tardes, el señor… —La secretaria levanto su cabeza hacia ambos sorprendiéndose por ver al nieto del presidente ahí, el gesto de silencio que le dio este hizo que continuara con su frase—. El señor Jung no se encuentra en este momento, ¿puedo ayudarle en algo Kim-ssi?
—Vengo a entregar el informe con los presupuestos para la remodelación, pero en realidad necesito dárselo a uno de los encargados.
—Oh, bueno puedo llamar al Lic. Yoon en ese caso, sin duda él podrá atenderlo —Levanto el auricular del teléfono—. Si gustan pueden pasar a la oficina en lo que el licenciado viene.
—Gracias —Ambos contestaron al unisonó antes de entrar a la habitación señalada.
Yunho cerró la puerta tras él sintiéndose relajado y altamente bendecido por tal situación. Miro a su alrededor a la que solía ser su oficina, todo estaba exactamente igual a como lo dejo.
—Creí que no querías subir —Jaejoong habló desde la silla frente al gran escritorio negro.
—Tuve curiosidad por ver cómo eran las instalaciones.
Kim rodó los ojos ante la respuesta y se dedico a observar los tres cuadros en las paredes, todos eran pinturas de una ciudad solo que mostraban distintas iluminaciones; día, atardecer y noche. Encontró una extraña similitud con aquella que también colgaba en una de las paredes de su propia oficina. Se levanto de su asiento con la intención de examinarlas de más cerca cuando la puerta se abrió.
—Jaejoong-ssi, me dijeron que tiene los presu….
Changmin se cortó a sí mismo una vez que vio a Yunho pero antes de decir algo, Jaejoong habló.
—Changmin-ssi, él es Shim Yunho, uno de nuestros arquitectos.
—Mucho gusto, Shim... Changmin —Se inclinó hacia él pretendiendo que esta era la primera vez que se veían.
—Es un placer, que coincidencia ¿cierto? tenemos el mismo apellido —Yunho fingió una sonrisa al decirlo y correspondió el gesto de su hermano.
—Supongo —Afilo su mirada antes de caminar hacia el otro lado del escritorio—. Tal vez estemos relacionados de alguna forma —comento con cizaña.
—Quizás —Yunho evito mirarlo pero le siguió el juego.
—Entonces Jaejoong-ssi, ¿me permite el informe?
—Por supuesto —Jaejoong camino hasta entregárselo en su mano—. Son cuatro propuestas, la primera y segunda serian las optimas pero desde luego trataremos de adaptarnos si eligen alguna de las otras dos.
—Estoy seguro de que mi abuelo no tendrá reparo en los gastos mientras se obtenga un resultado satisfactorio —Changmin hojeo el conjunto de papeles antes de ponerlo sobre su escritorio —esta noche me reuniré con él así que en cuanto tengamos una respuesta se la hare saber.
—Está bien, en ese caso nos retiramos —Jaejoong se inclino.
—Antes de que se vayan —Changmin miró directo hacia Yunho para luego pasar sus ojos hacia Jaejoong—. Mi abuelo me encargo invitarlo personalmente al evento que se realizara en nuestro hotel el viernes de la próxima semana, sé que es un tanto apresurado pero nos agradaría que pudiera asistir —Le extendió un sobre color marfil el cual Jaejoong tomó sin reparo.
Los ojos de Yunho se agrandaron al escuchar esto, se suponía que esa noche él tenía que estar presente y que de ninguna manera podría escabullirse de ello. Habían estado planeando el dichoso evento desde principios del mes, por qué diablos tenía que suceder esto ahora.
—Lo siento Changmin-ssi, pero tengo un compromiso ese día y me es imposible cancelarlo —La frase de Jaejoong le atrajo a Yunho de nuevo la paz interior.
—Ya veo, es una lástima entonces.
—Así es, pero me asegurare de que alguien de nuestra empresa acuda en nuestra representación.
—Bueno, entonces estamos en contacto —Changmin rodeo su escritorio para llegar a tomar su mano—. Encantado de verlo, Jaejoong-ssi —habló con una voz profunda y una ligera sonrisa coqueta en sus labios.
—Igualmente —Con recelo, Jaejoong deshizo el ajustado agarre de su mano—. Que tenga un buen día.
La mirada feroz de Yunho no detuvo la sonrisa de Changmin que de a poco se convirtió en una socarrona. Con una leve venia, se despidió de ambos hombres.
Antes de que cerrara la puerta, Changmin vio a medio cuerpo de Yunho asomarse solo para gesticular ‘¿quieres morir?’. Shim solo movió su mano con desinterés murmurando ‘vete’ y Yunho solo pudo responderle apuntándolo con un dedo y haciendo una seña con su mano simulando cortarse el cuello.
Afortunadamente la gruesa madera de la puerta pudo cubrir la estrepitosa risa de Changmin, aunque sinceramente esto era de lo que menos debía preocuparse en este momento. Fingiendo estar despistado, entró en el elevador unos segundos después de Jaejoong.
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—Junsu-ah ¿tienes algún compromiso este viernes? necesito que me remplaces en un evento —Jaejoong camino cerca del escritorio de su primo.
