Malos hábitos
—Buenos días Minji —Junsu saludo a su secretaria en cuanto
llego a su oficina—. ¿Tengo una cita para hoy?
—Buenos días Junsu-ssi, si pero hasta las 4:30pm —La mujer
contesto rápidamente—. El señor Park se encuentra adentro esperándolo.
—Está bien —Pasó inmediatamente al interior y cerró la
puerta.
—Hola —Yoochun volteo a verlo desde la silla donde se
encontraba sentado—. ¿Puedo hablar contigo?
—Supongo —Junsu fue a sentarse en el sillón a un costado de
su oficina.
—Ayer exagere un poco las cosas, y si dije algo que te
molestara, lo siento —Park se levanto y fue a sentarse junto al otro hombre.
—También yo levante la voz, aunque sigo creyendo que no hice
nada malo.
—Eso ya paso, y no quiero volver a discutir sobre el tema —Miro
a los ojos de su amigo y puso su expresión seria—. Tú tienes tu forma de ver
las cosas y yo la mía, pero hasta ahora todo ha funcionado entre nosotros, esto
no va a ocasionar que nos distanciemos ¿o sí?
—No, claro que no.
—Genial, porque me dolería perder a mi mejor amigo —Dibujo
una sonrisa en sus labios después de decir aquello.
—Yo… tampoco quiero perderte —Junsu lucho contra el nudo en
la garganta al escuchar las palabras “mejor amigo”.
—Entonces ¿borrón y cuenta nueva?
—Si —Kim mostro una ligera sonrisa.
—Te invito a comer —Yoochun se levanto y avanzo hacia la
puerta—. No acepto un no, vengo por ti a las dos pm —Salió de la oficina y
cerró la puerta.
Junsu permaneció sentado por un minuto tratando de asimilar
todo, un segundo después fue hacia su asiento detrás de su escritorio y comenzó
el trabajo de ese día.
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El mesero acababa de poner sobre la mesa un jugo de naranja
y un café que Yunho pidió mientras esperaba a su acompañante quien fue al baño.
Él se encontraba en una pequeña cafetería no muy lejos de su departamento.
—Tuve que salirme antes de que se despertara, ni siquiera
tuve oportunidad de ir al baño —Apareció detrás de él caminando hasta su
asiento del lado opuesto al suyo.
—Tú sugeriste la hora, no me culpes por ello, debimos vernos
en la tarde mientras estuviera en la escuela.
—Hoy sale temprano, no me hubiera dado tiempo de verte.
—¿Cómo están todos en casa?
—Bien —El hombre tomo un poco de café.
—¿Y ustedes dos? —Yunho le pregunto tomando también de su
jugo.
—Igual, ¿Qué es eso tan urgente que necesitas?
—¿No vas a preguntar ni como estoy?
—Te estoy viendo y no pareces estar mal, además ese lugar de
donde saliste luce muy bien, así que supongo que estas de maravilla —Cruzo su
pierna derecha encima de la izquierda.
—Podrías fingir por lo menos algo de interés.
—Si no tuviera interés en ti ni siquiera estaría aquí ¿no
crees?
—Necesito dinero —Yunho lo miro fijamente a los ojos—. Prometo
devolvértelo en cuanto consiga trabajo.
—¿Cuánto? —El hombre metió la mano en el bolsillo derecho de
su chamarra y saco una chequera.
—En efectivo.
—No traje mucho dinero —Devolvió el objeto a su lugar y saco
su billetera.
—No importa, cualquier cantidad es mejor que nada.
—Si me hubieras dicho cuando me llamaste lo que necesitabas
yo….
—Me costó mucho trabajo hablarte, no pensaba hacerlo pero no
tengo ni un centavo —Desvió su mirada sintiendo a su orgullo lastimado.
—Si tan mal estas… regresa y habla con él, podrían llegar a
un acuerdo —Tomo casi todos los billetes que llevaba consigo y se los entrego a
Yunho.
—Hable con él de mil formas y nunca me entendió, él y yo
tomamos diferentes decisiones y como se lo prometí, no volveré a verlo hasta
que con hechos pueda probarle que elegí bien mi destino —Guardo el dinero en su
pantalón.
