Ex-novio: Capítulo 5


Capítulo 5

El resto del domingo, Yunho y Jaejoong permanecieron encerrados en sus propias habitaciones, sin hablarse. Yunho decidió que era mejor dejar solo al pelinegro y evitar cualquier posible encuentro dentro del departamento, eligiendo ahogarse en sus recuerdos y pensamientos, en vez de tratar de hablar con él de nuevo.

La vida era demasiado cruel con él, pero lo que era peor era la debilidad que no podía quitarse de encima. Si él no tuviera tanto miedo de hacer frente a las consecuencias, seguramente sería más feliz ahora.


El lunes, Yunho despertó y reuniendo todo su coraje, se dirigió a la habitación de huéspedes para tratar de romper el hielo con su ex. Tocó ligeramente en la puerta, y ya que no obtuvo respuesta, decidió abrirla, descubriendo que Jaejoong no estaba allí. Puesto que sus pertenencias estaban todavía en el armario, infirió que el pelinegro sólo se había ido a trabajar temprano, pero no quería relajarse hasta que estuviera seguro de eso. Se alistó rápidamente y se dirigió a la empresa, una vez allí, fue recibido por las miradas perforantes de Tiffany mientras él se acercaba a su escritorio.

—Está Jaejoong… —dijo, incómodo por la seria expresión de ella—. ¿Ya llegó Jaejoong?

—Sí. Esta mañana me pidió que le diera un aventón —le contestó, indiferente.

—Oh, está bien. Grandioso. —Yunho respiró, aliviado—. Por favor... dime si él necesita algo.

Antes de que su secretaria pudiera decir algo en respuesta, se dio la vuelta y caminó hacia su oficina.

—Viniendo de ti, dudo que él lo necesite —ella murmuró, centrándose de nuevo en su trabajo.


Jaejoong desapareció completamente por el resto del día. Yunho trató de llamarlo para el almuerzo, pero Tiffany le dijo que su jefe había salido a toda prisa unos minutos antes y no le dijo a dónde iba. La noticia le preocupó, pero su apretada agenda vespertina le impidió averiguar lo que pasó. Él estaba deseando ir a ver a Jaejoong, pero no lograba encontrar un momento para hacerlo.

Cuando lo tuvo, era casi hora de irse, pero se sorprendió al encontrar que ni él ni Tiffany estaban allí. Con la esperanza de que el pelinegro estuviera en su departamento, no tardo en volver a este, aunque para su decepción él no estaba tampoco allí. Si tuviera su número de teléfono ya estaría llamándolo sin parar, algo estaba pasando y tenía averiguar el qué. Mientras estaba inmerso en su mente preguntándose qué podía hacer, escuchó el timbre y sin duda fue a abrir la puerta.

—¿Tiffany? —Se sorprendió al ver a la secretaria de pie, sosteniendo una maleta grande en una de sus manos.

—Hola Yunho-ssi —lo saludó, removiéndose torpemente—. Hmm... vine a buscar algo de ropa para Jaejoong.

—¿Por qué? —Yunho frunció el entrecejo, confundido.

—Él se va a quedar en mi casa por el momento —afirmó, pasando junto a él para entrar en el departamento—. ¿Dónde está su habitación?

—¿Tiffany, está bien eso para ti? Tus padres...

—Está bien, no te preocupes.

Yunho cerró la puerta y se le acercó, nervioso.

—¿Puedo hablar con él? —le preguntó, pasándose una mano por el cabello.

—No creo que sea bueno por ahora... —Se calló.

Para evitar cualquier otro cuestionamiento, Tiffany caminó hacia el pasillo y abrió la primera puerta a la izquierda, al instante reconoció algunas de las pertenencias de su jefe y se adentró en ella. Yunho la siguió, vigilando desde el marco de la puerta mientras ella recogía un poco de la ropa del armario y la colocaba cuidadosamente en el interior de la maleta.

—¿Está bien? —Yunho preguntó con preocupación—. ¿Qué pasó esta tarde?

—No sé si deba decírtelo... —ella le dijo, incómoda.

Ambos se mantuvieron en silencio durante unos segundos.

—¿Pero él está bien? Estoy… realmente preocupado.

Yunho sonaba casi desesperado, y su tono estaba haciendo que Tiffany se sintiera triste por él. Tal vez no era tan malo si revelaba lo sucedido, tarde o temprano se enteraría de todos modos.

