Melodia sin letra: Capítulo 2

Capítulo Dos

Jaejoong se estiró, disfrutando del roce de las suaves sábanas de algodón sobre su piel. Recordó que Yoochun se había ido así que no se sorprendió de estar solo, pero la hora en el reloj y la luz del sol que entraba por las ventanas, hizo que se levantara y moviera rápidamente. Iseul pensaría que él era perezoso por dormir hasta tan tarde. Tomó una ducha rápida, se secó el pelo, se puso un cómodo pantalón de mezclilla y un suéter delgado. Luego se debatió entre ponerse una camiseta de cuello de tortuga por debajo del suéter, pero optó por usar una de las bufandas de Yoochun. El ligero aroma especiado de la colonia de Yoochun lo hacía sentir cómodo.


Encontró a Changmin, Yoochun y Yunho sentados alrededor de la mesa de la cocina tomando café y escribiendo en unas hojas. Haciendo una pausa bajo el umbral, se obligó a mirar a Yunho. El cabello de él era de color té oscuro, el cual siempre había sido su favorito. Lo tenía un poco más largo de lo que normalmente lo llevaba, rozaba sus hombros cuando se inclinaba sobre la mesa para señalarle algo a Changmin. Sus hombros parecían ser más amplios y su suéter se extendía para revelar sus músculos redondeados mientras se movía. Su cuerpo obviamente había madurado, seguía siendo alto y delgado, pero estaba más fuerte y substancial. Jaejoong colocó un mechón de cabello detrás de su oreja en lo que trataba de calmar su acelerado corazón. No era justo que después de todo este tiempo, Yunho aún pudiera robarle el aliento sólo por estar en la misma habitación.

Yoochun fue el primero en notar su presencia, le sonrió e indicó que se uniera a ellos. Entonces se levantó y le sirvió una taza de café, añadiéndole crema y azúcar hasta que se asemejó a un color caramelo. Se reunió con Jaejoong a mitad de la cocina, acercándose para susurrarle: —Estará bien. Respira.

Jaejoong lo miró a través de sus pestañas y sonrió. —No te merezco.

—No, no me mereces, pero me parece que no puedo deshacerme de ti... no importa cuanto lo intente —bromeó Yoochun. Y colocando un brazo alrededor de sus hombros, lo guío hasta el asiento a un lado del suyo en la mesa.

Pasando el nudo en su garganta, Jaejoong cruzó su mirada con la de Yunho y sonrió. —Es bueno verte. —Podía sentirse sonrojar pero esperaba no hacerlo. Tenía treinta y un años. Ya no debería de responder a la presencia de un hombre atractivo como si fuera un adolescente, pero su reacción a Yunho nunca había sido racional. La mano de Yoochun se instaló en su muslo y le dio un apretón reconfortante.

Yunho lo miró, tan intenso que Jaejoong tuvo que contenerse de retorcerse. Finalmente los ojos de Jae se dirigieron a los papeles esparcidos sobre la mesa. Girando uno de estos para poder leer las notas, rompió el tenso silencio. —Entonces, ¿ya acordaron todos los detalles?

—Casi nada. —Changmin suspiró, empujando la lista hacia él—. Tenemos que aprobar las canciones, el orden y la presentación, por lo que estábamos discutiendo cuales serán.

Teniendo algo mundano en lo que centrarse, Yunho pareció encontrar su lengua. —Una vez que sepamos qué canciones vamos a cantar, empezaran a trabajar en el escenario.

Changmin continuó: —Tengo un estudio aquí en la casa que podemos utilizar para practicar hasta que esté listo el escenario y vamos a utilizar las instalaciones de la SM para ensayar las rutinas. Han estado audicionando a bailarines y varios miembros de la banda original han contactado a Yunho preguntándole sobre los shows. Una vez que tengamos todo establecido, podremos decidir cuántos y a quiénes queremos.

—Parte de eso dependerá de las canciones que elijamos y cuán elaborado queremos que sean las rutinas de baile. —Yoochun señaló una serie de canciones en la página frente a Jae—. Estas tres tendrán rutinas completamente nuevas. Ya no puedo saltar un metro sobre el aire.

