Parte II
Bien, creo que tenía un problema. No era un problema pequeño como lo es el buscar
que ver en la televisión o que cenar. No, no, este era un problema mucho más
grande. Mayor.
Creo... Creo que Yunho estaba empezando a gustarme.
Ya sabes, de la forma en la que yo le gustaba a él.
De la misma.
Sé lo que estás pensando, ¿cómo podría yo, Kim Jaejoong, el epítome de la
heterosexualidad, gustarme un chico? ¡No lo sé! Sinceramente, ni siquiera lo
entiendo yo mismo. Tampoco es seguro que me guste.
Sólo sé que cuando Yunho sonríe, yo sonrío. Que él puede animarme en menos
de treinta segundos cuando tengo un mal día. Que me gusta pasar tiempo con él. Que
ansió volver a verlo. Que mi corazón da un vuelco cuando veo que tengo un
mensaje suyo. Que me sonrojo con un sólo comentario de su parte.
Y a veces... cuando me mira como si quisiera besarme... me pregunto si eso
sería tan malo...
Ay Dios, ¿qué hago?
Ha pasado un mes desde el incidente del patinaje, donde creo que fue cuando
estos sentimientos empezaron. Y sólo se han hecho más fuertes desde entonces. Nos
hemos visto por lo menos cuatro veces a la semana, todas las semanas, y aun así
seguimos mensajeándonos diariamente. Realmente no quiero ver la mi factura de
mi teléfono...
Hoy nos veremos de nuevo. Por nada en especial, simplemente para pasear por
la ciudad.
Pienso en que tal vez le diré que creo que me gusta.
Él no ha sido particularmente sutil sobre su atracción hacia mí, y además
se ha vuelto más atrevido en el último mes. Ahora dice groserías todo el
tiempo, mientras que antes trataba de censurarse. Tampoco se comporta tímido a
la hora de tocarme. Aunque nunca se sobrepasa —por desgracia... Espera, no acabo
de pensar eso que creo que pensé, ¿verdad?—, pero ahora he llegado a anticipar su
mano en la parte baja de mi espalda mientras avanzamos hacia una puerta, o sus
dedos rozando a los míos al caminar. Es agradable...
Aunque no sé si seré capaz de reunir el valor...
—¡Boo-Jae!
Volteándome hacia la voz, encontré a Yunho caminando hacia mí, sonriendo
alegremente como siempre.
Nop, no tenía valor. Lo perdí ante su guapura.
Sí, eso es correcto, admito que es guapo. Él está buenísimo, ¿de acuerdo?
No me juzgues.
Su ceño se frunció, pero continúo sonriendo. —¿En qué estabas pensando? Luces...
Amplíe los ojos, tratando de parecer lo más inocente posible. —¿Qué? No
estaba pensando en nada. —Forcé una sonrisa—. Tan sólo estaba esperándote.
Se encogió de hombros, al parecer se lo creyó. —Está bien. —A medida que comenzamos
a caminar, dijo—: ¿Hay algún lugar en particular al que querías ir?
—No. —Sonreí, tratando de evitar ruborizarme cuando nuestros hombros chocaron
y ninguno de los dos se alejó—. ¿Y tú?
—En realidad no... soy feliz con sólo estar contigo. —Sonrío y tuve que
recordarme el respirar, ¡maldita sea!
Evadiendo sus ojos por temor de, ah no sé, abalanzármele a mitad de la
calle, eché un vistazo hacia las otras personas que nos rodeaban, abrigados contra
el viento frío, sumergiéndose en tiendas, maravillándose por las bonitas luces
colgantes. Me gustaban las compras nocturnas...
Casi inconscientemente, vagamos por una tienda de música. Parecía que
siempre terminábamos aquí cuando íbamos de compras... durante unos minutos
estuve rebuscando entre los exhibidores, y entonces lo vi.
No grites Jaejoong. No grites.
—¡Yunho! —Está bien, grité. ¡Pero ni siquiera intentes decirme que tú no lo
harías!
—¿Qué? —preguntó Yunho, viniendo a mi lado y asintiendo nerviosamente hacia
la gente a nuestro alrededor que estaba bastantemente impresionada por mi grito
no tan varonil—. ¿Qué pasa?
Estaba haciendo una muy buena representación de un pez, abriendo y cerrando
la boca en silencio, mientras que agitaba frenéticamente el brazo apuntando al
cartel frente a mí. No podía dejar de sonreír, y sé que debía parecer un bicho
raro en ese mismo momento, dando ese espectáculo, ¡pero era demasiado increíble
para que yo formara palabras!
Yunho miró hacia donde estaba señalándole y lo oí jadear.
—¡Lo sé! —Sí, está bien, grité de nuevo.
—Tenemos que ir —dijo.
—¡Por supuesto que iremos! —Entorné los ojos, con la emoción zumbando a
través de mí. Golpeé su pecho con exasperación por su declaración obviamente
innecesaria —bueno, supongo que no todo el mundo puede ser un genio— y fui
distraído momentáneamente por sus firmes músculos.
Me pregunto cómo lucirá sin camisa...
No, no, Jaejoong, ¡no pienses en eso! ¡Y ciertamente no mientras estás en
medio de una tienda! ¡Ya has tenido muchos sueños y fantasías de él sin camisa,
no tienes que pensar en ello ahora!
¿...Ya mencioné mis sueños? Tengo sueños. Acerca de Yunho. Y yo. Sin ropa.
Son buenos. Es decir, sí, me asustaron al principio, porque santos cielos,
estaba pensando en un hombre desnudo y yo soy hetero, ¡por Dios santo! Pero
luego empecé verdaderamente a pensar en ellos, y me di cuenta de que en
realidad no eran tan temibles. De hecho, eran algo candentes. Soñar a Yunho desnudo,
era muy sexy...
