Ex-novio: Capítulo 3


Capítulo 3

Los siguientes días en el trabajo fueron normales, aunque las bromas entre Jaejoong y Yunho se desvanecieron hasta casi no existir. Ahora sólo se saludaban educadamente e intercambiaban unas pocas palabras como lo hacían todos, preguntando acerca de cómo les iba o cualquier otra cosa no demasiado relevante. Al resto del personal les pareció curioso pero no lo tomaron muy en serio, a excepción de Tiffany, quien ahora estaba segura de que había algo entre ellos. Especialmente porque este súbito cambio de comportamiento fue después de esa noche en el restaurante, cuando ambos desaparecieron de repente.


Sin embargo, unas semanas más tarde Yunho llegó a la empresa para ser recibido por una situación inesperada. Tiffany estaba tocando desesperadamente en la oficina de Jaejoong pidiéndole a este que abriera la puerta, y había un montón de cajas apiladas alrededor del área. Preocupado, se le acercó, quien respiró aliviada al verlo.

—Ayúdame, Yunho... —le pidió, pasándose una mano por el cabello.

—¿Qué está pasando?

—Jaejoong, él está...

Su explicación fue interrumpida por el sonido objetos siendo lanzados y quebrados dentro de la oficina, y aún más preocupados, Yunho caminó más cerca a la puerta y sujetó el pomo para intentar abrirla.

—¡Jaejoong, abre la puerta! —le exigió, tocando—. ¡Jaejoong!

—Él ha estado allí desde que llegué. Los de seguridad dijeron que llegó a las tres de la mañana y se encerró allí desde entonces.

—¿Sabes que sucedió?

—Él no dice nada. Todo lo que oigo son estos sonidos... —Tiffany se tapó la boca con el dorso de la mano, nerviosa—. Revisé estas cajas, y sus pertenencias están en ellas.

—Dios... —Yunho frotó una mano en su cara, sabiendo lo que podría haber sucedido—. Tiffany, por favor, ve a buscar la copia de la llave de su oficina. Probablemente los de seguridad la tienen.

—Está bien. —Ella asintió, luego se fue corriendo.

Yunho tomó una respiración profunda antes de tratar una vez más de convencer a Jaejoong para que abriera la puerta. Esperaba que el pelinegro no anduviera rompiendo cosas, aunque le preocupaba que no contestara nada.

—Jaejoong, déjame entrar. No seas así —le pidió en un tono más suave.

De pronto los ruidos cesaron y Yunho aguardó pacientemente por algún tipo de respuesta desde el interior.

—Es... —Jaejoong finalmente murmuró débilmente, con voz ronca—. ¿Está Tiffany allí?

—No, fue a buscar las llaves. —Ansioso, Yunho soltó el aire que retenía en los pulmones—. ¿Estás bien?

Imprevistamente, la puerta se desbloqueó y Jaejoong abrió una rendija, escondiendo su cara detrás de su mano izquierda. Aún estaba llorando y probablemente así había estado desde que llegó, ya que sus grandes ojos de ciervo, estaban rojos e hinchados.

—Jae... —Yunho entró rápidamente y cerró la puerta tras él, no titubeando al atraer al más bajo en un abrazo—. Dios, cariño, ¿qué pasó?

Jaejoong se fundió en su abrazo y permitió que su llanto se volviera más fuerte otra vez, por lo que Yunho decidió sólo aferrarse a él sin preguntar nada por ahora. Le susurró palabras tranquilizadoras al oído, esperando calmarlo, y aparentemente estaba haciendo efecto, ya que sus temblores y sollozos lentamente se desvanecieron. No mucho después, Tiffany regresó y comenzó a llamar a Yunho, por lo que él sólo le dijo que cancelara sus reuniones de ese día en su totalidad y no dejará que nadie los interrumpiera.

Tan pronto como Jaejoong dejó de llorar, Yunho lo llevó a su silla y le dijo que se sentara, observando en el trayecto a los jarrones rotos y retratos tirados en el suelo. Específicamente un retrato de Jaejoong y Richard juntos, le llamó la atención, después de todo, probablemente sus suposiciones estaban en lo cierto.

