Parte I
Soy un genio.
No, en serio, lo soy. Tal vez no en el sentido tradicional, como Changmin —maldito
mocoso sarcástico sabelotodo— pero realmente poseo una inteligencia inusual. ¿De
qué otra forma se podría explicar la situación en la que me encuentro, aparte
del hecho de que soy un genio? Exactamente, no hay otra.
Ningún chico ordinario se encontraría en una habitación llena de chicas
semidesnudas, riendo jovialmente y siendo adulado. A ninguno se le permitiría estar
sentado allí sin camisa, mientras que las chicas expresan ¡ou! y ¡ah! por sus
músculos, tocándolos y apretándolos. Ningún otro podría escuchar todo lo que
estas chicas se hacen y lo que les gustaría que un chico les hiciera. Ya sabes,
sexualmente —bueno, tal vez lo harían si fueran a un burdel, pero yo no estoy
en un burdel, así que no digas nada—.
Nop, sólo yo puedo hacer esas cosas. Porque soy un genio. Verás...
Ellas piensan que soy gay.
No lo soy, por supuesto, estoy lejos de serlo, para muestra está mi miembro
semi erecto. No tengo nada en contra de los gays, es más, una de mis hermanas
es lesbiana, y todos la aceptamos muy bien. Pero quiero dejar claro que; yo,
Kim Jaejoong, amo a las mujeres.
Las amo tanto que estoy dispuesto a dejar que piensen que me gustan los
chicos, para así durante horas, poder sentarme en la misma habitación que ellas,
estando medio desnudo. Lo sé, soy un genio, ¿cierto?
...Tal vez debería explicar exactamente por qué piensan que soy gay.
Bueno, voy en la universidad, ¿de acuerdo? Y no, antes de que lo pienses,
no me atraparon “experimentando” ni nada de eso. Nunca he hecho nada ni
remotamente sexual con un chico, ¿correcto? No es que ellas lo sepan, pero no
importa. De todos modos, ¿en qué me quedé? Ah sí, universidad.
Así que voy en la universidad, pero tardé un poco en solicitar alojamiento —bien,
se me olvidó. Y entonces se terminó el plazo. ¿Qué? soy humano— así que mis
padres tuvieron que ayudarme a encontrar un lugar donde vivir aquí en Seúl, con
casi sólo dos semanas para iniciar clases. El único lugar que quedaba disponible
era una casa no muy lejos del campus que estaba ocupada por tres chicas. Ellas
estaban empezando su segundo año, pero mis padres lograron convencerlas de
dejar que el pobrecito de mí viviera con ellas, ya que tenían una habitación libre.
Realmente no fue la gran cosa, tengo ocho hermanas, estoy acostumbrado a
vivir en una casa llena de mujeres. Eso no significa que lo disfrute, pero
puedo sobrellevarlo.
Al principio las chicas estaban algo nerviosas a mí alrededor, pero lo
comprendo, ya sabes; soy endemoniadamente sexy. Cabello castaño claro cayendo
sobre mi frente en suaves ondas y enmarcando perfectamente mi cara; grandes ojos
enternecedores, labios sensuales por los que cualquier chica mataría. Sí, lo
admito: estoy buenísimo.
Así que entiendo que estuvieran nerviosas ante mi presencia. Sobre todo
cuando andaba sin camisa, lo cual hago bastante. Ey, nadie se quejaba cuando
vivía en casa, y es duro romper un hábito así, ¿de acuerdo? Hablando de duro, ¿ya
mencioné mis abdominales? Podrías rallar queso en ellos, te lo juro. Y ni
siquiera quiero decirte cuán bien tonificados tengo los brazos.
...¿En qué estaba? Ah, claro, las chicas.
Sí, eran un poco distantes, pero luego empecé a cocinarles —soy muy buen cocinero—,
a ordenar la casa y esencialmente, sólo a ser impresionantemente yo, así que nos
volvimos amigos. Y entonces un día me hicieron una... siendo sincero, pregunta
impactante.
Estábamos todos sentados inocentemente en la sala, viendo X-Man y riéndonos
de los dos concursantes que escalaban uno encima del otro en las barras, cuando
Tiffany se volvió hacia mí.
—Oye, Jae —dijo ella, de la nada—. Hemos estado preguntándonos... ¿eres
gay?
Y te lo juro, casi me muero. Quiero decir, ¿en serio? ¿Yo? Gay?
Así que sólo atiné a decir: —Ehm, ¿qué? —Y puede que soltara un pequeño chillido,
pero vamos, ¿quién reacciona tranquilo ante esa clase de pregunta?
Se miraron una a la otra, luego voltearon conmigo y enseguida a la
televisión —donde los dos chicos seguían compitiendo—, después regresaron su
vista a mí pero esta vez fue Jessica quien habló:
—¿Eres gay? Está bien si lo eres, no vamos a juzgarte ni nada.
—¿Por… Por qué creen que soy gay? —Sí, está bien, tartamudeé. Y sí, puede
que me haya ahogado un poco en la última palabra, pero eso no es importante.
—Bueno —comenzó Yuri—, es sólo que, ya sabes, actúas un tanto gay. —Ante mi
expresión escandalizada, continuó—: Cocinas realmente bien, eres muy limpio y
ordenado, te tomas más tiempo que nosotras para estar listo en la mañana, tu
cabello es increíble, eres muy dulce, atento, siempre te cubres la boca cuando
te ríes, llamas a tu mamá todos los domingos, tu cintura es tan pequeña y estoy
bastante segura de que en este momento estás usando un pantalón de mujer, y... —Miró
a las otras chicas.
—Y tienes un poster de Kim Junsu semidesnudo pegado en la pared de tu
habitación —agregó Jessica.
—¡Oigan, es un gran cantante! —protesté.
—Es bueno. — Jessica asintió—. Pero también está semidesnudo en ese poster.
Hice un mohín, cruzándome de brazos. —Sí, bueno, venía gratis en una
revista—me quejé.
Tiffany encogió los hombros. —Aun así lo colgaste.
La sala se quedó en silencio durante un minuto, conmigo ceñudo y las mejillas
infladas, preguntándome cómo es que todas esas malditas cosas —que eran del
todo cierto, incluso lo del pantalón de mujer— me hacían gay. Para ser honesto,
sigo sin entenderlo.
¿Era un crimen cuidar de mi apariencia? ¿El mantener una casa ordenada? ¿Dejar
que mi madre supiera que sigo con vida? Y, sabes, Kim Junsu es realmente increíble.
Es como mi ídolo. Quiero su trasero... ehm, no de esa manera. Es decir, quiero
su trasero en mí. Es decir... Sabes qué, olvídalo, no dije nada.
—Mira, Jae —soltó Yuri—. No estamos tratando de conspirar en tu contra ni
nada de eso. Nos agradas. Te has convertido en una parte importante de esta casa.
Sólo queremos saber la verdad...
Alcé la vista hacia ella, hallando que estaba siendo sincera, y notando también
la misma expresión en las caras de las otras dos.
Y ahí es cuando me golpeó mi genial idea: si ellas pensaban que yo era gay,
entonces serían incluso más amables conmigo de lo que ya eran. Me tratarían como
a una de ellas, lo que significaba que iba a estar al tanto de todas las cosas
que los hombres no solían llegar a ver o escuchar. Y, sinceramente, no era como
si estuviera buscando el acostarme con cualquiera de ellas. Eran atractivas,
por supuesto, pero... no había lujuria. Sería estúpido si no decía que era gay.
