Como en casa: Capítulo 5

Favores

Junsu golpeó la mesa con la palma de su mano haciendo que algunos granos de sal se volcaran en la superficie, suspiró agarrando uno de los pequeños hielos para pasarlo sobre la superficie de madera y luego limpiar con la franela que tenía a un lado.
—¿Qué estás haciendo? —Changmin le preguntó fingiendo no sentir la gélida humedad de los hielos disolviéndose dentro de la parte trasera de su ropa interior. El castigo recibido por parte de Heechul.

—¿No es obvio? —Junsu entrecerró sus ojos hacia él—. Limpio lo que tiré.
—Sí pero…
—Ya, yo sigo —Heechul interrumpió sujetando la botella de vidrio—. Espero que vuelva a tener el privilegio de ser yo quien se encargue de decidir tu destino, mi querido Changminnie.
Todos –menos el aludido– sonrieron, distrayéndose al escuchar sonar el timbre. Heechul se dio prisa en hacer girar el envase, deteniéndose este de nuevo en Changmin. —Tienes suerte, solo tienes que abrir la puerta.
—Yah, ni siquiera me has dado un reto, no he perdido por lo tanto no me puedes imponer eso. —Se quejó inclinándose en el respaldo de la silla.
—Entonces te reto a que vayas a ver quien tocó —Heechul habló chocando las alzadas manos en el aire tanto de Junsu como de Siwon.
Changmin gruño entre dientes levantándose sonoramente, caminando con cansancio hacia la entrada principal.
A menos de un metro de llegar al portón, el timbre volvió a sonar, por lo que apresuró sus pasos abriéndola de un solo movimiento.
—Hola —Changmin respondió a la inclinación que le daba la mujer frente a él, haciéndose a un lado para permitirle la entrada—. ¿Esta Yunho oppa?
—Pasa —asintió. Había algo en ella que a Changmin le molestaba, así que procuraba no acercársele demasiado.
Dejó pasar unos minutos para cerrar la puerta dándole el tiempo suficiente para que ella se adelantara en el camino. Para cuando entró en la casa, los demás estaban de pie saludándola. —Le diré a hyung —dijo deteniéndose bajo el umbral de la cocina—. ¡¿Estás ahí, Yunho hyung? Tu novia está aquí! —gritó, después regresó a su silla.
—No había necesidad de gritar tan fuerte —Heechul protestó, cambiando a un gesto amable al mirar hacia ella—. Siéntate —ofreció.
—Gracias —contestó aceptando la sugerencia al ocupar uno de los lugares vacios.
—Kyeonghwa —Yunho llamó al aparecer detrás de ella.
—Oppa, olvidaste llenar la solicitud para el congreso de nutrición infantil, el lunes es el último día para inscribirse —comentó sacando una carpeta de su bolsa, estirando su mano para entregársela.
—Oh no, es que no asistiré.
Kyeonghwa ladeó la cabeza retrayendo su mano. —¿Puedo saber por qué?
—Tengo un compromiso previo.
—¿Y no puede ser pospuesto? Este congreso es importante.
—Habrá otros cursos, capacitaciones y congresos a los que puedo ir, para mi es más importante cumplir con lo ya tenía planeado —Yunho dijo calmadamente, sujetándole la mano para guiarla a la sala. No le gustaba la idea de discutir sus asuntos privados rodeados de más gente, ni aunque fueran cercanos a él.
—¿Y de que trata ese compromiso? —cuestionó acomodándose en el sillón de tres plazas, él se sentó a su lado.
—Acompañaré a Siwon en un asunto personal —aclaró no dando pie para más detalles.
—Siendo así, iré sola —Oprimió con ambas manos el tirante de su bolsa, no ocultando su inconformidad.
—Ya que estas aquí ¿quieres ir a alguna parte? ¿ir a tomar algo?
—Mis tíos están de visita en casa, se supone que debería estar atendiéndolos en vez de venir aquí a recordarle a mi novio algo que ni siquiera se tomó la molestia de comunicarme que no le interesaba.
—Es solo que estuve tan ocupado que olvide mencionártelo —Yunho pasó su mano por su espalda hasta sujetar su brazo para acercarla a él—. Te invito un café y después te acompaño a tu casa.
Ella exhaló incorporándose cuando Yunho la insto a que lo hiciera. —Voy a salir —Le avisó a los demás, respondiéndole estos con asentimientos y agitaciones de manos.
Kyeonghwa esperó a que él la alcanzara antes de abrir la puerta hacia la calle, cuando él la sujeto por el brazo, ambos partieron rumbo a la cafetería a cinco cuadras de ahí.
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Siwon sacudió bruscamente su pierna izquierda hasta que los dos cilindros de hielo resbalaron por debajo de su pantalón.
Changmin miró atentamente a su celular y levanto la mano. —Faltaron cinco segundos —exclamó seriamente hacia el resto de ellos—. No cumplir correctamente con un castigo, amerita uno doble.
