Adversidades
—Repítelo de nuevo.
—Cancelaré el teléfono —coreó Jaejoong para Heechul.
—No, sigo sin encontrarle lógica —declaró recargándose de medio lado en
el refrigerador.
—Actualmente la mayoría de las personas cuentan con celular, ¿para qué tener
una línea fija?
—En mis datos personales en la agencia esta el número de la casa, mis
mejores contactos lo tienen también, ahora cuando llamen y no puedan
comunicarse conmigo, creerán que no estoy más en el negocio de la moda —Heechul
discutió ignorando la pregunta.
—Imagino que igualmente tienen otros medios para comunicarse, sino es a
tu móvil, a tu correo electrónico —Jaejoong agregó sin dejar de lavar el sartén
en sus manos.
—Pero algunos son lo demasiado tacaños o perezosos para usar esos.
—Solo será cuestión de que se acostumbren, pero bien puedes informarles
que ese número no servirá mas.
—Es más fácil conservarlo.
—Es molesto el tenerlo —Jaejoong dejo el ultimo cuchillo junto a los
demás escurriéndose y volteo a verlo—. He llegado a contar hasta veintidós
veces que ese aparato sonó en un solo día, y más del ochenta por ciento de las
llamadas eran para ti. Tuve que dejar lo que sea que estuviera haciendo para
contestar y apenas lo retomaba, volvía a sonar. En todos los casos, dijeron que
marcarían a tu celular.
—Hey, tú tal vez puedes odiarme por ser popular, pero es injusto que me
castigues por eso.
—La vida no es justa —informó secando con un trapo la orilla del
fregadero.
—No, las personas son las que la hacen así —Heechul corrigió saliendo de
la cocina.
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Como todos los miércoles, Junsu tenía el día libre para permanecer
recostado hasta muy tarde, pero los sobres abiertos encima de su cama le habían
quitado las ganas de seguir ahí, por eso, perezosamente bajó al primer piso
entrando a la cocina sabiendo a quien encontraría ahí. Disimuladamente abrió
uno de los cajones del mueble junto a la estufa, rebuscó entre cucharones y
espátulas antes de cerrarlo.
—¿Necesitas ayuda?
Jaejoong abandonó la col a medio cortar encima de la tabla de plástico,
para poner su atención en él. —En realidad ya termine, pero gracias por
preguntar —sonrió tenuemente antes de volver al vegetal.
—Oh, está bien —dijo acomodando las inestables tablas de la alacena—.
¿Si no es indiscreción, puedo saber en donde trabajas?
—En un club nocturno los fines de semana —Jaejoong respondió quitando la
tapa de la olla para arrojar en el interior, los cuarterones de col.
Un solo dedo de Junsu se deslizó por la orilla de la superficie de
formica, dudoso de su siguiente cuestionamiento. —¿Y tienes mucho tiempo siendo
stripper?
Con un alto sonido metálico, Jaejoong colocó de nuevo la tapadera en la
cazuela, entrecerrando los ojos al ver a Junsu. —¿Qué te hace pensar que lo
soy?
—¿No lo eres? —preguntó con tono de sorpresa.
Jaejoong frunció esta vez el entrecejo, enseriándose más. —No.
La risa nerviosa de Junsu rompió el momento incomodo. Poniendo una mano
sobre su estomago y la otra agitándola al frente dijo: —Lo siento,
malinterprete tus salidas al atardecer vistiendo una larga gabardina. He estado
imaginando cientos de oficios, pero ahora que mencionaste el club, ese me
pareció el indicado.
—Soy mesero —Jaejoong clarificó dando media vuelta para lavar los
utensilios que ya había desocupado—. La gabardina es para evitar que mi
uniforme se ensucie en el trayecto al lugar.
—Oh, eso también tiene sentido —murmuro para sí mismo—. ¿Las propinas
son buenas?
Sin mirarlo, se encogió de hombros moviendo sus manos bajo el chorro del
agua. —A veces.
Aunque Jaejoong no podía verlo, Junsu asintió, mordiendo el centro de su
labio al pensar en cómo abordar el tema por el que estaba ahí. Su raciocinio le
decía que siendo un camarero, la interacción personal era mayor que la de un
bailarín exótico, después de todo ¿quien le paga a uno de estos para solo
hablar?
Se armó de valor pasando los dedos por su frente. —¿Uh, hablas inglés?
—Jaejoong se viró a su costado, arqueando una ceja sin decir palabra esperando
a que Junsu continuara—. ¿No sería de gran ayuda que lo supieras? Porque
imagino que si te asignan a un cliente extranjero, podrías darle un mejor
servicio.
El punto al cual se quería llegar en la conversación era desconocido
para Jaejoong, así que simplemente continuó sin grandes intenciones de
averiguarlo. —No muchas veces eso sucede, pero hay otros chicos que si lo
hablan —La odiosa imagen de su compañero Johnny se le vino a la mente, él solía
jactarse de su dominio en el idioma.
—Tú podrías ser uno de ellos.
—No tengo tanto dinero como para inscribirme en alguna academia.
—Yo puedo enseñarte —Junsu propuso sonriendo—. Soy profesor de inglés y
si quieres, podría darte clases particulares.
Jaejoong destapó una vez más la olla, agregó sal mientras mezclaba el
contenido luego bajó el fuego de la estufa. —¿Qué ganarías tú con eso?
—inquirió observando la hora en el reloj colgado en la pared.