Así que estaba pensando en esos sueños y en cómo no estaban tan mal, y digamos
que me empecé a... excitar un poco... así que en cierto modo… me toqué a mí
mismo... mientras recordaba esos sueños... y luego me di cuenta de que tal vez
el hecho de que Yunho fuera un chico, realmente no era tan malo... así que
pensé en ello un poco más... y me toqué un poco más... luego me sentí raro
porque me tocaba a mí mismo mientras pensaba en un chico... pero entonces
entendí que bueno, si se sentía bien, ¿qué tenía de malo?
Y así es como llegué a la conclusión de que me gustaba Yunho.
Ya sé, soy un genio, ¿no?
—¡Jaejoong!
—Eh, ¿qué?
Yunho se burló, pero seguía teniendo una sonrisa en su rostro. —Deja de
soñar despierto, ¿sí? Lo que sea que estés pensando, no va a suceder.
—¿No? —pregunté, cabizbajo.
¿Por qué no? ¡Pensé que a él también le gustaba!
...Espera, ¡¿cómo es que él sabía en lo que estaba pensando?!
—No. Quizás puedas tener la oportunidad de conocer a Kim Junsu en esta cosa
del fanmeet, pero estoy bastante
seguro de que los de seguridad te detendrían antes de que puedas hacer cualquier
cosa que estés imaginando.
—¿Qué?
Arqueó una ceja. —Eh, estás diciéndome que no estabas pensando en que cuando
lo conozcas, cómo le harás para que instantáneamente quedé cegado por tu
belleza y te pida verlo más tarde, y entonces después te irías con él en su
limusina y antes de que siquiera lleguen al hotel, lo tendrías desnudo e inclinado,
rogándote por que le hagas algo a ese gran trasero suyo...
Pasé saliva. Duramente. Y traté de no lucir demasiado afectado por sus
palabras y voz porque, diablos, él sonaba tan sexy en ese momento. Yo no sabía
que su voz pudiera llegar a ese tono tan bajo y, maldición, creo que me había
puesto duro.
Sus ojos fueron hacia mi entrepierna y sonrío. —Sí, eso es lo que pensé.
Me tomó un momento salir del estupor, pero cuando lo hice, le di un fuerte
manotazo en el brazo, mis mejillas se acaloraron.
—Cállate —murmuré.
Él se rió y yo me sonrojé más.
—Eres demasiado cruel, Boo-Jae. ¿De verdad me abandonarías sólo por ese trasero?
—Ay por favor —me burlé, obligándome a calmarme—. Como si tú no fueras a tirar
lo que tenemos por Kim Junsu.
—Yo te tiraría a ti por Kim Junsu—soltó, completamente serio.
Mi respiración se contuvo y todo lo que pude hacer fue mirarlo boquiabierto,
con los ojos muy abiertos. ¡Esto era demasiado para poder calmarme!
—Dime que no dijiste lo que creo que acabas de decir.
Se rio, sonriendo con suficiencia, aunque comenzó a retorcerse el pelo y supe
que estaba avergonzado. —Ah, tienes razón, tirarte a ti no me conseguirá a Kim
Junsu. Sería mucho mejor si simplemente me lo tiro a él desde el principio.
Me atraganté, incapaz de creer que realmente estaba teniendo esta
conversación en medio de una tienda. Demasiado surrealista. Demasiado gay. Y
sí, puede que haya admitido que me gustaba Yunho, y sí, puede que me masturbe mientras
pienso en él, y sí, incluso puede que me haya imaginado cómo sería tenerlo en
mi boca, pero eso no quiere decir que me sienta cómodo hablando de estas cosas
en público. O siquiera en absoluto.
—Como sea —dije forzadamente, tratando de desviar la conversación hacia un
tema más apropiado—. ¿Ya nos vamos? El mercado de allá fuera parecía
interesante.
—Sí, claro, vamos.
Caminando de regreso al frío de la calle, mis ojos inmediatamente fueron atraídos
hacia un puesto donde vendían una gran variedad de cosas brillantes. Rápidamente
arrastré a Yunho hacia este.
—¿Joyería? —preguntó con escepticismo.
—¿Qué? Me gusta meter cosas en los diversos orificios de mi cuerpo.
Sus ojos se ampliaron drásticamente mientras hacía un sonido de
estupefacción.
Lo miré con curiosidad por un segundo, antes de darme cuenta de lo que
acababa de decir, por lo que rápidamente me volví de color rojo.
—¡Dios santo, no quise decir eso! —me apresuré en explicar, esperando
desesperadamente que Yunho no se estuviera imaginando metiendo algo, en algún
lugar, a sabiendas de que probablemente sí lo estaba haciendo. Rayos—. ¡Me
refería a mis piercings! ¡Mis piercings! No a... —Uf, sólo mátenme
ahora mismo...
Después de tomar un segundo para calmarse, Yunho resopló, sacudiendo la
cabeza. —Aja, “piercings”, lo que tú digas, Jae. Sé lo que realmente deseas. —Me
hizo un guiño.
Quiero aclarar que en realidad, no deseo “eso”, porque “eso” sería tener un
pene dentro de mi trasero, lo cual es un tanto gay para mi recientemente manera
de pensar acerca de los chicos, aunque realmente sólo es en uno en particular en
el que he estado pensando y tratando de procesar. Pero no lo diré. Hacerlo sería
una tontería.
Especialmente porque esa noche quería decirle que creía que me gustaba, y aceptar
por completo la idea de que el sexo gay me asustaba, probablemente no saldría
del todo bien...
En su lugar, sólo lo miré fijamente. Y creo que eso fue suficientemente eficaz.
Yunho se fijó en los artículos en el exhibidor. —¿De todas formas, que es
esto? Parecen aretes.
—No lo son —dije y empecé a señalar cada cosa—. Este es un piercing para la
nariz, esos son para los labios, estas son barras para el ombligo y estas son
para los pezones.
Sus labios se crisparon. —¿Pezones?