Yunho se rio, encorvándose en su silla, con sus pulgares dentro de los bolsillos de su pantalón de mezclilla. —¿Quieres que vayamos suave, Chunnie?

Jaejoong parpadeó y apartó la vista de los dedos relajados que enmarcaban el pene de Yunho. «¿Está siendo deliberadamente provocativo, o es aún más innatamente sexy de lo que era hace diez años?»

Yoochun miró a su alrededor para asegurarse de que Iseul y los niños no pudieran escucharlo. —Jódete. Aún puedo ponerme a la par contigo en palabras o pasos —desafió alegremente.

Yunho sonrió, apartándose de la mesa y poniéndose de pie. Adoptando una postura urbana, comenzó un rápido rap, sus gestos elaborados y el rápido movimiento en sus pies, puntuaban sus palabras. Yoochun se levantó para enfrentarlo con un vago aire de indiferencia. Cuando Yunho se detuvo para recuperar el aliento, Yoochun comenzó, demostrando que sí podía seguirle el ritmo a su ex compañero de grupo. Yunho volvió a entrar, aumentando la intensidad. Yoochun respondió y Jaejoong estaba preguntándose cuánto tiempo continuarían, cuando alegres aplausos rompieron la creciente tensión en la habitación. Yoochun se movió a media línea, arrodillándose para quedar a la altura de la audiencia más pequeña, adaptando las palabras y gestos para que los niños de Changmin pudieran entender.

Changho sonrió cuando Yoochun repitió una línea tres veces y luego apuntó al pecho del niño pequeño. —Ahora tú.

Los ojos de Changho se lanzaron hacia su padre, quien asintió. Imitando la postura de Yoochun de una manera que era inquietantemente precisa, repitió las palabras y los gestos con las manos. Señaló a su appa cuando terminó. —Ahora tú. —Changmin echó su cabeza hacia atrás y rio, recitando un pedazo de ‘Rising Sun’. Alzando a Changho en sus brazos, le dio la vuelta.

Yunho picoteó el estómago del niño. —¡Tienes talento, hombrecito!— La habitación se iluminó con una sonrisa de Changho.

Riendo, Iseul tomó a Changho de los brazos de su marido. —Estábamos preparándonos para ir al mercado. ¿Alguien necesita algo?

Los ojos de Jaejoong se iluminaron. Cuando estaba nervioso, cocinaba... o compraba. Definitivamente estaba nervioso y el mercado le daría la oportunidad de hacer ambas cosas. —¡Oh! ¿Puedo ir contigo?

Su pregunta evidentemente desconcertó a Iseul así que Jae supuso que Changmin no le ayudaba mucho con las compras. —No puedo resistirme a un buen mercado, y me encantaría cocinar algo para tu familia para mostrar mi gratitud por la hospitalidad.

Iseul miró con incertidumbre a Changmin, quien sonrió. —Mi esposa no comparte su cocina a menudo —le dijo a Jaejoong. Atrajo a Iseul a su lado para darle un abrazo tranquilizador—. Ya te he contado historias de la cocina de Jaejoong —le recordó a su esposa.

—Eso es lo que me preocupa. Tiene restaurantes por todo Japón. Puede que no estés satisfecho con mi comida cuando él se vaya —respondió ella.

Jaejoong se rio. —Es poco probable y sólo son dos. En realidad estoy únicamente ofreciéndome para poder robar tus secretos. Después de ver las hierbas que crecen en tu jardín, no puedo esperar a ver cómo se utilizan.

Iseul se relajó visiblemente. —Tu ayuda en el mercado será más que bienvenida. Me faltan manos a la hora de cuidar a los niños, y el mercado siempre está muy concurrido los viernes.

—Hecho. —Jaejoong se levantó, ofreciendo su mano a Changsu—. ¿Me cuidarías para que no me pierda en el mercado? —le preguntó con una expresión seria.

Los ojos del pequeño se abrieron y asintió, estirando la mano para tomar la de Jaejoong. —Vayamos por los abrigos para no resfriarnos —sugirió Jaejoong.