Así que puse ojos de ternura, me mordí el labio, y en general traté de
actuar lindo. Para ser sincero, no fue tan difícil porque además de ser condenadamente
guapo, también puedo ser malditamente adorable.
—No... No pensé que fuera tan obvio —murmuré y sonreí para mis adentros
cuando ellas sonrieron—. No se lo dirán a nadie, ¿verdad? —pregunté. Sabía que
si algo como esto se esparcía, mis posibilidades de volver a conseguir sexo, serían
cero, y yo estaba planeando tener mucho sexo este año. Tenía que mantener lo de
“soy gay” limitado a nuestra casa. Ves, te dije que era un genio; en verdad
pienso las cosas a conciencia.
—Oh Jae, por supuesto que no le diremos a nadie —prácticamente chilló
Tiffany, lanzándose al sofá y sobre mi regazo. Sus brazos me envolvieron, sus senos
se aplastaron contra mi brazo, sorprendiéndome de que mi gran plan estuviera funcionando
tan rápidamente.
—No te preocupes, esto sólo será entre nosotros. —Guiñó Jessica.
De nuevo sonreí tímidamente, ignorando el cómo Tiffany mencionaba que ya sabía
que yo era gay y cuán desesperada estaba por preguntármelo, y sabrá Dios cuanto
más. Esa chica sí que podía hablar...
Y bueno, así es como terminé aquí, en el cuarto de Yuri, viendo cómo se
prueban diversos atuendos que compraron temprano ese mismo día. Y sí, se están
cambiando delante de mí. Y sí, es malditamente candente. ¿Soy afortunado, no?
Estaban hablando de alguien con quien se toparon cuando hacían las compras,
y mientras yo estaba tratando de no babear por sus cuerpos semidesnudos, cuando
de pronto escuché mi nombre y me di cuenta de que probablemente debería empezar
a escucharlas.
—¡Oh Dios mío, harían una pareja tan linda! —chilló Tiffany.
Jessica destelló. —¡Lo sé!
—¿Quién haría una linda pareja? —pregunté, cuestionándome si realmente quería
saberlo.
—Yunho y tú—dijo Jessica, volviéndose hacia mí y sonriendo ampliamente.
Hice un valiente esfuerzo por mantener mi mirada en la de ella y no sobre su
pecho. Estaba volviéndome muy bueno en esto, pero eso no significaba que no fuera
difícil. Como sea, deja de pensar en sus senos... ¿De qué estaba hablando? Ah,
cierto, Yunho y…
—¿Quién es Yunho?
—Es un chico de nuestro curso —dijo Yuri, sentándose a mi lado en la cama—.
Es tan agradable, divertido, y totalmente guapo. Ustedes dos lucirían muy bien
juntos.
—Yo... ¿qué? —Me le quedé viendo con incredulidad.
—Es gay. —Asintió Tiffany, como si fuera por eso por lo que estaba
confundido—. Y actualmente está soltero. Sé que ustedes podrían congeniar. Así
que, ¿qué dices? ¿Quieres conocerlo?
—Yo, uhm... —Ah, rayos. Está bien, esto no me lo esperaba... ¿en serio quieren
presentarme a un chico? Diablos. Piensa Jaejoong, ¡piensa!—. Ah, eh, no sé... es
decir, puede que él no sea mi tipo... O que pudiéramos no tener nada en común...
Y ni siquiera sé cómo es.
—Bueno, ¿cuál es tu tipo? —preguntó Jessica, poniéndose finalmente una
camiseta.
Lo pensé por un momento y luego dije: —Uno con manos lindas.
—¿Ah, sí? —Yuri me dirigió una mirada lasciva—. ¿Alguna razón? Quiero
decir, las manos se pueden utilizar para muchas cosas...
Me tomó un segundo el entender lo que ella estaba implicando, aunque las
risas de las otras dos me ayudaron a hacerlo. Jadeé, conmocionado.
—¡Yuri! —grité—. ¡Oh Dios mío, no! ¡No es por eso que me gustan! —Me
estremecí, el pensar en las manos de un chico sobre mí, aunque fuera ligeramente,
era inquietante.
—Ah Jae, deberías ver tu cara. —Jessica se rio—. De todos modos, ¿qué es lo
que más te gusta en un hombre?
—Ehm... —¿Nada? ¡No me gustan los hombres! Está bien, ¿qué es lo que me
gusta en una mujer... aparte de sus senos—. Me gusta estar al control, pero que
ocasionalmente también tomen la iniciativa. Alguien que sea bueno con los
niños, y que considere a su familia como una alta prioridad. Que no tenga miedo
de mostrarme su lado lindo y tonto... Y, por supuesto, que sea tan guapo como
yo. —Sonreí.
Me alarmé bastante por la forma en que las chicas se extasiaron por mi respuesta.
—Jae, ese es exactamente el tipo de persona que Yunho es —dijo Tiffany, apretando
las manos sobre su pecho, con los ojos brillantes—. Ustedes realmente son el
uno para el otro.
—Sólo conócelo, ¿sí? —pidió Jessica—. Sólo velo una vez, y si no se caen
bien entonces los dejaremos en paz, pero en serio, ustedes serían increíbles
juntos. Además, tú no has mostrado ningún interés por nadie desde llegaste
aquí, y es nuestro deber ayudarte.
Titubeé por una respuesta, una excusa, cualquier cosa para no ser
emparejado con un chico, pero mi ingenio parecía estar fallándome en ese
momento. Supongo... supongo que no me haría daño el simplemente conocer al
chico. Después puedo decir que no sentí nada por él, y todo estaría bien. ¿Cierto?
Cierto.
Suspiré. —Bien, está bien, lo conoceré.
Traté de no estremecerme con los chillidos de emoción que mi aceptación
provocó.
✫ ✫ ✫
—¡Ay Dios mío, ahí está! —chilló Tiffany, emocionada, comenzando a agitar
sus brazos frenéticamente—. ¡Yunho! ¡Yunho!
Me hundí más en la silla, negándome a ver al chico que se acercaba a
nuestra mesa. ¿Me pregunté de nuevo, por qué estuve de acuerdo con hacer esto?
—Hola —dijo una voz alegre—. Siento llegar tarde. ¿Han estado esperando por
mucho tiempo?
—No, acabamos de llegar —respondió Jessica, y por el rabillo del ojo vi a
alguien sentado entre Yuri y ella—. Yunho, él es Jaejoong, Jae, él es Yunho.
—Gusto en conocerte —dijo la voz alegre.
Alcé la mirada sabiendo que no podía posponerlo más, a menos que quisiera
quedar como un idiota grosero —cosa que no soy, es sólo que todo esto me estaba
poniendo un poco incómodo—. El tipo estaba sonriéndome, y yo estaba muy feliz
de notar que él no parecía estar checándome ni nada de eso; lo cual me habría
puesto aún más incómodo.
Su pelo era negro natural con un corte estilizado, con flequillo y capas del
largo suficiente para rozar sus hombros. Su sonrisa era genuina, aunque no se
reflejaba en sus ojos, ¿y era idea mía o su cara era más pequeña de lo normal?