—Son tal para cual, ambos igual de obstinados —Dio un suspiro
largo—. Mamá constantemente me pregunta si se algo de ti.
—Si le cuentas que me viste, querrá saber donde estoy, es
mejor que no le digas nada —Yunho bebió lo que restaba de su jugo—. Tal vez
puedas decirle que te deje un recado con tu secretaria diciendo que me
encontraba bien.
—Está bien —Rodo los ojos y miro su reloj—. Tengo una cita
en hora y media, será mejor que nos vayamos o no llegare a tiempo —Llamo al
chico que atendía el lugar pidiendo la cuenta.
Después de pagar, salieron del lugar y subieron al mismo
coche en el que habían llegado al lugar. Se dirigieron al edificio donde Yunho
se encontraba viviendo e igual que antes lo estaciono en la esquina.
—Gracias por el préstamo —Yunho volteo hacia el lado del
piloto.
—No me dijiste como es que pagas este sitio —Miro hacia el
lujoso edificio frente a él.
—Es una larga historia, no tienes tiempo en este momento así
que después te la contare.
—Entonces ya bájate que se me hace tarde —Palmeo el hombro
de Yunho.
—Cuídate —Yunho sonrió y salió.
—Adiós —Encendió inmediatamente el automóvil y este comenzó
a alejarse.
—Parece que el hyung es él —Yunho suspiro mientras avanzaba
hacia su departamento.
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—Ayer leí la propuesta que me entrego Yunho, y no está mal —Yoochun
tomo un sorbo de su copa con vino.
—Te dije que él tiene talento —Junsu comió de la pasta
frente a él.
—Pero aun así no creo que consiga el puesto.
—Pero yo creí que tu amabas darle oportunidades a las
personas capaces —Junsu volteo a ver a su amigo—. Siempre has dicho que es más
fácil trabajar con gente que tiene ganas de progresar y sin duda Yunho es uno
de ellos.
—Pero en el perfil que busca le empresa debe tener cuando
menos 2 años de experiencia o algún proyecto llevado por él mismo, y ninguno de
los dos cumple —Enrollo en su tenedor un poco del fetuccini en su plato y lo
llevo a su boca.
—¿Y no se puede hacer nada al respecto?
—Tal vez pueda conseguirle algo, pero no te prometo nada.
—¿De verdad? —El rostro de Junsu se iluminó instantáneamente.
—¿Tanto es tu interés por él? —Yoochun cuestiono al ver la
sobrerreacción de su amigo.
—Es que él realmente necesita esto, y sé que tiene la
capacidad para ello, solo necesita una oportunidad.
—Hablas como si llevaras años de conocerlo.
—Es solo que tú no lo has tratado tanto como yo.
—Este fin de semana iré a visitar a mis padres ¿quieres
venir conmigo? —Yoochun cambio repentinamente el tema y bebió otro poco del
vino.
—Yo… no sé si deba, tal vez deberías pasar tiempo a solas
con ellos.
—A ellos no les molestara si te llevo conmigo, estoy seguro
de que se alegraran de verte.
—Ok —Junsu acepto la propuesta y continúo comiendo.
—Perfecto —Yoochun sonrió brillantemente haciendo que sus
ojos lucieran como dos medias lunas.
Continuaron comiendo y conversando en el restaurante, hasta
que fue momento de regresar a la compañía.
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—¡Ah! ¡Maldición!
Yunho intentaba colgar un par de calcetines en un
improvisado tendero a lo largo de la regadera de su baño, de alguna manera
había terminado con su dedo enredado en el lazo y cuando quiso liberarlo jalo
con demasiada fuerza haciendo que toda la ropa que ya tenía tendida cayera al
suelo.
Sus cuarenta y cinco minutos que tardo en acomodar todo,
fueron totalmente desperdiciados. En un arranque de ira, pateo la cubeta donde
anteriormente la ropa había estado depositada, cuando esta golpeo el suelo se
derramo el agua que aun contenía.
—¡Ah genial ahora también tendré que limpiar eso! —Puso
ambas manos en su cabeza y jalo un poco su cabello—. Si tan solo supiera
utilizar la lavadora.
Suspiro poniéndose sobre sus rodillas para comenzar a
arreglar el desastre, se maldijo interiormente por haber ensuciado tanta ropa,
ya que si no lo hubiera hecho ahora no tendría la necesidad de ropa limpia.