—En unos minutos voy a ir por Junsu —le dijo Yoochun.

Jae vaciló. Había pasado mucho tiempo desde que vio a Junsu, pero estarían juntos por los próximos meses. —Dale un abrazo de mi parte. Si encuentro vieiras frescas, haré su comida favorita. —También quería buscar los ingredientes para algunos de los platillos favoritos de Yunho, no es que él creyera en el viejo dicho de que al hombre se le conquista por el estómago. Sino que simplemente le hacía feliz el cuidar de nuevo de los integrantes. Se fue sin notar que los ojos de Yunho lo siguieron todo el camino.

*****

Changmin los siguió para ayudarle a Iseul a poner a los niños en el coche. —La paternidad ciertamente va con él —le dijo Yoochun a Yunho.

—Sí —concordó Yunho—. Es tan feliz que da nauseas.

Yoochun se rio. —¿Quieres ir conmigo por Junsu?

—¿Crees que se moleste?

—No. ¿Por qué lo haría?

—No me está esperando. Y creí que a ustedes dos les gustaría aprovechar el trayecto de regreso para ponerse al día.

—Eso es exactamente lo que planeo hacer. El tiempo que tengo sin verlo es menos del que tenemos sin verte. Pensé que el viaje te daría una oportunidad para ponernos al tanto.

—¿Puedo conducir tu Porsche? —preguntó Yunho sonriendo.

Yoochun se rio. —Mientras te comprometas a no destruirlo. —No renunciaba al asiento del conductor con facilidad, pero era un pequeño precio que tenía que pagar para ayudar a reconstruir los lazos rotos entre ellos.

*****

Era de noche cuando los tres regresaron del aeropuerto. Changmin les había dado a todos llaves e insistió en que consideran su hogar como suyo. Con la cantidad de tiempo que se quedarían, no era práctico que tocaran cada vez que necesitaban entrar. La casa olía maravilloso, el aire estaba lleno del aroma de mariscos, hierbas y chiles.

El estómago de Junsu gruñó audiblemente, y Yoochun se rio. —Vamos. Te voy a mostrar las habitaciones. Es probable que tengas suficiente tiempo para tomar una siesta antes de comer.

Colgándose la mochila al hombro, Junsu negó con la cabeza. —No, mejor me quedo despierto hasta la hora de dormir, Jaejoong me matará si no voy a abrazarlo.

—Iré al gimnasio —dijo Yunho, girando en el sentido contrario—. A juzgar por el olor, lo necesitaré.

Junsu siguió a Yoochun por el pasillo. Este le dio un rápido recorrido por las habitaciones conectadas y luego se recostó en la cama matrimonial mientras que Junsu desempacaba. Sólo traía una maleta y el maletín de su laptop. Había enviado la mayoría de su ropa, y estaba programada para llegar el lunes.

—¿Estás saliendo con alguien? —preguntó Yoochun, acostado sobre las almohadas con las manos debajo de la cabeza.

—¿De verdad quieres saberlo o sólo preguntas para saber si me acostaré contigo? —replicó Junsu con una sonrisa arrogante.

—Las dos cosas. —Yoochun se encogió de hombros sin mostrar arrepentimiento.

Junsu sacó una camisa, doblándola antes de colocarla en un cajón. —No estoy con nadie —respondió, sin mirarlo a los ojos.

Yoochun se apoyó en los codos. —Hay algo que no me estás diciendo. ¿Has estado saliendo con alguien?

—No, en realidad no. Este espectáculo ha sido más exigente que los dos últimos. Siento que todo lo que hago es cantar y dormir. Estuve saliendo con alguien en el otoño pasado, pero se cansó de no verme. No mucha gente entiende mi agenda.

Junsu sonaba cansado, y Yoochun estaba preocupado de que utilizar su descanso para una gira por varias ciudades no fuera a ayudarle. —Ven aquí. —Abrió los brazos, y Junsu gateó sobre la cama.

—Es bueno estar en casa.

—En realidad esta no es nuestra casa.