—Diablos, ¿qué eres? ¿un verdugo? —Changmin sonrió ante lo que dijo Siwon—. Me estaba congelando literalmente, hasta el recóndito mas privado.
—Sí, bueno, pudiste comer sal —debatió—. Ahora, si nos pagarás una comida en un restaurante, no será la gran represalia para ti —Hizo una pausa recargando sus codos en la mesa, uniendo sus manos en puño—. Pero si ese lugar es ese nuevo que inauguraron la semana pasada, donde solo puedes conseguir mesa con reservación, la sanción será adecuada.
—¿Eso es lo que quieres? ¿Salir a comer conmigo? —Siwon dijo ampliando los ojos mientras se cruzaba de brazos.
—Contigo y todos los demás —Changmin especifico señalando alrededor—, de esta casa —agregó.
Siwon arqueó una ceja llevando sus manos a su regazo. —Pero solo ustedes tres son los implicados en el juego ¿Por qué he de invitar a otras dos personas? —indicó apuntándolos.
—Porque dije que sería doble castigo.
—¿Y por qué nos castigas a todos? —Heechul inquirió—. Nosotros no tenemos la culpa de que él no soportará el hielo en sus partes, ¿por qué tiene que ir el chico nuevo a amargarnos la tarde?
—Porque sería grosero no invitarlo —mencionó Junsu—. Además, es una valiosa oportunidad para convivir, quizás a partir de ahí podríamos establecer una amistad.
—¿Para qué quieres ser amigo de él? —Esperó atento a la respuesta de Junsu.
—Vivimos en la misma casa, es por lógica que desee que haya armonía.
Heechul rodó los ojos. —Para eso él tendría que ser una persona accesible en primer lugar y en segundo, es demasiado, frío —dijo viendo hacia el tazón con un único hielo a medio derretir—. Deberíamos buscarle uno, ustedes saben —Movió sus manos haciendo un extraño gesto.
—¿Un qué, hyung? —Junsu lo miró arrastrando con su mano la poca sal que continuaba esparcida en la mesa, poniéndola después en una servilleta desechable.
—Alguien con quien pueda desestresarse.
Changmin bufó removiéndose en la silla. —No todo se resuelve a través del sexo.
—No, pero así debería de ser —Siwon se adelantó a la respuesta que estaba a punto de dar Heechul. Pareció que dijo justo lo que él pensaba decir, porque solo asintió sonriendo de medio lado.
—El caso es que, tenemos comida gratis para todos esta próxima semana —estipuló Changmin recorriéndose hacia atrás para ponerse de pie, recogiendo el tazón con más agua que hielo y el frasco con sal.
—¿El juego terminó? —Junsu los miró al ser el único que seguía sentado.
—Sí, ya se sacaron el premio mayor, por hoy eso es todo —Siwon dijo enderezando las sillas desocupadas—. Iré a la habitación de Yunho a esperar a que regrese —soltó dando media vuelta.
Heechul palmeó la espalda de Changmin en cuanto el Siwon estuvo fuera de alcance. —Me asombra que no le pidieras que pagara la renta por ti.
—Yah, que clase de persona sería para hacer tal cosa, soy un pobre estudiante pero no dejo de tener orgullo y valores.
—Él lo habría hecho —Junsu intervino—. Tratándose de ti, él lo haría.
—No importa, yo puedo pagar mis propios gastos por mi cuenta —Changmin resopló desapareciendo dentro de la cocina.
—¿Tú también crees que Changmin debería hacerle caso a Siwon? —Heechul preguntó recargando su brazo doblado sobre el hombro de Junsu.
—No lo sé hyung, eso depende solo de él.
Junsu se desplazó hacia las escaleras, reprochándose que la imagen de ellos dos juntos le molestara tanto, al grado de que en ocasiones la sola presencia de Siwon le provocaba un dolor de cabeza.
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Jaejoong estornudó dos veces seguidas mientras extendía en un gacho de plástico, el segundo uniforme que acaba de lavar, luego lo colgó en uno de los lazos de tendero sujetos de pared a pared en el patio trasero. Era un día soleado por lo que en no más de tres horas, las prendas estarían completamente secas.
Vio el reloj en su muñeca asegurándose de la hora. Secó sus manos a los costados de su pantalón tomando después el contenedor de unicel con un sándwich y medio de carne que había dejado encima del sillón individual de mimbre, fue a sentarse en el columpio observando hacia la ventana de su habitación.
Dio un mordisco al emparedado mientras recordaba su encuentro matutino con Yunho. No le sorprendía el hecho de que él tuviera a alguien en su vida, pero le desagradaba que no fuera el mismo caso también para él.