Espera, eso no era lo importante. Lo importante era que él no me estaba
mirando como si quisiera tener sexo conmigo. Lo cual era bueno. Porque,
obviamente, yo tampoco quería tenerlo con él. Eso es... no.
Está bien, entonces, ¡podía hacer esto! Sí, sólo necesitaba pensar que esto
era una reunión para conocer a un nuevo amigo.
Respiré y devolví la sonrisa. —Hola. También es un gusto conocerte.
Ignoré resueltamente el chillido y murmuración de Tiffany: —¡Dios mío,
ustedes son tan lindos!
Yunho rio por su comentario, agachando la cabeza y evadiendo mis ojos.
Ahí estaba ese horrible e incómodo silencio momentáneo, y entonces Jessica
se puso de pie. —Bueno, ahora los dejaremos solos.
—¿Qué? —Grité antes de que pudiera detenerme.
—Nos vamos —repitió, haciendo un gesto a las otras chicas para que también
se levantaran. Mientras se iba con Tiffany, habló por encima de su hombro—. ¡Diviértanse,
chicos!
—Y no se olviden de usar condón. —Yuri nos guiñó un ojo en tanto seguía a las
demás.
Mis ojos se ensancharon y ahogué un grito, incapaz de creer lo que ella había
dicho. ¿Por qué era amigo de ellas? En serio. Miré a Yunho y lucía tan
avergonzado como yo me sentía.
Nos sentamos en silencio durante un minuto mientras me preguntaba qué
demonios se suponía que debía de decir. Afortunadamente, Yunho tomó la
iniciativa.
—Así que, ahora que nos han dado su aprobación, ¿qué dices? ¿Nos vamos a un
motel?
Me quedé mirándolo anonadado por las palabras que acababa de decirme. Él...
Nosotros... ¡¿Qué?!
Se rio de mi expresión, el sonido era intenso y feliz mientras sus ojos se
arrugaban. —Ey, no me mires así. ¡Estoy bromeando!
Cerré lentamente la boca y sentí un rubor explotar sobre mis mejillas. Está
bien, estaba bromeando, por supuesto. Ya lo sabía. Es sólo que conmocionó a mi ingenio
con un golpe repentino, eso es todo.
—¿Fue una mala broma? —preguntó tímidamente, retorciendo un mechón de su pelo—.
Lo siento... estoy algo nervioso. Las citas arregladas siempre me hacen sentir
presión, así que sólo quería romper la tensión.
Conseguí sonreír y los latidos de mi corazón volvieron a la normalidad.
Vamos Jaejoong, ¡cálmate! Él realmente no estaba haciéndote proposiciones. —Ah,
está bien. También estoy un poco nervioso —admití—. Nunca antes había hecho
esto. Ya sabes, tener una cita arreglada... con un chico...
Yunho asintió en comprensión, enseguida preguntó en voz baja: —¿Alguna vez
has salido con un chico?
Negué con la cabeza. —No, todo esto es nuevo para mí. —Y no quiero volver a
experimentarlo otra vez...
Sonriendo suavemente, dijo: —Qué tal si entonces no pensamos en el hecho de
que tenemos una cita, sino que en su lugar, sólo estamos tratando de conocernos
como amigos. De esa manera, toda la presión se irá, y si encontramos que no
tenemos nada en común, no habrá resentimientos.
Correspondí su sonrisa, alegrándome de que él no quisiera hacer de esta una
cita real. No estoy seguro de que hubiese podido manejarlo... Y de todos modos mi
evidente heterosexualidad probablemente me delataría. Después de todo, soy muy
heterosexual. Es por eso que todavía me extrañaba que las chicas pensaran que yo
era gay... Bueno, da igual.
—Eso suena bien. —Asentí—. Entonces, ¿tenemos algo en común?
Yunho se rio de nuevo, su diversión por mi pregunta directa fue obvia. —No lo
sé, ¿tú sí?
Inmediatamente pensé en el hecho de que a mí me gustaban las chicas y a él
no, pero no creí que decir eso era una buena idea. Así que... ¿Qué puedo decir?
—¿Qué música te gusta? —pregunté finalmente.
—Diferentes géneros. —Se encogió de hombros—. Big Bang, BEAST, Kim Junsu…
—¡Dios santo, me encanta Kim Junsu! —exclamé, sonriendo ampliamente—. Es increíble
y un gran cantante, ¡y su forma de bailar! Ojalá pudiera bailar así... —Terminé
diciendo mientras mi entusiasmo se normalizaba y mi voz se volvía más tranquila
y menos confiada para luego detenerse por completo ya que, de pronto me di
cuenta de lo que acababa de decir, sintiendo que mis mejillas se calentaban,
horrorizado por la forma tan gay en que probablemente soné.
¡Aunque no puedo evitarlo! Kim Junsu me hacía fangirlear... fanboylear. Fanboy. Sí.
Riéndose, Yunho dijo: —Entonces eso es algo que tenemos en común, excepto
por el hecho de que yo sí puedo bailar así.
Suspiré. —¡No es cierto! —...De acuerdo, Jaejoong, contrólate. No estás
haciendo un muy buen trabajo al tratar de actuar heterosexual. Aunque se supone
que debo actuar gay, así que...
Yunho asintió, sonriendo tímidamente. —Me gusta bailar. Pero no tengo el trasero
de Junsu, por lo que no luzco tan bien como él.
Reí murmurando: —Sí, él tiene un buen trasero... —Ay Dios, en serio
Jaejoong. Sigues siendo heterosexual, ¿verdad?
—¡Lo sé! —dijo Yunho, efusivamente—. Me pregunto cómo sería… —Repentinamente
se detuvo, agrandando los ojos y enrojeciéndose sus mejillas.
—¿El qué? —pregunté.
Hizo una mueca de vergüenza. —Ah, iba a decir algo grosero, pero no creo
que sea apropiado para una primera reunión...
Lo miré fijamente por un momento, tratando de averiguar lo que iba a decir.
¿Quiere el trasero de Junsu? Eso no es inapropiado. Yo también lo quiero.
Bueno, no de esa manera, pero… ¡oh mi Dios, Yunho probablemente sí quiere un trasero como ese!
Mi respiración se atoró en mi garganta y forcé una sonrisa. Rayos. Está
bien, podía lidiar con eso. Él era un chico gay, y Junsu era… bueno, Junsu. Por
supuesto que él lo querría, ya sabes, de esa manera. Yo sólo... está bien,
siguiente tema.
—Así que, eh, ¿qué otro tipo de cosas te gusta hacer? —Cosas que no impliquen
tocar otros chicos en lugares obscenos, eso es...
—Ah, ya sabes, salir con amigos, cosas así. ¿Qué hay de ti?
Lo pensé por un momento, luego dije: —Me gusta cocinar. Y soy muy bueno en
ello. Bueno, está bien, ¡soy realmente bueno! Puedo hacer que mi amigo Changmin
haga casi cualquier cosa prometiéndole algo de comida.
—¿Cualquier cosa, eh? —Sonrió Yunho.
Consideré su pregunta por un momento, confundido por su tono de voz. Cuando
yo hablaba de esa manera, por lo general estaba implicando... Espera, ¡qué
estaba insinuando él?!