Junsu sonrió contra su pecho. —Mi casa es donde estés tú y Jaejoong.

*****

Yunho apoyó las manos en la colchoneta, estirando los músculos de la parte posterior de sus piernas hasta que su frente estuvo apoyada en sus rodillas. Sudor goteó por sus ojos, pero ignoró la comezón que este le provocó. El viaje de ida y vuelta del aeropuerto había sido bueno. Yoochun y Junsu parecían entusiasmados con la gira. Junsu le había contado sobre los espectáculos que había realizado desde que descubrió su amor por los musicales haciendo Mozart! La diferencia entre actuar en Nueva York, Londres y Tokio, y sus planes para una próxima actuación con su gemelo, Junho. Yoochun le había platicado sobre su productora de música, los restaurantes de Jaejoong en Tokio y Osaka, y su intención de buscar locaciones en Seúl. Le habían preguntado acerca de lo que había estado haciendo y parecía genuinamente interesado a pesar de que no se podía comparar con sus logros. ¿Cuánto talento requería el ponerse delante de una cámara y lucir bien? La única cosa en su vida de la que estaba orgulloso era de su trabajo con chicos problemáticos, dándoles la oportunidad de canalizar su energía y talento en el canto y baile en lugar de vandalismo y crimen.

Lanzándose hacia delante sobre su pie izquierdo, comenzó una compleja kata, observando cuidadosamente su forma en los espejos. Su rutina de ejercicios sólo variaba en longitud. Empezaba con correr o nadar, dependiendo de la época del año, después le seguían las pesas, las artes marciales y luego estiramientos de yoga. En un día promedio, pasaba tres horas en el gimnasio. Esta noche había acortado su entrenamiento para ajustarlo a la cena. Podría volver después de cenar para cansarse antes de acostarse. Tener a Jaejoong alrededor estaba haciendo cosas terribles a su libido. Sólo el olor de la sopa cuando entraron en la casa lo había excitado. Evidentemente Jae había continuado con su vida, y Yunho no podía permitir que su cuerpo se rindiera ante lo mucho que aún lo deseaba.

Cepillándose el mojado cabello sobre su cara, miró el reloj. Si se daba prisa tendría tiempo suficiente para una larga ducha antes de la cena. Entrando a su habitación, se quitó la camiseta y los pantalones deportivos, dejándolos apilados en el suelo. Giró las llaves de la ducha, entrando bajo el chorro frío y dejándolo calentarse a medida que caía sobre él. Iseul mantenía esa ducha equipada con su champú favorito y gel de baño, el fresco aroma de hojas machacadas llenaba el espacio vaporizado. Continuó estirándose mientras sus manos resbaladizas por el jabón se desplazaban de arriba abajo sobre sus brazos, pecho, abdomen y piernas. Cerró los ojos y dejó que el agua enjuagara las burbujas, moviendo sus hombros en círculos para ayudar a que el agua caliente liberara su tensión.

Cubriendo su mano con más gel, formó espuma para liberarse de otro tipo de tensión. Sabía que debía resistirse a la tentación de pensar en Jaejoong, pero en el instante en que su mano se cerró alrededor de su erección, la cara de Jae llenó su mente. ¿Cuántas duchas habían tomado juntos? Desde el casi doloroso disparo de deseo que tuvo la primera vez que se dio cuenta de que Jae se estaba masturbando en la ducha y él había entrado para unírsele a los perezosos y lánguidos toques para después pasar horas en la cama, causándose mutuamente clímax tras clímax, nunca encontraron un límite. Podría haber sido muy lento, pero el toque de Jaejoong nunca dejó de excitarlo.