Pensó que tal vez si tuviera más dinero no estaría pasando por tantas
complicaciones, iría a una lavandería y le pagaría a alguien porque se hiciera
cargo de ella por él.
Por fin ahora se daba cuenta de lo difícil que era vivir con
limitaciones económicas.
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Jaejoong salió de A&D Kim rumbo al restaurante donde
quedo de verse con su madre y el novio de ella. Llevaba cinco minutos de
retraso porque el tráfico en las calles era un poco más que otros días, cuando
se detuvo en un alto saco su celular y le escribió un rápido mensaje a su mamá
para avisarle que ya iba para allá.
Al llegar, el chico del valet parking abrió su puerta y
Jaejoong le entrego las llaves de su auto para que este lo estacionara. Ingreso
en el establecimiento y le pregunto a la hostess por la señora Kim Mihwa,
inmediatamente lo llevo hasta la mesa donde su madre se encontraba sentada
junto con el hombre.
—Perdón por la tardanza —Jaejoong se inclino ante el hombre
en forma de saludo y se sentó en la única silla desocupada.
—Ordene por ti —Le dijo su madre.
—Oh está bien —Jaejoong le sonrió en respuesta.
—¿Cómo va tu trabajo Jae? —Jongil pregunto queriendo iniciar
algún tipo de conversación.
—Muy bien, ¿y el tuyo? ¿Decidiste rentar una bodega más? —Jaejoong
se acomodo mejor en su asiento.
—Todavía sigo buscando la mejor opción.
—Esta noche no se hablara de negocios —Mihwa volteo a ver a
ambos.
—Bueno entonces hablemos del motivo de la cena —Kim se cruzo
de brazos esperando que alguno de ellos hablara.
—Primero cenemos, no hay prisa —Su madre dijo rápidamente.
—Pero ya quiero saber a qué se debe tanto misterio —Jaejoong
hizo un puchero a su madre tratando de convencerla.
Los mayores en la mesa se miraron uno al otro y después de
tomarse de la mano, Jongil decidió ser el primero en hablar.
—Queremos pedir tu autorización para casarnos —Dijo
nerviosamente mientras sentía un apretón del agarre de su mano.
—¿Cuándo? —Jaejoong pregunto sin mostrar expresión.
—A…Aun no hemos pensado en un fecha exacta, primero
queríamos hablar contigo —No estaba seguro si sentirse más nervioso o no por la
corta respuesta del hijo de su prometida.
—Joongie ¿tienes algún inconveniente con que nos casemos? —Su
madre cuestiono con algo de tristeza en sus ojos.
—¿Por qué debería de tenerlo? ¿Se aman no es así?
—Sí, amo a tu madre más que a nadie en este mundo —Jongil
respondió sin dudar un segundo.
—Lo amo, pero tus sentimientos son primero que todo… y… y si
tú me dices que no quieres que me case… no lo hare.
—Yo jamás te negaría algo que te hiciera feliz —Jaejoong
sonrió para su madre—. En primera porque tu felicidad es la mía y en segunda
porque yo se que Jongil es un buen hombre y cuidara bien de ti.
—Joongie… —Su madre se levanto de su silla yendo
directamente a abrazar a su hijo.
—Gracias Jaejoong —Jongil solo extendió su brazo hasta tocar
el hombro de su próximo hijastro.
—Mamá ya trajeron la comida, dales espacio para que la
acomoden —Jaejoong trataba de despegar el cuerpo de su madre que estaba
aferrado al suyo como un koala a un árbol.
—Sabia que nos darías permiso… ves Jongil, te dije que mi
hijo era un ángel —La mujer seco las pocas lágrimas que bajaron por sus ojos
mientras observaba al hombre a su lado.
—Lo sé, es tu hijo después de todo —Acaricio una de las
mejillas de Mihwa.
—Bien, será mejor que empecemos a comer —Kim aclaro su
garganta, está bien que estuviera de acuerdo con la relación de ellos, pero no
por eso quería ser testigo de las muestras de afectos, después de todo, quien
quiere ver a sus padres en tal situación, incluso aunque solo se tratara de su
madre.