—¡Por Dios, no de esa forma! —Me apresuré en explicar, horrorizado ante la
idea de hacer algo así con mi sarcástico dongsaeng—. Dios, no... Changmin es
como un hermano pequeño o algo así... Hacer eso, yo... No. —Me estremecí con
disgusto ante la imagen mental.
Una vez más Yunho se rio alegremente, al parecer disfrutaba provocar este
tipo de reacciones en mí. Probablemente estaría más enojado si él no luciera tan
feliz mientras sonríe... estúpida sonrisa de chico feliz. Jum.
—Changmin es como un hermano pequeño, entendido. —Yunho continuó sonriendo
ampliamente, todo su rostro se iluminaba de alegría—. ¿Entonces qué hay de los hermanos
de verdad?
—Tengo ocho hermanas mayores —dije y vi como abría la boca en asombro.
—¿Ocho?
—Sí. —Me reí de su expresión de sorpresa—. Soy el más joven y el único
varón. Eso lo hizo una… vida interesante.
No pensaba contarle acerca de cómo mis hermanas solían vestirme de niña
cuando era más joven. Eso es probablemente un poco, demasiado gay... tampoco iba
a confesarle que solían obligarme a leer sus cómics de amor entre chicos,
porque sinceramente, todavía estoy algo traumado por ello.
—Yo sólo tengo una hermana —dijo. Sus ojos se suavizaron mientras sonreía con
cariño—. Es unos años más chica que yo. Jihye.
Antes de que pudiera detenerme, le guiñé un ojo y pregunté: —¿Es tan bonita
como tú? —Y entonces morí por dentro, por qué diablos estaba coqueteando con un
chico. ¿Qué pasó con todo el asunto de “amigos”, eh? Estas preguntas parecían
más orientadas a un potencial de pareja, y no me estaban gustando.
Yunho se rio, aparentemente sorprendido por mi comportamiento —tanto como
lo estaba yo—.
—Más bonita —respondió. Se mordió el labio, mirándome tímidamente—. Pero
estaría celosa de saber que estoy hablando con alguien tan bonito como tú.
Mis ojos se ensancharon y mi corazón dio un vuelco, consciente de que estaba
en un territorio peligroso y debería abortar inmediatamente. Aun así, todo lo que
pude hacer fue responder con voz entrecortada: —Soy un hombre, no soy bonito.
—Ah, tienes razón —reconoció, de nuevo sonriendo suavemente—. No lo eres.
Asentí en acuerdo e ignoré el hecho de que me molestaba que él no pensara
que fuera bonito. Sí, puedo que sea un chico, así que no debería de ser bonito,
pero el caso es que francamente, sí lo era bonito.
Aparentemente, Yunho pensaba de manera similar, ya que las siguientes
palabras que murmuró fueron: —Eres hermoso.
Me sonrojé profundamente y desvié la mirada hacia otro lado, sabiendo que
la situación estaba regresando a la zona de peligro. ¡¿Por qué demonios estaba
coqueteando con un chico?! Eso era coquetear, ¿verdad? Me sentía raro. Esto
estaba mal. No importaba que él pensara que yo era hermoso —Porque seamos
sinceros, lo era—, o en lo que a los chicos respecta, él también era bastante
atractivo. El punto es que él era un hombre, y yo heterosexual. Tenía que parar
esto. Como, ya.
Respiré profunda y nerviosamente, mirándolo a los ojos. —Eh, Yunho... yo...
Él asintió. —Está bien. Lo entiendo; eres nuevo en todo esto. Perdón por
ser tan osado, especialmente después de decir que deberíamos de ser amigos. Pero
me interesas y me gustaría llegar a conocerte, ¡cómo amigo! Así que... ¿Te gustaría
ir a ver una película o algo así?
Lo deliberé por un momento, viéndolo en silencio. —¿Qué película?
Se encogió de hombros. —No sé qué hay en cartelera. ¿Te gustaría ir a ver,
entonces?
—Eso... no sería una cita, ¿verdad? —reafirmé, aún sintiendo algo removiéndose
dentro de mí ante la idea de ir a una cita con un chico.
—No es una cita —dijo sonriendo—. ¿Nunca vas al cine con tus amigos?
—Por supuesto que sí —me mofé.
—Pues entonces. Sólo somos dos amigos que van al cine a ver una película.
No hay nada malo en ello, ¿o sí?
Las esquinas de mi boca se contrajeron, divertido con sus intentos por
apaciguarme. —Cierto.
—Entonces vamos —dijo sonriendo.
✫ ✫ ✫
Tan pronto como regresé a casa esa noche, el interrogatorio comenzó.
—Así que, ¿cómo fue? —Jessica sonrío, asomando la cabeza desde la cocina.
—Bien. —Me encogí de hombros, sacándome los zapatos.
Rodeando a Jessica y saliendo al pasillo, Yuri preguntó: —¿Qué hicieron?
—No mucho —dije—. Vimos una película, comimos algo. —Empecé a caminar hacia
las escaleras.
—¿Vas a verlo de nuevo? —Los ojos de Tiffany brillaban mientras me veía desde
la puerta de la cocina.
—Sí. —Me sonrojé; no porque me diera vergüenza verlo de nuevo, sino porque
sé que iban a tener una idea equivocada, y eso era vergonzoso.
Efectivamente, soltaron chillidos tan rápido como me dirigí hacia arriba,
retirándome a mi dormitorio. Cerré la puerta sin hacer ruido y me arrojé sobre
la cama, volteando hacia el techo con los ojos cerrados.
Hoy había sido... divertido. Muy divertido. Yunho era genial. Resultó que
en realidad teníamos mucho en común, lo cual es, ya sabes... genial.
Pero...
Creo que le gusto. Como el —gustar— de gustarle.
Entiendo sus razones para hacerlo, soy sexy, adorable, ingenioso, culto,
encantador, en todos los aspectos soy un chico increíble. Y estaba destinado a
ser una trampa. Era algo así como inevitable, en serio, el que él se sintiera atraído
por mí. Así que lo entendía, de verdad.
Es sólo que... yo era heterosexual. A pesar de que nos lleváramos grandioso
y tuviéramos un montón de cosas en común y sí, he de admitirlo, él fuera muy
guapo... Yo no estaba interesado en los chicos. Pero Yunho sí. Y creía que él podría
estar interesado en mí. Aunque yo sólo quería ser su amigo. Así que ahora...
estaba confundido.
Hicimos planes para vernos de nuevo el fin de semana, intercambiamos
números y todo, quería pasar más tiempo con él, porque es realmente genial y
seguramente podríamos ser muy buenos amigos, pero no sabía si funcionaríamos si
él quería meterse en mis pantalones. En algún momento iba a tener que decirle
que no estaba interesado en él de esa manera. O interesado en alguien con un
pene.
Supongo que simplemente podría decir que pensé que era gay, y que luego me
di cuenta de que no lo era... ¿podría funcionar, verdad? ¿Verdad?
O tal vez no debería volver a verlo y ahorrarme la preocupación... sin
embargo, me daba una extraña sensación cuando pensaba en ello. Raro. Se veía
tan feliz cuando accedí a verlo el viernes por la noche —aun cuando especifique
que era sólo como amigos— me sentiría mal si le cancelo... es más, no quería cancelarle...
