Capítulo Siete
Yoochun salió de la ducha,
secándose el cabello con una toalla. Era pasada la medianoche, y no quería usar
la secadora con riesgo a despertar Jae y Junsu. Después de la cena, él y Kwan
Ho se habían sentado en el bar para hablar, por lo que no quería meterse en la cama
junto a Jae con olor a cigarro.
Jaejoong lo había
convencido de que era una tontería dormir en el sofá, y Yunho incluso le había asegurado
que no tenía ningún problema con ello. Pero no estaba seguro de sí creerle, aunque
pensaba que Yunho no quería tener problemas con él. Podía ver lo mucho que
Yunho se estaba esforzando para hacer las cosas bien y complacer a Jaejoong.
Parecía que después de todo, Jae podría obtener al menos una parte de su final
de cuento de hadas.
Sonrió pasándose la toalla por
su pecho para secar las últimas gotas de agua. Si alguien merecía un felices por
siempre, ese era Jaejoong. Como si sus pensamientos se hubieran materializado,
un Jaejoong somnoliento abrió la puerta del baño.
Subiéndose en el mostrador
al lado del lavabo, Jaejoong se apoyó en el espejo y atrajo las rodillas a su
pecho. —¿Te divertiste?
Yoochun se inclinó y le besó
la mejilla. No pudo resistirse a lo adorable que lucía con los pliegues de la almohada
plasmados en su mejilla y parte de su cabello despeinado. —Sí. Fue una buena cena
y platica.
—Por no hablar de lo sexy de
la compañía.
—Sí, eso también. —Yoochun
sonrió con sus ojos cerrándose.
Jae rió, empujándole el
pecho con un pie. —Te ruborizaste.
—¿Por qué se ruborizó? —La voz
de Junsu sorprendió a Yoochun al entrar por la otra puerta.
—Jae sólo está burlando de
mí —dijo Yoochun, tirando de la toalla alrededor de su cuello y envolviéndola
alrededor de sus caderas. Sus ojos se encontraron con los de Jaejoong a través
del espejo y le declararon en silencio que no dijera nada. La última cosa que deseaba,
era hablar de Kwan Ho con Junsu. La pregunta de Junsu había sido casual y con
un tono de burla, pero Yoochun no pensaba que eso fuera a continuar si le decían
que el tema de conversación era la sensualidad de Kwan.
—Es difícil no hacerlo. Eres
un blanco demasiado fácil. —Jaejoong se puso de pie—. Voy a volver a la cama.
Si me doy cuenta de que no estas y tengo que ir a buscarte al sillón, voy a
enojarme y a calentar mis pies fríos entre tus piernas.
Yoochun hizo una mueca. —Iré
contigo en cuanto me lave los dientes.
Jaejoong los abrazó a ambos,
y Yoochun lo vio salir, manteniendo su vista en la puerta cerrada. Sabía que lo
había dejado a solas con Junsu a propósito. Que él quería que se resolviera esto,
pero realmente no estaba de humor. Estaba contento por los efectos de un buen
día y quería meterse en la cama y dormir, y no preguntare si el pecho de Junsu
estaba tan cálido como parecía estar o cómo sabía la piel detrás de su oreja.
Con un suspiro, agarró su cepillo de dientes. Se cepillaría los dientes y se
iría a la cama. Mientras tanto, podía resistirse a Junsu, incluso a uno medio
desnudo y amodorrado.
Junsu extendió la mano, curvándola
sobre los músculos de la espalda de Yoochun. —Te has puesto más musculoso desde
la última vez que estuve en casa.
Yoochun pasó saliva y
respiró hondo para asegurarse de que podía mantener su voz tranquila. —Jae me
ha estado arrastrando al gimnasio. Tengo que mantenerme en forma si quiero
seguirle pidiendo que me preste su ropa.
Los dedos de Junsu se extendieron
por encima del hombro, y él podía sentir el calor del cuerpo de Junsu mientras este
se acercaba a su espalda. Apoyándose en el mostrador, cerró los ojos y trató de
ignorar la necesidad cada vez mayor en su cuerpo. —Por favor, para —declaró en
un susurro ahogado cuando el pecho de Junsu se frotó contra su espalda.
—¿Por qué? —La boca de
Junsu rozó su cuello, y Yoochun se estremeció.
—Porque no soy el tipo de
hombre que puede estar con más de una persona a la vez.