—Sí. Esta es realmente linda... —Me incliné hacia una barra de plata con
pequeñas alas de ángel en ambos extremos, notando que no estaba muy cara.
—¿Pero en verdad querrías tener perforado tu pezón? —preguntó, haciendo una
mueca y frotando su pecho como si imaginara el dolor.
Me limité a reír. —Ya lo tengo.
Su boca se abrió ampliamente. —¿En serio?
—Aja. —Asentí, orgulloso de su expresión de asombro, tal vez un tanto alegre
de que pudiera sorprenderlo de esa manera—. Y mi ombligo también —agregué con
timidez, ampliando la sonrisa cuando sus ojos se agrandaron, sus cejas se
elevaron un poco y su boca se abrió más.
Me preguntaba si ahora mismo él me estaba imaginando desnudo... Podría
estar pensando en cómo sería jugar con mis piercings, tirando de ellos con los
dedos o con… Dios… los dientes...
Bien, probablemente yo era quien estaba imaginando más cosas que él. Aunque
él parecía estar teniendo pensamientos sucios. Estaba todo rojo y si no cerraba
pronto su boca, empezaría a babear. Así que yo mismo decidí cerrársela,
empujando hacia arriba su barbilla con mi dedo.
Pasó saliva luciendo avergonzado. Tratando de hablar un par de veces antes
de finalmente poder hacerlo. Aunque su rubor permaneció intacto.
—Bueno entonces, tomate tu tiempo aquí. Yo voy a... ehm... sólo a mirar por
ahí... —Se retorció, apuntando hacia una dirección al azar, con los ojos fijos
en mi torso.
Oh sí, estaba imaginándome sin camisa. Sonreí con suficiencia.
—Diviértete —dije, lamiéndome los labios. No podía creer que estuviera
coqueteándole a un chico... es decir, sí, he estado coqueteándole durante más o
menos las últimas dos semanas, pero aun así, estar haciéndolo tan obviamente...
Me hizo sentir calor. Supongo que él realmente me gustaba.
Yunho asintió y entonces se dio la vuelta, yéndose a un puesto diferente,
decidido en no mirar hacia atrás en mi dirección. Era tan lindo...
No pude dejar de sonreír mientras miraba de nuevo la bisutería.
Definitivamente iba decírselo esta noche... tenía que hacerlo. Quería hacerlo.
Estaba revisando las barras, los anillos y los pernos, preguntándome si
debía o no comprar alguno, cuando noté unas tiras tejidas hechas de cuero o
algodón, eran pulseras de amistad. Había unas de cuero que eran bastante lindas...
Sonreí para mis adentros cuando una idea vino a mi mente.
Luego de analizar todas, finalmente me decidí por dos que eran casi idénticas;
lo suficientemente similares como para ser un par, pero también lo
suficientemente diferentes como para ser únicas. Ambas eran rojinegras, con
diseños intrincados que las abarcaban a lo largo. Lucían masculinas, lo cual era
un punto a mi favor, y además eran lo bastante discretas para que a Yunho no le
importará usar una. O por lo menos esperaba que así fuera...
Rápidamente pagué por ellas, acelerándoseme el corazón por la anticipación,
antes de atar a toda prisa una de las pulsera alrededor de mi muñeca. Se sentía
bien en mi piel así que contuve una sonrisa, sabiendo lo que yo quería que
significara.
Dando una respiración profunda para tratar de calmarme —lo cual no funcionó
ya que seguía estando nervioso—, me acerqué a Yunho con tanta naturalidad como
pude. Él estaba de pie junto a uno de los puestos del extremo, lo cual era
perfecto para mí; entre menos gente alrededor, más fácil sería. Fui hacia el otro
lado para así estar justo al final del mercado, agarré su brazo y tiré de su
mano sacándola del interior del bolsillo de su chaqueta.
—Jae, qué…
—Es una pulsera de amistad —dije, enfocando por completo la mirada en su muñeca
hasta que terminé de atar los extremos del brazalete. Sólo entonces miré hacia
él.
Me miró con curiosidad, luego hacia su muñeca y enseguida pareció notar la
similitud de la pulsera en mi propio brazo. Lo agarró y alzó hacia la luz.
—Tú también tienes una —dijo, percibiéndose el cuestionamiento en su voz.
—Ehm, sí. —Tomé una respiración profunda, seguro de que nunca en toda mi
vida había estado tan nervioso, era ahora o nunca—. Tenía... Tenía la esperanza
de que pudieran ser... de algo más que de amistad...
—¿Cómo de qué?
Uf, ¿tenía que hacer esto más difícil? —Como de... novios —susurré,
tratando de sumergirme en mi bufanda. Aunque dada la amplia sonrisa que se
extendía en su rostro, estaba bastante seguro de que me había escuchado.
—¿Lo dices en serio? —soltó, su voz llena de asombro. Me limité a asentir,
demasiado avergonzado para mirarlo a los ojos.
Tomó mi otra mano entre la suya y se acercó un poco. —¿En verdad quieres
ser mi novio?
Asentí de nuevo. Se sentía como si mi cara estuviera quemándose ahora mismo,
así que traté aún más duro de ocultarla.
—Boo-Jae...
Yunho soltó una de mis manos para bajarme la bufanda. Su mano fría acunó
una de mis mejillas, haciéndome temblar, aunque estaba seguro de que no era sólo
por el frío. Lentamente se inclinó hacia mi cara, cruzando su mirada con la
mía. Luego por un momento esta se fue hacia mis labios, comenzando a acercarse
más, causando que esos tentadores labios estuvieran cada vez más cerca.
Mis ojos se cerraron justo cuando su boca tocó la mía.
✫ ✫ ✫
Andaba tan risueño. Creo que jamás lo había estado tanto. ¿Te parezco risueño?
siento que lo estoy.