—¿Qué te hizo? —Yunho le preguntó en tono acusador, ya que era obvio que esto era a causa de Richard.

—Me dejó —Jaejoong mencionó débilmente—. Va a vender el departamento, y me obligo a irme. No tengo a donde ir, así que vine aquí. Todavía tengo cosas en mi coche, tengo la intención de vivir aquí a partir de ahora.

—Cálmate, Jae. No puedes vivir en tu oficina. —Yunho agarró sus manos y las acarició suavemente—. ¿Por qué te dejó?

Mordisqueando su labio inferior, Jaejoong inhaló profundamente.

—Me dijo que soy demasiado pegajoso y lo estoy aburriendo con todas mis exigencias y llamadas telefónicas y... —esnifó, tratando de mantener la calma—. He entendido mal. No nos íbamos a casar y nunca lo haremos.

—¿Qué quieres decir? —Yunho cuestionó con sorpresa.

—Confundí todo. Una noche me dijo que quería casarse conmigo, y dos días después me dio este anillo. Pensé que una cosa tenía que ver con la otra, pero me equivoqué —Jaejoong explicó—. Su propuesta fue algo que dijo durante el sexo, ya sabes. En realidad, no lo decía en serio.

—Dios Jae, ¿quién dice algo así, sin decirlo en serio?

—Supongo... supongo que entendí lo que quise y empecé a actuar como si estuviéramos comprometidos. —Al no poder contener las lágrimas, Jaejoong permitió que un par de ellas cayeran por sus mejillas, pero pronto las secó con el dorso de la mano—. Yo sólo estaba... tan feliz que no me di cuenta que no era verdad. Estaba deseando tanto una propuesta que me cegué.

—Te dije que era un idiota. Maldición. —Yunho jaló a Jaejoong y lo abrazó de nuevo.

—Estoy acostumbrado a ser dejado, ya sabes. —Jaejoong se rio amargamente, ocultando el rostro en su cuello.

—No te mereces esto. De verdad que no.

—Debería dejar de hacer planes, eso es lo que ahuyentó a todos mis novios —declaró, y Yunho captó la indirecta.

—Todos ellos eran demasiado inseguros y débiles para permanecer a tu lado, y me estoy incluyendo en ellos. Te mereces a alguien fuerte.

—No, Yunho... —Jaejoong puso algo de distancia entre ellos para que pudieran verse—. En realidad, el problema soy yo. Casarse y formar una familia... esos son los sueños de las parejas heterosexuales.

Herido, Yunho le secó las lágrimas con el dorso de su mano, mientras acariciaba su rostro suavemente.

—Eso no es cierto, Jae. —Yunho suspiró suavemente—. No puedes quedarte aquí. Ven a mi casa hasta que encuentres otro lugar donde vivir.

Sorprendido, Jaejoong levantó la mirada y se le quedó viendo.

—No, no puedo, Yunho. —Movió la cabeza negativamente, con seriedad.

—Sí, sí puedes, y vas a ir. No voy a dejar que te quedes aquí.

Sin ser capaz de argumentar de nuevo, Jaejoong se dejó arrastrar por Yunho. Tan pronto como Tiffany los vio, se levantó de su silla, curiosa.

—Tiffany, por favor encuentra a alguien que lleve las cajas a mi departamento, ¿de acuerdo? —Yunho le ordenó, todavía sujetando a Jaejoong por la cintura—. Jaejoong se quedará allí por un tiempo.

—Está bien, Yunho-ssi. —Ella asintió rápidamente.

—Gracias. Cuando llegue, cuéntale a Junsu lo que ocurrió, y dile que me llame si surge algo urgente.

Después de las instrucciones, Yunho salió de la empresa con Jaejoong a su lado. Estaba decidido a cuidar de él a partir de ahora.