Junsu se congeló y dio un
paso atrás. —¿Dos citas te hace exclusivo con Kwan Ho?
Yoochun se dio la vuelta
para enfrentarse a Junsu, deseando llevar puesto algo más que una toalla...
deseando que Junsu llevara más que un par de calzoncillos. —No, pero salir con
él y volver a casa a estar contigo me haría sentir como un cualquiera.
—¿Así que después de ocho
años, terminamos porque lo conociste?
«No,
terminamos desde antes de conocerlo... sí es que alguna vez hubo algo entre nosotros». Yoochun se pasó los dedos por sus rizos húmedos
y suspiró. —Creo que ambos merecemos un amante por más de dos semanas al año.
—Estamos a punto de pasar
tres meses juntos.
—¿Y después, qué? —preguntó
Yoochun—. ¿Volvemos a lo que hemos hecho durante los últimos cinco años? ¿Salir
con otras personas mientras estamos separados y nos acostamos cuando regresas?
Es sólo una coincidencia que ninguno de los dos estuviera saliendo con nadie
durante tus visitas... —Yoochun apretó los dientes y le dio voz a su miedo más
profundo—. ¿O es que sí lo estabas? Tenías una expresión divertida cuando te
pregunté si estabas saliendo con alguien.
Junsu no estaba mirándolo. —No
somos exclusivos —dijo con voz apagada.
Las entrañas de Yoochun se retorcieron.
—¿Tú y yo, o tú y él? ¿O es que no importa realmente ya que estamos en lados
opuestos de la Tierra? —Lo agarró de los hombros y lo obligó a mirarlo a los
ojos—. Te amo, pero merezco a alguien que me ame. —Podía sentir a sus ojos llenarse
de lágrimas y maldijo lo transparente que era en ese momento. Quería lucir
enojado, y no con el corazón roto—. Sólo a mí.
Decidiendo que el cepillar
sus dientes podía esperar hasta mañana, Yoochun dejó a Junsu en el baño. Al
cerrar la puerta tras él, caminó en el oscuro dormitorio, lejos de estar listo
para dormir. Tenía que calmarse, o de lo contrario mantendría a Jae despierto.
Una taza de té podría ayudar, pero necesitaba ponerse su pijama antes de ir a deambular
por la casa. Abriendo un cajón, identificó sus pantalones de franela y se los
puso.
Entonces la voz de Jaejoong
llegó desde el otro lado de la habitación. —Ven aquí, Chunnie. —Levantó las sábanas
en invitación.
Yoochun se acercó a la
cama, deslizándose junto a Jaejoong. —Supongo que nos escuchaste. —Jaejoong
abrió los brazos y Yoochun se metió en ellos, apoyando la cabeza en su hombro y
dejándose abrazar.
—¿Estás bien?
—Es difícil llegar a la
conclusión de que alguien del que has estado enamorado desde hace años,
realmente no te ama... o por lo menos no de la forma en que deseas ser amado. —Lo
bueno de su amistad con Jaejoong era que no tenía que aclarar sus pensamientos
confusos. Sabía que Jae lo comprendería—. La peor parte es que estoy aquí,
pensando en que si fuera allí con él, podría tenerlo… no de la manera en que
quiero, pero hay una parte de mí que siente que tener algo de él es mejor que nada.
No estoy seguro de saber cómo vivir sin él.
—Sí lo sabes. Has vivido la
mayor parte de tu vida sin él. Él ha sido tu refugio, algo parecido a lo que tú
has sido para mí. —Jaejoong le alisó los rizos con la mano—. Sé que él te ama.
Es sólo que creo que aún no sabe lo que quiere de la vida.
Yoochun sonrió
irónicamente. —Siento que ya tuvimos esta discusión, sólo que ahora es al revés.
Jaejoong rio. —Creo que
tienes razón. ¿Ves? debes de hacerme caso, sé exactamente cómo te sientes.
—Excepto que tú tienes a Yunho.
—Sí, pero los dos sabemos
que eso es un milagro. Hace años que debí de haber renunciado a él y seguir con
mi vida.
Yoochun se apartó, apoyando
la cabeza en su codo. —Te das cuenta de que en base a este argumento, debo
aceptar lo que tengo con Junsu y no renunciar a él.
—Eso no es lo que estaba
tratando de decir.
—Lo sé, y sé que estoy
haciendo lo correcto. Pero duele. Fue la primera y única persona que he amado.
—¡Oye! —se quejó Jae.