—Uhm —Junsu murmuró revisando su agenda en la computadora—. Tengo la tarde libre, ¿eso te sirve?
—No —Jaejoong suspiro dejándose caer en el sofá a un lado del escritorio—. Parece que todo mundo tiene algo que hacer el viernes, creo que tendré que mandar a mi secretaria en mi lugar.
—¿Es un evento importante?
—Sí, bueno ya que realmente la invitación fue un tanto precipitada no podrán culparnos si no podemos asistir.
—Mi papá tampoco puede ir, su viaje a Japón es este jueves y regresara hasta el lunes —Con un dedo en su barbilla, Junsu pensó en quien podría asistir.
—¿Qué hay de Yoochun? No he tenido tiempo para verlo esta semana, crees que….
—Ambos tenemos una cena de negocios ese día —dijo poniendo sus codos sobre el escritorio y recargando su mentón en el dorso de sus manos.
—Supongo entonces que debo seguir buscando —Jaejoong se levanto colocando sus manos dentro de sus bolsillos—. Te veo luego Su.
—Ok, suerte con eso.
Jaejoong movió su mano antes de salir de la oficina. Después de preguntar a cuanto ejecutivo se cruzo por su camino durante una semana, ahora solo contaba con dos días para encontrar a su suplente en la fiesta, y ciertamente eso disminuía sus posibilidades de lograrlo. Aunque en el peor de los casos podría utilizar la cancelación.
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Jaejoong se vio por última vez en el espejo retrovisor de su auto antes de entregarle las llaves al chico del valet parking quien pacientemente sostenía la puerta aguardando a que saliera de este.
Había sido una suerte que la cena con los clientes de su nuevo proyecto se adelantara un par de horas, lo que le dejo la noche libre. Lo primero que pensó fue en salir con Yunho a quien en estos últimos días casi no había visto, pero le fue imposible comunicarse con él. Entonces quedaba la invitación para ese viernes, el llevar buenas relaciones públicas era parte importante para su empresa, así que en lugar de enviar a cualquier otro empleado, decidió ir él mismo.
Enseguida de que retiraran el cordón rojo, él pudo internarse en el casi centenar de aristócratas y empresarios dispersos por doquier, muchas caras conocidas vio a su alrededor pero que al fin de cuentas solo eran eso. Paso a un lado de un mesero quien le ofreció una de las bebidas que sostenía en la bandeja sobre la palma de su mano, Jaejoong tomó una de las copas de las que intuía contenían champagne.
Con su vista trato de localizar al señor Jung, su presencia ahí se debía a mera cortesía así que se propuso saludarlo y poco tiempo después retirarse. Una fiesta en donde no tenía con quien conversar y tampoco intenciones de conocer gente, definitivamente no era un lugar en donde quisiera permanecer más de lo necesario.
A los diez minutos dio con el hombre, pero lo encontró sumamente ocupado por lo que opto por esperar un poco más. El elegante ambiente era sumamente ostentoso, aunque sin caer en lo sobrecargado. Aburrido salió hacia el jardín trasero donde un pequeño grupo de personas aprovechaban la intemperie para fumar. Jaejoong en cambio quería utilizar su celular.
Su llamada se dirigió directamente hacia el buzón de voz, así que protestando entre dientes guardo su teléfono en el bolsillo de su pantalón mientras regresaba al salón principal. Un nombre resonó en sus oídos antes de dar otro paso, resoplo cuando vio al dueño de este no tan lejos de él, rodó los ojos retomando su camino antes de detenerse al reconocer al otro hombre que sostenía por los hombros a Minho.
Jaejoong arqueó su ceja con asombro, ver a Shim Changmin junto al chico que hace no mucho se la pasaba pegado a Yunho era algo que simplemente no podía concebir. En realidad el mundo si es un pequeño pañuelo, pensó. Al menos ahora podría hablar con alguien, sin vacilarlo se dirigió hacia ellos congelándose cuando noto a tres hombres acercándose a la pareja.
—¡Yunnie, no es justo! —Heechul habló en un tono chillón—. ¿Por qué Siwon puede ir y yo no?
—Porque tú no juegas básquetbol, puedes ir pero serías porrista —Yunho contestó con una sonrisa mientras jugaba con el cabello de Heechul—. Aun puedo conseguirte unos pompones.
—Puedes meterte esos pompones por….
—Chul, guarda la compostura —Siwon paso un brazo por su cintura—. Además debo admitir que no suena tan mal la idea.
—Jódete —Kim habló con voz profunda hacia Siwon.
—¡Uh~! —Changmin, Minho y Yunho exclamaron divirtiéndose por la situación de ver a Heechul forcejear en los brazos de Siwon.
Jaejoong no alcanzaba a escuchar lo que hablaban pero podía notar cual bien se llevaban entre sí, y por ello necesitaba serenidad para razonarlo. Desde siempre se había preguntado que se sentiría tener un ataque de pánico, ahora lo sabía. Teniendo dificultades para respirar y sus oídos avasallados con un silencio profundo, salió de nuevo al jardín donde a grandes bocanadas permitió que el aire entrara en sus pulmones.