—Richard lo llamó esta tarde —le soltó, por lo que Yunho suspiró—. Ellos almorzaron y hablaron.

Sintiéndose como que había sido apuñalado, Yunho se congeló en su lugar. No esperaba que Richard volviera.

—Le dijo que cometió un error, que no debería de haberlo dejado ir... —ella continuó suspirando.

—¿Qué… qué le dijo Jaejoong? —Yunho se las arregló para decir, todavía digiriendo la noticia.

—Que lo pensaría, y eso es lo que está haciendo en estos momentos. —Tiffany terminó de empacar y cerró la maleta, volviéndose para mirar a Yunho, hallándolo con una expresión de sorpresa y reflexiva—. ¿Estás bien?

—Sí, sí. —Yunho sonrió débilmente.

Ella lo observó por unos segundos, pensando en lo que debía decir a continuación.

—Richard hizo lo que deberías de haber hecho hace años, ¿no es así Yunho-ssi? —le dijo, colocando una mano sobre su propia mejilla—. Él me dijo lo que pasó entre ustedes el sábado; te dije que no jugaras con sus sentimientos.

—Yo no… no estaba jugando con nada. —Sacudió la cabeza negativamente.

—Entonces, ¿por qué le estabas dando falsas esperanzas para después rechazarlo?

—No le estaba dando falsas expectativas. Sólo estaba cuidando de él ya que fue herido. —Yunho frunció el ceño—. No podría y no me aprovecharía de su estado.

Decidida a averiguar lo que estaba pasando dentro de la cabeza de Yunho, Tiffany continuó su interrogatorio.

—Entonces, si hubieras tenido una oportunidad en una situación diferente, ¿habrías vuelto con él?

Analizándolo, Yunho bajó la cabeza.

—No.

—¿Por qué no? Él se te declaró.

—Él está confundido acerca de todo. Su declaración fue sólo el resultado de eso.

—¿Estás seguro? —Ella levantó la ceja, incrédula.

—Sí. Además... no quiero hacerle daño otra vez.

—¿Y qué te hace pensar que lo lastimarías de nuevo?

—No soy lo suficientemente fuerte para él. Él necesita a alguien fuerte.

Tiffany sólo lo miró, perdida en sus propios pensamientos.

—¿Es eso lo que realmente quieres, Yunho-ssi? ¿Que él encuentre a alguien más?

—Quiero que sea feliz. Eso es todo.

—¿Todavía lo amas? —soltó, y la cuestión lo arrinconó.

—No creo ser lo suficientemente bueno para él.

—Sólo tienes que responder, Yunho.

Tomando una respiración profunda, Yunho vio hacia el suelo.

—Sí. Todavía lo amo. Creo… creo que nunca deje de hacerlo. He tratado de ignorar mis sentimientos, pero al encontramos de nuevo... volvieron golpeando duro en mi pecho —Yunho declaró nerviosamente—. Pero... no creo que debamos estar juntos.

Asintiendo al entenderlo, ella agarró la maleta de la cama.

—Debo irme, me está esperando.

—Deja que te ayude, esto debe ser pesado —ofreció.

—Está bien. —Ella sacudió la cabeza negativamente.

Yunho, entonces, la encaminó hacia la puerta principal, ambos estaban un poco incómodos. Justo después de que se dijeran adiós y Yunho cerrara la puerta, ella volvió a tocar, por lo que le abrió inmediatamente.

—¿Sí? —le preguntó, expectante.

—Lo único que veo entre ustedes es amor —le dijo, antes de marcharse—. Creo que deberías de pensarlo, Yunho. Deja a un lado el pasado y piénsalo con cuidado.


Al día siguiente, Yunho llegó a la empresa y fue directamente a la oficina de Jaejoong. Había pasado la noche pensando, llegando a la conclusión de que lo que necesitaba era saber cómo se sentía él por toda esta situación. Intercambiando sólo una mirada con Tiffany, entró, hallando al pelinegro centrado en la lectura de algunos documentos.

—¿Yunho? —Jaejoong se levantó rápidamente de su silla—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Tenemos que hablar. —Cerró la puerta tras de sí antes de caminar hacia el escritorio.

—Bueno... entonces... siéntate —Jaejoong le indicó, un poco incómodo, regresando a su silla.

