Melodia sin letra: Capítulo 1

“Esperanza” es la cosa con plumas

Que se posa en el alma,

Y canta la melodía sin letra

Y nunca se detiene para nada

Emily Dickinson

Capítulo Uno

Jaejoong se puso de lado en el sillón, moviendo los dedos de sus pies por debajo del muslo de Yoochun. —¿De verdad quieres hacer esto?

Yoochun arrojó los contratos que había estado leyendo a la mesa del café. —Sí, creo que es una buena idea.

—¿Incluso después de todo este tiempo?

—Sólo han pasado cinco años. La gente aún recuerda a TVXQ.

—Eso no es a lo que me refiero. Estoy seguro de que los fans nos recordarán, pero una gira de rencuentro es algo grande. De nuevo estaremos viviendo juntos por tres o cuatro meses, después de casi no haber estado en contacto. ¿Siquiera seremos capaces otra vez de trabajar juntos? —preguntó Jaejoong.

Yoochun se puso frente a él en el sofá, estirando las piernas hacia los costados de su amigo y jalándole los pies permanentemente fríos, a su regazo. Mientras los frotaba, lo miró. Desde el exterior, Jae era la misma persona cariñosa y alegre que siempre había sido, pero una parte de él jamás fue igual después de que TVXQ se separó. —Nunca tuvimos la oportunidad de volver a presentarnos juntos. Creo que necesitamos esto para darlo por concluido.

—¿Qué piensa Junsu?

—Está muy entusiasmado con ello. Pasará tiempo en Corea, lo cual ya casi nunca hace, y estará con nosotros. Su contrato le permite irse de El Rey León para seguir con actividades artísticas, y esto cumple con los criterios. Esta ha sido su más larga estadía en Nueva York para un show. Creo que está ansiando tomar un descanso.

Jaejoong observó sus dedos, pensando. —Se siente mal el ganar dinero con esto.

—Sí, siento lo mismo. ¿Qué piensas acerca de donar nuestras ganancias a la caridad?

—¡Me agrada la idea! —Jaejoong lo miró y sonrió—. Me gustaría que la SM no se llevara nada a los bolsillos, y hacer eso me haría sentir mejor.

—Estoy seguro de que el dinero es la única razón por la que incluso la propia SM lo sugiriera. A menos que hayan renegociado sus contratos, el de Yunho y Changmin están por terminar. Esta es la última oportunidad de la SM para hacer dinero con TVXQ.

—Siempre esperé que cuando sus contratos se terminaran, estaríamos juntos otra vez.

Yoochun se acercó y tomó su mano. —Creo que luego de seguir con nuestras propias carreras por cinco años, probablemente estamos muy lejos de ello. Junsu ni siquiera tiene tiempo para respirar entre sus actuaciones, y le encanta estar en el escenario. Changmin tiene su propio programa de televisión, y no puedo imaginármelo regresando a las giras ahora que está casado.

Los hombros de Jaejoong se desplomaron mientras jugaba con los dedos de Yoochun. —Lo sé. Fue sólo un sueño que me permití seguir teniendo. —Volteando a verlo, le sonrió—. Por lo menos aún te tengo a ti.

—Por lo menos, ¿eh? —bromeó Yoochun, tirando del brazo de Jae para abrazarlo—. Siempre me tendrás, y esta es nuestra oportunidad para estar juntos una vez más como un grupo. Si sale bien, tal vez tendremos otras más para trabajar juntos.

Jaejoong se acomodó entre Yoochun y el respaldo del sillón, apoyándole la cabeza en el pecho. —Acabas de decirme que renuncie a ese sueño.

Yoochun le besó la parte superior de la cabeza. —Nunca te diría que renuncies a un sueño. Es sólo que podría no ser exactamente como tú deseas. Sinceramente, ¿te gustaría regresar a los grandes espectáculos, viajes y horas de promoción? cuando teníamos veinte años era distinto, ahora me canso sólo de pensarlo.

—Lo haría si significara que podríamos estar juntos otra vez.

—Oh Joongie... —Yoochun lo apretó—. Tal vez esto es demasiado. Tal vez deberíamos decir no.