Yunho no era la persona que él creía, y no sabía hasta qué grado no lo era. Sabía que necesitaba enfrentarlo pero no estaba seguro si estaba preparado para hacerlo. Las ideas en su cabeza comenzaron a arremolinarse haciendo que se sintiera débil. Se aferro a una de las paredes encajando las yemas de sus dedos como si quisiera dejar impresas sus huellas en ellas. Solo unos minutos, se dijo a sí mismo, después enderezó su postura estirando su saco y acomodando la pretina de su pantalón. Suspiro profundo y tomó valor para lo que venía.
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Junsu llevo a sus labios la copa con vino tomando un pequeño sorbo de ella, se preguntó cuánto más tiempo tendrían que permanecer ahí, dado que los detalles de la negociación, la cual era el objetivo de la cena, se habían aclarado y todo estaba más que pactado, solo era cuestión de firmar el contrato la próxima semana. El problema era que estos empresarios en particular eran amigos de sus padres, tanto de los de él como de los de Yoochun. Y Junsu sabia a la perfección que el ser amigo de su propio padre significaba que la persona era tan parlanchina como el señor Kim.
—Me parece que hemos abusado demasiado de su tiempo, deben tener algo mejor que hacer que escuchar las anécdotas de un par de viejos —Uno de los hombres habló.
—Habla por ti Jijoong —Song Dongho se quejó—. Yo aun tengo mucha vitalidad para considerarme viejo.
—Una cosa es lo que tú sientas y otra lo que proyectes —habló de nuevo el señor Lee levantándose de su silla y extendiendo su mano hacia Junsu quien también se puso de pie aceptando el gesto—. Arreglaremos una cita en estos días —ahora volteó con Yoochun volviendo a ofrecer su mano.
—Nos encargaremos de que se les atienda lo antes posible —Junsu respondió.
—Yoochun-ssi, este fin de semana no tuve una buena racha pero le aseguro que no tendrá tanta suerte la próxima vez —El señor Song le dijo.
—Oh, sí señor —Park contestó inclinando su cabeza hacia el hombre.
—Bien, nos retiramos.
Los dos mayores se despidieron para luego salir del lugar. Junsu de inmediato volteó hacia Yoochun.
—¿Otra salida en la que te confundieron? —cuestionó volviendo a sentarse al igual que el otro.
—No, yo….
—¿Has estado saliendo a mis espaldas? —Junsu espero ansioso por la contestación, que nunca llego—. ¿Sigues frecuentando esos lugares a los que ibas antes?
—Yo… algunos.
—¿Por qué lo has mantenido oculto de mi? —Otra vez no obtuvo una respuesta—. La monogamia no está hecha para ti ¿cierto? —Una expresión de decepción acompaño a su voz apagada—. ¿Desde cuándo tú… me has estado engañando?
—No es lo que piensas.
—¿Entonces? Dímelo porque francamente no entiendo.
Junsu oprimió sus manos en puños cuando Yoochun solo evadió su mirada, un suave resoplido salió de su boca antes de sonreír con amargura.
—Creo que no te molestara irte solo —Kim movió hacia atrás su silla sin el mínimo cuidado preparándose para retirarse—. De hecho creo que te es más conveniente el no tener que desviarte de tu destino nocturno de hoy.
—Jun….
—Si me hubieras hablado abiertamente desde un principio tal vez yo sabría a qué atenerme, diablos te conozco desde hace tanto tiempo que no espere que hicieras esto, al menos no a mi —habló mientras acomodaba su vestimenta—. Tal vez en realidad el problema fue ese, el que espere demasiado.
—Yo.
El argumento de Yoochun quedo atrapado en su garganta viendo a Junsu cada instante mas lejos de él. Y aunque aun podía detenerlo, no lo hizo. Simplemente se hundió en la silla sintiéndose más pequeño entre toda la gente a su alrededor. Todos sus temores arraigados salieron a la luz en un santiamén, y ni siquiera sabía si tenía el valor de confrontarlos.
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En el momento en que las luces bajaron de intensidad todos los presentes dirigieron su vista hacia el estrado. Jung Jongwoon, la cabeza de la familia Jung, se encontraba de pie detrás del pódium de cristal en el centro junto a Yunho y Changmin.
—Gracias a todos por estar aquí, imagino que la mayoría ya deben saber cuál es el motivo para este evento, para los que no, déjenme aconsejarles leer la sección de finanzas de nuestro país —Una ligera risa a coro se escucho antes de continuar—. Hoy por fin podemos dar anuncio de nuestro nuevo centro turístico en la paradisiaca isla de Jeju, pero le dejaré el honor a mi nieto para que les hable de los detalles.
El señor Jung se hizo a un lado haciendo un ademan con su mano hacia el lugar para que Yunho lo ocupara, este de inmediato lo hizo arreglando las hojas sobre el pedestal.
—Buenas noches a todos, espero que esta velada sea del agrado de ustedes, robare un momento de sus tiempos para hablar de negocios —Sonrió enderezándose aun mas y colocando ambas manos en la superficie transparente—. Nuestro centro recreativo que desde hace más de diez años opera con gran éxito, en breve se convertirá en el mejor del país, podrá sonar pretensioso pero realmente así de grandes son nuestras expectativas con este proyecto. Llevamos más de un año planeando estratégicamente que es lo que todo vacacionista busca y que es lo mejor que podemos ofrecerles, desde las más simples hasta las más complejas necesidades de los turistas y lugareños fueron evaluadas y estamos plenamente seguros que cubriremos cada una de ellas con nuestras nuevas instalaciones.