Porque Jaejoong creía que en esos años en que no supo de Yunho, no había avanzado nada, que seguía en las mismas circunstancias que cuando dejaron de verse. Y eso lo enfadaba.
Por capricho, envidia o lo que fuera, quería estar en las mismas condiciones que él, porque el sentirse inferior siempre le había parecido una emoción inservible a la que difícilmente podía desechar.
No negaba que la atracción que Yunho ejercía en él seguía existiendo, igual que la primera vez que lo vio. Pero ahora su madurez se superponía antes que cualquier vano deseo. Una cara, un cuerpo o un aura fascinante, no eran lo suficiente para hacerlo embobar como años atrás. Porque ahora la estabilidad poco a poco le estaba mostrando nuevas posibilidades para encauzarse en su futuro, uno brillante y lleno de prosperidad. Uno donde un hombre como él podía ser feliz, solo, o acompañado.
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Kyeonghwa se había rehusado a que Yunho la acompañara a su casa, demasiado enojada con él como para pasar la tarde a su lado, fue lo que ella argumento. Él no insistió. Regresaron a donde ella estacionó su auto, esperó a que subiera en este y luego se metió a la casa.
Yunho puso un pie dentro de su recámara encontrándose con Siwon recostado en su cama, con sus piernas y brazos completamente estirados a lo largo y ancho del colchón. Notando sus ojos cerrados, optó por no decir nada simplemente cerrando la puerta tras él. Vació sus bolsillos depositando los artículos encima del tocador, alejando la vista de estos al oír el carraspeo del hombre ahora apoyado en la cabecera, sosteniendo una almohada en sus piernas cruzadas por los tobillos.
—Nuestro Jung Yunho se atrevió a despreciar a su novia por algo que no le traerá ningún beneficio económico —Siwon empezó con la conversación que Yunho sabía que tendrían, desde que Kyeonghwa mencionó el asunto del congreso—. Sé cómo te decepcionaste al enterarte de que la fecha del simposio era la misma que la de la campaña, por qué no llamas a la asociación para decirles que este año no podrás…
—No, siempre voy y este año no será la excepción —Yunho se giró para enfrentarlo.
—Yo iré de todas formas, aunque tú fuiste el que me obligo a hacerlo, así que aun cuando no vayas, yo estaré ahí.
Yunho sonrió quitándose sus zapatos, poniéndolos a un lado del cesto de ropa sucia. —Todavía así, quiero ir.
—Bien entonces iremos a asolearnos, a recorrer largos caminos, y a trabajar sin recibir sueldo alguno —listó Siwon ajustando otra almohada detrás de su cuello y cabeza.
—La satisfacción de ayudar a otros es más que suficiente.
—Obvio, eso es lo que yo les digo a todos aquellos que me piden formalizar la relación, pero no lo ven de esa manera.
Yunho resopló sentándose en la orilla de su cama deshaciéndose de sus calcetines. —Es inútil hablar contigo seriamente.
—Eso también me dicen ellos —Siwon frunció el ceño cuando Yunho le arrebató la almohada de su regazo para azotarla contra su estómago. Él trató de tomar venganza devolviéndole el golpe, pero fallo cuando Yunho estuvo tan lejos como para acertar en alguna parte de su cuerpo. Por pereza, desistió del intento.
Las persianas fueron echadas a un lado dejando a la vista el resplandeciendo azul del cielo y las escasas nubes trasladándose por el aire. —¿Por qué ocultas tu labor social de Kyeonghwa?
La mención de Siwon hizo a Yunho sobresaltarse tenuemente, apartó sus ojos de la figura de Jaejoong para ver a su amigo. —No hago eso para presumir.
—Eso no es a lo que me refiero, estas saliendo con ella desde hace varios meses, deberías de decirle a dónde vas cada año.
Yunho se encogió de hombros poniendo las palmas de sus manos en el alféizar de la ventana. —No lo sé, hay cosas que me gusta guardarme para mí.
—A mi me lo dijiste —Siwon contradijo.
—Porque quería que te unieras —habló regresando su atención hacia fuera.
—¿Así que los diez años que te conozco no es el porqué?
—No.
Siwon arrojó con fuerza la almohada aún en sus manos, dando en el blanco, justo en la nuca de Yunho. —Eres un humano extraño —expuso.
Yunho se limitó a sonreír ignorando el ataque. Toda su concentración dirigida en una persona, Jaejoong descansado con una pierna fuera del columpio en el jardín.
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Changmin dio tres toquidos antes de girar el picaporte para abrir el cuarto de Heechul. —¿Puedo pasar?