La cena transcurrió en completa calma, de vez en cuando
compartieron algunas palabras, la mayoría de ellas recuerdos bochornosos de
Jongil, porque para la madre de Jaejoong eran los momentos que mas quedaban
marcados en su memoria, y esos eran su arma letal, es por eso que rara vez
Jaejoong llevaba a alguien a su casa, él tenía muchos recuerdos de ese tipo y
prefería que se quedaran como estaban, enterrados en la memoria de ella.
Después de salir del restaurante, Jaejoong le pidió a Jongil
que llevara a su madre a casa, ya que el pasaría a casa de Junsu, el hombre
acepto gustosamente. En cuanto se despidió de ambos, abordo su auto y se
dirigió a donde su primo.
Cuando por la mañana llego Jaejoong a su oficina, decidió
matar el tiempo con el archivo, miles y miles de documentos acumulados en un
rincón de su oficina. Para Kim una vez que comenzaba algo, no se despegaba de
ello hasta que terminara, por lo que paso el día completo revisando hoja por
hoja, solo había tomado su hora de comida pero había valido la pena, se deshizo
del 80% de los papeles y recupero valioso espacio en sus cajones. Incluso se
propuso redecorar su propia oficina al día siguiente, y era por eso que
necesitaba ver a Junsu.
Su primo le había prometido regalarle una pintura abstracta
que tenía en su casa, era demasiado grande para su pared ya que en ella tenía
otros cuadros. Este era el momento adecuado para obtener ese regalo.
Llego al edificio y se estaciono en uno de los lugares para
visitas, subió al elevador y espero hasta llegar al piso de su primo. Las
puertas del aparato se abrieron y camino hasta tocar el timbre redondo de la
puerta 701.
No hubo respuesta, pero la luz estaba encendida por lo que
volvió a timbrar, esta vez dejando el dedo más tiempo. Tal parecía que funciono
porque enseguida escucho pasos aproximándose.
—Jae-ah —Junsu abrió la puerta un poco agitado y algo
¿mojado?
—¿Estabas bañándote? —Jaejoong pregunto arqueando una ceja.
—No… pasa —Se hizo a un lado esperando que su primo pasara y
después de eso cerró la puerta—. Estaba enseñándole a usar la lavadora a….
—Pero no es igual que la mía —Yunho emergió del cuarto de
lavado también luciendo mojado aunque en mejores condiciones que el otro hombre.
—¿Otra vez tu aquí? ¿Qué no tienes casa? ¿No sabes que las
visitas tienen sueño? —Jaejoong le dijo, definitivamente necesitaba a alguien
que le hiciera algún tipo de conjuro o algo para no encontrarse con ese tipo
tan seguido.
—Lo mismo va para ti… siempre haciendo mal tercio —Yunho le
dio una mirada afilada, no le gustaba que le dieran a entender que no era bien
recibido en un lugar.
—No empiecen —Junsu se puso en medio de los dos—. Ambos
pueden venir a mi casa cuantas veces quieran y quedarse todo el tiempo que
deseen.
—Yo solo venia por ese cuadro que me prometiste —Jaejoong
desvió la mirada.
—Oh… está en el estudio, voy por el —Junsu camino hasta la
habitación a un lado de su dormitorio.
—Oye… —Yunho avanzo un poco hacia Jaejoong—. ¿Sabes usar una
lavadora?
—¿Es broma? —Kim miro al hombre frente a él, agudizando su
mirada.
—Es que… yo…. —Yunho volteo su cara—. ¿Me enseñarías a
usarla?
—Aquí esta —Junsu apareció con un cuadro gigante en sus
brazos—. Esta más grande de lo que recordaba.
—Oh… si —Jaejoong lo sujeto con sus manos y volteo a ver a
Yunho—. ¿De verdad no sabes cómo funciona una lavadora?
—¿Es increíble verdad?, hasta yo sé cómo se usa —Junsu soltó
una pequeña risa.
—Es que yo tenía una muy antigua, y esa que está en el
departamento es más moderna —Yunho mintió para sentirse menos avergonzado.
—Yo estaba tratando de enseñarle pero tuvimos un pequeño
accidente —Junsu señalo la ropa de ambos—. Recuerda Yunho, antes de encenderla,
debes taparla —Señalo seriamente a un hombre con la mirada perdida.