Yunho se sentó y pensó en cómo comenzar. Estar aquí cara a cara con su ex hizo que las palabras desaparecieran de su mente, estaba pasando un mal rato tratando de arreglar su cabeza.

—No deberías haberte ido de mi departamento —le dijo lentamente.

—Es mejor así.

—Tiffany me dijo que Richard te llamó. ¿Estás bien?

—¿Por qué te importa?

—Dije que quería cuidar de ti, ¿no es así? Sólo estoy haciendo lo que prometí.

—Puedes dejar de hacerlo ahora. No necesito nada más de tu amabilidad por sentirte arrepentido —Jaejoong exclamó con dureza—. ¿O hay alguna otra razón por la que estás siendo amable conmigo?

Ambos cayeron en un silencio incómodo.

—¿Qué te dijo?

—¿Por qué no me contestas primero? —Jaejoong frunció el ceño y Yunho bajó la cabeza. Al ver que realmente no iba a responder, Jaejoong continuó—: Me dijo que pensó en mis expectativas para nuestra relación y que esta vez quería casarse conmigo de verdad. Dijo que soy más importante que cualquier cosa en su vida, y que se dio cuenta de ello después de que me dejó.

—¿Ya le contestaste?

—No. Él estará aquí por dos días, y quiere que regrese a París con él. Es una gran decisión, ¿sabes?

Pasando saliva, Yunho mordió su labio inferior, inseguro acerca de lo que debía decirle. De repente, el deseo de detenerlo invadió su mente, ¿pero de que se trataba ese sentimiento? Él no tenía derecho de impedirle a Jaejoong el que eligiera lo que quería hacer.

—Debes seguir a tu corazón, Jae —se las ingenió para decir, y Jaejoong se inmutó.

—¿Qué hay de ti?

—¿Yo qué?

«¿Quieres que me quede?», Jaejoong estuvo a punto de soltar la esa pregunta, pero de repente se detuvo. Si Yunho realmente quería que se quedara, él mismo se lo habría pedido. —¿Estás de acuerdo con esto?

Anonadado, Yunho tardó unos segundos para contestar.

—Debes ser feliz.

—Quiero saber lo que sientes, Yunho. Dime.

—No hay nada que pueda decir, Jaejoong —Yunho murmuró, bajando la mirada.

Jaejoong se le quedó viendo, sobresaltándolo, sus ojos empezaron a ponerse vidriosos.

—Siempre estás buscando la manera más fácil para zafarte —Jaejoong musitó en voz baja—. Sigues siendo el mismo egoísta.

—Eso no es...

—¿Por qué estás aquí ahora? —Jaejoong siseó, perdiendo los estribos—. ¿Por qué te preocupas por mí? ¡Me dejaste, Yunho, no me amas! ¡Deja de confundirme y déjame vivir mi vida!

Súbitamente Yunho se levantó de la silla.

—Tienes razón, lo siento. Voy a dejarte en paz. —Caminó hacia la puerta.

—Sí, vete, huye de mí —Jaejoong dijo, antes de que Yunho cerrara la puerta y lo dejara solo—. Estúpido Yunho.


Esa noche, Yunho regresó solo a su departamento. Maldiciéndose por todo, Jaejoong y Tiffany estaban en lo cierto, todo lo que había estado haciendo era confundir la mente de Jaejoong. Y, tal vez, confundiéndose también a él mismo.

No debería ser así. Ni siquiera merecía estar junto a Jaejoong nunca más.

Media hora más tarde, sonó el timbre. Yunho fue tranquilamente a abrir la puerta, y se topó con Jaejoong del otro lado.

—Vine a recoger mis cosas —le dijo fríamente, pasándolo y chocando con dureza contra sus hombros en el camino.

Yunho cerró la puerta y lo siguió a la habitación de huéspedes, deteniéndose en el marco para verlo empacar.

—Richard vendrá por mí, voy a quedarme con él en su hotel hasta que nos vayamos.

—Entonces... —Yunho se aclaró la garganta.

—Sí, regresaré con él —Jaejoong soltó.

Sintiéndose mareado repentinamente, Yunho alzó la mano para apoyarse en el umbral.

—¿Lo amas? —murmuró.

—Ya preguntaste eso. —Jaejoong se volteó hacia él.