Como dije, quería volver a verlo...
Es sólo que... me sentía raro cuando recordaba la forma en que me miró. No
era como si me hubiera estado viendo con lascivia o algo así, tampoco era como
si lo hubiese hecho todo el tiempo, pero... de vez en cuando, volteaba a verlo y
él me estaba mirando, como... como si quisiera sujetar mi mejilla e inclinarse
para depositar un suave beso en mis labios y quién sabe qué más. Obviamente yo
no quería que hiciera ninguna de esas cosas, pero sabiendo lo que él quería, me
hacía sentir... Dios, ni siquiera lo sé.
Pero no me asqueaba, lo cual supongo era bueno. No me gustaba la idea de
ser homófobo. Pero me hacía temblar, y estaba bastante seguro de que me había sonrojado
cada vez que lo sorprendí viéndome así.
¡Uf!, ¿por qué esto era tan confuso? ¿Por qué él no podía ser un chico hetero
como yo? Así terminaríamos siendo buenos amigos y todo estaría bien. Nos
gustaría ir al cine y ver el tipo de películas que tanto disfrutamos e iríamos a
un restaurante donde se sirve el tipo de comida que a ambos nos encanta y nos
gustaría ir a comprar CD’s de los artistas que nos gustan tanto, y sólo ser
amigos. Pero no, él tenía que ser gay, y tenía que mirarme con los ojos
entrecerrados, llenos de deseos secretos que me hacían sentir raro e incómodo, como
si no pudiéramos ser sólo amigos, aunque él dijo que podríamos serlo.
Fruncí el ceño, resoplando y cruzándome de brazos. Podía poner mala cara por
la frustración, pero eso no me llevaría a ningún lado.
Supongo que era mi culpa. Yo fui quien hizo que la gente creyera que me
gustaban los chicos. Apuesto a que si nos hubiéramos conocido en una situación
normal, todo estaría bien y Yunho no querría meterse en mis pantalones —aunque
esto es discutible, ya que como he mencionado, soy increíble—.
No sé, tal vez sólo estaba analizando demasiado todo este asunto. Quiero
decir, no es como si él hubiese tratado de hacer un movimiento sobre mí o algo
así. No lo hizo ni siquiera cuando estábamos en el cine, sentados uno junto al
otro en la oscuridad. ¡Tampoco nos sentamos en la fila de atrás!
Sí, probablemente estaba siendo paranoico... Sólo porque Yunho era gay y yo
estaba buenísimo, no significaba que automáticamente él fantasearía conmigo. Y
sólo porque pensaba que él estaba mirándome como si le gustara, no quiere decir
que en verdad le gustara. Diablos, acabo de conocer al tipo y él bien podría
mirar a todos de esa manera.
Salí de mis divagaciones mentales por el sonido de la voz
de Kim Junsu cantando, “I got you, under my skin”, lo que me indicó que tenía
un nuevo mensaje de texto. Busqué mi teléfono, suspirando profundamente. Mi
respiración se contuvo cuando vi que era de la misma persona que plagaba mis
pensamientos.
Hola :) Hoy me divertí
mucho. Me alegro de que accedieras a conocerme y que pudiéramos llegar a ser
amigos :) Nos vemos el viernes! Yunho
Sonreí a mi pesar, mordiéndome los labios para evitar que la sonrisa se volviera
demasiado amplia. Él también estaba contento de haberme conocido... ¿Y, se
alegraba de que pudiéramos llegar a ser amigos? ¿Lo cual significaba que no
quería nada más? ¡Oh, gracias a Dios! Me estaba preocupando por nada.
Pero... ¿Por qué es que no me sentía más aliviado?
✫ ✫ ✫
Bien, definitivamente creo que le gusto a Yunho. No, espera, sabía que le
gustaba. Lo descubrí por mí mismo, porque, puede que ya lo haya mencionado,
pero soy un genio —no importa lo que diga Changmin— además las chicas también
me lo confirmaron: Yunho estaba loco por mí.
En realidad él se los dijo. Que embarazoso. Realmente no entendí mucho por los
chillidos de Tiffany, pero Jessica me lo explicó más tarde.
Después de nuestra... no cita... nuestra... reunión del viernes pasado —la
cual fue muy agradable, fuimos de nuevo al cine—, decidimos vernos otra vez el
sábado, ya que realmente nos llevábamos bien y disfrutábamos de la compañía del
otro y así. Fuimos a jugar bolos, únicamente nosotros dos, y me sorprendió
descubrir que Yunho en verdad era bastante atlético. Es decir, la forma en que balanceaba
la bola de boliche mostraba toda la línea de su cuerpo, y era obvio que él se
ejercitaba, dado que estaba muy delgado y tenía músculos increíbles. Además fue
lo suficientemente fuerte como para levantarme por encima de su hombro cuando
estuve “comportándome demasiado lindo”, por bailar luego de hacer una chuza. Prácticamente
pude sentir su fuerza debajo de mí y…
Ehm, como sea, fuimos a los bolos y fue muy divertido.
También nos vimos el domingo. Aunque eso no fue intencional. Yo había ido
de compras, y él estaba comprando, y casualmente nos encontramos, así que, ya
sabes, decidimos hacerlo juntos. Fue un gran trabajo el que hicimos, porque yo tengo
mucho mejor gusto para la ropa que él. En serio, deberías de haber visto las
cosas que quería comprar... Me estremezco de sólo pensarlo. La ropa que le
escogí era increíble, porque bueno, yo soy increíble. Era perfecta para él, apresándolo
en todos los lugares correctos y haciendo énfasis en sus hombros anchos, piernas
largas, brazos fuertes y…
Eh, sí, así es, nos encontramos y lo ayudé a comprar algo de ropa.
Él estaba bastante agradecido por mi ayuda. De hecho muy agradecido, dado que
me compró chocolate caliente, lo cual me pareció muy amable de su parte. Fue una
deliciosa bebida.
Ambos estuvimos muy ocupados la mayor parte de la semana, con clases,
tareas y esas cosas. Y, por supuesto, teníamos otros amigos con los que pasar
el rato. No es que quisiéramos pasar todo el tiempo juntos ni nada por el
estilo. Incluso si me llevaba mejor con él que con algunos de mis otros amigos...
De todos modos, nos estuvimos enviando mensajes de texto. Algo así como
todos los días. Incluso durante la noche. No quiero saber de cuánto será mi
cuenta telefónica de este mes. ¡Es sólo que nunca nos quedamos sin cosas de que
hablar! Así que, ya sabes, puede ser difícil de parar... De hecho, sólo dejábamos
de hacerlo cuando uno de nosotros se queda dormido... Es decir, por lo general sería
algo así como: “Bueno, tenemos que dormir ahora”, porque serían como las dos de
la mañana y aunque mi clase no inicia sino hasta las once, sabía que la suya
era a las nueve y que tendría que levantarse en unas cinco horas, así que él me
deseaba “Buenas noches y dulces sueños”, y cuando me despertaba había un
mensaje de buenos días, y eso era agradable, ¿sabes?
Eso no tiene nada de malo, ¿verdad? El que los amigos sean así. No se
siente que esté mal... pero, ya sabes, al mismo tiempo podría decirse que yo a
él le gustaba más que como un amigo. Soy así de intuitivo. Además soy super guapo,
así que ¿por qué no le gustaría?