—Sabes a lo que me refiero.
—Yoochun le empujó el hombro, haciéndolo rodar sobre su espalda.
Acostado a su lado y mirando
al techo, Jae le preguntó: —Pero te gusta Kwan Ho, ¿cierto? Tal vez eso se convierta
en algo más.
—Si estuviéramos en Japón, sería
más optimista. No estoy seguro de poder hacer esto con Junsu durmiendo en la
habitación contigua y con todo el tiempo que pasaremos juntos, incluso con Kwan
Ho.
—Tienes que intentarlo.
Yoochun asintió en la
oscuridad, empezándose a sentir como si fuera a ser capaz de dormir si cerraba
los ojos. —Me gusta lo suficiente como para intentarlo. Suficiente drama. A dormir.
Jaejoong se acercó más y se
volvió de costado. —Buenas noches. Te quiero.
Yoochun se puso detrás de
él, dándole un beso en el hombro. —Yo también te quiero.
*****
Era domingo por la noche
cuando Yoochun corría por la casa con Changsu en sus brazos y simulando volar. —Zum...
—Planeó al niño por encima de su cabeza y lo bajó casi hasta el suelo. Ya había
hecho lo mismo con Changho y Hanuel, y su espalda estaba empezando a doler—. Una
vuelta más por la habitación, y es momento de bañarse —anunció.
Changmin e Iseul habían
sido invitados a cenar, y Yoochun se había ofrecido a cuidar a los niños. Tenía
que existir alguna ventaja de tener su casa invadida por tres personas por un
tiempo indeterminado. La casa estaba sorprendentemente tranquila. Yunho y
Jaejoong estaban viendo, o pretendiendo ver, una película en la casa de
huéspedes, y Junsu estaba en el gimnasio.
Yoochun había trabajado la
mayor parte del día con Changmin en la canción de Iseul. Ya estaba casi
terminada, fue fácil de establecer la música con la genuina emoción en las
palabras. Una vez que llevara a los niños a la cama, podría terminarla.
Luego de aterrizar a Changsu,
tomó a un niño en cada brazo y se dirigió al baño.
—Ayyy... ¿tenemos que bañarnos?
—gimió Changho.
—¿Baño? ¿Baño? —preguntó Yoochun
como si estuviera horrorizado ante la idea—. No nos bañaremos. ¡Iremos a una
misión submarina!
—¡Yo también! ¡Yo también! —intervino
Hanuel, brincando detrás de ellos por el pasillo—. Quiero ser un submanino.
—Sub-ma-ri-no —corrigió
Changho.
—Creo que su hermana podría
estar en lo cierto —dijo Yoochun, bajando a los niños y comenzando a ayudarles
con sus ropas—. Tengo que investigar, pero creo que los submarinos que navegan
en lugares pequeños, como las bañeras, son llamados submaninos.
Changho miró a Yoochun dubitativamente,
pero no quiso contradecir a un adulto. Una vez en el agua y con un popote como periscopio,
dejó de importarle el hecho de que él supiera más que su hermana pequeña.
*****
Junsu caminó por el pasillo
de las habitaciones de huéspedes, preguntándose donde estaban todos. Sabía que
Changmin e Iseul habían ido a cenar, pero toda la casa estaba oscura y
silenciosa. Había pasado muchas horas en el gimnasio y luego de eso tomó una
larga ducha caliente. Se puso su sudadera favorita y calcetines, y enseguida fue
en busca de comida. No estaba seguro de cuán tarde era, pero se veía muy oscuro
y su estómago estaba recordándole que se había saltado la cena.
Caminando por la sala, se
detuvo. Yoochun estaba sentado en medio del sillón, tarareando una canción de
cuna. Hanuel estaba acunada en sus brazos, y Changsu estaba profundamente
dormido con su cabeza en el regazo de Yoochun. Junsu permaneció allí contemplando
al desprevenido trío por un largo rato antes de caminar hacia ellos. —Debiste haberme
dicho que necesitabas ayuda —susurró—. Pensé que Yunho y Jae estaban aquí.
Yoochun lo miró y sonrió, luciendo
tan tranquilo mientras los niños dormían completamente tapados. —Están viendo
una película. Nos fue bien. En realidad sólo necesité ayuda cuando ambos se quedaron
dormidos encima de mí. No puedo llevar uno a la cama sin despertar al otro.
—¿Dónde está Changho? —preguntó
Junsu, cargando a Changsu.