—Lo sé. Sólo quiero estar seguro.

Asintiendo, Jaejoong regresó la atención a sus cosas.

—Él es un buen hombre.

Yunho se quedó en silencio, pensativo.

—Me alegro de que hayas decidido seguir a tu corazón —le dijo, con más claridad esta vez.

Riéndose, Jaejoong optó por hacer caso omiso de su declaración.

—Gracias por dejarme quedar aquí. —Jaejoong cambió el tema.

—De nada —Es todo lo que Yunho pudo decir.

Tan sólo lo observó en silencio mientras Jaejoong sacaba las cosas que quedaban en el armario y revisaba las cajas en busca de cualquier objeto que pudiera necesitar. Pronto encontró dentro de uno de ellas, el elefante de peluche que Yunho le dio, se ruborizó, así que rápidamente lo puso dentro de una de sus maletas antes de cerrarla.

—Así que... supongo que todo está listo. —Jaejoong echó un vistazo a su equipaje—. Voy a dejar unas cajas con cosas que ya no quiero, después puedes donarlas.

—Está bien.

En seguida, el teléfono de Jaejoong empezó a sonar, y el mensaje de texto provocó una sonrisa forzada en sus labios.

—Está abajo. Debo irme ahora.

Jaejoong agarró sus maletas y caminó pasando a Yunho.

—Entonces... es un hasta luego, ¿verdad?

—Sí. —Yunho asintió, sintiéndose demasiado débil para levantar la mirada del suelo y hacerle frente.

Al darse cuenta del nerviosismo de Yunho, Jaejoong mordió su labio inferior. Su expresión de tristeza estaba lastimándolo, a pesar de que no debería ni siquiera preocuparse por él.

—¿No vas a decir nada? —Jaejoong preguntó, tratando de mantener su tono normal.

Yunho finalmente levantó la cabeza, encarando al más bajo, quien lucía expectante. Una vez que sus ojos se encontraron, una calidez llenó su cuerpo. Este era el par de ojos que él querría ver por el resto de su vida, pero no podía seguir deseándolo. Al fin de cuentas, su oportunidad se había ido.

—Sé feliz —Yunho murmuró.

—¿Eso es todo?

—¿Qué quieres que diga?

—Quiero que digas lo que desees. —Jaejoong inclinó la cabeza.

—Entonces ya lo he dicho.

Con un suspiro de decepción, Jaejoong asintió.

—Bueno, entonces, adiós.

—Adiós.

Jaejoong fue a la puerta y la abrió. Antes de irse, miró de nuevo a Yunho, quien estaba de pie en medio de la sala, mirándolo con una expresión perdida y resoplando. Sin decir nada, dejó sus maletas en el suelo y caminó hacia el más alto, sorprendiéndolo con una bofetada en la cara.

—¿Por qué tienes que actuar así? —Jaejoong murmuró, girando sobre sus talones.

Yunho sólo jadeó por el shock y con cuidado tocó el área que fue golpeada, sabía que se lo merecía. Con eso, Jaejoong tomó sus maletas y salió del departamento, cerrando la puerta con fuerza, dejándolo solo.


Fue doloroso cuando en aquel entonces dejó a Jaejoong, pero la certeza de que estaba haciendo lo correcto facilitó las cosas de alguna manera. Ahora no tenía nada de ello.

Jaejoong se iba a París. Nunca volvería a verlo.

Tal vez lo que lo consoló durante todos estos años fue el saber que Jaejoong seguía allí, en Seúl, aun había una posibilidad de verse una vez más.

Quizá por eso se mudó para buscar un nuevo trabajo. Trató de fingir, creyendo que iba allí sólo por las oportunidades de empleo; deseando reencontrarse con Jaejoong era sólo un pequeño y ridículo deseo oculto en su mente. Pero el destino se lo concedió y le dio la oportunidad que quería, sin embargo, ahora él estaba dejando que las cosas terminaran así.

Pero ¿qué podía hacer de todos modos? Jaejoong tenía a alguien más. Tenía otra vida ahora, una vida en la que no necesitaba a Yunho.

Después de una noche incapaz de dormir, débilmente fue a la empresa al día siguiente, hallando a Junsu ayudando a Tiffany a empacar sus cosas. Se detuvo sobre sus pasos un momento para entender lo que estaba sucediendo, ¿por qué se iba Tiffany?