Yunho arregló el cuarto de huéspedes para Jaejoong, organizando todas sus pertenencias una vez que llegaron de la empresa. Jaejoong estaba sorprendido y confundido todavía, por lo que casi no dijo nada y sólo vio como Yunho se encargaba de todo por él.

Cuando todo estuvo listo, Yunho le dio chocolate caliente con malvaviscos, ya que sabía que lo amaba, y le dijo que descansara un poco. El pelinegro se limitó a asentir y aceptar, ya que estaba demasiado débil para discutir sobre su excesiva amabilidad. Tal vez necesitaba de esta atención, después de todo.

Jaejoong salió de la habitación hasta la noche, sintiéndose un tanto mareado por haber dormido todo el día. Caminó hacia la cocina siguiendo el agradable olor que provenía de allí y encontró a Yunho cocinando en la estufa, con un delantal puesto.

—Oh, estás despierto. —Yunho sonrió, bajándole al fuego.

—Eso huele bien —Jaejoong indicó, cruzando los brazos sobre su estómago—. Es...

—Curry, sí. —Yunho sonrió más amplio.

—Dios, eres el mejor. —Jaejoong se acercó más, echando un vistazo a la olla—. Estoy súper hambriento.

—Ya casi está. Sé lo mucho que te gusta el curry.

—Es la única receta que sabes cómo preparar, ¿verdad? —Jaejoong se rio.

—Sí, dado que casi me obligaste a aprenderla.

—Oh vamos, no te obligue. Lo aprendiste porque querías complacerme.

Rodando los ojos, Yunho apagó la estufa.

—Tal vez.

—¿Tal vez? —Jaejoong fingió sorprenderse—. ¿Estás negando que me amabas en ese entonces?

—Por supuesto que no —Yunho soltó más molesto de lo que esperaba, y para repararlo, decidió dar el tema por terminado—. Trae algunos platos, vayamos a comer.

Jaejoong hizo un puchero y se dirigió al mueble para sacar dos platos, demasiado perdido en sus propios pensamientos. Después de colocarlos sobre la mesa, se sentó en una silla y apoyó los codos sobre ella, suspirando.

—¿Soy estúpido? Todavía siento como si de repente él fuera a llamarme diciendo que se equivocó y quiere que nos reconciliemos. —Jaejoong se le quedó mirando al mantel con una mirada perdida.

—Todavía estás confundido por esto. Vas a olvidarlo —Yunho le dijo, llevando el sartén a la mesa.

—Al rato tengo que llamar a Tiffany, debe estar en shock —murmuró, pasando una mano entre su cabello—. Quebré un montón de cosas... Dios, tengo que encontrar un departamento.

—Quédate aquí todo el tiempo que necesites, de cualquier manera rara vez utilizo la habitación de huéspedes.

—Ya has hecho lo suficiente por mí, no puedo seguir molestándote por más tiempo. —Jaejoong suspiró—. Mañana puedo irme a un hotel.

—No eres una molestia. Realmente quiero que te quedes —afirmó en un tono serio.

La declaración de Yunho impactó a Jaejoong. Esta situación no debía ser cómoda para cualquiera de ellos.

—Estás siendo amable porque intentas compensarme por lo que me hiciste, ¿no es así? —Jaejoong preguntó cuidadosamente.

Tomado por sorpresa, Yunho trató de enfocarse en servirles, inseguro de que responder. La mirada de Jaejoong estaba sobre él, a la expectativa.

—Eso es, ¿verdad? —Jaejoong asintió, comprendiendo—. Ya lo sabía, sólo quería estar seguro.

—Sólo quiero cuidar de ti. —Yunho se sentó en la silla junto a él—. No estoy buscando ser perdonado.

Jaejoong continuó mirando al moreno, desconcertado. Las palabras de Yunho eran confusas, sus intenciones eran poco claras y ambiguas. ¿Nada más estaba haciéndolo para sentirse mejor consigo mismo o porque verdaderamente se preocupaba por él?

—Está bien, me quedaré entonces. —Jaejoong finalmente aceptó—. Pero no por mucho tiempo, sólo hasta que componga mi vida.