Los ojos de Yunho comenzaron a divagar por todos los oyentes hasta toparse con Jaejoong, cruzo su mirada con la de él sin mostrar perturbación alguna y luego se volvió a un punto fijo en la pared frente a él.
—Con la ayuda de nuestros nuevos inversionistas podremos conseguir que todo esto se materialice en menos de un año, estimamos que en diez meses a partir del día de hoy podremos tener una reunión similar pero esta vez para cortar el listón inaugural. Por tal, los invitamos a conservar su atención en nosotros y mantener el interés en nuestros proyectos venideros.
Salió detrás del pódium para dar una inclinación de 90° hacia los presentes, de inmediato se escucharon cientos de aplausos en todo el recinto. Se inclino una vez más antes de regresar junto a Changmin. Yunho escucho la voz de su abuelo dirigiéndose a los demás pero no supo lo que dijo, su vista de nuevo estaba con Jaejoong. Cuando todo mundo aplaudió y la iluminación volvió a ser la misma de antes, supo que el discurso había terminado así que se acercó a Changmin para susurrar en su oído y después avanzo hacia Jaejoong.
El cerebro de Jaejoong trabajaba a mil por hora, recuerdos iban y venían en su cabeza, y lo que antes fue todo confusión ahora estaba perfectamente conectado. Yunho era un hombre con una indiscutible educación tanto académica como social, eso lo había percibido desde el coctel hacia casi medio año, había sido ilógico pensar que era un vagabundo cuando en realidad era miembro de una de las mejores familias de Corea del Sur. Había dejado pasar el hecho de que tuviera conocimientos administrativos aquella vez que ayudo a Junsu, el día de hoy entendió que lo que estudio no fue un simple curso como él había mencionado, acababa de escucharlo, innegablemente el hombre sabia de lo que hablaba. Yunho le había preguntado con indiferencia sobre su proyecto con el Lotte Hotel Seoul, ahora sabia que eso también había sido fingido, él le ofreció sugerencias las cuales casualmente el señor Jung alabo, era cierto, las casualidades no existen. Y pensándolo bien, incluso los cuadros en la oficina de Changmin debían haber sido pintados por él también, si es que en realidad él pintaba. Era como si la imagen que tenia de él se hubiera desmoronado y ya no supiera quién era el hombre que en este momento caminaba hacia él.
—¿Quién eres? —Jaejoong soltó la pregunta que se hacía todo su ser.
Yunho a centímetros de él, lo tomó por el brazo llevándolo hacia una habitación conjunta a esa, una que estaba completamente vacía. Suavemente cerró la puerta y Jaejoong sacudió fuertemente su brazo para soltarse de él.
—Jung Yunho —respondió calmadamente.
—¿Jung? —Los labios de Jaejoong se curvearon en una sonrisa irónica—. Así que en realidad si le diste un nombre falso a Junsu —pronuncio más para sí mismo que para el otro.
—Fue por las circunstancias que yo….
—¿Trabajar en la empresa de mi familia era algún truco sucio?
—No.
—¿Te divertiste jugando a mí alrededor?
—No estaba jugando.
—Claro —hablando casi en un murmuró, Jaejoong camino hacia la puerta.
—No estoy jugando, yo… sé que tengo mucho que explicarte pero ahora….
—Te equivocas —Sujetó el picaporte y habló sin voltear a verlo—. Tú no tienes nada que decirme y yo no quiero escuchar nada de ti —Giró su mano abriendo consigo la puerta antes de salir.
—Jaejoong, dame solo media hora y….
—Le diré a Yoochun que presentaras tu renuncia el lunes, puedes mandarla, no es necesario que la entregues personalmente.
—Jae, solo escucha primero.
—Yunho, por fin apareces —El señor Jung apareció detrás de él junto con Changmin y un hombre más—. Jaejoong-ssi, que gusto verlo.
—Igualmente —Jaejoong se inclino hacia él.
—Imagino que su conversación es importante pero realmente necesito a mi nieto en este momento.
—Por supuesto, yo solamente me estaba despidiendo y agradeciendo por la gentil invitación de esta noche —Se intimido ante la idea de que el propio señor Jung estuviera al tanto de su relación con Yunho.
—¿Ya se va? —Jung Jongwoon preguntó con interés.
—Así es, tengo otro compromiso.
—Oh entiendo, entonces nos veremos en otra ocasión —Se acercó para tenderle su mano siendo contestado el gesto de inmediato—. De nuevo, fue bueno el poder saludarlo.
Jaejoong se inclino por última vez antes de girar sobre sus pies y caminar hacia la salida del lugar, entre más pronto este afuera, mejor; fue su pensamiento.
Sobre su espalda sintió la mano de su abuelo y Yunho solo asintió al seguirlo hacia una de las oficinas. Aunque no tenía ganas de seguir ahí, sabía que más no podía hacer, al fin y al cabo cuando saliera de ahí sus problemas lo estarían esperando.