¡Yunho y yo nos besamos! Ya sabes, labios tocando otros labios, besándose.
Y Puede que incluso haya habido un poco de lengua, sólo un poco, pero aun así, la
hubo.
Dios mío, no puedo creer que besé a un chico.
Aunque no se trata de cualquier chico. Es Yunho. Yunho, quien era mi novio.
Así es, yo, Kim Jaejoong, tenía novio.
...Bueno, eso es una frase que pensé que nunca diría.
Pero era cierta. Yunho ahora era mi novio. Mi novio, al cual besé. Más de
una vez. Verás, después de nuestro pequeño beso en el mercado —el cual en
realidad no fue pequeño, ya que se prolongó durante unos cinco minutos—, nos
fuimos a dar un paseo. Y nos besamos un poco más. Luego me acompañó a mi casa y
me besó de nuevo. Durante más tiempo. Con más lengua. Fue realmente agradable.
Aunque no creo estar listo para contarle a alguien sobre lo agradable que
es. Es decir, no es que yo sea gay; la verdad es que no lo soy. No he pensado
en ningún otro hombre, más que en Yunho. Y bien, puede que haya visto un poco
de porno gay para tener una mejor idea de la clase de cosas que pasan entre los
chicos, y sí, es posible que me haya excitado un poco, pero aun así... Yunho era
el único chico con el que quería hacer esas cosas.
Especialmente esa donde…
¡No, no debería estar pensando en eso ahora! Estoy en público, y conseguir
una erección en público no es socialmente aceptable. ¡Así que deja de pensar en
eso!
Como sea, ¿qué estaba diciendo antes de todo esto del porno? Ah, cierto, “salir
del clóset”.
Sí, no voy a hacerlo. Para ser honesto, realmente no veo el punto de ello. Probablemente
sería rechazado por la mayoría de la gente que conozco —e incluso aquellos a quienes
no— y es muy posible que todos mis amigos se volverían contra mí y ¿sabes qué?
En realidad no es de la incumbencia de ninguno de ellos con quien yo decida
salir.
Eh, salir. Estaba saliendo con Yunho...
Debo dejar de sonreír ahora, probablemente parezco loco.
De cualquier forma no importa lo feliz que fuera con mi novio recién
adquirido, sé que otros no lo serán, así que simplemente no se los diré. Así de
sencillo.
...Supongo que con el tiempo podría decírselo a mi familia... es decir,
ellos aceptaron a mi hermana, así que deberían de aceptarme a mí también,
¿verdad? Pero, de nuevo, yo era el único varón... el destinado a continuar el
linaje de la familia y todo eso... Así que tal vez no me acepten...
Ay Dios, no lo sé. Lo voy a pensar.
Aunque, Yunho y yo sabemos que estamos juntos y eso es todo lo que importa.
Sonreí viendo la pulsera en mi muñeca, pasando mis dedos sobre ella casi
con reverencia. No puedo creer que Yunho me convirtió en tal cursi, pero,
sinceramente, no me importa. En verdad me gustaba. Quería terminar mi almuerzo
con Chun tan pronto como me fuera posible para poder ir a verlo —y besarlo— de
nuevo...
Entré en el restaurante y vi a Yoochun sentado frente a la puerta. Me sonrío
e indicó que fuera hacia él, dos vasos de agua ya estaban en la mesa. Me senté en
el asiento opuesto al suyo.
—Hola. —Asentí, tratando de sonreír menos pero obviamente fallando en el
intento.
—Hola. —Rio—. ¿Qué hay de nuevo? Pareces feliz por algo.
Me encogí de hombros con indiferencia. O por lo menos, eso era lo que
quería que pareciera. —Ah, nada realmente. Es sólo que es un buen día, eso es
todo.
Arqueó una ceja sin hacer más comentarios. Aunque luego lo hizo
casualmente: —Así que, he oído que ahora eres gay.
Me congelé, dejando el vaso con agua a medio camino de mi boca. —¿Qué? —pregunté,
sintiendo que toda la sangre se drenaba de mi cara. En realidad él no dijo lo
que yo creo que dijo, ¿o sí?
—He oído que eres gay —repitió con calma.
—¿Don… Dónde oíste eso? —Ay Dios, esto no puede estar pasando.
Se encogió de hombros. —Por ahí. Entonces, ¿es cierto?
Me quedé boquiabierto mirándolo, incapaz de formar una respuesta coherente.
¡¿Cómo diablos se enteró de esto?! ¡Yoochun ni siquiera iba a la misma
universidad que yo! Es decir, sí, estaba en la misma ciudad, ¡pero seguían siendo
distintas! ¿Uno de nuestros amigos en común de la preparatoria se lo dijo? Pero
entonces, ¿cómo es que ellos lo supieron? ¡¿Y de todos modos, por qué la gente andaba
diciendo que era gay?! ¡No lo soy!
—No —dije, prácticamente ahogándome con las palabras—. No sé de dónde sacaste
eso, pero no es cierto.
—¿No lo es? —cuestionó, ladeando la cabeza. Lucía algo sorprendido, pero
con Yoochun uno nunca sabe.
—No —afirmé.
—Entonces por qué...
—¡No lo sé! —grité, tratando de forzar una risa. Realmente no creo que deba
esforzarme mucho por hacerlo, ya que Yoochun es probablemente el único amigo
que no tomaría esto contra mí, pero estaba entrando en pánico, no podía evitarlo.
No pensé que algo así sucedería...
—Bueno, escuché que últimamente has estado saliendo mucho con un chico
gay... ¿Tal vez eso tiene algo que ver con esto? —sugirió.
—¡Ah, tal vez! —Intenté darle una resplandeciente sonrisa. Pero estoy
bastante seguro de que fallé. Mi corazón necesitaba dejar de latir tan rápido, en
este mismo momento—. Pero ehm, él sólo es un amigo —dije, haciendo una mueca.