—Claro —Heechul respondió sin dejar de presionar sus dedos en la pantalla touch de su celular—. Dime.
—He estado pensando, y si es que todavía puedo, ¿podrías decirle a ese amigo tuyo que estoy dispuesto a trabajar para él?
Heechul abandonó el aparato, arrastrándose a la orilla de su cama. —¿Seguro?
Changmin respondió asintiendo, permaneciendo en la misma posición y en silencio. —Bien, entonces le llamaré y luego veremos qué es lo que necesitas para estar listo —dijo leyendo el mensaje de texto que acababa de llegarle, disponiéndose a contestar al instante.
—¿Qué quieres decir con ‘lo que necesitas para estar listo’? —articuló arqueando una ceja.
—¿Tú qué crees? —Heechul torció los labios al ver la expresión en él—. No me mires así, tengo años en el negocio y para mí ya un cuerpo es como cualquier otro, obviamente unos mejores constituidos que otros, pero simples huesos envueltos en piel —explicó apagando su teléfono, el hombre con el que estaba mensajeándose, de pronto insistentemente pidió verlo en persona, Heechul odiaba que lo presionaran y más que todo, el que lo controlaran.
—¿Qué quieres hacerme?
—Dejarte estéticamente perfecto para la sesión —Le contestó a Changmin mirándolo de pies a cabeza—. Te pondré en manos de expertos.
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Durante el sábado y el domingo, Jaejoong estuvo sintiéndose extremadamente cansado, con esporádicos dolores punzantes en sus sienes. Y sin poderse dar el lujo de faltar a su trabajo, se presento aunque con su agotamiento tuvo que redoblar su esfuerzo por atender a sus clientes asignados. Si bien, dos veces el supervisor lo reprendió por perder tiempo entre sus viajes de las mesas a la barra, ambas noches cumplió con sus turnos.
Pero este lunes por la mañana, sencillamente no contaba con las ganas de levantarse. Sus ojos ardían por la falta de sueño propiciada por el incremento en su malestar en las últimas seis horas, en las cuales sin éxito alguno, consiguió dormir.
Ansiaba refrescar su garganta seca, pero el agua sabia mal para su paladar y dejaba una rasposa sensación cuando la pasaba. Decidido en ir a la cocina por algo helado, bajó de la cama sujetándose su cabeza con ambas manos cuando creyó que esta estaba a punto de explotar. Suavemente se dobló hasta sentarse, estirando luego su brazo para tomar su celular.
Buscó entre sus contactos hasta dar con el nombre de Junsu, presionó llamar y puso el artefacto en su oreja aguardando por la voz del otro lado de la línea.
—Hola, es raro recibir una llamada tuya —musitó Junsu, como si tratara de no hacer mucho ruido.
—Lamento molestarte, ¿pero podrías hacerme un favor? ¿puedes comprar pizzas cuando vengas de regreso? —soltó de corrido masajeando su frente con la mano libre—. Yo te las pagaré cuando llegues.
—¿Pizzas? —Junsu lo razonó por un segundo—. Está bien pero, ¿sucedió algo?
—Es solo que no estoy con muchos ánimos para cocinar.
—No te preocupes hyung, ¿necesitas algo más?
—No, solo eso —aseguró, de nueva cuenta levantándose.
—Bueno, haré eso, nos vemos en la tarde.
Jaejoong se despidió dando por concluida la conversación, con pasos lentos se desplazó hacia el pasillo deseando encontrar algo dentro del refrigerador que le ayudara a aliviar la resequedad.
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El hombre frente a Changmin le entregó una lisa bata negra señalando a la habitación conjunta. —Puedes cambiarte ahí —propuso liberando la tela cuando esta fue retirada de su mano—. Recuerda no usar nada por debajo.
De espaldas, Changmin dijo ‘si’ adentrándose en el espacio que se le especificó, asegurándose de estar completamente a solas sin nadie que pudiera espiarlo. Ridículo, ya que en unos minutos estaría frente a una multitud que vería todo de él.
Juntó su ropa descartada agrupándola en una pila que envolvió en sus brazos como un escudo sobre la sedosa tela que ya lo cubría desde el cuello hasta por debajo de sus rodillas. El ligero click del cierre de la puerta fue lo suficientemente audible para el hombre que lo esperaba fuera de esta.
—¿Listo? —dijo clavando sus ojos en las manos de Changmin que inevitablemente temblaban mientras asentía—. Sígueme.
Recorrieron un largo corredor que muy a su favor se encontraba desierto, doblaron al final de este quedando ante un aula. El hombre empujó la puerta revelando a por lo menos treinta estudiantes sentados detrás de sus caballetes con sus lienzos, pinturas y pinceles listos para capturar la imagen.