—Bien. Eso está bien. —Yunho sonrió—. Te prepararé curry todos los días.

Jaejoong no fue capaz de ocultar la sonrisa por esa declaración, quitándole toda la incomodidad que había en el aire justo en ese momento.

—También vas a tener que aprender a hacer kimchi —añadió.

—¿Kimchi? Eh... —Yunho lució perturbado—. Vas a tener que enseñarme.

—Está bien, trato hecho.

Después de eso, disfrutaron del delicioso curry de Yunho, como Jaejoong especificó, mientras platicaban sobre sus profesores en la universidad y de cómo odiaban sus clases en ese entonces. Fue nostálgico y de alguna manera bueno. Y a Yunho, al ver que estaba siendo capaz de distraer a Jaejoong, se le tranquilizó el corazón. Las cosas iban bien.


Al día siguiente Yunho insistió en que Jaejoong debía descansar más y quedarse en casa, pero el obstinado pelinegro rechazó la idea y terminaron yendo juntos a la empresa. Una vez que llegaron al estacionamiento, Jaejoong tomó el rumbo contrario al que deberían de ir, dirigiéndose directamente fuera del edificio sin ninguna explicación. Curioso, Yunho lo siguió y lo halló de pie junto a la fuente que adornaba la entrada, rebuscando en el interior de los bolsillos de su chaqueta, para revelar luego el anillo de diamantes que Richard le dio.

—Quien sea que encuentre esto, será feliz —dijo antes de lanzar el anillo en la fuente.

Sobresaltado, Yunho observó al anillo hundirse en el agua, con la boca medio abierta.

—Podrías haberlo vendido —declaró—. Debe ser muy costoso.

—No quiero nada que me recuerde a él. —Jaejoong contestó con simpleza, yendo hacia la puerta automática de la entrada—. Vamos Yunho, es probable que tenga muchas cosas que hacer hoy.

Todavía desconcertado por la acción de Jaejoong, Yunho entró en la empresa. Tal vez era mejor así de todos modos, aunque sólo de pensar en el valor de ese anillo hizo que su corazón doliera.

En cuanto Tiffany los vio entrar, se levantó de su silla y se acercó al pelinegro para ver cómo estaba. Habían hablado por teléfono sobre los acontecimientos del día anterior y ella aún estaba demasiado preocupada por él. Yunho aprovechó ese momento para disculparse y fue hacia el escritorio de Junsu para conocer su agenda del día, mirando a Tiffany con recelo en su trayecto. Antes de que alguien pudiera notar su mirada, ella se dio vuelta para ver a su jefe y preguntarle en un susurro, si podían hablar en su oficina.

—Jaejoong... ¿realmente estás bien? —cuestionó, después de que ambos entraron a la oficina y se sentaran uno al lado del otro—. Tus ojos todavía están un poco hinchados.

—Aún no en un cien por ciento... pero pasará eventualmente. —Forzó una sonrisa, tratando de calmarla—. Lloré antes de dormir, así que esa podría ser la razón de que mis ojos luzcan así... y tal vez también lloré un poco en la mañana.

—Dios, Jae... no me gusta verte así. Tu voz era tan débil cuando me llamaste...

—Lamento el preocuparte. Hice una escena ayer, ¿verdad?

—No te preocupes por eso, entiendo cómo te sientes. Richard es un idiota, si algún día se aparece frente a mí, voy a tener que controlarme para no darle un puñetazo. —Ella frunció el ceño y suspiró—. Al menos te lo dijo en tu cara... ¿verdad?

Levantando la mirada hacia ella, Jaejoong se aclaró la garganta.

—Sí. —Él asintió.

Ella hizo una pausa durante unos segundos antes de continuar.

—¿Está realmente bien el que te quedes en el departamento de Yunho?

—Yo... pronto voy a empezar a buscar un departamento, así que no me quedaré allí por mucho tiempo.

Tiffany se removió ligeramente en su lugar, pensando.

—Sé que dijiste que no pasó nada esa noche cuando los dos desaparecieron juntos, pero no puedo dejar de notar que tu relación con él mejoro desde entonces...