—Lo puse en la cama primero
y le leí un cuento. Estos dos querían una canción, así que vinimos aquí. —Yoochun
se puso de pie, acurrucando a Hanuel en su pecho. El corazón de Junsu dio un
vuelco por lo correcto que se veía con la niña en sus brazos.
Entonces sonrió. —Vas a ser
un padre increíble. —Una expresión sombría pasó por los ojos de Yoochun, pero
fue fugaz. Y Junsu empezó a preguntarse si algo estaba mal, Yoochun siempre
había hablado de tener hijos, pero desechó esos pensamientos cuando llegaron a
la habitación de Hanuel y Yoochun entró en esta. Junsu continuó hasta el final
del pasillo y puso a Changsu en su cama, cubriéndolo con la manta. Deteniéndose
en la puerta, vio dormir a los dos niños hasta que su estómago gruñó.
Yendo a la cocina, se encontró
con Yoochun moliendo granos para hacer café. —¿Escribirás esta noche? —preguntó,
sabiendo que Yoochun bebía café compulsivamente cuando componía.
—Sí, quiero terminar la
música para la canción de Iseul.
—¿Necesitas ayuda? —Cuando
Yoochun no respondió, Junsu miró hacia la puerta abierta del refrigerador. Un sí
o un no habría sido una respuesta aceptable. Quizás Yoochun prefería escribir a
solas, y ambos lo sabían. Rechazar su oferta no heriría sus sentimientos. Pero Yoochun
únicamente lo estaba mirando con una expresión extraña.
Junsu cerró el refrigerador.
La comida podría esperar unos minutos más. Caminando hacia él, se impulsó para
sentarse sobre la encimera. —Te debo otra disculpa.
Yoochun negó con la cabeza,
pero Junsu continuó. —No, sí te la debo. Te compraría flores, pero creo que Yunho
compró cada ramo desde aquí hasta Seúl.
—Sí, es como dormir en una florería.
—Yoochun sonrió y luego rió, contagiándolo.
—Siento haberte mentido. —Junsu
se acercó y tomó la mano de Yoochun, jalándola a su regazo y sosteniéndola—. No
te contesté anoche, pero mis relaciones en Nueva York siempre han sido casuales,
pero contigo no. No te contaba sobre eso porque no podía soportar no estar contigo
el par de semanas que nos veíamos, y supuse que el que lo supieras te
molestaría.
—¿Es tan malo no querer ser
uno de muchos? —preguntó Yoochun.
—No. Te entiendo. Ya no voy
a presionarte como ayer en la noche, pero no soporto sentir que hay un muro
entre nosotros. No puedo renunciar a nuestra amistad. Sigo teniendo el impulso
de acercarme a ti y tocarte, de bromear contigo o de preguntarte sobre algo y
obtener tu opinión, pero siento que no puedo.
Yoochun le apretó los
dedos. —Sí puedes. Yo también te extraño. No quiero desperdiciar el tiempo estando
enojados, ahora que tenemos más de lo que hemos tenido en los últimos cinco
años.
Junsu sonrió y lo atrajo
para abrazarlo. Su cuerpo respondió al instante con el olor picante de la piel
de Yoochun, su corazón se aceleró pero pudo controlarlo. El sexo era una parte
tan pequeña de lo que Yoochun significaba para él, que se negó a dejar que eso
arruinara la mejor amistad que había tenido.
El estómago de Junsu volvió
a gruñir y Yoochun se rió. —Vamos a darte de comer antes de que desfallezcas y ya
no puedas ayudarme a terminar la canción de Iseul.
Y entonces, el nudo congelado
en el pecho de Junsu comenzó a derretirse.
*****
Yoochun se sentó al piano
con Changmin a su lado, mirando hacia la dirección opuesta. Habían terminado de
cenar, y todos habían ido a sala para escuchar la versión final de la canción
de Iseul. Changmin pensó en varios títulos antes de decidir que ‘la canción de
Iseul’ encajaba bien. Iseul se sentó en la silla con los tres niños en su
regazo. Jaejoong se acurrucó cerca de Yunho en el sofá, y Junsu se sentó
apoyado en el brazo de este, con una sonrisa en su rostro. Siempre se
enorgullecía de los logros de Yoochun.