—Atención —El sujeto se detuvo frente a la clase recibiendo la atención general—. Debido a un asunto familiar, tendré que retirarme, pero quedarán a cargo de mi asistente quien los apoyará con la actividad de hoy, también he traído al modelo que nos ayudara con ello. Al finalizar, por favor entreguen sus trabajos y yo pasaré por ellos en unas horas.
Después de dar las instrucciones, el profesor de arte se retiró dejándolos al cuidado de la chica que sin titubeos paso adelante.
—Bien, comencemos —La chica se viró para con Changmin acercándosele un poco—. Ya puedes descubrirte —susurró.
Los dedos de él repentinamente se entumecieron dificultando el proceso de poner su ropa en el escritorio y desatarse la bata. Los ojos de la gente a su alrededor fijos en cada movimiento, estaban haciéndolo acalorarse, en su mente repetía infinitamente las palabras recitadas por Heechul: “un desnudo artístico es la mezcla de arte y belleza, solo eso, no existe el morbo ni la vergüenza”.
Bien, pues Changmin no estaba seguro de nada de eso, pero la decisión había sido tomada y aunque sus pies morían por salir corriendo, valientemente desajustó la banda atada a su cintura deslizando la prenda por sus hombros y quedando al natural ante los demás.
—Recuerden que pueden hacer los trazos bajo cualquier perspectiva o si lo prefieren está permitido enfocarse en solo una parte del cuerpo —Ella estableció quitándole de las manos la bata que disimuladamente utilizaba para tapar su mitad inferior. Derrumbándolo al pánico cuando fue enviado al centro siendo rápidamente encerrado en un circulo por personas que podían examinarlo detalladamente desde cualquier ángulo.
Los alumnos afirmaron con sus cabezas metiéndose rápidamente en sus trazos. Por miedo a que el sonido de sus dientes castañeando fuera perceptible, Changmin apretó su mandíbula tan fuertemente que dolía.
Quería convertirse en un ser invisible, evaporarse o pretender que no se encontraba desnudo en medio de un salón con tantos extraños. Si sus papás supieran de eso, definitivamente estaría en grandes aprietos.
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Yunho apagó el motor de su vehículo aprisionando una bolsa de plástico para luego salir de este. Alejó tanto como pudo el bulto que cargaba al dirigirse a la sala desde donde vio a Changmin y Junsu platicando quedamente en el comedor.
—¿Pizza?
—Guardamos una caja de rebanadas surtidas bajo una manta en la encimera de la cocina —Junsu dijo vaciando mas cátsup en el pedazo que tenía en una de sus manos—. Para ti y Jaejoong hyung. Heechul hyung dijo que él no comería esa bomba de calorías.
—¿Qué es ese olor? —Changmin comentó alzando la nariz, frunciéndola hacia la bolsa de Yunho.
—Vomito, un niño lanzó su desayuno en mi —Alzó esta, agitándola en el aire—. Previamente procesado dentro de él.
—Yah, estamos comiendo aquí —gruñó apartando su plato y recorriéndose al otro extremo, lejos de él.
Yunho rodó los ojos pasando sus brazos detrás de él. —¿Por qué están comiendo esto?
—Jaejoong hyung dijo que no se sentía bien como para cocinar, así que me pidió las comprara.
—Hyung, ese hedor está dándome asco —Changmin se quejó otra vez.
—Está bien, me bañaré antes de comer.
—¡Si, y lava eso, yo no lo haré aunque me pagues el doble! —gritó viendo como Yunho ya iba subiendo las escaleras.
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Jaejoong sintió algo tibio en su pecho al oír un pitido cerca de su costado izquierdo seguido de cosquillas en su axila. Entonces sus ojos se abrieron ante el contacto de otra piel con la suya.
—Quédate así —Yunho lo detuvo por los hombros cuando intento sentarse.
Parpadeó continuamente hasta que sus sentidos estuvieron por completo despiertos, estaba acostado en su cama, en su habitación y Yunho a unos pasos de él, analizaba lo que parecía ser un termómetro.
—Tienes algo de fiebre pero no es demasiada, ¿te duele la cabeza? —preguntó Yunho dejando en el buró el termómetro digital junto al estetoscopio rojo que acababa de utilizar.
Jaejoong frunció el ceño haciendo que el dolor empeorara, recompuso su rostro y dijo un sutil ‘si’. ¿Por qué estaba ahí Yunho? O ¿Por cuánto tiempo llevaba ahí? Lo dejo a un lado porque él había sujetado su barbilla pidiéndole que abriera la boca.
—Di ‘ah’ —Jaejoong no obedeció, así que Yunho tuvo que tomar con sus dedos el mentón para conseguir que lo hiciera—. ‘Ah’ —repitió.