De cualquier forma, estaba viviendo en un punto medio de dicha e ignorancia
—los genios como yo no pueden ser completamente ignorantes, ¿sabes?—, sospechando
que quizás le gustaba a Yunho, por su sutil coqueteo y todo eso, y entonces las
chicas lo confirmaron.
De acuerdo con Jessica, se lo habían preguntado. Lo habían acorralado
después de una clase —¡Siento tanta pena por él! Puedo imaginarlo recargado contra
una pared con esas locas y rabiosas mujeres con las que vivo, sobre él, salivando
sólo de pensar en el jugoso chisme... pobre Yunho—. Le soltaron directamente la
pregunta: “¿Te gusta Jaejoong?”. Y... él dijo que sí.
Por Dios, casi me muero cuando Jessica me lo contó. Al parecer, ellas habían
tenido una discusión más profunda después de eso, pero no escuché nada más de
lo que ella dijo. Estaba prendado en el pensamiento de: le gusto a Yunho...
Y ahora que era viernes por la noche —otra vez— y vamos vernos —de nuevo—, había
estado totalmente emocionado hasta que Jessica me soltó esa bomba —a pesar de
que en cierto modo ya lo sabía, pero no estaba seguro, ¡por lo que no cuenta!—,
así que estaba completamente confundido no sabiendo cómo debía actuar. Suponía que
como lo hacía antes... Es decir, sus mensajes de texto no eran diferentes ahora
que lo sabía —y probablemente él sabía que yo lo sabía, ya que se lo dijo a las
chicas y debía de saber que ellas iban a decírmelo— así que, ¿puede que nada haya
cambiado?
¡Ay Dios, no lo sé! ¡Nunca antes había estado en esta situación! ¡¿Por qué
él tenía que ser hombre?!
Es sólo que estaba a punto de arrancarme el pelo por la frustración —bueno,
en realidad no, amaba demasiado a mi pelo como para hacer algo así— cuando lo vi
caminando hacia mí, no luciendo diferente de como lo hacía la semana pasada.
...Esta bien, eso era una mentira; lucía diferente. Mucho mejor. Estaba usando
algunas de las prendas que escogí para él, unas que exaltaban su figura, y sus
ojos brillaban, reflejando las numerosas luces que nos rodeaban, y su
sonrisa... Su sonrisa iluminaba todo su rostro, casi deslumbrándome con su
resplandor.
...Soné realmente gay, ¿verdad? Uf, ¡¿ves lo que él me estaba haciendo?!
Todo esto era demasiado extraño.
—Jae, hola. —Sonrío ampliamente.
—Hola. —Asentí, incapaz de frenar una sonrisa a pesar de mi confusión
interna.
Antes de que pudiera comenzar a sentirme incómodo, Yunho empezó a hablar, preguntándome
sobre mi día, contándome del suyo, y era como si fuéramos amigos por años,
riendo sobre cosas tontas y burlándonos entre sí. ¿Por qué era que había estado
nervioso?
Esto era totalmente normal. Yunho no estaba actuando raro, yo tampoco debería
hacerlo. Sólo éramos amigos.
✫ ✫ ✫
—Diablos, Jae, ¡¿estás bien?! —exclamó Yunho, llegando rápidamente a mi
lado. Podía escuchar la risa en su voz, así que fruncí el ceño.
—Estoy bien —gruñí, luchando por levantarme, negándome a usar la mano que me
ofrecía.
—¿Estás seguro? —preguntó, la risa seguía ahí. A cambio, recibió otro ceño—.
Oye, no me mires así. —Picoteó mi estómago—. También te habrías reído si se hubiera
tratado de mí.
—...Tal Vez —gruñí, finalmente enderezándome.
—¿Por qué no me dijiste que no podías patinar sobre hielo?
Me sonrojé. —Bueno, nunca antes lo había intentado, así que ¿cómo iba a saber
que soy muy malo en ello? —Evadí sus ojos, ocupándome en sacudir el polvo en mi
ropa, esperando que no notara cuán avergonzado me encontraba.
—Podrías haberme dicho que era tu primera vez —dijo con voz suave,
acercándose para quitar una pequeña partícula de hielo en mi mejilla. Su cálida
mano se detuvo en mi piel un tanto más de lo necesario.
Mis ojos se agrandaron y tuve que recordarme el respirar. ¡Patinaje,
Jaejoong, él estaba hablando de patinaje sobre hielo! No... No de un tipo distinto
de primera vez, así que sólo relájate, ¿de acuerdo?.
—Pensé que podía lograrlo. —Me encogí de hombros, y mi voz no fue mucho más
que un susurro. ¿Por qué estaba susurrando? No había necesidad de hacerlo. El
hecho de que él esté de pie muy cerca de mí, no quiere decir que vaya a
lastimarle los oídos si hablaba con un volumen normal. ¡Deja de susurrar, Jaejoong!
Yunho sonrió, con una sonrisa lenta y suave, murmurando: —Puedo enseñarte lo
que tienes que hacer...
Ay Dios. Ay Dios, esto no era bueno. ¡¿Por qué sonó como si no estuviéramos
hablando de patinaje sobre hielo?! ¿También para él sonó así? ¿Quiso que sonara
así? Ay Dios.
—Vamos. —Tomó mi mano entre la suya, llevándome consigo—. Es realmente
fácil, sólo hay que saber moverse.
Asentí, pasando saliva fuertemente. Mis dedos apretaron los suyos, casi
imperceptiblemente, pero noté el pequeño tirón de la comisura de sus labios y supe
que él lo había sentido.
Tranquilamente hicimos nuestro recorrido alrededor de la pista, con las
manos unidas y su suave voz diciéndome cual pierna mover. Íbamos lento, pero
finalmente logramos avanzar medio camino. Fue entonces cuando las cosas fueron cuesta
abajo.
Alcé la vista para ver cuán lejos habíamos avanzado, pero la distracción
momentánea rompió mi concentración. Me sentí resbalar y se hizo un hueco en mi estómago
cuando comencé a caer aunque traté de recuperar el equilibrio. Yunho se las ingenió
para sujetarme, soltando mi mano y deslizándose tras de mí antes de agarrar mi
cintura y uno de mis brazos, dejándome quieto y estable.
—Está bien, te tengo —murmuró cerca de mi oído. Su aliento me erizó los mis
vellos y contuvo mi respiración—. ¿Tienes idea de qué fue lo que pasó? —preguntó,
su voz todavía se oía demasiado cerca para mi comodidad.
Me tomó un momento, pero respondí: —Ehm, alcé la vista y dejé de escucharte
por un segundo.
—Ahh. Bueno, ¿qué tal si entonces hacemos esto? Patinaré de espaldas frente
a ti para así jalarte y tú sólo tengas que seguir mi ejemplo, y luego si llegas
a alzar la vista, sólo me verás a mí.
Bajé la cabeza un poco avergonzado, las palabras de “sólo me verás a mí”
parecieron tener un significado más profundo para mi mente hiperactiva. Asentí
tímidamente y de repente las manos sobre mí, desaparecieron. Yunho me rodeó entrando
a mi campo de visión, sonriendo ampliamente y logrando que yo no pudiera evitar
también hacerlo.