—Quizás podríamos intercambiar las lecciones por la renta —dijo rascando
su cuello. De inmediato Jaejoong agitó negativamente la cabeza por lo que Junsu
sugirió—: ¿Un descuento?
—Agradezco tu ofrecimiento, me parece muy bueno de verdad, pero
sinceramente en este momento necesito más el dinero que saber inglés —Jaejoong
soltó con un suspiro.
—Está bien, si cambias de opinión no dudes en decirme.
Junsu vio el asentimiento y le respondió con una ligera sonrisa yéndose
después de ahí. Todo el camino hasta su habitación mantuvo una apariencia
despreocupada, pero una vez cerrando la puerta, corrió a su cama dejándose caer
quedando quieto luego de dos rebotes en el colchón.
Como un niño pequeño, pataleó escondiendo la cara entre sus brazos
cruzados. El sonido de las pequeñas ventanas de plástico en los sobres le
recordó su pesar. Sus estados de cuenta de sus tarjetas de crédito –bancaria y
de tienda departamental– mas el de su celular, le consumarían casi la totalidad
de su sueldo. Eso anteriormente hubiera sido deprimente para él, pero hoy era
estratosféricamente complicado dado que no ajustaría a cubrir el alquiler.
El primer mes que tendría que pagar el monto completo y él no contaba
con el dinero para hacerlo. Solo tenía dos opciones, pedir prestado o ser
echado de la casa.
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—Te lo juro, uno de estos días dirá que no necesitamos electricidad y
tendremos que utilizar linternas, con las cuales nos limitará también las pilas
—Heechul zarandeó los dulces dentro de la redonda caja azul claro, decorada con
un listón verde de lunares blancos.
—Estas exagerando —Yunho detuvo su mano cuando sucesivamente esta empezó
a tomar los caramelos para después dejarlos caer—. La mayoría del tiempo estas fuera
de casa, y ciertamente, cuando no es así, acaparas el teléfono.
—Pero eso es porque ninguno de ustedes lo utiliza —protestó golpeando
con la punta de su pie, una de las sillas infantiles junto a la pared.
—Y por lo mismo decidió quitártelo.
—Oh gracias, vengo en busca de apoyo y lo único que consigo es que me
des un sermón tú también —Heechul volvió a dar otro empujón en el mueble,
creando un ruido por la fricción en el piso.
—¿Qué más quieres que haga? ¿Crees que pueda lograr que cambie de
opinión?
—No —Bufó apoyando los codos en sus rodillas y su mandíbula en las
manos—. No creo que nadie pueda.
—Entonces acéptalo, sigue su consejo de avisar a la agencia y deja de
destruir mi consultorio.
Heechul dio un último golpe con su talón en la pata de la silla y sonrió
maliciosamente. —Oblígame.
Yunho estuvo a punto de levantarse cuando la puerta se abrió dejando ver
a su asistente. —Doctor Jung, su paciente ya está aquí.
—Ok —habló acomodando el estetoscopio colgando de su cuello—. Hee…
—Sí, ya se —Movió sus manos desdeñosamente en lo que se ponía de pie—.
Te veo más tarde —índico tomando consigo un puño de los dulces con los que jugó
antes—. Sabes, en realidad cuando vengo a visitarte no es por ti, sino por
estos —dijo palmeando el bolsillo de su pantalón donde los había guardado.
—Y eso que son libres de azúcar —Yunho contestó sonriendo.
—Por eso, tú por si solo ya eres demasiado dulce.
La diversión se difundió en el rostro de Yunho en cuanto lo vio salir.
Los coqueteos con Heechul siempre lo ponían de buen humor. Alisó su pulcra bata
blanca al incorporase mientras veía entrar corriendo a un niño seguido de su
madre cargando en sus brazos a un bebé.
Se inclinó para ella antes de despeinar el cabello del pequeño que
intentaba subirse a la mesa exploración usando los gabinetes en esta como
escalera. Una reprimenda por parte de la mujer y el niño se dejo alzar por
Yunho para que lo pusiera sobre la acojinada superficie.
—Ahora sí, echémosle un vistazo a esas ronchas en tu cara.
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Changmin arrastró por el pasillo un bote repleto de ropa, lo dejo cerca
del pasamanos y fue por otro solo lleno a la mitad. Con este en mano caminó a
la habitación de Heechul encontrando en la esquina el cesto de la de él, vació
el contenido en el suyo y comenzó a dirigirse a las escaleras. Al pasar por la
recámara de Jaejoong la vio entreabierta por lo que se detuvo a pensar si debía
hablarle en ese momento.
Respiro hondo tomando la perilla y lentamente separo más, la puerta del
marco de esta. —¿Hyung? —pronunció nervioso, era la segunda vez que lo llamaba
de esa forma y aún no estaba seguro si era bien aceptado.
Desde su cama, Jaejoong lo miró dejando la tarea de darle brillo a sus
zapatos. Changmin dio un paso al frente agarrando con ambos brazos el bote con
la ropa sucia.
—Si algún día quieres que lave tu ropa, puedo hacerlo —Sus manos se
afianzaron al canasto cuando este estuvo a punto de resbalar, la visible
incertidumbre en la cara de Jaejoong le inquieto mas—. Ya me hago cargo de la
de los demás —agregó.
—¿Te pagan?
—Si —respondió recargando la mayor parte de su peso en una sola pierna.