Un abatelenguas de madera se introdujo en su boca reteniendo su lengua para que con la luz del otoscopio, Yunho pudiera comenzar a examinar su garganta. Sus oídos fue lo siguiente, haciendo sentir a Jaejoong invadido.
—¡Solo tengo un maldito resfriado! —discutió, apartando con su mano el aparato de su cabeza.
Yunho asintió bajando sus brazos a los costados, luego se sentó en un extremo de la cama guardando sus instrumentos médicos dentro de un maletín azul. —¿Eres alérgico a algún medicamento?
—No —Jaejoong soltó en un suspiro masajeando su cuero cabelludo, el dolor ya no era muy fuerte, pero si una molestia.
—Ahora vuelvo —dijo Yunho desde la puerta, saliendo después sin cerrarla del todo al marcharse.
Jaejoong no supo cuanto tiempo pasó antes de que él regresara, probablemente había vuelto a quedarse dormido, pero es que estaba tan cansado, como si una gran suma de agotamiento se hubiera acumulado y finalmente su cuerpo lo resentía.
En silencio vio a Yunho envolver una plana bolsa rectangular en un pañuelo e inmediatamente la colocó sobre su frente. Al principio el frío del objeto le provoco escalofríos pero paulatinamente fue acostumbrándose a este.
—Es gel congelado —declaró Yunho volviendo sobre sus pasos para traer una bandeja de madera a la que le desplego las patas para pudiera sostenerse al ponerla en la cama, a un lado de Jaejoong—. No había mucho en el botiquín, solo conseguí esto —Tocó la tapadera del frasco café que estaba entre una botella de agua y una cuchara en la mini mesa que también contenía un plato con dos pedazos de pizza.
Enderezar la entumecida espalda de Jaejoong por tantas horas en la misma posición, no fue tarea fácil, pero él rechazo la mano que Yunho le ofreció cuando notó las dificultades que pasaba, hasta que por fin pudo recargarse en la cabecera.
—Dos cucharadas después de que comas —instruyó al verlo desenroscar el envase de vidrio.
—Aquí dice que es jarabe infantil —Jaejoong señaló a la etiqueta pegada en el frasco antes de volver a colocarlo en su lugar.
—Pero te ayudará con tu garganta.
Yunho ocultó una sonrisa al ver la mala cara de Jaejoong, se desplazó hacia la ventana para entreabrir las persianas volviendo su vista a la puerta cuando esta fue tocada.
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La sensación de que alguien lo observaba persistía para Changmin. Su pantalón, camiseta y camisa de manga larga parecían no ser suficientes para su pudor. Menos cuando estaba frente a Siwon, quien lo contemplaba con esa mirada especial que siempre dirigía para él.
—¿Quién es el enfermo?
Siwon dijo mientras subía el primer escalón. —Jaejoong hyung —respondió Changmin caminando pausadamente, ya que sus ojos repartían su atención entre la escalera y los botones de su camisa cuadriculada que abrochaba, a la que repentinamente consideró excesivamente exhibicionista al llevarla abierta, aun cuando tenía otra prenda por debajo de esta.
Siwon se dejo conducir hasta la habitación al final del pasillo, donde con una mano Changmin empujó la puerta permitiéndoles el paso.
—¿Yunho-ah, en verdad es tan urgente que trajera esto para hacerme interrumpir mi tiempo en el jacuzzi?
—Oh —Yunho puso ambas manos en su boca simulando sorpresa—, ¿hacías eso? Y yo que creí que entorpecí algo importante, ahora estoy más aliviado.
Siwon lo ignoró para divagar por el alrededor. —Es tan diferente a como solía ser este cuarto —musitó al acercarse a Yunho, entregándole la bolsa con el logotipo de una farmacia—. Aquí tienes lo que querías.
Yunho desengrapó el empaque inspeccionando el contenido, tal como le había mencionado Siwon, todo lo que le encargó que consiguiera, venia ahí. Situó la medicina en la parte superior de la cómoda frente a la cama y regreso con Junsu quien estaba tratando de hacer funcionar el vaporizador.
—Listo —anunció cuando el led verde del artefacto, parpadeó hasta quedar completamente encendido.
Jaejoong agachó la cabeza mientras masticaba su segundo trozo de pizza, alcanzando a ver de reojo como ligeros rastros de vapor emanaban aproximándose a donde él se encontraba.
No entendía por qué ellos se tomaban tantas molestias con él, o por qué siquiera les interesaba su salud. Pero lo que sí, es que hacían que su ánimo mejorara y que alegría se difundiera en su interior.