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Jaejoong oprimió el código de seguridad y abrió la puerta cuando se escucho un suave pitido, con ayuda de sus pies se deshizo de sus zapatos moviéndose calmadamente hacia Junsu quien lo veía acurrucado desde el sillón.
—Lamento interrumpir tu velada pero necesito hablar con alguien —Empujo las piernas de su primo para sentarse a su lado en el sillón.
—¿Él te dijo que vinieras aquí? —Junsu acomodo su postura quedando sentado con las piernas cruzadas bajo él.
—No, ni lo deje hablar —Jaejoong giro su cabeza rápidamente hacia su primo—. ¿Hablo contigo?
—No, de pronto se quedo mudo —Su respuesta salió en un largo resoplido.
—Seguramente ahora que se le cayó el teatrito no supo que mas inventar.
—Sí, y con toda esa basura de que la gente esta ebria, no me sorprendería que después dijera que yo también lo estaba y escuche mal —Junsu movió hacia atrás el cabello que había caído sobre su frente.
—¿Eh? ¿Cuál gente ebria? —Jaejoong lo miró de lado con intriga.
—Esa que supuestamente lo confunde en los bares.
—¿De qué estás hablando Junsu? ¿Hay algo más que yo no sepa? —Dejó salir una pequeña risa al recargarse en el sillón—. ¿Entonces eso de que no puede tomar también es mentira?
—¿Eso dijo?, por Dios, como si no supiéramos el barril sin fondo que es Yoochun cuando se trata de alcohol.
—¿Y qué tiene que ver Yoochun en todo esto?
—Absolutamente todo ¿estamos hablando de él no es así?
—No, yo estoy hablando de Yunho.
—¿Yunho? ¿Paso algo con Yunho? —Jaejoong asintió efusivamente y Junsu bajo sus piernas colocando sus pies en el suelo—. ¿Qué?
—Su nombre real es Jung Yunho y es el nieto del dueño del Lotte Hotel Seoul.
—¿El hotel con el que tenemos tratos? —Movió su cuerpo quedando frente al otro.
—Sí, hace un par de días él mismo Yunho me acompaño y pretendió no conocer a su hermano Changmin.
—¿Changmin? —Junsu lo pensó por un segundo—. Un chico un poco más alto que él, de ojos bonitos, piernas largas, brazos bien trabajados, abd….
—Eh sí, creo que se trata del mismo —habló arqueando una ceja—. ¿De dónde lo conoces?
—Es el amigo de Yunho, con el que compartía departamento.
—Yo no sabía que vivía con alguien en el departamento —Jaejoong masajeo sus sienes, al parecer desconocía muchas cosas, mas de las imaginadas.
—Oh, bueno eso fue algo de imprevisto.
—Junsu, ¿tú sabías quien es en realidad Yunho? —cuestionó con la esperanza de que Junsu lo negara.
—No, solo conozco a Changmin y a su novio Minho, no tenía idea de lo demás, él me dijo que eran amigos, no hermanos.
—Como sea, ya termino —Jaejoong aliso la tela sobre su rodilla con una mano y la otra la paso por sus cabellos—. ¿Qué paso contigo y Yoochun?
Ahora Junsu suspiro hondo antes de contarle lo sucedido.
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Yunho regreso el teléfono inalámbrico a la mesa frente al televisor, Changmin lo había ayudado a escapar de la fiesta antes de que su abuelo si quiera lo notara. Y ahora su hermano lo llamaba para cerciorarse de que estuviera en casa, como si tuviera ánimo para ir a otro lugar o peor aún, ir con Jaejoong. Yunho bien conocía el temperamento del hombre, no era el mejor momento para darle una visita.
Aflojo su corbata y la aventó con descuido hacia el sofá donde acompaño a su elegante saco y caminó dentro de la cocina buscando cerillos en cada uno de los cajones hasta que dio con ellos.
Desplazándose al balcón, revolvió los bolsillos de su pantalón sacando de uno de ellos una cajetilla de cigarros. Tenía dos años sin fumar, no había sido adicto a ello pero de pronto lo vio como una costumbre en su vida y por lo mismo dejo de hacerlo. Pero ahora sintió deseos de volver a ello, como el ser humano que era, la debilidad sobrepaso su razón.
Con tranquilidad despego el plástico que resguardaba la caja y luego levanto la tapa sacando uno de los delgados cigarrillos, guardo el paquete y encendió un cerillo. Cuando el aroma a nicotina llego a sus fosas nasales, le incomodo el olor sin embargo contuvo la respiración por unos segundo y después la soltó dejando escapar el humo por su boca y nariz. Llego a recargarse en la blanca barandilla observando el cielo levemente nublado. Cerró sus ojos cuando llevo de nueva cuenta el cigarro hasta su boca y aspiro de este.
—No pensé que fumaras.
Yunho brinco ante la inesperada voz, volteó hacia de dónde provino y después volvió su vista hacia el frente.
—Tenía tiempo sin hacerlo —Giró su cuerpo recargando su espalda en el frio metal y ladeo su cabeza hacia el hombre semi recostado en una silla—. ¿Quieres uno?