—¿A dónde vas, Tiffany? —le preguntó, con curiosidad.

—Dado que Jaejoong se fue, perdí mi trabajo. —Ella suspiró.

—¿Él ya renunció?

—Sí, hoy se va —le dijo, como si nada—. Él debe estar ahora mismo en el aeropuerto.

—¿Ahora mismo? —Yunho declaró, sorprendido—. Guau, eso fue... eso fue rápido.

—Sí. La compañía dijo que me llamaría en cuanto encontraran a alguien para reemplazarlo, pero hasta entonces estoy desempleada.

Sin palabras, Yunho se quedó congelado en su lugar.

—¿Has hablado con él? —Yunho inquirió, inseguro.

—Sí, hablamos esta mañana... ¿por qué? —Tiffany dejó de empacar y lo miró, expectante.

—Por… por nada. —Yunho negó con la cabeza, avergonzado.

Suspirando suavemente, Tiffany reanudó el embalaje.

—Estaba llorando y maldiciéndote incesablemente, pero me dijo que él estaría bien.

—Él…

—Estaba enojado porque le dijiste que fuera feliz cuando la única persona que puede lograr que él lo sea, eres tú. Pero él estaba más enojado consigo mismo por ser tan estúpido como para seguir amándote.

—¿Qué? —Junsu preguntó, mirando a Yunho.

Conmocionado, Yunho se pasó una mano por el pelo.

—Chicos... ¿qué está pasando? —Junsu volvió a preguntar, totalmente despistado.

—Tiffany.... —Yunho dijo, poniéndose muy ansioso—. ¿Crees que aún lo merezco, después de todo lo que le hice?

Tomando una respiración profunda, Tiffany lo pensó durante unos segundos.

—¿Por qué me preguntas eso? ¿Por qué no te lo preguntas tú?

—Ya lo hice. Y la respuesta es no. —Yunho suspiró—. Pero de alguna manera me siento como si de nuevo estuviera tomando una decisión equivocada.

—En mi humilde opinión, yo también creo que no, pero eso no depende de mí. Su corazón te eligió a ti. Y creo que tu corazón lo eligió a él, ¿no es así Yunho-ssi?

Sintiendo un dolor en el pecho, Yunho respiró profundamente.

—Aún tienes tiempo para perdonarte a ti mismo, ¿sabes? —ella murmuró—. Tal vez no perdonarte por completo porque al parecer nunca serás capaz de hacerlo, pero al menos sí de cambiar las cosas.

Después de escuchar eso, Yunho salió a toda prisa.


Yunho miró a su alrededor, pasándose una mano por el pelo y corriendo, su empapado pantalón de vestir le hacía ir más lento de lo que quisiera. El aeropuerto internacional de Seúl era enorme, existían un montón de terminales y cientos de personas iban y venían a cada rato. Tan pronto como encontró un panel donde se mostraban todos los vuelos, escuchó el llamado para uno a París, por lo que se apresuró hacia su puerta. Al llegar allí, vio una pequeña fila, pero Jaejoong no estaba a la vista. Se acercó a la entrada, tratando de obtener una mejor visión del interior, y sus ojos se posaron en él, quien estaba a punto de pasar por los rayos equis. Richard estaba a su lado, con una mano protectora sobre sus hombros, charlando y riendo entre sí. Parecían una feliz pareja, lo que hizo que Yunho retrocediera, mordiéndose el labio. Estaba loco, ¿qué era lo que estaba pensando? No podía destruir eso. No podía destruir la felicidad de Jaejoong una vez más.

Pensando en lo que debía hacer, agarró el anillo de diamantes que él locamente había rescatado de la fuente antes de salir de la empresa, y lo examinó minuciosamente. Probablemente Richard lo escogió pensando en Jaejoong, ya que era tan hermoso como él. Por mucho que quisiera conservarlo para recordar al otro, este pertenecía a Jaejoong y representaba su relación con Richard, así que no podía quedarse con el. Juntando valor, dio un paso adelante y trató de hablarle.

—¡Jaejoong! —gritó, pero la única atención que obtuvo fue la de las personas a su alrededor, quienes le lanzaban miradas de curiosidad. Sin darse por vencido, intentó una vez más, esta vez más alto—. ¡Jaejoong!