Jaejoong parpadeó preguntándose por qué ellos querían obtener dinero de
él cuando tendría que ser lo contrario. —Está bien, lo tendré en cuenta —dijo
tomando de nuevo el cepillo para lustrar.
Changmin afirmó con la cabeza para luego marcharse. Llegó hasta las
escaleras llevándose consigo ambos cestos.
Estando en el patio trasero, caminó a la esquina donde estaba una
lavadora cubierta por una funda plástica, la destapó y encendió notando de
inmediato como esta comenzaba a llenarse con agua.
Mientras esperaba, se recargo en la pared distrayéndose con el ruido de
un par de pájaros peleándose entre las ramas del naranjo.
Cada vez le era más difícil el conseguir ingresos extras, tanto que
estaba seriamente empezando a ver factible el acceder a la propuesta que
Heechul le había hecho un par de meses atrás.
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Los sigilosos pasos de Changmin fueron desapercibidos para Junsu quien
con los ojos cerrados se mecía levemente en el columpio del jardín. Fue el
tambaleo en este lo que le hizo despertarse de su semi-sueño.
—Casi me da un infarto —regañó palmeándole duramente el hombro.
—Procura que eso no ocurra a menos que este aquí Siwon hyung —mencionó
impulsándose para balancearse—. Las facturas de un hospital siempre son
costosas, y los servicios gratuitos de un cardiólogo no estarían de más.
—¿Podrías no hablar de dinero? —Junsu colocó las plantas de sus pies en
el pasto para detener el acelerado movimiento que sabía que Changmin
provocaría.
—Entonces hablemos de la salida que me debes —Extendió sus brazos en la
orilla superior del respaldo apoyando también su espalda en este—. Salgamos el
viernes.
—Eso también implica dinero —resopló—. No tengo ni para comprarte un
refresco.
—Yo pago.
—Tú tampoco tienes —Junsu declaró echándose hacia atrás, acomodando su
nuca en el antebrazo de Changmin—. Además es mi invitación la que está
pendiente.
—Podemos dejarla así y vamos por mi cuenta, aún no estoy en bancarrota y
tengo lo suficiente para que los dos comamos algo fuera.
—No me siento de ánimos de todos modos.
Changmin suspiró doblando su muñeca para con sus dedos enmarañar los
cabellos de Junsu que tenía a su alcance. —¿Qué tal ver una película aquí?
El semblante de Junsu se iluminó, a él le encantaba pasar los fines de
semana viendo películas —¿Cuál?
—Confesiones de una compradora compulsiva —Sonrió—. Debe ser de ciencia
ficción, dudo que exista alguien con esa patología ¿tú qué crees?
—Que eres un idiota.
—Bien, si no te gusta esa, dejaré que tú elijas —expresó ladeando su rostro,
quedando frente al de Junsu. Subió y bajó sus cejas hasta que la seriedad se
borro del otro.
—Te saldrán arrugas si sigues haciendo eso —Junsu rió formando un
circulo con su dedo pulgar e índice para enviar este último directo al
entrecejo de Changmin.
—Robaré la crema de botox de Chullie hyung —respondió frotado con su
mano libre, el punto donde recibió el golpe.
Un sonido parecido a una exhalación emergió de la nariz de Junsu al
cerrar los ojos otra vez, dejándose perder entre el aire que daba en su cara y
las caricias que las yemas de Changmin daban en su cuero cabelludo. De pronto
la brisa fresca fue sustituida por un tenue calor perceptible en su mejilla y
barbilla, sus parpados se levantaron justo para ver a Changmin demasiado cerca
de él, y pensó que si tal vez se movía un centímetro hacia delante, sus bocas
se reunirían. Un carraspeo y la magia se rompió.
—La lavadora se detuvo.
Jaejoong señaló hacia el electrodoméstico sin atreverse a mirarlos. No
hubiera querido invadir su privacidad pero había caminado hasta donde estaban
ellos y no tenía la certeza de si lo habían notado o no.
—Ah sí —Changmin se irguió partiendo para tender la ropa.
Junsu se removió incomodo en el columpio, mirando distraídamente a la
pared opuesta esperando que Jaejoong se fuera. Para su fortuna, no mucho
después observo de reojo y nadie estaba a su lado, se recostó a lo largo del
asiento dando su espalda a la casa, desechando las emociones en su interior.
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Esa misma tarde, Jaejoong empujó la puerta batiente que daba a la calle
trasera del Exile bar, ya que estando el local cerrado, era la que los
empleados utilizaban tanto para ingresar como para abandonar el lugar.
Las luces encendidas solo en el área de la barra le permitieron enfocar
a Hyunjoong al instante. Ahora que contaba con más tiempo disponible, tomaría
formalmente la capacitación como bartender que él le venía impartiendo desde
hace semanas. Sabiendo que ocupando un puesto como ese le otorgaría un mejor
sueldo, era el aliciente perfecto para llegar ahí antes de su entrada oficial.
Quitó el seguro que impedía ir detrás del mostrador a las personas no
autorizadas y se puso junto a él.
—¿Listo? —preguntó Hyunjoong colocando dos vasos y un recipiente para
mezclar cocteles encima de la cristalina barra.
—Si —dijo Jaejoong tomando dos botellas de abajo del mostrador.