Me sentí mal por mentirle cuando nunca he sido más que completamente
honesto con él, y no me gustaba decir que Yunho era sólo un amigo cuando
obviamente era mucho más. Pero no podía detenerme, no estaba en absoluto lo
suficientemente cómodo con mi recién descubierta atracción hacia los hombres —bueno,
atracción hacia Yunho—, para admitírselo abiertamente a otra persona, incluso
si esta era Yoochun.
—Sólo un amigo, ¿eh? —Yoochun sonó escéptico.
—Síp, sólo un amigo. —Asentí, con el corazón aún acelerado—. En realidad
nos arreglaron una cita, pero fue sólo porque las chicas con las que vivo piensan
que soy gay. Y pensándolo bien, tal vez ellas le dijeron a alguien más que yo
lo era, y así fue como tú lo escuchaste.
Voy matarlas cuando llegue a la casa. Horrible y dolorosamente. Sufrirán.
¿Qué pasó con eso de no decirle nada a nadie?
Yoochun frunció el ceño, evidentemente confundido. —¿Por qué creen que eres
gay?
—Les dije que lo era. —Ante su expresión incrédula, continúe—: Está bien, al
principio ellas pensaron que yo lo era, por alguna tonta razón como la de que soy
bueno en la cocina y así, pero entonces pensé, “oye, si ellas piensan que soy
gay, van a ser más naturales a mi alrededor” y lo fueron. Se cambiaban de ropa en
frente de mí y todo eso. Créeme Chun, era increíble. —Asentí, esperando ser
convincente, aunque una extraña sensación burbujeó dentro de mí.
Me había olvidado por completo de la razón por la que les dije a las chicas
que yo era gay... No las había visto en ropa interior en por lo menos un mes,
y, sinceramente, ni había pensado en ello... En verdad... en verdad no había pensado
en ellas en absoluto desde el incidente del patinaje; Yunho era lo único que había
estado en mi mente.
Luego de observarme con curiosidad por un momento, Yoochun finalmente dijo:
—Entonces... ¿no eres gay? ¿Todo esto fue sólo para espiar a las chicas con las
que compartes casa?
Me reí nerviosamente. —¡Exactamente! Me gustan las chicas. Las chicas son
lindas. Sólo se los dije para que me mostraran y dijeran cosas sucias. No te
preocupes Yoochun, ¡definitivamente no soy gay! —Me obligué a reír de nuevo.
No obstante mi risa murió repentinamente cuando la persona en la mesa a
espaldas de Yoochun, se levantó y dio la vuelta.
—Yunho...
Miré hacia arriba en estado de shock, su dolor y expresión enojada hizo añicos
a mi corazón. ¿Él acababa de escuchar...?
Apartando su mirada de mí, en silencio pasó a un lado de nosotros, dejando
caer algo delante de mí a medida que avanzaba. Miré hacia abajo y encontré torcida
sobre la mesa, a la pulsera de cuero que le había regalado la noche anterior.
Sentí ganas de vomitar.
Dando un respiro tembloroso, me giré en mi asiento y lo vi salir del
restaurante.
—¡Yunho!
Antes de que pudiera levantarme, Yoochun me sujetó del brazo, luciendo confundido.
—¿Jae? ¿Quién era él?
Todo lo que quería hacer era salir corriendo tras la figura que se alejaba,
ni siquiera quería pensar en lo que él debía de estar sintiendo ahora mismo,
pero Yoochun tenía un fuerte agarre sobre mí y sabía que no iba a dejarme ir sin
una explicación.
Me volví hacia él, frenético. —Mi novio —dije, sin importarme lo que estaba
admitiendo. Todo lo que me importaba era explicarle las cosas a Yunho—. Soy
gay. Pero sólo por él. Bueno, tal vez también por Kim Junsu. Pero él me gusta,
Chun. Realmente me gusta. Y ayer le di esto. —Recogí el brazalete—. Yo también tengo
uno, y se supone que significaba algo, pero ahora no sé, y... me tengo que ir.
Tengo que... que...
Yoochun soltó mi brazo y yo me levanté rápidamente de la mesa, saliendo
corriendo a la calle, mirando a diestra y siniestra buscando cualquier pista de
Yunho. Pero no había nada. No lo veía por ningún lugar. Rayos. ¿En qué estaba
pensando? ¿Por qué dije...?
¡Maldición!
Tomando una decisión, me dirigí a su casa, alegrándome de que una vez me hubiera
llevado allí, así al menos sabía dónde quedaba. Y esperaba que él estuviera allí.
¡Dios espero que esté allí! Pero si no es así, voy a esperarlo hasta que
regrese. Algún día tendrá que volver. No me molesté en llamarle, sabiendo que
no me contestaría.
Tan pronto estuve de pie en frente de la casa que comparte con tres de sus
amigos, llamé a la puerta antes de que pudiera arrepentirme. No pasó mucho tiempo
para que alguien me abriera.
—Jaejoong —dijo Siwon, sorprendido.
—Hola. —Asentí—. ¿Está Yunho?
—Ah, sí, acaba de llegar —respondió, apartándose para dejarme entrar—. Está
en su habitación.
—Gracias —murmuré mientras me apresuraba en pasar, subiendo corriendo las
escaleras. Titubeé por un momento al estar delante de la puerta de Yunho antes
de que también llamara a esta.
Escuché un “largo” en voz baja, pero lo ignoré y entré de todos modos.
Me miró desde la silla frente a su computadora. Sentí un hueco en el estómago,
horrorizado de haber hecho a una persona tan feliz, estar tan enojada.
—¿Qué quieres? —gruñó.
—Quiero explicarte —dije, entrando en su habitación y cerrando la puerta tras
de mí.
—No hay nada que explicar —soltó con voz ronca—. Ya he oído todo, que no
eres gay; que sólo saliste conmigo por las chicas.