—Pero si ya te enseño él, ¿para qué quieres que te enseñe
yo? —Jaejoong le cuestiono.
—Porque esta lavadora es diferente a la mía, ni siquiera es
de la misma marca.
—Pero es lo mismo, por si no te has dado cuenta, a un lado
de los botoncitos dicen para que son cada uno —Jaejoong dijo con una expresión
de incredulidad, no podía ser que un adulto de su edad no supiera utilizar un
aparato tan esencial.
—Si quieres yo voy y te digo como funciona la tuya —Junsu le
sonrió a Yunho.
—¿Eh?... no… te mojaste mucho, necesitas cambiarte primero,
además me dijiste que aun no has cenado, debes estar hambriento —Yunho se
apresuro a decir—. ¿Tú me ayudaras verdad Jaejoong?
—¿Yo? —Jaejoong se señalo a si mismo e hizo un gesto de duda.
—Por favor, y yo te ayudare a atar el cuadro en el techo de
tu auto, dudo que entre en el.
—Mmm, está bien pero que sea rápido.
—Soy un aprendiz muy rápido —Yunho se describió muy
orgullosamente.
—Como digas —Kim rodo sus ojos y volteo hacia Junsu—. Gracias
por el cuadro Su, cuando lo coloque en mi oficina te avisare para que vayas a
verlo.
—Ok —Junsu sonrió cálidamente mientras ambos hombres salían
de su departamento—. Si necesitan algo me avisan.
—No te preocupes, tenemos todo controlado —Yunho le guiño un
ojo—. Nos vemos.
Ambos caminaron y subieron en el ascensor, Yunho presiono el
botón para ir al piso noveno. Mientras el aparato se movía, Jaejoong volteo
hacia el más alto.
—¿Por qué quisiste que yo te enseñara? —Vio que el otro
estaba a punto de abrir su boca y decidió interrumpirlo—. Y no me digas las
mismas razones que le diste a Junsu porque no me las creo —Le dio una mirada
fija en su rostro.
—Porque no quiero que él vea mi departamento —Yunho hablo
por lo bajo y Jaejoong solo conservo su mirada en él, ¿Qué era lo que estaba
ocultando en el para no dejar que su primo lo viera? Se pregunto a sí mismo.
Cuando salieron, Yunho digito el código y abrió su casa.
Entro él primero para encender las luces para que el otro no se fuera a
tropezar, en cuanto el lugar fue iluminado, Jaejoong volteo su ojos por todo
alrededor, su mandíbula casi cayó al suelo con la imagen.
—¡Dios santo! ¡Mira nada más que muladar! —Jaejoong volteo a
ver inmediatamente a Yunho quien rápidamente cerró la puerta, por miedo de que
el grito de Jaejoong llegara a los oídos de todos sus vecinos—. ¡No tienes ni
una semana viviendo aquí!
La sala de Yunho lucia totalmente descuidada, los cojines de
los sillones estaban fuera de lugar, había ropa extendida en ellos, vasos y
platos desechables tirados en el suelo, unas cuantas hojas de papel hechas
bolas regadas como si hubieran sido pateadas. El comedor también tenía restos
de lo que parecía había sido la cena, o quizás hasta el desayuno.
Después de que Jaejoong recargo su cuadro sobre una de las
paredes, avanzo hasta la cocina y observo superficialmente la estufa, lucía
sucia, era como si hubieran dejado hervir algo de más y se desbordo cayendo
sobre los quemadores. El piso estaba todo pegajoso, incluso las suelas de sus
zapatos se pegaban, daba gracias a Dios el olvidarse de quitárselos por el
shock que recibió al entrar.
No satisfecho con lo que hasta ahora había visto, camino
hasta la recamara, prendió la luz y coloco una mano sobre el lugar donde estaba
su corazón, al menos allí solo se encontraba destendida la cama y una que otra
prenda en los alrededores.
Solo por simple curiosidad se le ocurrió echar un vistazo al
baño, se preparo mentalmente para lo que vendría. Dio un suspiro largo antes de
abrir la puerta, encendió la luz y se encontró un pequeño charco de agua que
suponía se formo por las gotas que caían de la hilera de ropa tendida a lo
largo, desde la ventanilla de la regadera hasta un clavo arriba del marco de la
puerta, incluso una gota cayó en su cabeza.