Sólo la idea de las manos de Jaejoong sobre su cuerpo lo ponía duro hasta el punto de estallar. Yunho se lo imaginó arrodillado, con las puntas del cabello húmedo enmarcándole el rostro mientras lo miraba y los labios de color rosa estirados alrededor de su pene. Muy pocas personas habían sido capaces de tomarlo por completo, pero Jae había aprendido a hacerlo. Había trabajado en ello con la misma determinación que aplicaba a su música, no queriendo hacer nada a medias. Apoyándose contra la pared, Yunho acunó sus testículos con sus dedos jabonosos, rodándolos suavemente, recreando en su mente todos los movimientos favoritos de Jae. Sus rodillas empezaron a temblar, y dejó escapar un gemido suave, deseando poder recordar la forma exacta en que Jae sonaba cuando se venía. La imagen de Jaejoong desnudo, arqueando en la cama con el pene palpitante en su mano, lo empujó al borde y gritó, exprimiendo hasta lo último de su pene y siendo esto lavado para finalmente dirigirlo al desagüe.

Yunho salió de la ducha y tomó una toalla. Entre el ejercicio y el baño, tal vez, sólo tal vez, no se pondría duro durante la cena.

*****

Jaejoong agitó la sopa, oliendo el penetrante aroma de los chiles a través del humo. Tenía una pequeña olla a fuego lento con una versión menos picante para los niños. El guiso estaría listo para servir tan pronto como Iseul tuviera a todos en la mesa. Ella había puesto una hermosa mesa con pequeños jarrones con las flores que los niños había escogido en el mercado. Cuando llegaron a casa, los niños las habían acomodado con un poco de ayuda de ella y estaban tan orgullosos de sus creaciones que lo habían arrastrado una media docena de veces hasta el comedor para que las admirara.

Mirando a través de la puerta del horno, revisó el pan. Cinco minutos más y estaría listo. Lavando y secando una olla, pasó un trapo por el mostrador, buscando algo que hacer para evitar que su mente vagara.

Yoochun entró en la cocina seguido de un Junsu sonriente. —¡Junsu-ah! —gritó Jae, lanzándose a su amigo que estuvo ausente por mucho tiempo. Lo abrazó con fuerza, deslizándole las manos por la espalda—. Estás tan delgado. Has estado trabajando demasiado duro. Juro que necesitas una niñera.

—Estoy seguro de que me engordaras en muy poco tiempo. ¿Es soondubu lo que huelo?

—Sí. —Jaejoong le dio un manotazo a la mano que trato de agarrar la cuchara—. No lo probaras hasta la cena.

Junsu gimió. —¿Cuándo podremos comer?

—Si todos están en la mesa, podemos hacerlo ahora.

Yoochun sacó el pan del horno. Después de casi doce años con Jae, se había convertido en un excelente ayudante de cocina. Cortando la punta del pan, le pasó una rebanada caliente a Junsu, quien sonrió y se marchó rápidamente antes de que fuera atrapado con el contrabando aromático.

La cena fue ruidosa y estridente. Las historias se volvieron cada vez más bulliciosas y escandalosas conforme comían. Jaejoong no se había dado cuenta de lo mucho que habían bebido hasta que hizo a un lado la sexta botella de vino vacía. «Maldición. ¿Cómo sucedió?»

Iseul se disculpó para ir a bañar a los niños y llevarlos a la cama.

—Yo te ayudaré —ofreció Yoochun, levantando a Hanuel de su silla.

—Sólo estás evitando lavar los platos —acusó Junsu.

Yoochun se encogió de hombros. —Si los platos ya están lavados para cuando vuelva, no me quejaré. —Esquivó la servilleta arrugada de Junsu y se escapó por la puerta, riendo con Hanuel.

—Estoy sorprendido de que Yoochun-ah no tenga hijos —dijo Changmin—. Es tan bueno con ellos.

—Tendría que tener una esposa en primer lugar —dijo Jaejoong, empezando a apilar los platos.

Changmin lució perplejo. —Entonces debería encontrar una.

Los ojos de Jae parpadearon de Junsu a Yunho y de regreso a los platos. A veces deseaba vivir en el mundo de Changmin, en el que todo era simple y a blanco y negro. —Tal vez lo haga —dijo Jae—. Pásenme los platos, comenzaré a lavarlos.

*****

Yoochun salió del baño apagando la luz. Jaejoong estaba ya en la cama y cuando el colchón se hundió por el peso, se dio la vuelta. —¿Vas a dormir aquí esta noche? —preguntó, sonando sorprendido.