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Yunho estaba a punto de sacar el celular del bolsillo delantero de su pantalón, cuando vio a Jaejoong caminando apresuradamente desde la esquina de la calle.
—Perdón por la tardanza —Se disculpó doblándose un poco para tomar aire—. Mi mamá, necesitaba, unas cosas —Pausó entra cada palabra.
—Ya iba a llamarte —Yunho palmeó el lugar donde su teléfono estaba guardado.
—Por suerte esta vez si tienes a donde hacerlo —Jaejoong bromeó.
—Yah, olvida eso —Yunho pateó una pequeña piedra siguiendo con sus ojos el trayecto de esta sobre el pavimento—. Fue solo un descuido.
Naturalmente sin un teléfono ni una dirección para localizar a Jaejoong, fue imposible para ellos el verse el sábado tal cual lo habían planeado. El siguiente lunes, Yunho fue a visitarlo a su puesto antes de entrar a clases, una tímida sonrisa fue lo único que acompañó a su mudez y al distraído movimiento detrás de su cuello.
Estaba apenando por olvidar que no le había pedido su número, pero en cuanto Jaejoong le dijo que no tenía ningún teléfono, esto se le pasó. Fue entonces que le propuso comprar uno.
Sin embargo Jaejoong necesitaba cada decima de lo que ganaba en su trabajo, no podía permitirse el usar su salario para conseguir algo así. De igual forma Yunho insistió tanto que terminó por elegir uno de entre los aparadores de un modesto establecimiento, en su primera salida con él.
Y aunque Jaejoong sacó su billetera, Yunho simplemente se interpuso entre él y la cajera, pagando él mismo el montó que marco la pantalla de la registradora. Insistentemente Jaejoong lo amenazo desde no usar el celular hasta tirarlo, si es que no le dejaba darle el dinero. Pero entonces Yunho habló con él, sobre las miles de personas que no contaban con esos recursos y que les serian de tan valiosa utilidad en caso de emergencia o para mantener comunicación con algún lejano familiar. O la forma en que le favorecería tener un medio con el que se sentiría más seguro en caso de que su mamá necesitará cualquier cosa. Sin omitir el hecho de que ellos podrían mantener contacto cuando no pudieran verse y de que para él era un asunto de vida o muerte las recomendaciones de libros que pudiera darle. Jaejoong rió murmurando ‘de alguna manera te lo pagaré’, y Yunho estuvo feliz de estar de acuerdo con ello al ver que este conservaría el teléfono.
Después de eso, habían tenido cuatro “citas” mas, en una de ellas Yunho le mostró el lugar donde gracias al padre de uno de sus mejores amigos, conseguía trabajo durante sus vacaciones. Un centro de deportes extremos donde era uno de los instructores para escalar paredes, ese día Yunho prometió que lograría convencerlo para que ambos subieran hasta la cima, a pesar del miedo a las alturas que Jaejoong tenía.
Esta tarde ellos fueron a pasear por el centro de la ciudad, entreteniéndose de tanto en tanto con el espectáculo que los artistas callejeros ofrecían para –incluso– grandes multitudes en zonas de amplio espacio.
Para cuando estuvo cerca de anochecer, Yunho acompañó a Jaejoong hasta su casa. Despidiéndose al inicio de las escaleras que daban a la vivienda en el segundo piso del inmueble.
Jaejoong había subido ya cuando escuchó que Yunho le llamó, regresó encontrando a este de pie en el descanso apoyado en el muro de la casa que servía como almacén.
—Jaejoong-ah, olvidé algo —Le dijo girando solo su cabeza hacia él.
—¿Qué? —preguntó Jaejoong bajando los escalones hasta estar frente a sí.
Sin contestar, Yunho tomó firmemente su rostro con ambas manos, estrellando sus labios en un suave impacto. Fue solo un roce que no se prolongó porque ninguno se atrevió a hacer nada. Ni separarse o continuar.
—Te llamó —Yunho habló retrocediendo mientras trataba de ver hacia donde pisaba y al hombre que parecía congelado.
Jaejoong alcanzó a reaccionar al tiempo que Yunho agitaba por segunda vez su mano, respondió al gesto y subió a su casa. La habitación de su madre tenía la luz encendida pero se limitó a acercarse a la puerta y avisarle de su llegada. Luego de que esta le contestó, fue al baño donde en el despostillado espejo observo su cara.
Con las puntas de sus dedos tocó su boca para luego con la palma de la mano cubrirla por completo. Se sentía distinto, nervioso y desconcertado. Y con una revolución de pensamientos en su cabeza que no lo dejaban ni respirar correctamente, sobre todo porque en cada uno de ellos Yunho estaba presente.