—¿Ah sí? —Jaejoong musitó, tratando sonar despistado.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —ella exclamó, y Jaejoong sólo asintió como respuesta—. ¿Por qué ayer permitiste que Yunho entrara en tu oficina con tanta facilidad? Es decir... toqué más o menos por una hora y no me contestaste, pero a él le abriste la puerta casi en cuanto llegó.

Sorprendido, Jaejoong guardó silencio. En ese momento no había sido capaz de pensar con claridad, por lo que no le dio mucha importancia el permitir que Yunho entrara en su oficina. Era difícil admitirlo, pero lo único que quería era abrazarlo porque parecía ser el único apto para consolarlo ese momento, tan controversial como pudiera resultar. Al darse cuenta de la confusión interna que le causó a su jefe, Tiffany mordió su labio inferior. Había llegado el momento de aclarar las cosas.

—Yunho... —ella comenzó, sacando a Jaejoong de sus pensamientos—. ¿Es quien creo que es?

Confundido y sorprendido, Jaejoong parpadeó unas cuantas veces, y al ver su incomodidad, ella decidió elaborar su oración.

—A estas alturas es bastante obvio para mí, Jae. Todo en él me recuerda a la historia que me contaste acerca de tu antiguo novio.

—Tiffany... —Acarició su frente, nervioso. Decirle la verdad probablemente haría que ella odiara a Yunho, puesto que de por sí ya no le agradaba, pero mentirle tampoco parecía una opción—. No puedo mentirte. Yunho es quien crees que es.

Después de su revelación, ella jadeó, recargándose en la silla. A pesar de que ya se lo había esperado, le tomó algunos segundos el comprender el asunto.

—Así que... ¿es ese idiota...?

—Sí. —Él asintió, mirando a la mesa.

—Dios, Jae, necesitas salir de su departamento tan pronto como sea posible. Simplemente no puedes quedarte ahí.

—Lo sé —dijo débilmente, inclinando la cabeza.

—Yo puedo ayudarte a encontrar un departamento —le dijo, antes de levantarse de la silla—. Voy a empezar a buscar por Internet y te enviaré algunas fotos.

—Gracias. Eso será de mucha ayuda.

—No hay problema.

Antes de abandonar la oficina, Tiffany se dio la vuelta y miró a su jefe, sonriéndole suavemente.

—Sé fuerte, ¿sí? —le pidió antes de abrir la puerta y cerrarla tras de sí.


El siguiente viernes, el personal decidió celebrar los buenos resultados del mes, en el establecimiento de siempre. Jaejoong y Yunho se sentaron juntos en la mesa e interactuaron con los demás durante todo el tiempo, tal vez por el consumo de alcohol, pero eso hizo sentir a Tiffany muy incómoda. Yunho ni siquiera notó la penétrate mirada sobre él, porque estaba demasiado ocupado riendo por lo que su jefe le contaba, siendo esto el tema menos interesante que pudiera escuchar. Cuando Jaejoong se disculpó para ir al baño, ella rápidamente ocupó la silla al lado de Yunho, dejándolo bastante sorprendido.

—Hola, Yunho-ssi. —Ella descansó los codos sobre la mesa, frente a él.

—Hola, Tiffany-ssi... —Inclinó la cabeza nerviosamente.

—Me habías dicho que tenía una mente muy creativa, ¿verdad? —le preguntó, causando que Yunho pasara el nudo en su garganta.

—Tiffany...

—Tú y Jae ahora son muy cercanos, ¿verdad? —Después de decir eso, se inclinó hacia él para susurrarle en el oído—. No juegues con sus sentimientos.

Estupefacto, Yunho la miró con incredulidad una vez que se enderezó.

—Él... ¿te ha dicho algo...? —la cuestionó lentamente.

—Me di cuenta por mí misma. Tú acabas de confirmármelo.