Entonces, este por fin se dio la vuelta, jadeando por la sorpresa de verlo allí. Se disculpó con su novio y corrió a la puerta, deteniéndose frente a él.

—Yunho... ¿por qué estás aquí? —le preguntó, impactado—. Tu pantalón está empapado.

—Se te olvidó algo —Yunho dijo, sujetando la mano izquierda de Jaejoong.

Entonces lentamente le puso el anillo en el dedo anular, haciendo que el corazón de Jaejoong se acelerara. Después de colocarlo, apretó suavemente su mano.

—¿Me prometes que vas a ser feliz? —Yunho le preguntó en voz baja, dejando de retener sus lágrimas.

—Yunho...

Inmediatamente, Yunho lo atrajo en un fuerte abrazo, y una vez que se separaron, besó la frente del pelinegro.

—Ahora vete —le dijo, dando un paso atrás.

Sin palabras, Jaejoong se le quedó mirando, atónito. Luego Richard lo llamó, diciéndole que se diera prisa puesto que era su turno para pasar por los rayos equis. Confundido, Jaejoong continuó mirando a Yunho, expectante.

—Ve, Jae —Yunho mencionó—. Él está esperándote.

A regañadientes, Jaejoong empezó a caminar hacia atrás, aun haciéndole frente. Antes de dar la vuelta, suspiró suavemente.

—Sólo tenías que decir lo adecuado para que me quedara, Yunnie. Pero no lo hiciste —Jaejoong susurró amargamente—. Lo siento.

Entonces, Jaejoong se giró y volvió al lado de Richard. Congelado en su lugar, Yunho los observó mientras pasaban por seguridad para ir a la sala de espera, ni una sola vez Jaejoong volteó para verlo.

—Este realmente es nuestro final —Yunho susurró, tan pronto como él desapareció de su vista.

Su corazón le dolía tanto que sentía que estaba perdiendo una parte de el. Tal vez era su turno de sufrir, ya que Jaejoong lo sintió la última vez que se separaron. Pensó en regresar a casa, volver a su vida, y ya nada parecía bueno. Ya nada tenía sentido.

Sintiendo su último golpe de coraje, comenzó a correr de nuevo, ahora hacia la administración del aeropuerto. Realmente esperaba que su traje lo ayudara en esta tarea. Por suerte, la seguridad estaba ausente cuando llegó allí, así que no tuvo problemas para conseguir entrar. Tan pronto como dio con el cuarto donde anunciaban los vuelos, Yunho trotó hacia allí, abriendo la puerta y asustando a los empleados.

—¿Quién es usted? —una de las mujeres le preguntó, preocupada.

—Lo siento, realmente necesitó hacer esto —le dijo, antes de aproximarse y agarrar uno de los micrófonos del mostrador.

—¿Está loco? —El hombre se puso de pie, tratando de detenerlo—. ¡Que alguien llame a la seguridad!

Sin darse por vencido, Yunho lo encendió.

—Jaejoong, ¿estás escuchando esto?

Jaejoong estaba sentado en la sala de espera junto a Richard, y tan pronto lo oyó, se puso de pie a toda prisa.

—Jae... lo siento. Lo siento mucho —tartamudeó, ahora llorando—. Pero tengo que decirte, antes de que te vayas, que eres el amor de mi vida. Te amo como nunca he amado a nadie, y la peor decisión que he tomado fue el dejarte ir. Nunca me lo perdonaré. Lo siento mucho.

En ese momento, la seguridad llegó al lugar, en dirección a Yunho.

—Todo lo que quiero es que seas feliz. Te amo —dijo, antes de que los guardias le quitaran el micrófono.

Estupefacto, Jaejoong escuchó las disculpas por la repentina intromisión.

—Jaejoong, ¿estás bien? —Richard se levantó y le acaricio la espalda, preocupado.

—Richard... —Jaejoong se viró hacia él, con lágrimas rodando por sus mejillas—. Perdón.

Eso fue todo lo que dijo antes de correr.


Yunho fue llevado a la estación de policía en el aeropuerto y fue interrogado muchas veces. No tenía la fuerza para responder a las preguntas que le estaban haciendo, pero trató de mantener la calma porque cualquier cosa podía mandarlo a la cárcel.

Fue entonces cuando de repente, un policía entró en la habitación y le retiró las esposas.