—Yo… —Traté de negarlo, pero sabía que no podía hacerlo, era la verdad—. Al
principio, sí, así era.
Él frunció el ceño y mi corazón se rompió un poco más.
—Yo no era gay, Yunho, pero ellas pensaron que sí lo era, y les seguí el
juego. Pensé que sería divertido, que iban a dejarme entrar en sus cosas
privadas, y lo hicieron. Pero entonces... —Tomé una respiración profunda, acercándome
un paso más—. Entonces me pidieron que te conociera. Así que lo hice. Y... —No
pude evitar sonreír, no importaba cuán doloroso fuera—. Y me gústate. Mucho. A
pesar de que eres un chico, me gustaba mucho pasar el tiempo contigo. Me olvidé
por completo de las chicas, en general de todas. Yo... yo sólo pensaba en ti. Y
entonces empecé a verte... ya sabes... de otra manera. —Me sonrojé. Mis
siguientes palabras me obligaron a reprimir una risa de burla contra mí mismo—.
Y por penoso que pueda parecer, me volví gay por ti. Quie... Quiero hacer cosas
gay contigo. Realmente me gustas —susurré—. Pero aún no tengo el suficiente
valor para admitirlo ante otras personas. Esto es nuevo para mí. Eres hombre, y
me gustas, aunque nunca me había gustado otro antes, así que no sabía qué decir
cuando Yoochun me lo preguntó, así que simplemente entré en pánico. Lo siento.
Finalmente me miró. Estaba tan aliviado al ver que ya no parecía estar tan
enojado, aunque todavía se veía alterado.
—Nunca quise hacerte daño —le dije, moviéndome justo frente a su silla. Miré
hacia abajo a mi mano empuñada, aún sosteniendo la pulsera que le había
comprado, dudando si me dejaría ponérsela de nuevo. Al menos no en este
momento. Me incliné y la coloqué suavemente en su escritorio.
Sus ojos siguieron el movimiento, quedándose en el brazalete de cuero hasta
que hablé de nuevo.
Tenía que reunir valor para decir esto, mi corazón estaba acelerado, pero
las palabras salieron con una muy posiblemente, sonrisa coqueta. —Déjame
demostrarte lo mucho que me gustas... voy a mostrarte cuán gay soy por ti.
Yunho lució sorprendido, obviamente no esperaba oír eso. Pero pareció
todavía más sorprendido cuando me arrodillé delante de su silla.
—¿Ehm, Jaejoong? ¿Qué estás haciendo? —Sonó asustado. ¡Qué lindo!
—Ya te lo dije. —Sonreí con suficiencia, tomando más confianza con cada
segundo—. Voy a mostrarte cuán gay soy por ti.
Mis manos se desplazaron hacia arriba sobre sus piernas, clavando los pulgares
en la parte interna de sus muslos. Lo hice jadear cuando llegué a su
entrepierna, pero eso no me hizo detenerme, sino que rápidamente abrí su
bragueta y jalé su pantalón con todo y bóxer.
No opuso resistencia, ya que incluso levantó las caderas para ayudarme en
mi tarea.
Me lamí los labios tomando al mismo tiempo con la mano a su miembro, luego
eché un vistazo a su cara.
Él estaba mirándome fijamente, aparentemente aún sorprendido por mis
acciones, aunque sus ojos estaban nublados y su respiración empezaba a ser más
rápida. Le di una caricia experimental, deleitándome con el jadeo que soltó por
ella. Podía sentir como empezaba a engrosarse en mi agarre.
Mirando de nuevo hacia abajo, únicamente necesité un segundo para
convencerme de inclinarme hacia delante, sacando la lengua. Di una tentativa lamida
en la parte superior de la creciente erección, intrigado por cómo sabría. La
lamí de nuevo, esta vez abarcando mayor parte de la cabeza y durando más tiempo.
Yunho gimió.
Alzando la mirada, lo vi a través de mis pestañas mientras giraba mi lengua
alrededor de la punta, bombeando sutilmente la base para estimularlo a tener
una erección completa. No tardó mucho en responder.
Cerré los ojos tomando una respiración antes de sumergir su pene en mi
boca, metiendo tanto como me fue posible. Mis labios estaban a centímetros de
mi puño que seguía cerrado alrededor de la parte inferior del eje, y me juré a
mí mismo conseguir cubrir con la boca lo que restaba antes de haber terminado. Luego
lo saqué lentamente, apretando los labios alrededor de la longitud, resbalando perezosamente
la lengua sobre la sensible cabeza.
Ahora, habiendo sido capaz de probarlo, gemí desde el fondo de mi garganta,
complacido cuando él también gimió en respuesta. Ese era un sonido al que podía
llegar a acostumbrarme.
Subí y bajé lentamente la cabeza, deseando tomarme mi tiempo, hacerlo durar,
llevar a Yunho a alturas desconocidas de placer. Y, por supuesto, demostrarle
lo mucho que quería hacerle este tipo de cosas. Podía sentir a mi propio miembro
retorciéndose en mi ropa interior, no había duda de que me gustaba hacer esto. Que
me gustaba chupar penes. Que me gustaba chupar el de Yunho.
Mientras mi mano derecha bombeaba lo que no cabía en mi boca, la izquierda
se desplazaba hacia arriba para frotar su abdomen, logrando que otro gemido se me
escapara ante la sensación de firmeza en los músculos de allí. Enseguida esta se
coló por debajo de su camisa, descubriendo cuán fantástico realmente era su
cuerpo. Mi imaginación no le hacía justicia.
Para transmitirle mi aprobación, lo chupé con más fuerza, raspándole la
cabeza con los dientes. Yunho jadeó en tanto sus caderas se empujaron contra mi
boca, forzándose a entrar más. Me las arreglé para evitar atragantarme, pero a
la vez eso me animó a intentar tomar más de él.