Jaejoong negó con la cabeza. —No. Si esto es todo lo que obtendré, lo quiero.

*****

Yoochun abrió la cajuela y sacó su maleta y la primera de Jae. La casa principal de ellos estaba en Japón, pero ambos conservaban sus departamentos y coches en Seúl. Habían viajado a principios de semana para pasar tiempo con sus familias, antes de conducir a casa de Changmin.

—¡Yoochun-ah! —gritó Changmin desde la puerta de su enorme casa de rancho.

—Minnie —respondió Yoochun y sonrió por la mueca que apareció en el rostro del más joven. Poniendo las maletas en el suelo de piedra, abrió los brazos y abrazó a Changmin. Por encima del hombro del hombre más alto, vio a una hermosa mujer junto a la puerta. Y alrededor de su falda, dos niños asomándose.

Volteando hacia la casa, Changmin le hizo señas a su familia para que saliera. —Yoochun, quiero que conozcas a mi esposa, Iseul, mis hijos, Changho y Changsu. Hanuel, nuestra hija, está tomando su siesta.

Yoochun hizo una reverencia formal hacia Iseul y luego se arrodilló, inclinándose de nuevo hacia los niños, haciéndolos reír. Al ponerse de pie, se inclinó otra vez. —Gracias por hospedarnos en tu casa. Espero que no le causemos molestias a tu familia.

Iseul se sonrojó y se inclinó. —He oído mucho de ustedes por mi esposo. Nos sentimos honrados de tenerlos aquí.

—Oh, no. —Yoochun hizo una mueca que hizo reír a los niños—. Temo por las historias que pudieron ser contadas. Por favor tenga en cuenta, señora, cuan jóvenes éramos en ese entonces.

Los ojos de Iseul se agrandaron. —Oh, él no dijo más que maravillas.

Changmin rió, poniendo un brazo alrededor de su esposa y acercándola con fuerza. —Relájate, Iseul. Te está tomando el pelo. Algo que deberías haber sabido por las historias que te conté.

Yoochun le sonrió a Iseul, lo que confirmó la apreciación de Changmin, se volvió al coche y rodó los ojos. —Jaejoong está acicalándose... y tardándose —explicó—. Está nervioso por conocerte.

—¿Kim Jaejoong está nervioso por conocerme? —Iseul preguntó con incredulidad.

Yoochun asintió. Agachándose con los chicos para susurrarles con complicidad. —Vengan. Ayúdenme a sacarlo del coche. —Los dos chicos se rieron, volteando hacia su padre en busca de aprobación. Cada uno tomó una de las manos de Yoochun y agachados rodearon el vehículo, acercándose sigilosamente a la puerta del pasajero. Changmin estaba de pie con su brazo alrededor de su esposa, mirándolos con una sonrisa. Abriendo la puerta, Yoochun gritó: —¡Ajá! —siendo imitado por dos agudas exclamaciones idénticas, provenientes de los niños de Changmin.

Jaejoong saltó y volvió a saltar ya que la primera reacción había hecho reír a los niños. —Me asustaron. —Se tapó la boca con la mano, dejándose arrastrar fuera del coche—. ¿Están seguros de que estará bien? —le preguntó a los niños, mientras caminaban—. Conocer a gente nueva me intimida.

Changmin rió, abrazándolo y presentándole a su esposa. La sonrisa de Yoochun se desvaneció mientras lo veía desde el costado del coche. Jaejoong bromeó acerca de ser intimidado, pero había una verdad oculta en la declaración. Recogiendo dos maletas más de la cajuela, llamó a Jaejoong. —Tú ven por el resto.

Jaejoong rodó los ojos y resopló, inmediatamente buscando la ayuda de los hijos de Changmin para vaciar el coche de las distintas maletas y cajas. Algunas de las cajas eran regalos para los tres niños, así que estaba seguro de que no les importaría. Changmin levantó las dos primeras maletas y lideró el camino a la casa. —Yunho llegará mañana por la mañana. Decidió quedarse aquí. Y un auto recogerá a Junsu en el aeropuerto mañana en la tarde.