—Puede irse. —el oficial mencionó con indiferencia—. Alguien vino por usted.

—Oh... —Yunho soltó, sorprendido.

Con calma salió y una vez fuera, miró a su alrededor para encontrarse con Jaejoong, de pie no muy lejos de la entrada.

—Jaejoong... —Yunho lo encaró, nervioso—. ¿Qué estás haces aquí? Vas a perder tu vuelo.

—Estúpido —le contestó, caminando hacia él para abrazarlo con fuerza.

Yunho se fundió en el abrazo, sosteniendo al más bajo con la misma intensidad. No existían palabras para describir lo mucho que extrañaba eso.

—No hagas esto, Jae —le dijo al oído.

—Sé que soy estúpido y esto es una locura, pero aún te amo —Jaejoong habló, firmemente—. Eres el amor de mi vida, Yunho. Tú lo sabes.

—Te mereces a alguien mejor que yo.

—Deja de ser tan inseguro. Eres justo lo que necesito y siempre lo has sido —declaró, agarrando su camisa.

—He perdido mi oportunidad, Jae. Te rompí el corazón.

—Te voy a dar otra oportunidad. ¿Qué vas a hacer al respecto?

Yunho se apartó un poco para poder hacer frente a Jaejoong, cavilando por unos instantes. ¿Sería capaz de hacer feliz a Jaejoong? No podía imaginarse a sí mismo viviendo su vida con alguien que no fuera el hombre que tenía delante de sí. ¿Iba a ser lo suficientemente fuerte para soportar todo?

La vida era demasiado corta para pasársela dudando.

Pensando en eso, lo besó profundamente.

—Quédate conmigo, Jaejoong —le dijo finalmente—. Voy a dar lo mejor de mí. En serio.

Sonriendo, Jaejoong se inclinó hacia adelante y le regresó el besó.

—Confío en ti… —murmuró—. Por favor no me lastimes de nuevo.

—No, te prometo que no lo haré.

Las cosas no iban a ser fáciles; Yunho probablemente tendría que soportar un montón de cosas ahora. Pero, de alguna manera, ya nada de eso le preocupaba.

Mientras que lo tuviera a su lado, las cosas estarían bien. Todas las dificultades valdrían la pena.


Nunca volvería a cometer el mismo error.


9 comentarios:

  1. continuara? la parte en como le declara todo por el alta voz del aeropuerto y jae oye todo y se va corriendo asia su yunho me hizo llorar, mi mente reprodujo esa escena y me conmovio, que lindo fue, lo ame :)

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  2. TTOTT YunHo tonto!!!
    casi vuelve a perderlo x su inseguridad

    me hiciste llorar con lo del aeropuerto T.T

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  3. TwT oww llore este yunho testarudl y tonto q no escuxhaba asu corazon al menos anuncio en ese microfono q lo ama awwwww TwT

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  4. que romántico el yunnie con su jaeboo que manera de decirle que lo ama y se quede con el lógico que el amor de la vida de jj era yunho y nomas con el podía ser feliz si se iba con el tal Richard no iba a ser feliz solo ellos dos son la felicidad del uno para el otro

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  5. T.T ...estoy llorando como niñita...fue tan lindo!!!...ese Yunho babbo ..casi pierdes a Jae...gracias por el fic!!!

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Yunho aunque todo me llena de emoción de todos modos eres un tonto, Jae sigue tomando las decisiones por tu inseguridad, reacciona porque el se va a quedar toda la vida contigo.

    Perdón po lo de arriba pero no se que apreté. Gracias

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  8. este capítulo me formo un nudo en la garganta y me hizo llorar TT.TT

    Pero a la final se quedo, se quedo junto a su hombre lleno de dudas :3, pero se que serán felices ^^

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  9. Oh Dios! Este fue el capítulo mas desesperante que he leido! Cada de que creía que Yunho hiba pelear por Jae, solo daños con un "Lo siento" o "Se feliz Jae" puff! Con ganas de meterme dentro darle una bofetada y decirle no seas estúpido el te ama y quiere que dejes de ser cobarde y que pelees por el! Lo bueno que Jae lo ama demasiado por que si no ......Bueno, al final si hizo algo, pero donde lo vuelva a lastimar. ....
    Espero y sean felices.. ..Mil gracias a leer el epílogo.. .

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