Contuve la respiración deslizando mis labios hacia abajo, patinando la lengua
por todo el eje, tirando rígidamente de este con la mano. Abarqué más, sintiéndolo
rozarme el paladar. Volví a sacarlo lo suficiente para que entrara aire a mis
pulmones, y a continuación lo intenté de nuevo. Su pene saltaba mientras lo
llevaba más profundo. En el siguiente intento, mis labios se encontraron con mi
puño, por lo que sonreí.
—Diablos, Jaejoong... —gimió.
Levanté la cabeza para mirarlo, gimiendo alrededor de la punta por lo que encontré.
Sus mejillas estaban coloradas, sus ojos desorbitados y tenía la boca abierta,
jadeaba. Lucía tan malditamente sexy, que no creía poder llegar a tener
suficiente.
Continúe chupando la punta, con mis ojos clavados en los suyos. Podía sentir
a mi propio pene escurriendo, pidiendo atención, pero esto era para Yunho,
tratar de hacer que él se sintiera bien. Mis uñas romas rasparon sus
abdominales haciéndolo saltar y a su longitud agitarse en mi boca.
Yunho levantó una mano y pasó los dedos por mi pelo, acariciándome el cuero
cabelludo. Tarareé de placer. Suavemente, ejerció presión, empujándome la cabeza
hacia abajo, sobre él. Sonreí pero me obligué a tragar rápidamente tanto como
pude.
Mi ritmo se aceleró, tirando de la base de su miembro mientras mi boca cubría
el resto de manera eficiente. Mi lengua se arremolinaba sobre y alrededor de la
punta con cada movimiento, lamiendo debajo de la hinchada cabeza y provocando a
la ranura, llevándolo rápidamente al borde del éxtasis.
Empecé a torcer la mano en oposición al movimiento de mi boca, con mi
lengua girando en otra dirección.
Yunho gritó, apretando la mano en mi pelo mientras se empujaba hacia
arriba.
El sonido de su pene húmedo, desapareció dentro de mi boca, era lascivo,
obsceno, pero estaba bastante seguro de que lo excitaba a él tanto como a mí. Lo
chupé más duro, deseando que supiera lo mucho que estaba disfrutando el hacerle
esto, complacerlo.
Apoyé mi mano izquierda en la unión de su muslo e ingle, y bajé mi pulgar
para frotar justo debajo de sus testículos. Moví más rápido la cabeza, sabiendo
que estaba cerca, anticipándolo con cada fibra de mí ser. Quería que se viniera
para mí. Quería que se viniera por mí.
—Jae —gruñó con voz ronca.
Mis ojos se cerraron ante el sonido que fue directamente a mi aprisionado miembro.
Gemí alrededor del suyo una vez más.
Sentí a su pierna tensarse, comenzando a temblar, y su pene empezó a
expandirse en mi boca mientras sus dedos agarraron fuertemente mi pelo. Me
preparé para lo que estaba por venir, respirando profundamente. Intensifiqué todo
en los últimos momentos, chupando duro, subiendo y bajando más rápido la cabeza,
lamiendo con más vigor y frotando en ese lugar con más firmeza.
Yunho gritó, fue apenas más que un quejido de placer pero también fue lo suficientemente
fuerte para reconocerlo. Mi cabeza fue forzada a bajar, obligada a permanecer
allí mientras él derramaba hilo tras hilo de semen en mi ansiosa boca. Gemí y lo
sentí palpitar de nuevo.
Cuando terminó de venirse, soltó su férreo agarre de mí. Sin embargo, no
retiró su mano, en su lugar, pasó ligeramente los dedos por encima de mi
cabeza, con dulzura, como si estuviera dándome las gracias.
Tragué rápidamente, succionando los últimos restos de su liberación.
Él se removió, hipersensible.
Le di una última lamida a la punta antes de apartarme, limpiándome la boca
con el dorso de mi mano. Sin duda, las mamadas eran liosas...
Yunho se desplomó en su silla mientras respiraba con dificultad y me miraba
con una expresión indescifrable.
Dios, ¿que si esto no era suficiente? ¿Qué si todavía no me había perdonado?
Él no me odiaba, ¿o sí?
—Yunho —susurré, temeroso de hablar con más volumen—. En verdad me gustas...
¿Aún... Aún quieres ser mi novio?
Se tomó unos minutos antes de responder, al parecer, todavía trataba de
recuperar el aliento. Cuando lo hizo, estiró el brazo hacia el escritorio y agarró
la pulsera rojinegra. Se la pasó de una mano a otra por un par de veces antes
de atarla alrededor de su muñeca.
Puse una sonrisa ridículamente feliz, lanzando mis brazos a su alrededor y enterrando
la cara en su cuello.
—Lo siento —murmuré—. Siento mucho haberte hecho daño. No fue mi intención.
Suspiró y sentí a sus brazos rodearme. —Lo sé. Y supongo que en realidad no
tiene importancia el que no hayas sido gay antes de mí, pero por favor, no me
mientas de nuevo.
—No lo haré —dije rotundamente, sacudiendo la cabeza.
—Entonces, ¿hay algo más que tengas que revelar?
Lo pensé por un momento y me mordí el labio. Entonces me eché para atrás
para así poder mirarlo a los ojos mientras que asentía.
—¿Qué es? —preguntó con recelo.
Me sonrojé, apartando la mirada antes de susurrar: —Estoy duro.
Yunho permaneció en silencio por un segundo, pero luego rio, mirando hacia abajo
al gran bulto en mis pantalones. —Sí, parece que lo estás... ¿Qué tal si nos
movemos a la cama y lo arreglamos? —Sonrío con picardía, dejándome sin aliento
y haciendo saltar a mi pene.
Mientras nos acostábamos pensé en que, si no les hubiera dicho a las chicas
que yo era gay, nada de esto habría pasado. Yo no tendría a Yunho deshaciéndose
lentamente de mis jeans ni a sus largas manos tirando de mi barra en el pezón —ya
sabía yo que le intrigaba—.