—Puedes cancelar el auto, yo iré por él. Es una especie de tradición. Pasa bastante tiempo en hoteles y limusinas. Cuando está en casa, nos aseguramos de que no tenga que hacerlo. —La casa de Changmin impresionó a Yoochun. Era grande, pero simple y elegante. Los juguetes y las obras de arte de los niños, la hacían sentir como un hogar sin llegar a verse desordenada.

Changmin abrió la puerta de una espaciosa suite. —La construimos para los padres de Iseul, quienes nos visitan a menudo, pero funcionara para que se queden aquí. Hay dos habitaciones comunicadas por un baño. Ambas cuentan con camas king size, y me traerán otra. Estará aquí para mañana cuando llegue Junsu. Yunho usualmente se queda en la casa de huéspedes junto a la piscina.

Yoochun dejó el equipaje para caminar hacia la ventana y ver a un jardín meticulosamente diseñado. Estaba medio seco por el invierno, pero se podía ver la belleza que se avecinaba con la primavera. —No te preocupes por la otra cama. A menos que te ofenda a ti e Iseul, Jae y yo estamos bien con compartir una cama.

Changmin cambió su peso de un pie al otro, mostrando la incomodidad que Yoochun no había visto desde que llegaron. —¿Jae y tú...?

Yoochun se rió y le golpeó el hombro con su puño. —¿Te molesta? —Sabía que debía de haber dicho que no, pero era demasiado divertido el molestarlo.

—No. —negó Changmin rápidamente—. Yo sólo...

Yoochun puso fin a su sufrimiento. —No somos pareja, Minnie. Sería como tener sexo con mi hermano. —Se estremeció—. Estábamos acostumbrados a compartir una habitación, y después de que TVXQ se disolvió, Jae no podía dormir solo. Más que nada es un hábito.

—¿Eso no limita tu vida amorosa?

—Tal vez un poco. —Rió Yoochun—. Cuando estoy saliendo con alguien, tiendo a pasar la noche en su casa. De todos modos nunca es una buena idea el presentárselo a Jaejoong... comienzan a preguntarse por qué están conmigo.

Changmin rió. —Me resulta difícil de creer.

—Trata de pararte junto a él. Es increíble que siquiera haya conseguido salir con alguien.

—Estuve parado junto a él durante seis años.

—No, tú estuviste parado entre él y Yunho, y él sólo tenía ojos para Yunho. No es lo mismo.

—Tal vez no, pero tampoco era un lugar fácil en el que estar. Algunas de sus miradas eran como rayos láser.

Yoochun sonrió al recordar la sensación de estar juntos en un escenario, el entusiasmo, la energía, el amor. —Sí. Parece como que fue en otra vida.

—Lo fue. —Los dos hombres intercambiaron una mirada de comprensión, y Yoochun se acercó para apretarle el hombro—. En verdad es bueno el verte tan feliz.

—Soy feliz, y estoy deseando volver a cantar. No cambiaría nada de lo ocurrido, ya que eso me ha traído hasta aquí, pero extraño ser parte de TVXQ. Más que nada, extraño el tenerlos a ustedes en mi vida. Si alguien me hubiera dicho en aquel entonces que pasaríamos meses comunicándonos por teléfono, les habría dicho que estaban locos. Nunca imaginé mi vida sin verlos a diario.

—Yo tampoco, pero tal vez la gira cambiará eso. —Yoochun abrió una maleta sobre la cama, y comenzó a colgar la ropa. Changmin agarró un puñado de camisas y comenzó a llenar cajones—. ¿Cómo está Yunho? —preguntó. Tratando de sonar casual, pero no lo consiguió.

Changmin se encogió de hombros. —Ocupado.

Yoochun sabía que Changmin nunca diría nada malo de Yunho. Su lealtad era inquebrantable, y se alegraba de que Yunho tuviera un amigo tan constante en su vida. En lugar de indagar, se quedó en silencio, esperando que Changmin le diera detalles por su cuenta. Una gran parte del éxito de esta gira, iba a ser la química entre Yunho y Jaejoong. Sabía que Jaejoong nunca lo había olvidado. En realidad ni siquiera había andado con alguien, refugiándose en su trabajo y sus causas. Yoochun esperaba que el estar juntos otra vez produjera uno de dos resultados: o Jae finalmente dejaba atrás a Yunho, o los dos se darían cuenta de que estaban destinados a estar juntos. Le preocupaba que si sucedía cualquier otra cosa, fuera desastroso para la gira y para Jae.