Era demasiado sonriente, maldición.
Armándome de valor —y tomando una respiración profunda para ayudarme—,
decididamente coloqué mis manos en las suyas, mirando detenidamente hacia
nuestros pies, en concentración. Sentí un ligero tirón antes de ver a su pie
izquierdo deslizándose lentamente. Mi brazo derecho fue jalado con más fuerza y
con el estímulo de Yunho, deslicé mi pierna derecha hacia adelante. Nos movimos
así por un rato: él jalándome del brazo mientras patinaba hacia atrás y yo
haciéndolo en el lugar que él iba dejando vacante. Íbamos bien, así que empecé
a acelerar.
Sonreía, viendo como casi parecía que iba persiguiéndolo a través del
hielo, ganando más confianza con cada movimiento. A pesar de que mis manos aún
sujetaban con fuerza a las suyas, me di cuenta de que su agarre se volvió más
flojo.
Me arriesgué a mirarlo, sólo para descubrir que él me miraba con la
expresión más dulce que jamás había visto.
Me asusté, hizo que mi corazón se acelerara y perdí el equilibrio, comenzando
a derrapar. Sin embargo, Yunho seguía frente a mí, sosteniendo mis manos, así
que tropecé con él, chocando nuestros pechos. Lo escuché hacer un sonido de
sorpresa y luego caímos rápidamente, con las piernas todavía moviéndose sobre el
hielo, incapaces de frenar.
El aire salió de mis pulmones al caer duramente en el suelo, aterrizando
con el peso entero de Yunho encima de mí, sintiendo el golpe que mi cabeza dio contra
la sólida superficie del hielo. Todo pasó demasiado rápido para que cualquiera
de los dos hiciera algo por evitarlo, con las manos todavía unidas entre
nuestros cuerpos.
Hablando de cuerpos...
Inmediatamente fui consciente de la posición en la que estábamos; toda la
longitud de Yunho estirada encima de mí y nuestras piernas entrelazadas. Podía sentirlo
presionándose contra mí, por todas partes, todos mis sentidos absorbidos por
él. Incluso el dolor de la caída estaba momentáneamente olvidado.
Nunca jamás había estado así de cerca de otro chico, nunca había tenido el
cuerpo de otro hombre encima del mío, jamás siendo así de apresado por un chico.
Podía sentir cada línea y musculo tonificado, incluso a través de la ropa, y era
tan diferente a lo que estaba acostumbrado, tan distinto, pero no necesariamente
malo, y lo único que podía hacer era mirar hacia el cielo de la noche, completamente
congelado.
Yunho se movió todavía arriba de mí y yo jadeé, con los ojos muy abiertos, consciente
de que su pene estaba presionándose contra el mío. Bueno, eso era raro. Extraño.
Y nuevo. Y extraño. Él se movía hacia arriba, mirándome, y santos cielos, su cara
estaba muy cerca. ¿Por qué estaba tan cerca? O, lo que es aún más importante, ¡¿por
qué sus labios estaban tan cerca?! Traté de moverme, pero no había forma de lograrlo.
¿Siempre había tenido un lunar arriba del labio?
—¡Jaejoong!
¿Eh? ¡Ah, me estaba hablando!
Parpadeé, girando los ojos para encontrarme con los suyos, manteniendo la
cabeza inmóvil. Sus labios aún estaban demasiado cerca para mi comodidad.
—¿Estás bien? —preguntó, quitándose de encima de mí—. ¡Lo siento mucho!
Traté de sujetarte, pero el impulso y el hielo, y... ¡lo siento!
Mi cuerpo sintió relajarse tan pronto como él se quitó, aire frío me cubrió,
y de repente era muy consciente del dolor en mi cabeza y espalda.
—Auch —solté.
—¡Lo siento!
Traté de negar con la cabeza, provocándome un suave movimiento de ida y
vuelta en el hielo. —No es tu culpa.
Vaya mentira. Era totalmente su culpa. Me distrajo con su sonrisa, su
empalagosa mirada y esas cosas. Él era el culpable. Aunque no iba a decírselo,
porque era un poco vergonzoso.
—A ver, déjame ayudarte... —Extendió su mano, agarrándome de los antebrazos
y tirando de mí hasta dejarme sentado, sosteniéndome con más fuerza mientras
luchaba por conseguir ponerme de pie.
Finalmente me las arreglé para hacerlo, y entonces de nuevo estuvimos presionados
juntos, con sus brazos todavía alrededor de mí. Lo miré por un momento —... está
bien, me le quedé viendo al lunar sobre sus labios... ¡Está bien, me le quedé viendo
a sus labios!—, pero luego me di cuenta de lo que estaba haciendo, intentando rápidamente
de dar un paso atrás. Sin embargo, se me había olvidado que aún estábamos sobre
el hielo así que me resbalé, agarrándolo de los hombros para no caerme. Otra
Vez.
—Deberías sentarte —murmuró, con preocupación en sus ojos—. El golpe fue
fuerte. Perdón por caer encima de ti...
—Está bien —susurré. Mis mejillas se calentaron por lo que miré para otro
lado, no estando seguro de por cuánto tiempo más podría soportar verlo
mirándome así. Su mano se deslizó hacia abajo para agarrar la mía y yo le permití
guiarme, lentamente, fuera del hielo.
Devolvimos nuestros patines y nos dirigimos a un pequeño café al lado de la
pista de hielo al aire libre. Me compró un chocolate caliente a manera de disculpa
—aunque estoy empezando a preguntarme si tal vez simplemente le gusta comprarme
chocolate caliente... Bueno, como sea, no me quejo— y pidió un café para él. También
creo que quizás pudo haber notado que me le quedé viendo fijamente a un gran
muffin de arándanos, porque me compró uno.
Sentados en una mesa en la esquina, puso el panecillo entre los dos y asintió
hacia mí para que le diera un mordisco. Sonrió tímidamente, haciéndome sonreír
a mí también.
—¿Qué tal está tu cabeza? —preguntó.
—Duele. No me había dado cuenta de que el hielo era tan duro.
Se rio, escondiéndose detrás de su taza. —¿Y tu espalda? ¿No está muy
lastimada?
—No, está bien. —Agité una mano con desdén, dándole otra mordida al pan—. Tal
vez mañana me duela un poco, pero en este momento sólo puedo sentir el dolor de
mi cabeza.
—Lo siento —dijo, haciendo un mohín hacia la mesa—. En verdad no quería que
cayéramos de esa manera, es sólo…
—Lo sé, está bien.
—Pero debí lastimarte cuando…
—No me lastimaste, está bien.
—¿Estás seguro? Porque se sintió como si…
—Yunho, estoy bien. —Sólo por favor deja de hablar de ti encima de mí...
Me sonrojé profundamente, observando mi chocolate caliente para así no tener
que verlo a los ojos. Preferiría olvidar lo que sucedió hace sólo unos minutos,
cuando Yunho estaba extendido sobre mí y partes de nuestros cuerpos estaban
tocándose donde realmente no deberían de estarlo...
Él suspiró. —Si tú lo dices... ¿Al menos te gustó?
Levanté la vista antes eso, abriendo ampliamente los ojos. ¡¿Qué si... Qué
si me gustó?! ¡¿Qué clase de pregunta es esa?! ¡¿Y qué demonios se supone que
debo contestar?!