10 comentarios:

  1. Mi dosis de ilz :P Pobre Jae enfermo, le entiendo perfectamente y me encanta que se preocupen de él... y que se vaya dando cuenta de lo importante que es tener a gente a su alrededor que se preocupe, que se de cuenta de que no es bueno estar solo ^^

    Gracias por escribir y subirlo por aquí ^^ es genial estas sorpresas

    Besos!

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  2. waaa... ya quiero sabber que fue lo que paso con el YunJae!!!

    Por otro lado.. pobre Min.. jejej me lo imagino sentado en medio de tanta gete desnudo... XD

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    1. mmm yo me lo imagine de pie XD iba a decir otra palabra >.<

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  3. *lee la actualización de hoy con toda la atención que se merece, pasa unas líneas más, ... 'Heechul es sorprendetemente agradable aunque Siwon ya no me cae tan bien' piensa, 'Oh Changmin volvió a escena' sigue leyendo y:*

    Dffygjhkjdsh!! *escupe el agua que recién había tomado*
    Sndksksj... CHANGMIN DESNUDO
    CHANGMIN DESNUDO PARA UNA CLASE DE ARTE

    Nononono, me acabas de matar Ilz, sí me mataste con este capitulo, claro que revivi para terminar de leer.

    Te leo en la otra.

    Pd. A que es poderoso el poder de la imaginación? hasta me dieron ganas de meterme a una clase de arte *-*
    *corre y se va a dibujar garabatos*

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    1. y no quiero ni pensar en la parte del cuerpo que dibujarías >_<

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  4. Mil gracias x el cap!

    pobre Joongie se enfermo..menos mal los chicos no son rencorosos
    y se preocupan x su salud n.n

    ahh cada vez me intriga mas lo que ocurrio en el pasado???
    xq no estan juntos???

    pobre Min!
    a lo que tiene q recurrir para que pueda pagar el alquiler
    suertudaz@s quienes lo vieron *O*

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  5. Owww le dio un besito suave *W* un roce Kyaaaaa YunJae *Q*
    changmin xD jajaja exibiendo el cuerpo para que lo dibujen xD
    jajajaja el pobre e.e ahi con las miradas sobre su trasero.

    Kya me gusta ste fic *W*

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  6. aaaaw Changminnie le toco desnudarse....aaash suertudos alumnos XD....oooh Joongie enfermo, que lindo todos cuidandole...aaaw esos recuerdos de Yunho y Jae cuando se estaban conociendo :3

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  7. Jajaja... después de posar desnudo para la clase de arte, siente que Siwon lo desnudo con la mirada... Jae esta enfermo y se siente contento de que lo cuiden, ha de estar acostumbrado a solo ver por los demás, sin que nadie le hay
    cuidado alguna vez.

    Gracias!!!

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