—Entonces hoy harás un…
—Hey Kim, ¿qué haces aquí tan temprano? —El supervisor Ahn habló
mientras se acercaba a ellos—. Según recuerdo, tu horario dice que no llegarías
hasta dentro de dos horas —Su mirada fija solo en Jaejoong, dejo en claro a
cuál de los dos Kim se refería.
—Es porque estábamos practicando nuevas bebidas —Hyunjoong respondió por
él.
—Esto no es una escuela, creí que se los había dicho la vez pasada —El
supervisor siseó sin apartarle la vista—. No me molesta que estés aquí antes de
tiempo, pero sí que distraigas las actividades de otro empleado.
—No lo hace.
Jaejoong movió su pie izquierdo para tocar el de Hyunjoong, dándole a
entender que callara. —Lo siento señor, no sucederá mas —Se disculpó
inclinándose, saliendo luego de ahí.
Inmutable, el hombre siguió su camino hacia las personas que limpiaban
el piso.
—Podríamos venir más temprano, él llega una hora después de que abrimos,
así que…
—Lamento meterte en problemas —Jaejoong interrumpió tomando asiento en
uno de los altos bancos del otro lado—. No se incluso para que lo hice, es
obvio quien será el nuevo barman.
Hyunjoong vio hacia donde Jaejoong volteaba, a uno de los balcones de la
zona vip donde el señor Ahn y uno de los meseros conversaban.
—No sabía que Johnny quisiera ocupar este lugar. Supuse que estaba
contento recibiendo propinas.
—A él solo le gusta ser el centro de atención y cree que estando detrás
de la barra conocerá a gente importante.
—Bueno no importa lo que él desee, tú tienes talento para esto
—argumentó mientras alineaba los vasos en los entrepaños del mostrador—. Además
se decidirá por competencia.
—Como sea, ya no hay nada que hacer.
—Te dije que…
—No, estoy seguro de que hará averiguaciones o se enterará de cualquier
forma.
—Que sea en mi casa entonces, tengo solo los implementos básicos, pero
servirán —Hyunjoong expuso guardando lo que había sacado para su fallida clase,
con su mano impidiendo que Jaejoong protestara—. No hay pero que valga, invertí
tiempo en ti y lo mínimo que pido es que te postules para el puesto.
Jaejoong acepto murmurando para en seguida empezar a ayudarle a dejar
preparado su sitio de trabajo.
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El viernes llego sin contrariedad, más que con las mismas prisas que los
fines de semana representaban para Jaejoong.
Estando próxima su hora de partir, emparejó la puerta de su habitación
apretando la toalla en su mano, el revuelo en el cuarto a metros frente a él
llamó su atención por lo que cuando paso cerca de este, su curiosidad lo incitó
a mirar hacia ahí.
Con la amplia posibilidad de ver hacia dentro, encontró a Junsu y
Changmin rebuscando entre una caja la que al parecer estaba repleta con
películas en DVD. Yunho apilaba cojines y almohadas en la cama tamaño kingsize
y Heechul jalaba un gigantesco sillón puff de color rojo hacia los pies de
esta.
Sin retardo continuó su trayecto al baño donde después de ducharse,
salió ignorando el escándalo en la misma recámara. Con el tiempo contado, se
dirigió a ponerse su uniforme de trabajo en una acelerada velocidad.
Para cuando estuvo listo, con la gabardina doblada en su antebrazo,
caminó por el pasillo deteniéndose de nuevo solo para notar a Changmin y a Junsu
recostados sobre sus estómagos, contrapuestos en la gran cama y a Heechul
instalado plácidamente en el puff en el suelo mientras veían el televisor de
plasma empotrado en la pared.
Justo en el momento que pretendía marcharse, Junsu volteó hacia él. —¿Hyung,
no quieres ver una película?
—Tengo que ir a trabajar —contestó luego de contemplarlo, él realmente
por un segundo deseo poder decir si.
—Ah, bueno otro día, que te vaya bien —Junsu alcanzó a decir antes de
que Changmin le diera un codazo para que mirara una escena donde los tres al
unisonó rieron.
Jaejoong suspiró retomando sus pasos, parándose en el primer peldaño de
la escalera cuando apreció a Yunho subiéndolas.
Trayendo cuatro vasos repartidos en sus manos y una caliente bolsa de
plástico sostenida por sus dientes, lo que más le preocupaba a Yunho era mirar
por donde pisaba y el no derramar el refresco, así que sus ojos se mantenían en
los escalones ascendiéndolos de uno por uno con extremo cuidado. Con lo que no
contaba, era con toparse con el estático cuerpo que se encontraba al final de
estos.
Los vasos chocaron directamente con el pecho de Jaejoong y el líquido
irremediablemente convirtió su blanca camisa en un lienzo mezclado de colores
naranja y café que se disperso llegando incluso a su pantalón y traspasando a
su piel.
Él solo pudo formular un profundo ‘Rayos’ que resonó por el corredor y
por el cual los demás asomaron sus cabezas para saber qué era lo que sucedía.
—Perdón —Yunho se disculpó permaneciendo inmóvil, con los vasos medio
vacios aún en su poder.
Rudamente Jaejoong sacudió su húmeda ropa maldiciéndose mentalmente por
no llevar puesta la gabardina que era la única que había resultado ilesa de la
catástrofe, dio media vuelta para casi correr hacia su habitación, el azote de
su puerta fue lo siguiente que se escuchó.
—Ese ruido estuvo a punto de romperme los tímpanos —Heechul pronunció en
voz alta volviendo a su cuarto y tomando otra vez asiento.