—No gracias, ya tengo de que morirme, no necesito agregarle enfisema pulmonar a la cirrosis —Yoochun rechazo el cigarro ofrecido enseñándole la cerveza en su mano.
—¿Noche difícil?
—Y que lo digas —respondió antes de beber de la lata.
Yunho asintió tomando otra bocanada poniendo su atención en la superficie de la pared como si existiera algo realmente valioso en ella. Yoochun hizo lo mismo, solo que con el piso. Ignorándose mutuamente, ambos permanecieron en silencio absortos en sus pensamientos.
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El reloj marco las diez pm en punto y Junsu sintió la imperiosa necesidad de hacer algo, lo que fuera menos estar en su departamento sufriendo cual mártir.
—Deja de ver ese infomercial, no necesitas comprar otra aspiradora.
—No hay nada que ver —Jaejoong paso sus manos a su nuca volteando hacia el techo—. ¿Alguna sugerencia?, no quiero regresar a casa aun.
—Podríamos salir por ahí.
—¿A dónde?
—No sé, algún bar o algo así.
—No lo creo Su, no tengo ánimos para hacer eso.
—Como quieras, yo si voy a salir, si quieres quedarte aquí como niño bueno allá tú, pero yo prefiero conseguir algo de diversión —Junsu camino dentro y fuera de su habitación decidiéndose entre cambiar su atuendo o no.
—¡Yah! ¿Qué se te metió? —Jaejoong se enderezó aun sentado en el mueble siguiendo con sus ojos cada movimiento de su primo.
—Hoy llegue a la conclusión de que no sirve de nada ser bien portado cuando lo único que obtienes es que te vean la cara de idiota, esta vez dejaré a mi espíritu actuar con libertad —habló mientras se ponía una chamarra.
—¿Te bañaras en licor y vivirás la vida loca sin límites?
—Esa es la idea.
—Entonces yo también voy, al menos así me asegurare que vayas a los sitios correctos —Sonrió quitándose su saco y tomó el abrigo que Junsu le ofrecía.
Tener conciencia era lo que menos precisaban, así que tal vez un poco de ayuda etílica podría facilitarles las cosas, aunque fuera por un corto tiempo.
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—Sabes Junsu, los hombres no son fiables, yo mismo le he mentido un par de veces a mi mamá —Jaejoong tomó el último sorbo del soju en su botella antes de abrir una nueva.
—Yo también le mentí a Chunnie y por eso él se vengó revolcándose con quien sabe quién y quien sabe cuántas veces.
—Pero cabe la posibilidad de que solo hayan sido salidas sin algún contacto más profundo —Jaejoong se rió de sí mismo cuando casi se va de lado contra el suelo.
—¡Oh por favor, ambos sabemos que él es un demonio sexual! —Junsu levanto sus brazos al aire, sosteniendo un vaso del que casi se derrama su contenido sobre él.
—Bueno eso sí —De pronto Jaejoong sintió una oleada de calor por lo que jaló su camisa hasta que los dos botones superiores se soltaron—. Pero afortunadamente no consiguió eso contigo.
—Este… uhm.
—¿Tú y él, ya? —preguntó con gran asombro.
—¡¿Qué esperabas? Llevaba mucho tiempo soñando con eso ¿Cómo podía no aprovechar la oportunidad?! —respondió exaltado.
—Si Junsu pero, tú sabes, hay que darse a desear y mas con hombres como él.
—¡Como si tú aun fueras inmaculado!
—Está bien, ya no soy casto, pero no soy un libertino como Yoochun.
—Gracias Jae, ahora me siento mucho mejor —mencionó con sarcasmo.
—Lo siento Junsu, no quise decir eso.
El silencio inundo la sala de Junsu, donde ambos se encontraban sentados en el piso con sus espaldas recargadas en el sofá frente al televisor. Cuando recorrieron las calles mirando por los alrededores, de pronto sus ganas disminuyeron al ver la euforia de las demás personas. Creyeron más conveniente el comprar unas cuantas botellas de soju y regresar al departamento. El olor alcohólico ahora llenaba toda la habitación, con los cinco envases vacios rodeándolos, y diez más intactos.
—¿Crees que Yoochun se fue a uno de esos lugares de mala muerte? —Junsu le cuestionó con su mirada perdida en el vaso en su mano.
—No lo sé, tal vez decidió dormir temprano.
—¿Debería mandarle un mensaje de texto? —Sacó el celular del bolsillo de su pantalón presionando las teclas con habilidad en el.
—¿Y qué le dirás?
—Que lo aborrezco —Borró y reescribió el texto.
—Va, si tú le mandas uno yo le mandare otro a Yunho —Jaejoong sujeto su celular y comenzó a escribir en el—. ¿Qué le diré? —Apreso su lengua entre sus labios mientras buscaba el número almacenado entre sus contactos—. Este nombre ya no te queda, ahora serás, men…ti…ro…so —habló oprimiendo con fuerza las teclas para formar el nuevo alias para Yunho.
—Mejor no —Junsu borro de nuevo el texto antes de abandonar el celular en el sillón y servirse mas soju en su vaso—. No quiero que sepa que estoy pensando en él.