—Trabaja más duro de lo que lo hacíamos en TVXQ en nuestro máximo esplendor. Aún baila en el escenario y en videos musicales. Ha hecho una docena de grabaciones con otros cantantes. No puedes encender la televisión o abrir una revista, sin verlo. —Changmin hizo una pausa—. Pero no creo que nada de eso lo haga feliz, sólo llena el vacío. ¿Recuerdas cómo solía ponerse cuando trabajábamos en una nueva rutina de baile?

Yoochun asintió, no quería decir nada que pudiera interrumpir a Changmin, pero sabía exactamente de lo que estaba hablando. A Yunho le encantaba bailar, le encantaba crear pasos, y le encantaba estar en el escenario.

—Ya nunca he visto esa mirada en sus ojos. Cuando conoció a Amber pensé que mejoraría, pero fue un desastre.

—Me dio pena saber que su matrimonio no funcionó. —Tenía que decirlo, pero no esperaba que Changmin fuera a creerle. Yunho se había casado con una supermodelo que conoció durante el rodaje de un video musical. Yoochun no sabía nada de ella, pero por la expresión vacía en el rostro de ella mientras estaba a un lado de Yunho, no se sorprendió por el anuncio del divorcio luego de poco más de un año. El breve matrimonio de Yunho había sido una mala etapa para Jaejoong, la música que produjo fue tan oscura hasta el punto de ser aterradora, pero parecía ser capaz de cantarla a pesar de lo mala que era.

—No era la correcta para él.

«Por supuesto que no. Jaejoong era perfecto para él. Una supermodelo rubia y flacucha sólo podría ser un intento por encontrar algo completamente opuesto». Yoochun sabía que estaba siendo sarcástico, pero nunca había proclamado ser imparcial sobre el tema. Cualquier cosa que lastimara a Jae también lo hacía a él.

Un grito resonó por el pasillo, y Changmin sonrió. —Hanuel está despierta. Ven a conocer a mi hija.

Yoochun sonrió. Nunca hubiera pensado que un bebé llorando emocionaría a Changmin. Lo siguió a través de la sala, vio a Iseul y a los niños mostrándole los jardines a Jae. La habitación de Hanuel estaba pintada de color verde primaveral y tenía muebles de madera oscura. La niña estaba en su cuna, estirando sus brazos hacia Changmin en cuanto este entró en la habitación. —¡Appa!

—Hime. ¿Cómo está mi niña? —Changmin sacó a la niña de la cuna. Ella se acomodó y acurrucó contra su pecho, manteniendo su pulgar firmemente en su boca. Dándose la vuelta, Changmin lo presentó—. Hanuel, él es Yoochun.

Yoochun le hizo una reverencia a la niña, poniendo un brazo alrededor de los hombros de Changmin mientras salían de la habitación. —La vida familiar parece sentarte bien, Minnie. —Sintió la contracción de los músculos de Changmin bajo su mano y sonrió. El integrante más joven siempre había sido fácil de molestar. Era bueno saber que había cosas que nunca cambiaban.

—Fuimos bendecidos. Iseul tendrá a nuestro cuarto hijo en el otoño.

—Sabes que es lo que los está causando, ¿verdad? —bromeó Yoochun.

*****

Yoochun se despertó con Jaejoong sacudiéndolo, su amigo estaba profundamente dormido. Algunas personas se daban vueltas y golpeaban sus almohadas para acomodarlas, Jaejoong lo golpeaba a él. Cuchareándolo por detrás, Jaejoong le atrajo el brazo sobre su costado. Yoochun se curvó alrededor de su espalda, acercándolo y manteniéndolo apretado. Jae ansiaba la sensación de seguridad al ser abrazado fuertemente mientras dormía, y Yoochun culpaba a Yunho por la inseguridad que hizo que eso fuera necesario. No podía dejar de pensar que habría sido mejor para Jae si su relación con Yunho hubiera terminado con peleas y lágrimas, en lugar de ser puesta en una especie de espera por un período de tiempo que todos pensaron que sería de unos cuantos meses pero que se convirtió en años. Una suspensión indefinida que había mantenido indispuesto a Jaejoong para seguir emocionalmente adelante. Yunho obviamente lo había intentado, pero por lo que había leído y escuchado, su ex líder no estaba mejor.