Junsu entró después de él, presionando el botón del control remoto para
regresar la película hasta donde se quedaron y pausó la escena en la pantalla.
—Llegará tarde a su trabajo.
—Ves, todo en esta vida se paga —Heechul habló ajustando el material de
sillón con sus brazos—. Estar siempre de mal humor solo atrae cosas negativas.
—No digas eso hyung, él no está así todo el tiempo —Junsu replicó
recibiendo la bolsa que Yunho le entregaba.
—Solo fue un accidente —dijo Yunho viendo la luz encendida por la
rendija inferior del dormitorio de Jaejoong.
—Qué raro, primera vez que Junsu no es quien lo propicia —Changmin le
proporcionó a cada quien, los vasos nuevamente llenos.
—Muy gracioso —Junsu hizo una mueca mientras desprendía las orillas de
uno de los paquetes de palomitas de maíz que sacó de la bolsa. El olor de
inmediato pico en su nariz por lo que necesariamente tuvo que comer una de
estas para calmar la ansiedad en su boca por probarlas.
—Como sea, quiero seguir viendo esto —El dedo de Heechul apuntó a la
pantalla—. Siéntate aquí Yunho —Palmeó el espacio desocupado junto a él.
—Iré a limpiar el desorden que provoqué —Yunho respondió dando vuelta y
desapareciendo por el pasillo.
No le ocupó más de diez minutos el dejar el piso como si nada hubiera
ocurrido. Estaba enjuagando la franela con la que limpió cuando oyó un portazo,
cerró el grifo abandonando la tela en el fregadero y fue hacia la sala.
—¿Se te hizo tarde? —cuestionó al ver a Jaejoong bajando las escaleras
apresuradamente. Al no obtener una contestación agregó—: Yo te llevo.
—Tomaré un taxi —rebatió simplemente.
Yunho bloqueo su avance a la puerta principal retrocediendo cada vez que
él caminaba. —Será más rápido si vas conmigo, lo juro.
Jaejoong tenía las palabras en la punta de su lengua cuando Changmin
desde el barandal de la segunda planta hablo: —Hyung, deja que él te lleve.
—Al menos con eso te ahorraras la tarifa de un taxi —Heechul opinó
recargando su cabeza en el hombro de Changmin. No tenía mucho tiempo conociendo
a Jaejoong, pero si lo bastante para saber que el hombre amaba poder economizar
hasta un won.
Jaejoong les proporciono una entrecerrada mirada al entrometido par y
finalmente farfullo ‘está bien’. Esquivo a Yunho, abrió la perta y salió
inmovilizándose en el lado del pasajero del automóvil estacionado en la
cochera.
Yunho oprimió un botón y automáticamente los pestillos se elevaron,
Jaejoong entró en el vehículo y comenzó a ajustarse el cinturón de seguridad,
cerciorándose de no mirar a la persona que ahora ocupaba el otro asiento y que
hacía lo mismo que él.
Cerca del volante, Yunho comprimió con su pulgar y la puerta corrediza
de la cochera se desplazó dejándoles el paso libre, luego de bajar la rampa que
daba a la calle, maniobró en reversa y aumento la velocidad conduciendo por
esta.
Jaejoong logró observar por el espejo retrovisor a su costado que la
cochera estaba cerrándose otra vez, adaptó su espalda a la inclinación que
tenía el asiento sin apartar su rostro de la ventana.
—Hay una palanca en el respaldo si quieres enderezarlo —Yunho comentó
con su vista fija al frente—. Solo tienes que subirla.
Como si no lo hubiera escuchado, Jaejoong prosiguió en el mismo estado
con sus dedos repasando los botones en su gabardina abrochada. Estaba
muriéndose de calor pero se rehusaba a permitir que su uniforme de reserva
también saliera perjudicado por su descuido.
—¿Cuál es la dirección? —Escuchó a Yunho decir, no tardando mucho en
indicarle el trayecto que debía seguir.
El viaje trascurrió en sumo silencio, con sus constantes evasivas por
cruzar una palabra o mirada con él, pero dándole cortos vistazos con los que
pudo constatar que Yunho también había resultado afectado en la peripecia de la
escalera. Su camiseta beige portaba vergonzosamente varias marcas circulares
naranjas alrededor de la parte de su abdomen, él ni siquiera se la había
cambiado.
Por un segundo pensó en la probabilidad de que eso hubiera sido para
estar al pendiente de él y así proponerse como conductor, porque en verdad se
sentía apenado y no deseaba que se atrasara más. Pero entonces lo descarto al
creer que solamente fue porque no le intereso su apariencia.
Aunque la razón era lo de menos, ya que a Jaejoong no le importaba nada
que tuviera que ver con Jung Yunho. Eso fue lo que repitió en su cabeza tres
veces antes de llegar al club nocturno.
---
Jaejoong depositó su charola con cinco copas vacías en el extremo de la
barra cerca de la caja general, al fin sus últimos clientes se habían ido. Jaló
la toalla colgada en la pretina de su pantalón para secar el escaso sudor en su
frente, mientras revisaba los alrededores comprobando como de a poco el lugar
quedaba libre de personas que no trabajaban ahí.
La pista comenzaba a ser ligeramente aseada apartando solamente la
basura que había en ella y los guardias se ocupaban de lidiar con los clientes
renuentes a marcharse a pesar de que la música había sido apagada hacía casi un
cuarto de hora y el espacio estaba completamente iluminado.