Acostándome sobre mi espalda para disfrutar de su asistencia, sólo pude
pensar en que sí, yo era un genio.
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Hey! por fin puse algo, fue relajante hacer esto, agradecimientos infinitos a quien lo pidió, buscó/ayudó y dio permiso de hacerlo :)
Ayyy Jae por un momento pensé que que habías metido las cuatro... bueno, si lo hiciste, pero lograste solucionarlo rapido y lograste retener a Yunho a tu lado... Genio xD
ResponderBorrarMe encantó!!!!
Muchas gracias por traducirlo y compartirlo con nosotras ^^
O por asjfs es lo mejor que he leido en mucho tiempo es tan genial de principio a fin. sobre todo jae es tan narcicista... siempre fue gay... pero como gue el ultimo que se entero xD y yunho siempre tan lindo y atento. ╰( ̄▽ ̄)╭
ResponderBorrarMuy bueno y refrescante. Pero quien no se vuelve hay por Yunho, hasta yo si fuera hombre incluso por Jae jaja, gracias y como dije en la parte anterior ya esperaba una actualización tuya, es muy bueno leer algo tuyo.
ResponderBorrarpor fin Jae reconoció que era gay
ResponderBorraryo que pensé que Yunho no regresaría de nuevo con el
que bueno que lo convenció y que forma de convencimiento tan bueno a utilizado Jae
y quien no se convence si una demostración tan clara y satisfactoria le a dado que no queda duda de ello
Gracias me encanto lo que leí espero leerte pronto de nuevo
toy feliz, encontrar algo nuevo es maravilloso, gracias por crearlo estubo muy bueno
ResponderBorrarjajaja me encanta lo hetero que salio JJ jajaja que lindo ahh yunho goso al perdonarlo xD gracias ^^
ResponderBorrarGracias! !!!
ResponderBorrarMe gusto mucho!!!!
Ay jae un loquito genio..... tiene ahora a su Yunbear ...
Casi lo pierde por orgulloso..
Son el uno para el otro
Gracias x traducirlo. ....
Fue hermoso!
Estuvo muy entretenido el fic. JJ siempre siendo un genio que hasta se quedo con Yunho, nada perdido el hombre
ResponderBorrarGracias por traducirlo. Y compartirlo, ya extrañaba n aporte tuyo, espero con ansias la proxima actu
Gracias gracias! Me fascino, fue muy gracioso y lindo. El Yunjae son un par de tortolos bobitos, ahora Jae ya es oficialmente gay -solo con Yunho- si claro. Me hizo muy feliz leer slgo nuevo en el bloq, seria genial si subieses mas, te lo agradeceria muchisimo :)
ResponderBorrarmuchas gracias por la traduccion, me hizo pasar un buen rato y disfrute mucho leyendolo, se te extrañaba mucho..
ResponderBorrarme encantó... me habría gustado que tuviera otro capítulo y así saber cómo seguía esta pareja de enamorados.
ResponderBorrarpor un momento me angustié cuando Jae hablaba con Yoochun y Yunho escuchando todo. menos mal que pudo solucionar esa mal entendido.
muchas gracias por traducirlo. fue fantástico
uff! En serio lo AME! Me fascino!
ResponderBorrarSi, al final de todo si fue un genio! Mira que se consigui semejante semental con un corazon igual de grande que su gran atractivo fisico.....que inteligente! *y que envidia¬¬*
Ja! y moria de risa en sus comentarios aparentemente inocentes jajajajaja como el de "Me gusta meterme cosas en los diferentes agujeros de mi cuerpo" jajajajajaja en serio mujer mori de risa...es que Jae no piensa antes de hablar *o puede que yo este realmente transtornada ¬¬ mmm puede...*
Ademas me encanto que fuera Jae el que diera el primer paso y preguntara el si queria ser su novio, eso me agrado, yo crei que seria Yunho pero me sorprendio! Uffff! y la mamada fue el premio final....que Jae es muy bueno con la boca, que habilidad!! Aunque me quede con ganas de ver como Yunho jugaba con los diversos pircings de Jae...
En fin mil gracias, Me encanto! ~~~~~
Ay dios por poco y la caga jaejoong xDD pero lo buenob es que supo reconocer si error y remediarlo, y que manera de arreglarlo que hermosa reconciliación :3 estoy segura que Yunho la amo xDD
ResponderBorrarAy en verdad ame este fic, ha sido el uníco con el que me eh reido tanto!! Jajajajav hasta lloré de la risa, en verdad es entretenido y muy divertido de leer, gracias por compartirlo con nosotras estas historias valen muchísimo la pena
Woooo Jaejoong le demostró q lo quiere ** es comprensible, jae paso por algo nuevo q nunca penso pasaria y admitirlo le resulto complicado necesitaba tiempo. Que maravilla q yunho lo entendiera y finalmente se reconcilien. Muchas gracias por compartir ^^
ResponderBorrarQue genial estuvo con el genio de.Jae y el ahora dulce y tierno Yunho, me encanto.
ResponderBorrarMuchas gracias por publicarla y compartirla. Hasta luego!!!
Mori, con rico ♡
ResponderBorrarme encanto!!!!!!!!!!
ResponderBorrargracias por compartir esta bella historia <3
MUY BUENO ,ME ENCANTO WOOO, ESOS DOS JUNTOS ME PONEN LA PIEL DE GALLINA JAJA GRACIAS
ResponderBorrarMUY BUENO ,ME ENCANTO WOOO, ESOS DOS JUNTOS ME PONEN LA PIEL DE GALLINA JAJA GRACIAS
ResponderBorrarpero q mamóm fue jae por negar q yunho era su novio. sin embargo logro q yunie lo perdone demostrandole q de verdad le gustaba ...enserio,pero que mamom!! 😂😂 ...tan lindo el yunjae. estuvo weno el fic
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