—¿Qué eres? ¿Un cerdo? ¿No tienes siquiera el sentido de
limpieza? ¿Cómo puedes vivir así? —Jaejoong dejo caer sobre el hombre una
intensa lluvia de preguntas.
—Es que… no he tenido tiempo —Yunho trato de excusarse, la
verdad es que la flojera había podido mas en él.
—Sabes que, no me interesa, a ver rápido ¿dónde está la
lavadora? —Pensó en una serie de sinónimos para describir el comportamiento de
Yunho, pero no le vio el caso de manifestarlos, allá él y sus sucias costumbres.
—Por aquí —Rápidamente Yunho camino a donde se encontraba el
electrodoméstico, quería alejarse de la escena lo mas que pudiera.
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Yoochun estaba sentado en su cama recargado en la cabecera
mientras miraba la televisión, no tenía ni idea de que iba la historia de ese
drama pero suponía que era triste porque una mujer se encontraba llorando sobre
una tumba mientras caía lluvia encima de ella, pero ni eso podía borrar esa
tonta sonrisa que no lo abandono ni por momento en todo el día.
Desde que Junsu había aceptado acompañarlo, una bomba de
felicidad exploto en su interior, la sola idea de alejarlo de Yunho le hacía
sentirse tranquilo, porque por lo menos por dos días tendría toda su atención
solo para él.
Apago el aparato ya que ni siquiera estaba entendiendo el
capítulo, se cubrió con la sabana hasta sus hombros y volteo su cuerpo de
costado, encontrando una posición cómoda. Cerró sus ojos pero la sonrisa seguía
ahí, curvando sus labios. Presentía que esa noche tendría un dulce sueño que le
permitiría descansar como no lo hacía en mucho tiempo.
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Se tardaron entre 20 y 30 minutos en la explicación sobre el
funcionamiento del artefacto, Jaejoong enseñaba bien y Yunho tal como dijo,
aprendía rápido, el más alto le pregunto y anoto sobre como lavar, cuánto
tiempo ponerle a la maquina, cuanto jabón usar, como separar la ropa, etc.
Afortunadamente contaba con una secadora, su baño no volvería a inundarse ya
que Kim también le mostro como utilizarla.
También en muchos momentos Jaejoong soltó varias indirectas
sobre el aseo, pero Yunho hizo oídos sordos porque sabía que si contestaba a
alguna de ellas, su maestro renunciaría a las clases, eso era un lujo que no
podía permitirse.
Ahora ambos se encontraban a un lado del carro de Jaejoong,
Yunho había encontrado entre sus cosas una cuerda, una igual a la que utilizo
para su tendedero en el baño.
Entre ambos subieron el cuadro al techo del automóvil y
mientras Kim lo detenía, el otro pasaba la cuerda por entre las ventanillas y
encima de este. Lo apretó lo más que pudo y cuando la longitud del lazo no dio
para más, hizo un doble nudo.
—Amárralo fuerte —Jaejoong le indico con un tono autoritario.
—Le hice un nudo ciego —Yunho contesto sintiéndose seguro de
sus habilidades.
—Mira la hora que es, me entretuviste demasiado —Poco le falto
a Jaejoong para patalear, se sentía muy agotado.
—Ya casi termino… listo.
—Ya era hora, espero que por lo menos no se afloje en el
camino y tenga que detenerme para amárralo de nuevo —Rápidamente se metió dentro
del auto y encendió el motor—. Nos vemos.
—Hasta luego.
Yunho se despidió y en cuanto el vehículo comenzó a moverse,
dio media vuelta para regresar a su departamento, pero no había avanzado ni
media cuadra cuando se escucho un estruendo, inmediatamente volteo y vio un
enorme cuadro tirado en la calle y a un hombre salir enfurecido de su auto.
Haha... Nudo ciego?.. Haha
ResponderBorrarJae debe estar furioso
Jajaja, Yunho con Jae no das una. Espero que Yoochun se de cuenta de lo que realmente siente por Junsu y se anime a declararsele.
ResponderBorrarGracias!!!