Como todas las noches que trabajaba ahí, sus talones terminaban
adoloridos rogando porque el peso sobre ellos se hiciera nulo, así que en busca
de esto se deslizó en uno de los bancos en lo que revisaba la tableta
electrónica en sus manos.
Luego de apagar el dispositivo, fue a formarse para entregárselo al
capitán de meseros que ya estaba recibiendo el de los demás. Como nadie
pretendía prolongar de más su estadía ahí, la fila avanzo rápidamente.
Con esto hecho, Jaejoong ayudo a subir las sillas a las mesas para que
la limpieza dentro de unas horas fuera más eficaz. Sin algún otro pendiente fue
hacia los casilleros de dónde sacó su morral, desató el mandil de su cintura y
lo guardo en este junto con el pequeño bolso de tela donde acumuló las propinas
del día.
Ya alistado, caminó al bar para despedirse de Hyunjoong a quien tuvo que
tocarle el hombro para que lo mirara.
—Me voy —Le dijo cuando este se quitó los audífonos de sus orejas—. Nos
vemos mañana.
—Si me esperas, puedo darte un aventón.
Jaejoong sacudió la cabeza rechazándolo. —Gracias, pero no tienes que
molestarte en eso —Agitó su mano andando hacia la salida.
Abordó el primero de los taxis estacionados a un lado de la banqueta,
este era un beneficio de ser empleado de ese establecimiento, el dueño pagaba
el viaje nocturno de regreso a casa de todos aquellos que no contaran con
transporte propio.
Sus ojos ardían por cerrarse pero ignoro la necesidad de hacerlo
parpadeando constantemente y ahogando bostezos mientras el vehículo transitaba
por la ciudad. Entonces el pensamiento de Yunho atravesó su mente, la
incomodidad de haber permanecido a solas por más de veinte minutos con él y la
absurda situación del porqué se vio obligado a hacerlo.
Perdido en los recuerdos no supo en qué momento llego a casa hasta que
el conductor le aviso, por la expresión del hombre supuso que quizás se lo
menciono en más de una ocasión. Observó la tarifa en el taxímetro y le entrego
la cantidad exacta de esta, recibiendo a cambio el vale que canjearía por
efectivo al final del mes.
Al estar frente al portón, liberó sus llaves del mosquetón y abrió la puerta haciendo un gesto por el rechinido de
esta. Siguió el rastro de grandes piedras que marcaba el camino hacia las
cortas escaleras de cemento. Una vez dentro, continúo hacia su habitación
tratando de hacer el menor ruido posible.
Para cuando estuvo
recostado en su cama, su reloj digital clavado en la pared mostraba las cuatro
cuarenta am.
---
La escandalosa risa lo hizo sobresaltar en su sueño, un grito más y
abrió los ojos. Jaejoong odiaba despertar de esa forma, consiguiendo que su
corazón latiera furiosamente y que sintiera un nudo en su estómago.
El calor de la habitación le hizo creer que pasaba del mediodía pero
comprobó que acababan de dar las once, aun así aparto las cobijas y se levantó.
Se puso el primer pantalón holgado que encontró y una playera sin mangas
antes de abandonar su recámara. Desde arriba pudo ver a los hombres que
conversaban quedamente en el comedor, más bien, a Junsu hablando mientras
Heechul empinaba sobre su boca la botella con agua de litro y medio.
En su recorrido hacia la cocina, respondió sutilmente a la sonrisa que
Junsu le dio suprimiéndola al ser impedido su acceso por el sujeto que estaba
de pie bajo el umbral. Changmin quien se encontraba del otro lado y frente a
él, le hizo señas al susodicho para que desbloqueara el paso. Y así lo hizo,
moviéndose al costado girándose para ver a Jaejoong.
—Hola —saludó.
—Ah —Changmin pronunció enderezándose—. Él es Choi Siwon, es amigo de
Yunho hyung, bueno, de todos en realidad.
Por educación más que por ganas, Jaejoong aceptó el apretón de manos que
Siwon propició. —Kim Jaejoong —declaró.
—Mucho gusto —Siwon aumentó el control del afiance en sus manos al
tiempo que lo miraba de arriba-abajo.
Jaejoong impulsó su brazo hacia atrás para
recuperar su mano, poniendo distancia entre ellos al adentrase en la cocina
dándole la espalda.
Changmin aprovechó la oportunidad del
espacio desocupado para abrir el congelador y meter ahí una bolsa con hielos
con forma de cilindros huecos. —Listo —anunció haciendo sonar el tazón en mano
que contenía algunos de los hielos. Siwon asintió siguiéndolo fuera con un
frasco con sal y una cuchara.
La curiosidad por saber lo que harían con
esos artículos instó a Jaejoong a perseguirlos, pero se limitó a espiarlos.
—El próximo castigo será a elegir, comer dos
cucharadas de sal o vaciarse la mitad del hielo dentro de la ropa interior
—proclamó Changmin sentado junto a Junsu.
—¿La sal aminorará la sensación de fuego en
mi boca? —preguntó Heechul echándose con sus manos aire en el rostro.
—Quizás, ¿quieres probarlo? —Changmin empujó
el salero a hacia él, riendo cuando Heechul opto por continuar bebiendo de su
botella con agua.
—Ya, es mi turno —advirtió Junsu levantando
una botella de vidrio verde.