Yoochun comenzó la
introducción, y los ojos de Changmin se enfocaron en su esposa. Jaejoong lo había
escuchado cantar por años. Él siempre había tenido una voz poderosa... siempre
había sido capaz de infundir en sus letras la emoción, pero nada se comparaba a
esto. El amor en la canción era tan claro y tan poderoso, que era casi como un
haz tangible entre ellos dos. Jae sintió la mano de Yunho colocarse en su muslo,
así que la cubrió con la suya, apretándola.
Todos en la sala se quedaron
hipnotizados por Changmin. A mitad de la canción, Jae se percató de que estaba
conteniendo la respiración. La música era un complemento perfecto para el poder
de las palabras. Yoochun había hablado de que la banda tocara la música, pero
Jae creía que así sonaba mejor, únicamente voz y piano. La voz de Changmin se
aferró a la última nota, con los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia
atrás.
El silencio perfecto que le
siguió fue roto por los niños aplaudiendo. Iseul le sonrió a su marido de una
manera que le confirmaba a Jaejoong que ella lo arrastraría fuera de la
habitación a la primera oportunidad. Changmin fue a su lado, levantando a Changho
de su regazo y besándola en los labios. Jae lo oyó susurrar: —Te amo —antes de
decir en voz alta—. ¡Es hora de bañarse!
Los cuatro restantes continuaban
deleitándose en el ambiente generado por la canción. Junsu fue quien habló
primero. —Esa canción va a enloquecer a todos.
Yoochun se giró en el banco
hacia los demás. Tenía rastros de lágrimas en sus mejillas. —Me alegro de que
no tenga que cantar.
—No importaría —dijo Yunho—.
No habrá ningún ojo seco en el lugar.
Jaejoong levantó la cabeza
para ver a su amante. —Estás llorando.
Yunho miró a Jaejoong y lo
besó suavemente. —¿Qué? ¿No puedo ser varonil y mostrar mis emociones?
—Por supuesto que sí —respondió
Yoochun con una sonrisa—. Simplemente no creí que lo supieras.
—Cabrón. —Yunho le lanzó
uno de los cojines del sillón a la cabeza.
—¡Oye! No ataques al pianista.
—Junsu se levantó del brazo para luchar contra Yunho desde el costado y empujarlo
más sobre Jaejoong—. Si lo lastimas uno de nosotros tendrá que aprender a tocar.
Jaejoong se rió, atrapado
bajo Yunho mientras Junsu le hacía cosquillas a los lados. La manera en que el
cuerpo de Yunho estaba zarandeándose lo hizo ponerse duro, así que lo agarró de
las caderas para guiar los movimientos y crear un mayor contacto. Un suave
gemido se le escapó, lo suficientemente alto para que Yunho lo escuchara. Aplicándole
una llave a la cabeza de Junsu y jalándolo hacia el suelo, Yunho le pidió ayuda
a Yoochun.
—¿Por qué debería ayudarte?
Él estaba defendiendo mi honor —replicó Yoochun, riendo.
Junsu se sentó con una
sonrisa. —¡Ves! Alguien aprecia mis esfuerzos. —Yunho lo derribó al suelo,
sacándole el aire de los pulmones con un ‘Uf’.
Jaejoong cruzó su mirada
con la de Yoochun, y cada uno de ellos se aproximó a la pelea para sujetar un
par de hombros y separar a Yunho y Junsu. Los dos integrantes más competitivos
de TVXQ nunca se separarían por su cuenta. Jaejoong jaló la espalda de Yunho con
sus piernas, restregando sus caderas para que su amante pudiera sentir la
excitación causada por la riña. Acercando los labios a su oído, le susurró: —Si
me llevas a tu habitación, yo lucharé contigo.
Yunho se puso de pie, jalándole
la mano y mirando a Junsu para anunciar: —Tú ganas. Buenas noches.
Yoochun vio a Jaejoong y entornó
los ojos. Jae soltó una risita cuando Yunho lo jaló fuera de la puerta.
Cruzando el silencioso jardín, le golpeó el hombro. —Fuiste muy sutil.
Maniobró a Jaejoong en
torno a la puerta de la casa de huéspedes para presionarlo contra ella, Yunho lo
apresó con una mano a cada lado de su cabeza y se inclinó hacia él. —¿Por qué
tengo que ser sutil? Eres mío, y no me importa quién lo sepa. —Sus labios se cernieron
tentadoramente y Jae gimió arqueando su cuerpo para presionarse contra su
amante. Yunho sonrió, con los ojos cargados de deseo. Repartiendo una serie de
besos ligeros a lo largo de la mandíbula y cuello de Jaejoong, explicó—: Además,
ser sutil lleva tiempo, ¿por qué iba a querer estar sentado y hablando cuando
podría estar haciendo esto? —Acunándole la barbilla, alineó sus bocas.