—Rayos, tienes razón —Jaejoong dejo caer su cabeza sobre el acolchonado sillón—. Creerán que aun tienen algún poder sobre nosotros —Destapó otra botella llevándosela directo a su boca.
—Quizás lo tuyo tenga solución, quiero decir, contigo el gran problema solo se reduce a que ahora terminaras siendo un Jung y no un Shim, te acostumbraras a ello pero yo como puedo hacer lo mismo, ¿debo aceptar que soy el oficial pero no el único? ¿hacerme de la vista gorda cuando Yoochun se de sus “escapadas”? si pudiera elegir, me quedo mil veces con el cambio de apellido.
—Yah, no hagas sonar mis problemas como si no fueran nada —Jaejoong hizo un puchero—. Fui engañado, burlado y humillado —Con sus dedos conto cada una de las palabras mencionadas.
—Yo también pero aceptémoslo, lo mío fue peor.
—¡Yah! estamos aquí para darnos apoyo no para hacer una competencia por saber quien sufre más.
—Tienes razón hyung.
—Junsu, no me digas hyung que me siento vulnerable cuando lo haces —Estiró sus piernas cruzando sus tobillos mientras rodaba una de las botellas vacías en el suelo—. ¿Puedo quedarme a dormir? no tengo ganas de manejar.
—Claro.
De un solo trago Junsu se bebió el líquido de su vaso y volvió a llenarlo. Esperaba que pronto el soju hiciera un efecto anestésico en su cuerpo, uno que su pecho pedía a gritos.
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Yunho estaba sentado sobre el frio piso del balcón, recargado en la pared y pegado al barandal que daba al de su vecino, fumaba su cuarto cigarrillo y casi mecánicamente dejaba caer la ceniza en una lata de cerveza vacía que Yoochun le dio cuando noto que estaba utilizando su ropa como cenicero.
—Realmente no es que quisiera mentirle, solo que si él sabía lo que estaba haciendo, hubiera desconfiado de mi —Yoochun mencionó cerrando sus ojos y cubriéndolos con su brazo.
—El chiste es que lo descubrió y no solo desconfió, sino que concluyo todo a su manera.
—Exacto, no pude decir nada porque para cuando quise hacerlo él ya se había ido.
Quien había sido el primero en hablar, ni ellos mismos lo recordaban, el hecho es que de alguna forma se habían confiado sus complicaciones amorosas, como él mismo Yunho bautizo a su situación con Jaejoong, porque llamarlo de otra manera lo hacía sonar tan condenadamente terrible que se negaba siquiera a aceptarlo. Yoochun por su parte admitió que la palabra ‘estúpido’ le quedaba corta, pero rechazo rotundamente ‘rompimiento’ al estado actual de su relación con Junsu, podían decir ‘desacuerdo’ pero jamás separados, no hasta que él agotara todas sus esperanzas.
—Te entiendo por completo, el problema es que no tengo ni una maldita idea de cómo componerlo —Yunho inhalo del humo y luego lo expulso en una bocanada—. Si se tratara de Junsu me sería más fácil.
—¿Ah sí? dime como entonces —Yoochun retiro el brazo de su rostro y se enderezó para verlo a través de las gruesas varillas.
—Me disfrazaría de un oso gigante y me presentaría en la puerta de su casa con dos enormes cappuccino.
—Que ridiculez, si fuera yo, te azotaría la puerta en la cara —Con una sonrisa divertida, Yoochun se volvió a dejar caer sobre el respaldo de la silla.
—Creo que Jaejoong haría lo mismo —Yunho sonrió y dio otra calada a su cigarro—. Las cosas cursis no le gustan.
—Te diré un secreto —Yoochun habló aplastando otra lata vacía dejándola junto a las demás—. Yo creo que Jaejoong solo finge que no le gustan, a mí siempre me ha parecido que lleva una colegiala soñadora dentro de él.
—No lo sé, y no creo que sea el momento para experimentar.
—Si le importas de verdad te perdonara —Estiró sus brazos y piernas para luego levantarse y recargarse en el barandal—. Estoy dispuesto a darte una solución si tú me ayudas con lo mío.
—¿Y qué puedo hacer?
—Necesito conseguir algo….
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Jaejoong cabeceo y cayó en el hombro de Junsu quien ante el golpe despertó repentinamente para después volver a acomodarse sobre sus brazos en el asiento del sofá. Un timbre se escucho comenzando a soñar que abría la puerta, volvió a sonar y esta vez entreabrió los ojos encandilándose con la luz de su departamento. Otro sonido más y se puso de pie bostezando y dejando caer el cuerpo de Jaejoong sin previa advertencia.
—¿Qué pasa? —preguntó Jaejoong con voz adormilada, el ruido contestó por Junsu—. ¿Quién es? —Se irguió desde su posición frotando su cara.
Junsu alzo sus hombros al dirigirse a la puerta abriéndola sin mirar quien estaba fuera. Un ramo de rosas estuvo a centímetros de chocar con su rostro cuando el enorme perro café de orejas grandes se hinco frente a él sosteniendo además de las flores una bandeja con dos grandes vasos de plástico.