Siwon apartó los objetos que obstaculizarían
que esta girara en la mesa al instante en que Junsu la rotó sobre la
superficie. Jaejoong se quedó ahí solo hasta ver que la boca del envase apuntó
a Changmin y el otro extremo a Heechul, un ‘Oh oh’ sonó y él se fue hacia el
patio trasero.
Respiró profundo del aire con un ligero
toque a rocío. Restos de lluvia goteaban de las tejas que adornaban la orilla
del techo, por lo cansado que había estado no se percató de en qué momento
llovió, pero sin duda el aroma de tierra mojada estaba presente.
—¿Desayunaste?
La voz de Yunho lo asustó congelándolo en su
lugar. Lógico, ya que había surgido de la nada sosteniendo una podadora delante
de él. —No —soltó no sabiendo que mas decir.
—Guardamos parte de lo que desayunamos, está
arriba del microondas, si lo quieres puedes tomarlo.
La realización de que los fines de semana no
cocinaba le cayó de golpe, hallándola plenamente conveniente porque ellos
compraban comida para llevar, era una suerte que fuera tanta que siempre
conseguía obtener algo de ella.
—Gracias.
Al parecer el agradecimiento fue algo
inesperado para Yunho, puesto que su cara reflejó sorpresa, matizada después
con una disimulada sonrisa. —Lamento lo de ayer —comentó alternando de mano a
la podadora—. ¿No te reprendieron por llegar tarde, o sí?
Jaejoong iba a decirle que no hubo necesidad
de eso, puesto que llego justo a tiempo, pero la voz que se oyó desde el
interior de la casa lo interrumpió antes de hablar.
—¡¿Estás ahí, Yunho hyung?! —Changmin
gritó—. ¡Tu novia está aquí!
Ambos miraron hacia la puerta y un minuto
después Yunho se disculpo para ir hacia esta.
Jaejoong sonrió para sí mismo, era
irracional que enterarse de ese hecho provocara un sinsabor en él.
:::: .::::. ::::
—Nunca había conocido a alguien
que quisiera ser profesor de historia —Yunho manifestó estirando sus piernas y
cruzando sus tobillos sentado en una cubeta volteada—. Y yo que permití que mis
amigos dijeran que estudiar medicina era aburrido.
—Historia no es aburrido, es solo
cuestión de gustos —Jaejoong se defendió dándole el cambio al chico que
extendía su mano para tomarlo.
—Pero estarás de acuerdo que no
es exactamente la profesión más divertida del mundo.
—Ni la mejor pagada —pronunció
entre dientes.
—Bueno el dinero va y viene, lo
que importa es lo que te apasiona hacer, tu vocación.
Jaejoong arqueó una ceja al
sujetar una caja rectangular con chocolates que le entregó el mismo chico.
—Para ti —Le dijo—. Sal conmigo.
Bufó regresándole el obsequio,
negando con la cabeza. —No tengo tiempo para salir con nadie.
El hombre respingó pero se
marchó. —A mi me interesa más que venga y no se vaya —Jaejoong declaró hacia
Yunho quien al parecer no captó la idea—. Que el dinero llegue a mí y conmigo
se quede —explicó.
—Así que un historiador
materialista —bromeó.
Jaejoong bajó sus hombros pasando
sus dedos por detrás de su oreja. —El dinero es necesario, eso es todo.
—Supongo —Yunho musitó bebiendo
del vaso de su café—. Odio los jueves.
—Hoy es miércoles
—Jaejoong corrigió sonriendo, sin dejar de atender a sus clientes.
—Pero mañana lo es,
y tendré que vestir de blanco.
—Ah, por tu clase en el
laboratorio.
Yunho asintió apachurrando el
seco envase de unicel. —No conforme con usar una bata blanca, el profesor nos
exige que sea del mismo color la ropa que se noté bajo esta.
—¿No deberías acostumbrarte a
usar siempre eso? Se supone que ese será tu uniforme habitual.
—No por ello me tiene que
agradar.
Otra vez, Jaejoong se encogió de
hombros antes de sacar de una hielera más yogurts de fresa.
Casi todos los días Yunho lo
visitaba en sus recesos, siendo un estudiante de medicina de primer año, el
ritmo apresurado solo le permitía hacerlo durante una hora. A veces si se
apresuraba, alcanzaba a verlo antes de que se fuera a su trabajo vespertino.
Yunho había aprendido que
Jaejoong era una persona de pocas palabras y muy renuente a soltarlas. Pero él
de alguna forma se las ingenio para dejar de ser considerado como un enfado y
más como un amigo, el único con el que Jaejoong charlaba. Y aunque este no le
podía brindar más que la mínima atención, a él le gustaba estar simplemente a
su alrededor.
Era también testigo de los
pretendientes de ambos sexos que deambulaban el puesto solo para conseguir la
atención de él y Yunho se divertía viendo como cada uno de ellos era rechazado
sin miramiento. Hasta que se preocupó de su propio futuro, pues el mismo era
uno de ellos.
—Lo de no tengo tiempo para nadie
¿también aplica para mí?
—¿Eh? —Jaejoong ladeó su cabeza,
pensando en si Yunho se refería a que creía que no deseaba que él estuviera
ahí—. No me molesta que estés aquí —aclaró
—Me refiero a salir —Notó como la
chica que estaba al principio de la hilera, lo miraba fijamente mientras
cuchicheaba con su amiga—. A tú y yo teniendo una cita, juntos.