¡Oh, Yunho! Me gustó tenerte a ti, a otro chico, encima de mí, con nuestros
brazos y piernas entrelazadas, a nuestros cuerpos apretados. Fue una delicia
sentirte sobre mí y es encantador saber que tu boca sugerente estaba a sólo un
suspiro de distancia. ¡Fue malditamente fantástico!
Es eso lo que quieres que te diga, ¿eh? Pues no voy a hacerlo. De ninguna
manera. Simplemente olvídese de ello, señor.
Pero tampoco voy a decir que lo odié, porque sé que yo te gusto, así que decirte
algo como eso sería demasiado cruel. Y no soy así de malo.
Hablando en serio, cómo se supone que debo responder a esa pregunta, ¡¿sabiendo
la posición muy provocativa en la que estábamos?!
Aparentemente estuve en silencio por mucho tiempo, puesto que Yunho habló
de nuevo:
—Tomaré eso como un no —dijo riendo, retorciendo un mechón de su pelo. He notado
que tiende a hacer eso cuando se pone nervioso...
¡Lo siento, Yunho! ¡No quise rechazarte! Es sólo que eres hombre, yo también
lo soy pero también soy heterosexual, pero tú no lo eres, y eso es un poco
complicado, además…
—Está bien, entonces no volveré a llevarte a patinar sobre hielo otra vez.
Lamento que no te divirtieras y que terminaras lastimándote...
…Espera, ¿qué? ¿Patinar sobre hielo? Qué tiene eso que ver con…
¡Ay por Dios, él hablaba de patinar! ¡Y no acerca de él y su cuerpo varonil
encima de mí!
—¡Ah, no, sí me gustó! —grité, sorprendiéndolo. Continué con voz calmada. Y
pude sonreír tímidamente, pero sólo porque estaba avergonzado de lo que había
estado pensando, no porque su expresión de sorpresa fuera lindo ni nada de eso—.
Fue muy divertido, y creo que estaba agarrando práctica antes de caernos. Es
sólo que soy demasiado torpe y mi concentración falla en cuestión de segundos.
—Ah. —Rio, iluminándose su rostro—. ¡Me alegra que te gustara! Y sí, lo estabas
haciendo bien. ¿Qué fue lo que te distrajo por segunda vez?
—Ehm, no me acuerdo —mentí, ruborizándome.
—Tonto Boo-Jae… te dije que sólo me miraras a mí —se burló, sonriendo.
—¿Boo-Jae? —pregunté antes de que pudiera evitarlo.
Vi como sus mejillas se enrojecieron, agrandándose sus ojos y conservando la
boca abierta por un segundo. —Yo, ehm, yo... yo… ¿está bien, si te llamo así? —Evadió
mi mirada, obviamente avergonzado.
Sonreí, satisfecho de que para variar yo podía ponerlo nervioso. —Claro que
puedes, Yunnie.
Lució impactado por el apodo y yo reí, disfrutando de esa faceta incomoda
de él.
Estuvimos callados por un minuto mientras yo devoraba el resto del muffin y
Yunho recobraba la compostura. No podía dejar de sonreír, la pulsación en la
parte trasera de mi cabeza apenas y me molestaba ahora. Tomó de su café, bebiéndose
el líquido seguramente frío, a continuación sonriéndome tímidamente.
Pronto todo estaba regresando a la normalidad, nuestra conversación pasó de
un tema a otro con Yunho burlándose de mí, coqueteando. Mis mejillas comenzaron
a doler por el exceso de sonrisas, y todo lo que puedo pensar es que no quería
que esa noche terminara.
Jajajaja ese jae caera redondito ante yunnie XD jeejje muy bueno gracias por traducirlo
ResponderBorrarNo, no caerá... Ya cayó!!!!!
ResponderBorrarGracias por la traducción.
me encanto esta muy bueno y Jae no queriendo la cosa creo que se esta enamorando de Yunho por que es un encanto de hombre
ResponderBorrarJae es un mal pensado todo lo piensa en doble sentido mientras Yunho le hace preguntas inocentes este ya va por otro lado
Gracias por compartirlo
Dios, Jae es tan modesto jajaja. Si buscas sensilles en el diccionario, seguro no encuentras la imajen de Jae. Que buena historia, ya esperaba una actualización tuya, gracia.
ResponderBorrarJajaka hay Dios el pobre de Jae esta muy a la defenciva y pensando todo en doble sentido.
ResponderBorrarDefinitivamente ya cayo ante los encantos de Yunho, el poblema es que no lo quiere aceptar ^_^
Gracias por el cap
Jae es tannnnnnnnn humilde...... Y Yunho es un amor, babea por Jae. Jae ya cayo, ya le gusta Jae pero le da miedo aceptar lo que esta sintiendo. Jajajaja y todo lo toma en doble sentido.
ResponderBorrarme encanta este fic, Jae es tan chulo, es muy orgulloso de él mismo y piensa que se conoce. y Yunho tan tierno y dulce con Jae, está enamoradito perdido y Jae en su confusión no se da cuenta que él está igual de perdidito de amor. gracias
ResponderBorrarSoy nueva en el Blog, y que te puedo decir...Me encanto! Tu manera de escribir me fascino, narras muy bonito y comico....jajajaja Jae es un genio, tanto que siendo heterosexual termina por sus propios meritos saliendo con un hombre homosexual jajajaja si, un genio!
ResponderBorrarOmo~ pero si es obvio que es mas del "otro" lado....sus actitudes hablan por si mismo! Me encanta que sea tan arrogante(?) bueno que sepa que es hermoso! que lo acepte, que tiene de malo que reconosca que es increiblemente atractivo? Nada, es mas un reconocimiento por ello.
Se esta enamorando de Yunho eh? Como no? Seria imposible asi como Jae es una belleza Yunho es un digno ejemplar masculino...todo un adonis...es imposible que Jae no se sienta atraido por el, aun siendo heterosexual como el dice *cree¬¬*
*corre a leer la segunda parte*
Mil Gracias~~
Hola!!
ResponderBorrarCreo que nunca había comentado en tu blog...v pero otra vez estoy empeza.ndo a leer fics Yunjae y este me ha encantado!! Jajajajajajajaja me rei muchísimocon este capítulo!! Dios he amado totalmente estav historia!! Tu la escrib iste? O solo la tradujiste?? Como sea muchas gracias p por tu esfuerzo, dedicación amor al Yunjae y por compartir estasb hermosas historias con nosotras¡¡
Ohhhh yunho en una volvera gay a jaejoong XD
ResponderBorrarMuchas gracias por traducirlo es tan genial este two shot <3333333
ResponderBorrarcomo va naciendo el amor en los dos owwwwwwww gracias <33333
no es lo mismo leerlo en ingles a que en español siempre me confundo en los tiempos .
Que genial esta, por lo que leo ahora Yunho convertirá a Jae en gay, jajaja.... muy buena historia, me encanta.
ResponderBorrarGracias!!!
Jaejoong alucina que es bien macho, pelo en pecho (?)
ResponderBorrarxD no se da cuenta de que es bien gaishhh xDDDD
YunHo ya lo conquisto aunque claro el no se da cuenta de eso aun