Jaejoong llego hasta Junsu cuando vio que este permanecía inmóvil, al tener la imagen por completo, mostró una pequeña sonrisa.
—¿Quién te mando? —Jaejoong le preguntó a la persona disfrazada—. ¿No puedes hablar? —dijo al no obtener ni una palabra.
—Yo… siento… dar… hablar.
—¿Qué? —Ambos hombres de pie se miraron mutuamente al no entender lo que la persona dijo.
Amablemente, Jaejoong le ayudo a desprenderse de la cabeza de peluche cuando vio que el individuo lo intento por sí mismo. Un sonrojado Yoochun fue revelado al instante. Jaejoong ahogo su risa con una de sus manos pero Junsu seguía estático.
—Yo lo siento, ¿me puedes dar una oportunidad para hablar? —Yoochun suplico—. Después me iré si eso quieres —Bajó su cabeza manteniendo en alto el ramo y la charola.
—Wow, esto es realmente muy interesante —Jaejoong camino rápido hacia la sala para recoger su celular regresando velozmente después de eso, el sonido de un obturador oprimido hizo que Yoochun levantara su mirada hacia él—. Esta foto en un futuro valdrá oro —continuó sonriendo mientras sacudía su teléfono.
—¡Yah Jaejoong! ¡Estoy en algo serio!
—Habla —Finalmente Junsu reacciono.
—¿Puedo… pasar? —Yoochun tomó como respuesta el que Junsu se alejara dándole el espacio para entrar, con ambas manos ocupadas y un enorme traje a cuestas, le fue más fácil moverse sobre sus rodillas hacia el interior.
—A ver, dame —Jaejoong le quito las rosas yendo hacia la cocina.
—Compre café —Yoochun habló despacio y con precaución, como se le había aconsejado—. Es cappuccino de moka.
—Junsu me voy a mi casa —Jaejoong habló desde el comedor acomodando las flores en una vasija de tubo.
—Creí que pasarías la noche aquí —Junsu le contestó.
—Pero ustedes necesitan privacidad, ya he vivido bastante tiempo haciéndoles mosca —Buscó a su alrededor por su saco encontrándolo no muy lejos de él, lo puso sobre su brazo y camino a la puerta—. Tomaré un taxi, mañana vendré por mi coche —Señaló sus llaves en la mesita cerca de la salida deslizándose dentro de sus zapatos—. Y Yoochun-ah, ese disfraz realmente va contigo —comentó antes de cerrar la puerta detrás de él.
—Que… grosero —Yoochun murmuró.
—¿Y bien? Estoy esperando a que empieces.
Yoochun cerró sus ojos para pensar con claridad, deseando con todas sus fuerzas que las precisas palabras se presentaran antes de hablar.
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Más que para darles espacio a Yoochun y Junsu, Jaejoong regreso a su casa por la leve suposición de que Yunho pudiera estar esperando por él. Durante el trayecto en el taxi, ideo la forma en que se rehusaría a siquiera verlo, pensó que por lo menos tres veces le insistiría y que tal vez por misericordia, Jaejoong le regalaría cinco minutos de su tiempo. Imagino también la expresión del hombre cuando pasara de él y entrara a su casa. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Cuando bajo del vehículo y este se retiro, Jaejoong discretamente volteó a su alrededor, la calle se encontraba absolutamente vacía. Después de que cerró la puerta estando dentro su casa, encendió la luz del vestíbulo colocando con calma las llaves en el adorno colgado en la pared, por el rabillo de sus ojos examino el contorno del lugar, nadie aguardaba por él.
—¿Cómo estuvo la fiesta? —La madre de Jaejoong apareció frente a él vistiendo una bata que le llegaba un poco más abajo de sus rodillas y un vaso con agua en una de sus manos.
—Bien.
—No escuche tu coche.
—Lo deje en el estacionamiento de Junsu, estuve con él un rato.
—Oh, ¿tienes hambre?
—Solo sueño —Jaejoong paso sus manos sobre su cara arrastrándolas hasta su cabello al cual despeino levemente.
—Bien, entonces ve a dormir —La señora Kim acaricio el brazo de su hijo antes de caminar a la sala donde minutos antes leía una revista.
—Buenas noches —Jaejoong habló mientras subía las escaleras.
En cuanto estuvo en su cuarto, se dirigió al baño donde mojo su cara y después seco con una de las toallas dobladas en un entrepaño. Se sintió completamente sobrio al golpearle la realidad, era oficialmente un tonto, no hace ni un día que acaba de experimentar una de las peores desilusiones en su vida y ahora él mismo se producía otra al esperar que Yunho estuviera ahí aunque fuera para disculparse. Era cruelmente obvio que ante los ojos de Yunho, Jaejoong ya no valía la pena.
Se despojo de cada una de sus ropas antes de colocarse bajo el chorro de la regadera, tal vez el agua fría lo relajaría y quizás así él podría dormir y dejar de pensar en lo que pudo ser pero no fue.

1 comentario:

  1. Jajaja... ahora Yoochun y Yunho se cuentan sus penas y se dan consejos para que Junsu y Jae los perdonen, pues ojala les resulte.

    Gracias!!!

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