El beso le robó el aliento
a Jaejoong. Deslizando una pierna entre los muslos de Yunho, la friccionó en contra
del rígido bulto, estremeciéndose al pensar que esta noche finalmente podría
sentirlo dentro de su cuerpo otra vez. Rompiendo el beso, Yunho soltó las manos
de Jae y lo envolvió en un fuerte abrazo. —Pasemos para que puedas entrar en
calor —dijo, alcanzando el picaporte.
Jaejoong atrapó su mano y se
la llevó a los labios, besándole la punta de los dedos. Chupándole un dedo y permitiendo
que sus dientes lo rozaran al liberarlo mientras lo miraba a través de sus
pestañas. —No es por el frío por lo que estoy temblando.
Yunho gimió, capturando la
parte posterior de la cabeza de Jaejoong y juntando sus bocas. Jae empujó su
lengua en la boca de Yunho, dando un pequeño grito cuando fuertes manos sujetaron
su trasero y lo levantaron del suelo. Envolviéndole las piernas alrededor de la
cintura, se aferró a su amante en tanto este lo llevaba dentro de la casa de
huéspedes. Luego apartó la boca el tiempo suficiente para jadear por oxígeno. —Cama.
Yunho pasó el sofá y se
dirigió a la habitación, dejando caer a Jae en el centro del colchón con un
rebote. —A veces me llevas más allá de la razón.
Jaejoong se puso de
rodillas, despojándose de su suéter y bajando la cremallera de su pantalón de
mezclilla. A continuación se pasó una mano por el pecho y abdomen hasta llegar
a la parte superior de sus calzoncillos. —Me alegro.
Yunho gruñó empujándolo de
nuevo a la cama y sacándole el pantalón por sus largas piernas. Un escalofrío
de necesidad recorrió la espalda de Jaejoong, estacionándose pesadamente en su
ingle. Si Yunho detenía esto con sus tonterías altruistas, iba a gritar. Recostándose
en las almohadas, acarició su pene perezosamente, dejando que las rodillas cayeran
separadas descaradamente, acunó sus testículos y deslizó el dedo medio entre
sus glúteos. Al pasar por la entrada de su cuerpo, siseó con los ojos cerrados
y sus caderas se arquearon de la cama. —Yunho. —Se mordió el labio inferior
mientras pulsaba su dedo en contra de la estrecha abertura. Sintió el calor del
cuerpo de Yunho cernirse sobre él antes de que sucediera el contacto.
—Vas a matarme, Kim
Jaejoong. —El peso de Yunho se instaló en su contra y Jae suspiró.
Abrió los ojos,
serpenteando sus brazos alrededor del cuello de Yunho y acercándolo para probar
sus labios. —¿Eso importa si ambos alcanzamos el cielo?
Dios!!! Por fin habrá Lemon Yun Jae...
ResponderBorrarJAejoong qiere a yunho ya bien atrevido incitandolo. A mas
ResponderBorrar*0* YunHo al fin aprovechara ese cuerpazo que tiene ahí *~*
ResponderBorrarme alegro de que estén llevando bien su relación n.n
pero claro que alcanzara el cielo con yunho a su lado y trabajando en ello
ResponderBorrarhuas huas tanto dio el agua al cántaro que desbordó...ya no hay que ir mas lento...la temperatura subio en el YunJae aaaaaw
ResponderBorrarufff hasta que se le hizo!! jajaja Yunnie es muy altruista de hecho, es un amor.....uff y Jae no podria ser mas sexy y tentador.....a Yunho le pudo dar un orgasmo con esa vision.....que descaro el de Jae, sabe bien como seducir a su hombre....apuesto que Yunho ya no resiste......
ResponderBorrarMe alegra que Yoochun y Junsu sten bien por el momento pero algo me dice que no durara...los celos de Junsu.....que stan injustificados....ahh Susu ojala descubras tus sentimientos antes de que sea demasiado tarde....
Al fin Jae logro que Yunho dejará de llevar las. C.
ResponderBorrarosas lentamente.
Espero que Yoochun y Junsu se den otra oportunidas pues se aman, aunque a veces la distancia no les permita estar juntos.
Gracias!!!