En ese momento, ella vio a Jaejoong regresando y abandonó su silla apresuradamente. Durante casi media hora, las palabras de Tiffany continuaron resonando en la mente de Yunho, por lo que todos se dieron cuenta de su repentino silencio, así que decidió ponerle remedio ahogándose en alcohol. Necesitaba descansar un poco, y tener esos pensamientos en su mente seguramente arruinaría su noche.

Tanto Jaejoong como él se emborracharon totalmente, no dejándoles otra opción más que subirse en un taxi para ir al departamento de Yunho. Una vez que llegaron, Yunho lo tuvo que ayudar a caminar y ambos estuvieron a punto de caerse un montón de veces. Cuando se las ingeniaron para llegar con seguridad a la habitación de huéspedes, Yunho lo sentó en la cama y se arrodilló para quitarle los zapatos. A continuación, le ayudó a quitarse la chaqueta, sin ocultar su sonrisa por las curiosas muecas de Jaejoong.

—Yunnie... —Jaejoong se quejó por eso, recostándose en la cama.

—¿Qué sucede, Joongie? —Yunho le preguntó bromeando.

—Tengo frío.

Riéndose, Yunho fue al armario y sacó un mullido edredón para cubrirlo.

—Yunnie, no quiero un edredón —Jaejoong se quejó, rodando sobre su espalda y levantando los brazos. —Te quiero a ti. Acuéstate conmigo.

Sorprendido, Yunho se detuvo durante unos segundos. ¿Estaba lo suficientemente borracho como para empezar a escuchar mal las cosas?

—Ándale Yunnie. No me hagas esperar.

Controlado por el alcohol, Yunho terminó acostándose en la pequeña cama a un lado de Jaejoong, quien de inmediato lo abrazó para que ambos pudieran caber allí cómodamente. En ese momento, tal vez una parte del cerebro de Yunho, no estaba completamente ebria, ya que se dio cuenta de lo mucho que extrañaba esa cercanía. Sin embargo, ellos todavía estaban demasiado separados.

9 comentarios:

  1. ese idiota jugo con jae, pobre como lloro boo pero fue mejor, asi yunnie no tiene competencia

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  2. q desgraciado!!!! ㄱ_ㄱ
    xq le dio ese anillo entonces???
    si no pensaba casarse con él xq le dio el anillo de mixi!!!! ò_ó

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  3. maldito... que se te caiga alli abajo; hacerle eso a nuestro joongie, como se atreve, lo pagara muy caro.

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  4. no ay problema es la oportunidad perfecta para estar mas juntos y no tan separados como el pensaba jijiji XD :)

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  5. -.- Richard es un completo babbo!!! ...pobre Jae T^T....Yunho...si esta vez no aprovechas ...ya fuiste XD

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  6. Fue lo mejor que pudo haberle pasado a Jae haber terminado con ese Richard (y si, que se le caiga). Ahora Yunho debes aprovechar y hacerte perdonar por Jae para poder empezar una relación ya que ambos se siguen amando... Gracias

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  7. Richard hiciste llorar a JaeJoong X-( eres hombre muerto grrrr!!

    aaaaaw lo que hace el alcohol :3

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  8. Puff! Yo quería que Jae se diera cuenta de que Richard es un idiota pero no que Jae sufriera tanto.. ..lo corrió el desgraciado! Pobre Joongie , el no se merece esas cosas, soñar con una familia siendo homosexual no es una utopía. ..simplemente es difícil encontrar a esa persona.. ..al igual que en las parejas heterosexuales, sera facil casarse pero al poco tiempo se divorcian o viven una vida miserable. ...no es eso peor?
    Humm Tifany no esta del todo contenta con Yunho, es entendible, el fue el idiota exnovio de su amigo.. ..es lógico que quiera protegerlo de el.. ..aún asi espero que no intervenga mas de la cuenta.. ...bastante esta haciendo con buscarle a partamento y separarlo de Yunho.. ..
    Ojalá Yunnie aproveche esta nueva oportunidad y no cometa los mismos errores pasados.. ...de verdad que si lo arruina voy y lo castro! Adiós al YunhoTron. ...

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