—Planee hacerlo. ¿Por qué? ¿Tienes una cita candente a punto de aparecer?

Jaejoong estiró la mano y lo pellizcó. —Quisiera. Es que imaginé que dormirías con Junsu, ya que es su primera noche aquí.

—Está agotado. No necesita que le interrumpa el sueño.

—Yo estoy bien, Chunnie. Ya estoy grande, y Yunho y yo terminamos hace mucho tiempo. No tienes que quedarte aquí conmigo.

Yoochun buscó los ojos de Jaejoong, tratando de juzgar si estaba siendo honesto o simplemente noble. —Sabes, llevo una vida muy jodida —suspiró, renunciando a tratar de resolver los problemas de Jae cuando los suyos también eran malos.

Jaejoong le apartó el pelo de la cara. —¿Qué quieres decir?

—Olvídalo, tan sólo bebí demasiado y estoy sintiendo lástima por mí mismo —evadió.

—No te creo. Dime.

—Tengo a dos hombres en mi vida que me aman, pero no salgo con ninguno de ellos. Con uno me abrazo y acurruco, pero es estrictamente platónico, y con el otro a veces me acuesto esporádicas veces al año, pero no me siento bienvenido en su cama a menos que vayamos a hacerlo. No es de extrañar que no haya tenido una exitosa relación romántica en años. —Se dejó caer sobre su espalda y se quedó mirando el techo.

Jaejoong se acurrucó a su lado, manteniéndolo cerca. —¿A qué viene esto?

Yoochun se encogió de hombros. —Quién sabe... ¿a estar juntos de nuevo?... ¿ver a Changmin tan feliz? Escuché lo que dijo después de la cena. Quiero una familia e hijos. Es sólo que no quiero hacer miserable a una chica inocente para conseguirlo. Solía ver a mi atracción hacia Junsu como un efecto secundario de los horarios y la cantidad de tiempo que pasábamos juntos. Pensé que TVXQ duraría mientras estuviéramos en nuestros veintes, y que conocería a una chica dulce con la que me casaría, pero ahora he descubierto que mi interés en los hombres no se va a acabar mágicamente en cuanto llegue a cierta edad. Aunque eso no hace que mi deseo por tener lo que Changmin tiene, sea menor.

—Yo también lo quiero.

Yoochun se volvió hacia Jae. —No creo que eso sea posible.

—Hay un montón de niños que necesitan un hogar lleno de amor. El hecho de que no podamos tener hijos no significa que no podamos ser padres.

Yoochun suspiró. —No, sólo tenemos que encontrar una pareja maravillosa, convencer al conservador sistema de adopción de que una ex estrella pop, gay, es un padre digno y entonces hacer lo mejor para criar bien a un niño bajo el escrutinio de los medios que atraemos. Creo que tengo que admitir que si quiero tener una familia, voy a tener que volver a mi plan original.

La mano de Jaejoong se deslizó por el brazo de Yoochun, sujetando la de él. —No puedes ser algo que no eres, Chunnie. Eso haría a ambos miserables. Mira lo que pasó con el matrimonio de Yunho.

Los ojos de Yoochun se agrandaron. Jae nunca había hablado del matrimonio de Yunho. Apretándole la mano, en silencio lo animó a continuar.

—Yunho es gay, ni siquiera es bisexual. Confía en mí, lo sé y él también. El juego que hace con las mujeres es parte de su personalidad rapera. Eso no significa nada como para construir una relación. Cuando se casó con Amber me enfadé... y puse celoso, pero sobre todo estaba abrumadoramente triste porque él iba a comprometerse a una relación que lo haría sentirse miserable. Odiaba que su imagen fuera tan importante para él que iría así de lejos. —Jaejoong extendió la mano y tomó la mejilla de Yoochun—. Eres demasiado maduro... demasiado autentico para cometer el mismo error. Puede que tengas razón acerca de los niños. Es posible que tengamos que conformarnos con malcriar a los niños de Changmin, pero podemos tener la relación. Podemos tener a alguien que nos quiera.