Jaejoong frunció el ceño
cobrándoles rápidamente a las mujeres. —Tú no quieres una cita conmigo —expuso.
—¿Si no lo quisiera, por qué
entonces lo mencionaría?
Un resoplido escapó de sus labios
al reparar en la gente atenta a su conversación, protestó internamente por no
poder ahuyentar a los espectadores. —Hace tiempo que no conocía a alguien con
el que tuviera una comunicación frecuente, si salimos, eso acabara siendo imposible.
—¿Y eso por qué sería?
—Porque en mi vida tengo
prioridades, y el estar en una relación no es una de ellas —Jaejoong contestó
con sinceridad.
Yunho recargó los codos en sus
rodillas juntando sus manos en un puño, pensando en el cómo convencerlo, él estaba
demasiado interesado para rendirse tan fácilmente. —¿En ese caso, que hay de
hacerlo como amigos? Los amigos también salen juntos.
Jaejoong mordió su labio inferior
retrayendo su mano cuando esta iba a recibir el dinero por el pago de unas
galletas. La sencilla imagen de ir a un lugar distinto, de distraerse y
disfrutar de un día fuera de sus obligaciones, era tan tentadora que sin
meditarlo acepto.
—Genial, el sábado te llamo para
acordar en donde no veremos —Yunho declamó colgando su mochila sobre el
hombro—. No lo olvides, yo te llamó —Sacudió su celular en el aire poniéndose
de pie preparándose para irse.
Jaejoong parpadeó razonando lo
que él había dicho. —Yo… Yunho, no…
—Ya no puedes cambiar de opinión
—dijo caminando de espalda girándose luego para cruzar la calle ya no
volviéndose a mirar atrás.
Jaejoong se quedo con la mitad de
la frase sin pronunciar, dejándolo enteramente consciente de que esa llamada no
llegaría, porque él ni siquiera tenía teléfono.
waa pedi actu, pero no me imagine que fuera tan rapido ^^
ResponderBorrarXD lo ves, pide y se te concederá~
BorrarOrales!! ilz ya puedes conceder deseos. Mira que quisiera pedir que ya no haya más trafico en la cuidad. LOL
ResponderBorrarHeechul es tan Heechul (igual en casa ya no se usa la linea *bendito sea el celular) pero así me gusta. No puedo criticarlos, a nadie, porque yo también quiero que el dinero venga y no se vaya.
Wow, el lugar donde trabaja Jae no es tan malo si los meseros pueden usar tablets, digo, a la fecha los de aquí siguen con una libreta y siguen olvidando lo que se les pide... Esas pequeñas cosas son las que me gustan en tus fics.
Te leo de vuelta.
deja corrijo la frase entonces... pide y veremos si se te concede.
Borraraquí si hay lugares donde usan tablets pero son de los caros, aunque en el país de la tecnología donde hasta el mas pobre tiene un mejor celular que uno, quizás allí en cualquier bar los tengan XD
Woooo me encanto el capitulo!!!
ResponderBorrarme intriga mucho porque
Jaejoong no soporta a Yunho
ñ_ñ gracias por actualizar...
:) y a ti por comentar
Borrarola liz gracias x el cap
ResponderBorrarme gusto mucho el cap XD
porque hubo muchas cosas k dieron risa como
lo del striper y las bebidas aunke eso fue trágico
yo tambn kiero saber xk jaejoong no soporta a yunho
si al pareser antes eran como amigos
k fue lo k paso en ese tiemopo y xk jae no fue maestro de histo.
gracias x actualizar n-n
Aw siempre he tenido las ganas de escribir sobre un stripper >.<
Borrargracias por comentar, saludos.
YunHo con novia???
ResponderBorrarme intriga mucho saber lo q ocurrio con ellos
xq jaejoong parece odiarlo????
Ohhh de verdad estoy intrigada que paso entre Yunho y Jaejoong , al parecer lo lastimo? e.e tenemos que segir leyendo *W* me gusta este fic al igual que memorias de un mafioso *W* yo te conoci por amoryaoi *W* y vi el link de tu blog *W* Me encanta babe *W* Wii espero actua W*W*
ResponderBorrarPor fin he conseguido un rato para poder venir a leer por aquí ^^ El trabajo me tiene completamente sin tiempo. Ais, me está encantando, quiero más y más, saber qué es lo que ocurrió. Y jae me encnata XD ¿sabes que soy historiadora? XD se ha convertido en mi pj preferido de ahora en adelante. Y me encanta Junsu/Changmin
ResponderBorrarBesosss
El mio es yunho XD -por si quedaba alguna duda-.
Borrarxoxo
T_______________________T necesito saber que hubo antes!!!!!
ResponderBorrary como es que antes el se moria por salir con JJ y ahora como rayo s tiene NOVIA!!!!
ESTOY ENOJADAAA!!! >-<
ok no YH ps no me hagas esto!! T_T
gracias por la actu!!!
esperare la siguiente!!!
oh por Dios Changmin, Junsu casi que estan en peores condiciones económicas que Jae....wooow eso de.mezclar presente con pasado me gusta, así sabre que pasó con Jae y Yunho
ResponderBorrarQue habrá pasado entre Yunho y Jae en esa supuesta cita que ahora Jae no lo soporta. Me encanta como hace rabiar Jae a Heechul por el teléfono.
ResponderBorrarGracias!!!