Un suave toquido en la puerta causó que se diera vuelta y viera el reloj. Saliéndose con cuidado de la cama, colocó dos almohadas cerca de la espalda de Jaejoong. Este necesitaba un par de horas de sueño, pero Yoochun no soportaba estar en la cama una vez que estaba despierto. Al abrir la puerta, se encontró a Changmin con Changho en su rodilla.

—Ya llegó Yunho. Pensé que les gustaría saberlo. Iseul tiene listo el desayuno por si tienes hambre.

Pasando sus dedos por el pelo, Yoochun asintió. —Deja me cambio y voy.

Jaejoong se dio la vuelta buscando a Yoochun. —¿Es hora de levantarse? —preguntó adormilado.

Yoochun se sentó en el borde de la cama, acariciando su espalda con grandes círculos. —No, no realmente. Yo voy a ir por café. Tú duerme un poco más.

—Bien. —Jaejoong hundió la cabeza entre dos almohadas, y Yoochun sonrió. Jaejoong consideraba las once de la mañana como madrugada y rara vez era coherente antes del almuerzo.

Poniéndose un pantalón de mezclilla y un suéter, se dirigió a la cocina, pero se detuvo pasando la sala. En el centro de la alfombra, Yunho estaba luchando con los dos niños mientras que la hermana de ellos los miraba. Era obvio que los tres niños se sentían cómodos con Yunho. Lo tenían inmovilizado contra su espalda, con cada uno sujetando un brazo, entonces Yunho levantó a ambos del suelo y los rodó para luego repetir todo de nuevo. Yoochun no pudo contener su risa cuando los niños lo inmovilizaron otra vez, Hanuel le saltó sobre el estómago y le hizo cosquillas en sus costados.

Yunho se levantó cuando se dio cuenta de que tenían audiencia. Colocando a Hanuel sobre sus pies, la palmeó su acolchado trasero. —Basta mocosos. Vayan con su umma. —Los tres niños corrieron y el mayor agitó su mano lanzándole una sonrisa a Yoochun.

Este sonrió, guiñándole un ojo y haciendo la señal de paz.

—Son buenos chicos —dijo Yunho, poniéndose de pie.

—Y tú siempre has querido tener hijos.

Yunho se encogió de hombros, pasándose los dedos por el cabello y enderezando su suéter, el cual se había alzado durante la lucha. Yoochun notó que estaba en muy buena forma, sus abdominales rivalizaban a los de Jaejoong.

—Entonces, ¿cómo estuvo el viaje? —preguntó Yunho. Sus ojos se mantenían mirando por encima del hombro de Yoochun.

—No estuvo mal. Pero ya no estoy acostumbrado a los cambios de horarios, así que me toma más tiempo el recuperarme. —Creyendo que Yunho estaba buscando a Jaejoong, Yoochun se debatió sobre si debía poner fin a sus sufrimientos. Decidió que no había ninguna razón para empezar a ser antagónico, así que añadió—: Jaejoong aún no se ajusta. Probablemente va a dormir durante otro par de horas. ¿Crees que Iseul haya preparado café?

Yunho pareció aliviado por no tener que enfrentarse con Jaejoong todavía. —Si ella se entera de que te gusta el café, no habrá ni un momento en el que no haya recién hecho y disponible. No estoy seguro de que hizo Changmin para merecerla.

Yoochun se rio, caminando junto a Yunho hacia la cocina. —Bueno, él lidió con nosotros por seis años.

Yunho sonrió y Yoochun supo que estaba recordando las interminables bromas y travesuras que le aplicaron al integrante más joven. Después de algunas consideraciones, dijo. —Tal vez sí la merezca.