—Te quiero.

Jae sonrió. —Lo sé y yo también a ti. Eso es lo que me hace saber que es posible.

—¿Por qué no podemos amarnos nosotros? Las cosas serían mucho más fáciles.

—La vida no es justa. —Jaejoong se rio—. ¿Así que vas a ir a darle la bienvenida a Junsu? —preguntó con una sonrisa.

Yoochun negó con la cabeza. —No, realmente necesita dormir.

—Lo quieres tanto como a mí, y además tienen esa química.

—La persona que quiere lo más mínimo de una relación lo define, y Junsu ha sido muy claro sobre los parámetros de nuestra relación. —Yoochun besó la frente de Jae—. Te prometo que mantendré mis ojos abiertos para el hombre perfecto y dejaré de esconderme detrás de la seguridad de nosotros tres. ¿Trato hecho?

—Hecho. Supongo que quieres que te haga la misma promesa.

«En realidad no. Creo que encontraste a tu hombre perfecto hace doce años, y yo he sido un reemplazo en tu cama hasta que él recapacite». —Lo que esté destinado a ser, será. No más platicas complicadas. Durmamos. Los chiquillos de Changmin vendrán a levantarnos temprano, y te los echaré a ti.

Jaejoong gimió, acurrucándose en el hueco del brazo de Yoochun. —Te prepararé crème brûlée de postre si los mantienes lejos hasta las diez.

—¿Lo juras? —Yoochun sonrió y le besó la parte superior de la cabeza—. Buenas noches.

—Buenas noches.

11 comentarios:

  1. Oh, los soulmates en plena conversacion amorosa y madura

    Vamos yunho dile a jae q lo qieres todavia

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  2. No me imagine que las cosas estubieran haci de enredadas entre los chicos...

    Espero que este reencuentro sea para bien de todos

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  3. Ohh a pesar de los años YunHo aún desea a Jaejoong...se aman y eso no lo pueden cambiar ya que a pesar del tiempo transcurrido aún perdura *-*

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  4. por que se complican la vida tanto total que cada uno agarre su pareja yunho a jae y yoochun a junsu y todos felices y contentos ................ yunho no debería de esconderse de jae total que hablen resuelvan todas sus dudas y que vuelvan a estar juntos como siempre debió de ser

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  5. wowwwww la visión madura de los chicos es sorprendente me agraderia pensar que en un futuro tal vez no en la misma situación pero si en otras que en la vida real pudieran aceptar y avanzar con las dificiles pruebas de la vida de forma madura y buscando su felicidad... como ya lo eh dicho la historia es hermosa :) y amo que JYJ se ame tanto bueno en si que los 5 se sigan amando tanto <3 DB5K 4ever <3

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  6. los soulmates siempre apoyandose me encantan!!! yunho date cuenta de que jae siempre te amo ve por el!!!

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  7. woow Changmin ha sido productivo jijiji
    abuuu todos a excepción de Changmin tienen su vida echa un lio...
    aaaaw me encantan los hijos de Minnie :3

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  8. Amo el soulmate, si hay algo mejor, claro despues del perfecto imperfecto Yunjae, es el soulmate, ahhh cuanto deseo encontrar un amigo@ asi. ....son tan cercanos......
    Ahh pobre Yunho masturbandose en la ducha para no avergonzarse con exibicionismos en publico. .....si tan solo fuera valiente y se acercara a Jae......
    Ohh asi que Limites en el Yoosu...mmmm. ..

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  9. AAaaayyy por dios Jaejoong, Yoochun y Junsu son un amor entre ellos ,,con cada palabra me enamoro más de esta historia ...gracias

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  10. AAaaayyy por dios Jaejoong, Yoochun y Junsu son un amor entre ellos ,,con cada palabra me enamoro más de esta historia ...gracias

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  11. Preciosa amistad la del sulmate, tan tiernos y comprensivos entre ellos, con Junsu también.

    Yunho animate ha acercarte a Jae, sorpresa te vas a llevar cuando sepas de sus sentimientos.

    Gracias!!!

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